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por su habilidad nunca desmentida, que le valió ser considerado como uno de los aeronautas mas inteligentes de estos últimos tiempos.

Posteriormente hemos tenido la satisfaccion de ver á nuestro compatriota, mi condiscípulo y amigo D. Benito L. Acosta, el primer hijo de las antiguas américas españolas que ha osado penetrar en las regiones inmensas de la atmósfera. Su primera ascension se verificó en Abril de 1841, en la que se elevó mas de tres mil varas sobre el nivel de México, de cuya altura descendió felizmente, aunque con alguna rapidez. La sensacion pura de placer que causó el valor de éste jóven mexicano, el júbilo con que fué recibido por sus compatriotas y los recuerdos todos de su primer viaje aereo, están aun frescos en la memoria de cuantos contemplaron su intrepidez y su serenidad.

Los globos de que hoy se hace uso son de tafetan barnizado, de forma esférica, ó esferoidal mas o menos prolongada; con dos válvulas en su parte superior, que se manejan interiormente por medio de dos cuerdas, y cubiertos con una red, en cuyo estremo inferior se coloca el aeronauta con el lastre necesario, que no es otra cosa que unos saquillos llenos de arena, y los instrumentos de fisica propios para las observaciones que se pueden hacer en una ascension, en caso de que el objeto de esta sean las investigaciones científicas.

Es indispensable barnizar el tafetan, porque así se evita que el hydrógeno, con que se carga el globo y cuya sutileza es estrema, se escape por los intersticios del tegido: se hace uso de diversos barnices; pero uno de los mejores es el formado con la goma elástica disuelta en aceite de trementina hirviendo.

Las válvulas sirven para disminuir la fuerza ascensional del aparato, con objeto de no subir muy rápidamente, ó de descender cuando se quiera, lo que se consigue abriendo una de ellas por medio de su correspondiente cuerda y dejando salir cortas porciones de gaz. Bastaba una sola válvula; pero se ponen dos ó mas por precaucion, pues si fuera una sola y por desgracia se entorpeciesen sus resortes ó se reventase la cuerda con que se maneja, el aeronauta pereceria.

Se hace uso del lastre para disminuir el peso del globo con obgeto de aumentar su fuerza ascensional, en algunos casos, y en otros de hacer mas o menos lenta su fuerza descendente.

El bydrógeno que es la fuerza motriz, digamos así, del globo, como ya hemos dicho, se estrae por medio de la descomposicion del agua; cuya operacion se ejecuta reuniendo tres par

tes de fierro en peso, cinco de ácido sulfúrico y treinta de agua: el hidrógeno del agua se desprende, que es el que se utiliza, y su oxigeno se une al fierro, formando un protoxido del mismo, que se une al ácido sulfúrico, para formar un proto-sulfato de fierro.

Es de sentirse que el descubrimiento de los Montgolfieres no haya producido los útiles resultados que al principio prometió, cuando se creia que seria fácil dar la direccion que sequisiese á los globos, por la cual se ha trabajado y se trabaja con asiduidad, principalmente por Mr. Green, el aeronauta mas hábil y mas célebre de nuestros dias, que ha hecho cerca de doscientas ochenta ascensiones; y es de sentirse tambien, como ha dicho otro aeronauta igualmente célebre:,,que los sabios hayan abandonado por mucho tiempo un descubrimiento tan útil á hombres mas ávidos de fortuna que de gloria, á hombres que no sabiendolo apreciar, han especulado con él sobre la curiosidad de la multitud, dedicándolo à satisfacer su frivolidad.» Sin embargo de esto, el descubrimiento de los Mongolfieres que ha bastado para inmortalizar sus nombres, siempre será justamente apreciado por los amantes de las ciencias y de todo lo que es grande y sorprendente; porque es un descubrimiento que revela el génio de sus autores, y que algun dia, quizá, influirá tanto en el mundo civilizado como ha influido el del inmortal Watt.

México febrero 9 de 1843.

SEBASTIAN CAMACHO Y ZULUETA.

Muchas obras merecen aceptacion por la razon en que están la mediocridad de las ideas del autor, y la mediocridad del público.

Si algun hombre llegara á decir que era enteramente feliz, ó no se le deberia creer, ó se le deberia hacer confesar que ignoraba en que consiste la verdadera felicidad.

La buena fé es el fundamento mas firme de los estados, y debe ser el primer objeto de los que manejan los negocios públicos.

La grande esperanza de los pueblos oprimidos es que los tiranos han confiado siempre en sus fuerzas mas de lo que debian.

