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artes y en las ciencias, el estado de mayor ó menor opresion en que estaban los naturales de este suelo; por último, cuanto juzguemos conducente á nuestro propósito de excitar la curiosidad de nuestros lectores para que indaguen con árdor lo que nosotros apuntaremos solamente. Despues de haber estudiado un poco nuestra historia, podrá decirse quienes tienen razon, si los que creen que la NuevaEspaña caminaba á la par de la península dominadora, ó los que sostienen que ni un rayo de luz atravesaba la noche tenebrosa en que yacia sumergido el mundo de Colon. Quizá ambas opiniones son inexactas por demasiado esclusivas.

Acompañaremos el retrato de cada virey, sacado con toda fidelidad de los que se conservan en el Museo Nacional; lo que ademas de dar idea de los trages de la época, servirá de que se conozcan algunas obras de los pintores mas célebres que florecian entónces en México, pues eran los que retrataban siempre á los vireyes, y señalará ademas los adelantamientos ó la decadencia de la pintura.

Baste lo dicho para conocer nuestro plan, y para que siquiera nos sirva de disculpa la pureza de nuestra intencion, siempre que no acertáremos á dará nuestra empresa su debido cumplimiento.

D. ANTONIO DE MENDOZA.
PRIMER VIREY DE LA NUEVA-ESPAÑA.

nó con sabiduría y logró aliviar todo lo posible el yugo que pesaba sobre este suelo, y Vasco de Quiroga ha dejado en Michoacán y en todo México un nombre tan claro, que seria inútil encomiarle, cuando su elogio mas cumplido lo forman las lágrimas de ternura que aun hace derramar su memoria.

(1535.)-El año de 1535, segun Cavo y Herrera, llegó á México Mendoza con carta para Fuenleal, y fué recibido con la suntuosa pompa que correspondia al representante de Cárlos V.

(1530.)-REINABA Carlos V. en España; las acusaciones contra Nuño de Guzman y los oidores Matinezo y Delgadillo, que entónces gobernaban en México, eran tan frecuentes y tan terribles, que el emperador pensó seriamente en remediar los males gravísimos que agobiaban á sus nuevos pueblos. Mas estándo en vísperas de partirse à Flandes, encomendó á la emperatriz que proveyese; y esta juzgó que lo mas conveniente seria establecer un vireinato en la Nueva-España. Puso primero los ojos en el conde de Oropesa y en el mariscal de Fromesta, quienes se escusaron con diversos pretes- Las instrucciones que trajo para su gobierno tos; despues en D. Manuel Benavides, que no merecen apuntarse aunque sea ligeramente. fué elegido por pedir mucho dinero y una Eran relativas, unas, al aumento de la religion exorbitante autoridad; y por último confirió y del culto divino, respeto à los religiosos, y se el cargo á D. Antonio de Mendoza, conde de conversion y buen tratamiento de los indios y Tendilla, y camarero de S. M., el cual no pidió castigo de los clérigos escandalosos; otras á la mas tiempo para partir, que el necesario para ereccion de una casa de moneda para acuñar arreglar sus negocios; y á fin de que no siguie- plata, que se rigiese por las mismas leyes de sen los abusos que se trataba de corregir, el las de España, dadas por los reyes católicos Don tiempo que dilatase Mendoza, nombró tambien Fernando y Doña Isabel. Se le prevenia que la emperatriz una nueva audiencía, presidida buscase y aplicase al Fisco Real todas las ripor D. Sebastian Ramirez de Fuenleal, obispo quezas que estuviesen encerradas en los sede la Española, y compuesta de los licenciados pulcros y templos de los indios, y que habian Vasco de Quiroga, Alonso Maldonado, Fran- sido puestas para sacrificar al demonio: que cisco Cainos y Juan de Salmeron. proveyese so graves penas que nadie vendiese Fuenleal, hombre íntegro y benéfico, gober- armas á los indios, ni se las enseñasen á labrar;

