Imágenes de páginas
PDF
EPUB

todo el proceso de la ignorancia é ingenudad de los infelices aborígenes que, con danzas y al son de músicas salvajes, reciben incautos, en sus chozas, á aquellos titulados enviados de Dios... Que allí quedarán, hasta que, se hayan concluído las pocas vituallas y las aves de corral y las pocas ovejas, para pasar luego á otro, donde igualmente dejarán el mismo recuerdo... Y así irán sucesivamente...

Amén de la semilla

que han sembrado, que dará después hijos sacrílegos y espú

reos; y, de los que se conocen por millares. Sin que aquello importe otra cosa, que un título á la consideración de las autoridades eclesiásticas, que consideran esos hechos, como una pecata mínima, fatalmente impuesta por el ambiente, el medio y las necesidades de la iglesia, que ni puede pagar, ni puede andar seleccionando los que han de ser soldados de su causa.

A fines del año que acaba de transcurrir, la prensa del Río de la Plata ha dado cuenta de diversos actos de posesión del Chaco, que ha empezado á ejercitar Bolivia, avanzando hacia el interior de ese territorio, rompiendo de ese modo, el estatuquo en que ambos países habían convenido de hecho, ante la cordialidad con que se llevaron siempre las negociaciones que mantuvieron.

Sin entrar á examinar el carácter de las medidas adoptadas, ni á averiguar si ellas han pasado del orden de las expediciones nominales, que otras veces ha producido, suponemos que el Gobierno paraguayo, se

habrá apresurado á protestar de ellos; tanto más, por haberse producido en momentos en que acreditan un distinguido hombre público como el doctor Emeterio Cano, á fin de tratar de solucionar el diferendo existente entre los dos países, cuyas gestiones tenemos conocimiento han sido bien acogidas por el gobierno de la república.

Sin embargo, no se nos escapa que la política de Bolivia ha cambiado de aspecto, sobre todo, en lo que atañe al Paraguay. Sus escritores más celebrados, abiertamente así lo proclaman.

Un espíritu guerrero, digno de mejor causa, caldea los espíritus de los hombres del Alto Perú.

Oigamos á uno de ellos:

«El primero de sus diferendos á solucionar con diligencia, á restablecer en las líneas generales de su política, á discutir con sagacidad que no excluya la energía, es el

del Perú. Impónese como urgente é ineludible necesidad liquidar el modus vivendi del 63 ya sea por una transacción directa ó ya por el arbitraje previo reconocimiento del statu quo de 1810. Si, como pensamos, el aliado no duda de sus derechos y ha olvidado «que no le no le urge celebrar un tratado de límites», no podrá rehuir ni la protesta boliviana al pacto de Ancón ni la incitación á cumplir lo convenido. Pero si reincide en su política de evitar la resolución del litigio por los medios que la razón dicta y el derecho consagra, no habría tampoco un` motivo justificado que impidiera compelerlo al cumplimiento de sus obligaciones, porque si las convenciones no se entienden protestativas la falta de cumplimiento de cualesquiera de las partes trae implícitamente aparejada la resolución ó el empleo de medios coercitivos razonables. Esta necesidad se acentúa más si se considera que sería difícil solucionar el conflicto del Pacífico, sin antes liquidar los diferendos de los aliados, sin antes restablecer los lindes

legítimos de sus fronteras. Y si en los momentos del conflicto era hidalguía relegar á segundo plano el pleito semisecular, alejada la amenaza no hay escrúpulo ni mogigatería que impida la resolución del más viejo diferendo. Pero también es una necesidad americana, un tópico primordial que debe preocupar á todo estadista. Zanjadas las diferencias boliviano-peruanas á la luz del derecho y en la medida de la justicia, habría planteádose la necesidad del desarme ya que sería posible la celebración de alianzas públicas, puramente defensivas ó más bien de extricta neutralidad. Chile no podría halagar á los vencidos ofreciéndoles alternativamente la paz según le dictan las circunstancias, fiado en la división de los viejos aliados y la irreconciliabilidad de sus intereses: razón suprema sobre la cual ha girado su política en los últimos veintidos años, con un éxito pasajero pero seguro. Arreglado que haya, el Perú, sus diferendos con Bolivia y el Ecuador, no habría una sola voz en el Pacífico, que en

« AnteriorContinuar »