ESTUDIOS HISTORICOS.

INDEPENDENCIA.

Reuniones de la Profesa. IturCorrespondencia de ambos gefes.

Estado político de Nueva España. Restablecimiento de la constitucion de 1812. bide comandante del egército del Sur. Situacion de Guerrero.

Se pronosticaba en México el año de 1820, muy

aciago para su independencia y aun mas para su libertad. Habia llegado con indecible pesar para los amigos de esta, la noticia de la malograda empresa en la Península de los generosos Lacy, Porlier y Vidal; pero lo que mas desconcertó las esperanzas de los mexicanos que deseaban al ménos aquel triunfo, fué la defeccion en julio de 1819 del conde del Abisbal que consumó, aceptando gustoso el papel de delator y verdugo de sus compañeros de armas, á quienes habia el mismo excitado para el restablecimiento de la constitucion del año de 12. Creyóse inevitable la terrible espedicion anunciada á América por el acantonamiento de las tropas en la Isla de Leon; y aunque las apariencias inducian á creer que deberian dirigirse á Buenos-Ayres, habia el fundado temor de que viniese parte á Nueva España (1). En esta, la causa de la independencia iba de dia en dia debilitándose, ya fuese porque bajo la autoridad de Apodaca los indultos eran mas francos, ya por el carácter de este que tenia visos de clemente para encubrir su sistema político, ya porque la desastrosa y prolongada lucha habia fatigado la paciencia de los contendientes, deseándose una tregua por lo menos, ó ya en fin, por las frecuentes é inesperadas capitulaciones de los patriotas americanos, que en algunos era una verdadera apostacia de sus principios, tanto mas lamentable, cuanto que indultados, con algunas excepciones, hacian estremecer á la humanidad, degradando su nombre, prostituyendo su honor y desmintiendo su patriotismo.

(1) Pero en realidad era para el reino de México: así lo dice sl Sr. D. C. María Bustamante en su Cuadro His. tórico, tom. 5.

Том. 1.

Uno que otro quedaba fiel á su patria y al heroismo, y desafiaba con constancia y denuedo à la fortuna ingrata y cruel en aquella época. A fines del año de 19, en el de 20 y principios del de 21, el honor pertenecia íntegro al grandemente resuelto D. Vicente Guerrero, teniente general por su rigorosa escala, habiendo conquistado todos sus empleos á punta de espada y enmedio de privaciones y peligros: guerrero infatigable, y en quien el infortunio no hacia mella, pues cuanto mayor era su rigor, aumentábase mas la decision en su empresa, de una manera que el cálculo lo hacia ver por la mas temeraria. Ayudabanle el coronel D. Juan Alvarez, el esforzado D. Pedro Asencio Alquisira, de nacimiento humilde, pero de alma elevada y con la inspiracion y génio para la guerra, llegando á probar por su astucia y estratejia, que no era usurpado el título de general que llevaba. Hacian iguales esfuerzos el segundo de este, coronel D. Felipe Martinez, el general D. Isidoro Montesdeoca y otros, cuyos nombres han permanecido obscuros para la historia, porque tal es la fatalidad con que el destino ha sellado todo lo que ha habido entre nosotros de grande y sorprendente. Para México estaba solo reservado que las acciones de sus mas ardientes defensores, que todo lo aventuraban en aquella época incierta y amarga, y que nada tenian que esperar, se hayan visto con desprecio; y lo mas singular es, que impunemente a veces se les ha insultado.... pero un dia la posteridad los vengarȧ.

Estos hombres que luchaban con cuanto habia que luchar en una guerra desigual, y contra un enemigo poderoso, que contaba con elementos en todo superiores á los de aquellos, veian con el mas profundo pesar que sus compañeros se desertaban: que iban quedando so.

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los con sus principios y con su valor; y que eran el objeto único de la guerra casi estinguida en el resto del reino. Para reducir à los independientes del Sur, gruesas divisiones marchaban de todas partes al mando de Armijo, Rafols, Berdejo, Echávarri, Moya, D. Felipe Codallos, Dominguez, y el inhumano Huber. Diversos combates tenian lugar en que el éxito unas veces era adverso y otras favorable á la causa nacional; pero cualesquiera que fuesen las víctimas, eran mexicanas en su mayor parte, pues por un soldado espedicionario, morian diez y mas criollos. No fué así en la gloriosa accion que el denodado Pedro Asencio Alquisira, dió el 8 de marzo de 820, al teniente coronel D. Ramon Dominguez (2), en los llanos de la Goleta, en que batió una columna del regimiento de órdenes y de otros cuerpos provinciales, pues en esta vez se dió la accion á campo razo, habiendo sufrido el enemigo grandes pérdidas, siendo la mayor parte de los soldados espedicionarios. Alquisira se presentó en buen orden y formacion, en términos, que parecian sus tropas del gobierno; pero cuando mas lució su disciplina, fué á la hora del combate en que maniobraron con desembarazo y denuedo al toque de corneta con que aquel dirigió sus operaciones.