que los negros no pudiesen traer armas, públi-
ca ni secretamente, y que todos los vecinos de
México tuviesen armas ofensivas y defensivas
en sus casas. Mandábascle tambien que le
contase al marqués del Valle los veintitres mil
vasallos de que el rey le habia hecho merced, y
le quitase los demas que tuviese encomendados
y que excediesen de este número; y por último
,,que habiéndose informado de la disposicion y
estado de la tierra, y de los naturales poblado-
res de ella, teniendo su principal intento al
servicio de Dios, y descargo de la real concien-
cia, él solo en lo presente, y en lo que adelante
se ofreciese, proveyese lo que mas le pareciese
para el buen tratamiento de los naturales, y
gratificacion de los pobladores y conquistado-
res, y conservacion de la tierra, sin embargo
de cualesquiera Instrucciones ó Provisiones
que
estuviesen dadas: porque siendo la cosa de
tan gran importancia, el rey se la cometia, por
la confianza que tenia de su persona, y se la en-
comendaba á él solo, y le encargaba, que sin
particular respeto usase de esta comision, en
caso necesario, y no en otra manera, teniendo
en si el secreto que la entidad del negocio re-
queria, pues de publicarlo habian de nacer
mayores inconvenientes; y que si para los efec-
tos susodichos viese que convenia encomendar
indios, que lo hiciese." Ordenó tambien el
emperador que la audiencia se rigiese por los
mismos reglamentos de las Chancillerías de
Granada y de Valladolid, y que en los casos
dudosos, ó no comprendidos en ellos, ni en las
leyes de Madrid de 1502, se atuviesen à las de
Toro. El que quiera saber á fondo las instruc-
ciones dadas á Mendoza, consulte al cronista
Herrera. (Decada V. Lib. IX. Cap. 1.o y 2.o)

(1536.)—El 22 de julio llegaron á México por Culiacán el de la Nueva-Galícia, Alvaro Nuñez Cabeza de Vaca, Castillo, Dorantes y el negro Estevanico; cuatro que habian quedado de la espedicion que mandaba en persona Pánfilo de Narvaez, y que habia marchado à la conquista de la Florida. Fueron recibidos benignamente por Mendoza, que escuchó absorto de su boca las estupendas maravillas que contaban de un pais situado hacia el rumbo del Norte, y que se llamaba Quivira, segun decian. Alegre sumamente con esta noticia, y viendofel vasto campo que se le ofrecia para grangear reputacion, propúsose desde luego hacer la conquista de tan opulento reino, y mandó á España á Cabeza de Vaca y á Castillo para que informasen al emperador.

sentencia pronunciada por la audiencia de México contra Nuño de Guzman, de prision y confiscacion de bienes, dándole ademas otras instrucciones para el buen gobierno de la NuevaEspaña.

Mientras venia navegando la Torre, llególe á Mendoza un despacho de Cárlos V., que noticioso de la integridad y tino con que procedia en su gobierno, le mostraba la satisfaccion que le cabia por su buen proceder, y por haber sabido que los mexicanos eran superiores en ingenio á las demas naciones del nuevo continente. Acompañábale tambien un sumario, que contenia en su primera parte las obligaciones del cristiano y las leyes espedidas por el consejo de Indias, para bien de los naturales de este suelo; y en la segunda, las obligaciones de los españoles para con los indios, á fin de que reuniendo una junta de las personas principales de México, examinase y adicionase el sumario; despues, en un dia festivo, convocados los caciques y todos los naturales, lo mandase leer por un religioso práctico en la lengua de los indios, cuidando siempre de que se hiciese otro tanto en todos los lugares del reino. Todo lo practicó puntualmente Mendoza.

Un acontecimiento hará memorable para siempre este año: en él se imprimió en México el primer libro, que fué la Escala de San Juan Climaco, en la casa de Juan Pablos, con una imprenta traida por Mendoza, que es acreedor al reconocimiento de todo mexicano, por haber hecho brillar por primera vez en nuestro suelo, ese fanal resplandeciente como el sol, y eterno como la inteligencia.

Tratando Mendoza de cumplir con la órden que traia, y de que antes hicimos mencion para establecer una casa de moneda, mandó zanjar sus cimientos, y logró que en este mismo año de 1536 se acuñase plata y cobre (1), no oro por-` que este se debia mandar en tejos á España. La amonedacion del cobre fué sumamente desagradable á los mexicanos, que mirando este metal con el mayor desprecio, no querian dar por él sus mercancías, lo que obligó al virey á compelerlos.

(1537.)-A principios del año siguiente, escribió Mendoza una carta al marqués del Valle que este recibió en Acapulco, felicitándole por su llegada, é incluyéndole otra de Francisco Pizarro, en que le pedia socorros para concluir la conquista de Lima. Cortés le mandó dos embarcaciones y bastantes soldados, que cap. 13,

Cárlos V. entretanto mandaba á México al (1) Segun Torquemada, pág. 1, lib. 5. licenciado la Torre, para que hiciese efectiva la se acuñaron 200.000 de cobre en este año.

aunque llegaron cuando Pizarro ya habia tomado á Lima, fuéronle despues de mucha ayuda en sus posteriores conquistas.

La moneda de plata causaba tambien grandes perjuicios á los mexicanos, pues no acostumbrados á manejarla, daban las piezas de á cuatro por las de á tres y recibian al contrario; Mendoza avisó al emperador, quien dispuso que se recogiesen los reales de á tres y corriese la demas moneda. Ordenó tambien Carlos V que se edificase un colegio para niños mexicanos, en el cual se educaran cristianamente y aprendieran latinidad; y el virey aunque estaba ya establecido uno provisional, puso con asistencia de la ciudad y tribunales, en Santiago Tlaltelolco la piedra del que se llamó de Santa Cruz, en el cual, el religioso franciscano Arnaldo Baso, regentó la cátedra de latinidad. Renovose tambien una prohibicion anterior del uso de ropa de oro, bordados haber llegado el lujo á un punto escandaloso. Habiéndose multiplicado mucho los ganados, y siendo frecuentes, las contiendas sobre tos y dehesas, que eran comunes por mandamiento de Fuenleal, y siendo muchos los ladrones cuatreros; estableció Mendoza tribunales de mesta que conocieran en estas causas.

y pasamanos por

pas

Llegó por fin á Mexico el Lic. la Torre, y prendió á Nuño de Guzman, mas no estando

acordes los historiadores acerca del modo en que sucedió, referiremos el hecho segun lo cuenta Herrera y la coleccion de documentos del padre Fr. Manuel de la Vega.

Dice el primero que apenas llegó la Torre á la capital de la Nueva-España, cuando partió para Guadalajara á encontrar á Nuño y allí lo prendió y lo despachó à México; que dada cuená ta al emperador de este suceso, mandó que diese fianza de presentarse al consejo dentro de cierto tiempo, y que así lo hizo Nuño, quedando al fin impune por haber encontrado vali

miento en la corte.

Mas en los documentos del padre Vega se refiere, que Nuño fué preso en México por el mismo la Torre, á la sazon en que este llegó á presentårsele al virey Mendoza, que estaba hablando con el mismo Guzman; que la Torre le asió del puño de la espada intimándole prision de órden del emperador Cárlos V; y que procedió con esta precipitacion, por correr rumores de que Nuño tenia dispuesto un navío para partirse á Nápoles, donde estaba de embajador su hermano Juan Juarez de Figueroa; y por último, que habiendo llegado á España, no le permitieron entrar en la corte, sino le mandaron guardar

prision en Torrejon de Velasco, donde murió antes que se hubiese sentenciado su causa.

En este mismo año envió Cortés tres embarcaciones al mando de Ulloa, para proseguir el descubrimiento de la California.

(1538.)-El año siguiente le llegaron á Mendoza varios mandamientos del emperador: que los oficiales de la ciudad de México, que era tesorero, contador, veedor de minas y factor, fuesen regidores en los pueblos donde residiesen; y que prefiriendo á los otros regidores mas antiguos en el asiento, tambien prefiriesen en los votos. Dióse tambien facultad al Visorey D. Antonio de Mendoza, para que permitiese, que los encomenderos que quisiesen trocar sus repartimientos lo pudiesen hacer; y porque el exceso del juego era muy grande en las Indias se mandó; que no se permitiese pasar á ellas naipes, ni dados, ni que los factores de mercaderes pudiesen jugar á ningunos juegos en que interviniesen dineros, ni otra cosa de interes. Que aunque se casasen en Nueva-España los esnegros, no fuesen por ello libres, ni pudiesen pedir libertad, porque siendo la mayor parte de ellos viciosos, se amancebaban, y sus due ños, por sacarlos de pecado, los casaban y luego pretendian ser libres.” Mandó tambien el virey al oidor Maldonado, á pacificar varios pueblos sublevados, lo que este consiguió con la mayor facilidad; y prohibió que hubiese indios de carga aun cuando ellos se prestasen voluntariamente.

clavos

(1539.)-Los encomenderos seguian haciendo pesar sobre los indios, el yugo de la mas insoportable tiranía, à pesar de que el virey velaba incesantemente por el cumplimiento de las reiteradas órdenes para que no se les maltratase; y tan escandaloso abuso, fué probablemente el que determinó á venir á México, al varon mas respetable de cuantos pasaron de España á nuestro Continente, al padre Fr. Bartolomé de las Casas; quien impetró que à las partes que aun estaban por conquistar, no se mandasen soldados, sino mas bien celosos misioneros, que alcanzasen con la persuasion y la dulzura evangélica, lo que se pretendia arrancar por la violencia. Partió Fr. Bartolomé para Chiapa, y cuando su apostólico celo recogia los mas sazonados frutos, vino á turbar su gozo Pedro de Alvarado, que haciendo una irrupcion, fué causa de que los indios, creeyéndose engañados por los misioneros, abandonasen la religion cristia

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validos, y aunque no consiguió todo lo que deseaba, mejoró no obstante cuanto le fué posible la suerte de aquellos desgraciados. Proveyó el emperador, que los encomenderos jóvenes se casaran,,,no tanto por asegurar su residencia en la tierra, como por evitar algunos pecados que se echaban de ver:" que se instruyese á los criollos, de suerte que pudiesen servir para la conversion de los indios, y que para este fin se instituyese en México Universidad; que se suspendiese la pragmática de los vestidos, antes mencionada; y que á los hidalgos se les guardasen sus preeminencias, de no poder ser encarcelados por deudas, ni padecer tormento.

Una ocurrencia vino á turbar la buena armonía que reinaba entre Mendoza y el marqués del Valle; y fué la conquista del reino que llamaban Quivira, Cabeza de Vaca y sus compañeros, y cuya riqueza y fertilidad encarecian, así como tambien Fr. Márcos de Niza. Deseosos ambos, Mendoza y Cortés, de hacer tan rica conquista, pensaban á un tiempo en aprestar cada uno su espedicion; pero Mendoza avisó al marqués que se abstuviese de mandarla, y comisionó á Francisco Vazquez de Cornado, gobernador de la Nueva-Galicia por influjo del mismo Mendoza, para que se pusiese á la cabeza de la que debia marchar para tan decantado reino. El mismo virey acompañó á Cornado hasta Compostela, para manifestarle su aprecio. Cornado prosiguió su camino por Culiacán, y llegado á la parte en que se decia estar Quivira, no encontró absolutamente na da; y por último, la circunstancia de haber pe·recido á manos de los naturales del pais, Estevanico, con muchos de sus compañeros, malogró la espedicion é hizo que Cornado se volviese á Nueva Galicia. Sabedor de todo Mendoza, y persuadido de que se necesitaba una espedicion numerosa y bien equipada para la conquista de Quivira, dió sus órdenes á fin de que se aprestase, é hizo llamar de Quauhtemalan á Pedro de Alvarado, el hombre mas á propósito, en su concepto, por la práctica que te nia en las guerras de los indios.

Cortés por su parte mandó á Ulloa, diestro marinero, con tres embarcaciones llamadas, Santa Agueda, capitana; Santo Tomás, y la Trinidad, que salieron de Acapulco el 28 de julio, para que buscase á Quivira, y hallado, tomase posesion de él en nombre suyo y á favor de la corona.

(1540).-No viniendo de Quauhtemalan Pedro de Alvarado, resolvió Mendoza que mandase la nueva espedicion, el mismo Vazquez Томо г.

Cornado, é hizo que Francisco de Alarcon, con dos navíos, recorriese la costa y la examinase hasta los 36o, altura en que debia reunirse con el ejército de tierra. Cornado recorrió el pais sin encontrar mas que algunos caseríos, y tuvo que volverse por haber caido de un caballo; y Alarcon, despues de haber hecho frecuentes desembarcos, no pudo encontrar á Quivira.

La espedicion de Ulloa tampoco averiguó nada: de las tres naves no volvió por entonces al puerto mas que una, y desalentado Cortés por el mal éxito de su espedicion, é irritado por las trabas que le ponia el virey, despues que estaba acostumbrado á mandar sin contradiccion, salió de Nueva España para Castilla con el fin de quejarse al emperador, que á la sazon habia partido á Gante.

Mientras, Zumarraga edificó un hospital, cuyo patronato ofreció á Cárlos V, y este lo admitió. Cuenta Torquemada, refiriéndose al padre Motolinia, que en este año, los mexicanos, queriendo obsequiar á D. Antonio de Mendoza, hicieron una caza á su usanza, por haberles manifestado el virey sus deseos de presenciar un espectáculo semejante. Eligieron una llanura espaciosisima, entre Xilotepec y San Juan del Rio; se reunieron mas de quince mil, y formando un círculo estensísimo lo iban disminuyendo gradualmente, encerrando un número tan considerable de animales, que solo los venados muertos ascendieron á seiscientos. Mendoza se manifestó tan complacido, que prometió asistir dentro de dos años á otra caza semejante, promesa que, como dice Torquemada, se ignora si despues la cumplió, y desde entónces tiene el llano el nombre del Cazadero.

Los tezcocanos mataron una leona que miraron con asombro en una isleta de la laguna, y se oyeron los ruidos subterráneos, precursores de una erupcion que hizo luego el Popocatepetl.

(1541.)-Notóse de repente en este año de 1541, segun Cavo presume, pues Torquemada lo cuenta sin fecha, la desaparicion total de la moneda de cobre; y tratando Mendoza de averiguar la causa, supo que los mexicanos la habian juntado toda y echádola en la lagu

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Habia reunido Pedro de Alvarado doce embarcaciones con las que debia partir para las islas de la Especeria segun la órden del emperador: despues de haberlas enviado á que lo aguardasen en el puerto de la Purificacion, se dirigió á México para ver á Mendoza que le habia mandado llamar, como antes dijimos. En el camino le alcanzó un correo de los vecinos de Guadalajara, pidiéndole les socorriese contra los indios del pais que se habian sublevado y hecho fuertes en los desfiladeros. Alvarado despues de reunir la mas gente que pudo, marchó contra los indios y murió en un ataque, de resultas de un golpe que le dió un caballo despeñado como dicen unos, ó que venia corriendo asustado de los indios como aseguran otros. La muger de este conquistador Doña Beatriz de la Cueva, murió en Quautemalan, poco despues de haber sabido la muerte de su esposo; en un terremoto formidable, seguido de una erupcion volcánica que arrasó gran parte de la ciudad.

(1542.)-Siguiendo la sublevacion con nueva fuerza, y sabedor Mendoza, porque así se decia, de que los indios Tarascos y Tlaxcaltecas que rian ponerse de parte de los de Xalisco, resolvió salir en persona á sujetar el levantamiento, y paraesto convocó á los Tlaxcaltecas, Choluleses, Huexotzinques, Texcocanos y otros, permitiendo al mismo tiempo á los caciques que usasen de caballos y de las mismas armas que los españoles; concesion que complació mucho á los naturales del pais, y pareció desacertada á los

dominadores.

En tanto que se organizaba la espedicion, mandó al navegante portugués Juan Rodriguez Cabrillo, con dos navíos, San Salvador y la Victoria, que recorriesen la costa de California hasta encontrar hacia el Norte, el remate de la América Septentrional. Salió Cabrillo del puerto de la Navidad el veintisiete de junio: recorrió una estension considerable, descubrió un cabo entre los 40° y 41o de latitud norte, que en honra del virey llamó Mendocino, y por último, en marzo del año siguiente se vió precisado á regresar al puerto por el exceso del frio y la falta de víveres. Mandó tambien en otra espedicion á las islas de la Especeria, al licenciado Rui Lopez de Villalobos.

Dispuesto por fin el ejército que debia marchar á Xalisco, compuesto de cincuenta mil indios, trescientos caballos y ciento cincuenta infantes, salió Mendoza de México el 8 de octubre, detúvose algun tiempo en Michoacán y llegó por fin à Xalisco para comenzar la guerra.

(1543.)-Mas antes hizo saber á los sublevados, por medio de algunos religiosos y de intérpretes, que se les perdonaria siempre que depusiesen las armas. Dió órdenes para que no se hiciesen mas prisioneros que los indispensables para llevar el bagaje, y trató por cuantos medios estaban á su alcance, de minorar los desastres de la guerra. Contestaron los indios:,,que ellos eran Señores de toda la tierra, que era suya y que querian morir por su defensa." Respuesta generosa, digna de los esforzados hijos de los aztecas. Finalmente, despues de varios combates logró Mendoza que sus contrarios depusiesen las armas y quedase pacificado el pais; pudiendo asegurarse que el virey se condujo en esta ocasion con una suavidad é inteligencia que le harán siempre muy recomendable.

Mandó reunir Cárlos V en España una junta compuesta de personas de todas dignidades, á fin de que proveyesen lo necesario para corregir los innumerables abusos que no habian podido desterrarse de la Nueva-España; y esta junta decretó varias disposiciones relativas à la secuela de los juicios, á las encomiendas, á la residencia que debia tomarse á los gobernadores y á otros puntos que cuenta Herrera menudamente en la Década VII. lib. VI. cap. V. Antes dijimos la solicitud del obispo Las Casas por el remedio de la tiranía que pesaba sobre los indios; á instancias suyas se espidieron nuevas órdenes para que no se hiciesen esclavos ni en la guerra, para que se llevase á efecto la disposicion de que no hubiese indios de carga; para que se quitasen los repartimientos, los cuales no podrian hacerse ni por el mismo virey, ȧ pesar de la facultad que antes se le habia concedido y que dejamos referida, etc., etc. Queriendo Cárlos V que todas estas disposiciones tuviesen puntual cumplimiento despues de haberlas mandado publicar por pregoneros y á son de trompetas en Sevilla, mandó que el visitador Miguel Diaz de Armendariz cuidase de su cumplimiento en la Española, y comisionó con el mismo fin para la Nueva España, al Lic. Francisco Tello de Sandoval, dándole largas instrucciones y facultades amplísimas para el desempeño de su comision. Se embarcaron los dos en San Lúcar el 23 de noviembre, encaminándose cada uno á su destino.

(1544.) Desembarcó el Lic. Tello en S. Juan de Ulúa el 12 de febrero, llegó á México el 8 de marzo, y se alojó en el convento de Santo Domingo. Mas noticiosos los encomenderos de las órdenes que traia, y despues de haber hecho inútiles tentativas para estorbar su publi

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