Cuando esto sucedia, llegaron las plausibles noticias de la Península del heróico movimiento en las Cabezas (3), por los magnánimos Riego, Quiroga y Arco Agüero, que proclamando la constitucion del año de 12, con el ejército llamado de Ultramar, la espedicion preparada quedó frustrada y los corazones liberales latieron de júbilo.

No obstante, Guerrero permanecia en el Sur, sin que las alternativas de la guerra le impidiesen aumentar su nombradía, pues caros pagaban los triunfos que solian alcanzar sus contrarios. Habia organizado mas fuerzas, y la fortuna parecia de nuevo protejerle, haciendo célebre por sus victorias los oscuros nombres de Acatempa, Amatepec, la Goleta, Truchas y Pochote, de donde fueron desalojados los realistas (4).

En el entretanto, como la constitucion española no habia sido bien acogida, segun se ha dicho, por el virey y otras personas influentes, se pensó en derrocarla; y aunque antes no se contó con Apodaca, despues este condescendió por su decidido amor al gobierno absoluto.

La opinion es varia sobre si se trató solo de destruir el sistema liberal, ó de hacer á NuevaEspaña independiente, ofreciéndole á Fernando VII. el trono de México como un asilo contra las empresas de los constitucionales (5). Pero los hechos posteriores, y lo que es mas, el carácter de las personas notables que meditaron el plan, ponen fuera de toda duda que lo primero fué lo que se propusieron. Los verdaderos realistas (6) y las demas personas privilegiadas, viendo el aspecto que tomaban las cosas por el influjo de las ideas liberales, se ocuparon por lo tanto en cortar el naciente mal y en dirigir todo su afan á derrocar la malhadada constitucion.

Desde luego las primeras reuniones se tuvieron en la casa Profesa de esta capital, bajo la presidencia y direccion del padre prepósito y canónigo el Doctor español, D. Matias Monteagudo, de profundos conocimientos, especialEl 9 de junio de 1820, se juró la constitucion mente en el derecho é historia eclesiástica, y no en México con toda solemnidad, sin que impi- estraño en las materias políticas. Asistian á diera que fuese con bastante repugnancia por las juntas diversas personas de las principales el virey y otras personas de las clases elevadas y mas relacionadas del pais; y aunque al prinque la aborrecian en estremo. La adhesion á cipio concurrieron algunas cuyas ideas eran aquella, de la mayor parte de la oficialidad, no por la independencia, luego las fueron aislansolo de la del pais, sino aun de la espedicionado y quedaron aquellas que tenian por esclusiria, en la que se manifestaban algunos exaltados, y especialmente las esperanzas que se tenian de un cambio feliz para todos los habitantes, fundado entre otras garantias en la de libertad de imprenta, aumentó el indulto de los patriotas que habian quedado aislados por diversas provincias.

(2) El Sr. Bustamante en el Cuadro Histórico dice, que fué D. Juan Dominguez, pero este señor estaba en esa época en la provincia de Guadalajara, y es distinto de aquel.

(3) Pueblo de España.

vo objeto el absolutismo. Desde antes se pen-
só en quien deberia ponerse á la cabeza del
movimiento, decidiéndose despues de serias
meditaciones, por el coronel del regimiento de
Celaya, D. Agustin de Iturbide. Este asistió á la
Profesa, y desde luego á su alma emprendedo-
ra ocurrió el plan que deberia poner en planta.
Desde este momento dió vuelo á su génio ina-
gotable y fecundo, como lleno de vivacidad pa-
(4) Cuadro Histórico tom. 5. →
[5] Zavala Ensayo Histórico.

[6] Torrente, revolúcion hispano-americana tom 8.

pag. 132.

ra llevar á efecto sus grandes concepciones, que dieron el resultado con que en 1821 asombró al mundo. Supo con un tacto esquisito penetrar el corazon de todos, cuyas miras conoció hasta donde se estendian, así como su capacidad. Disimiles eran las ideas de las personas que formaban la reunion de la Profesa: diversas igualmente las de algunos patriotas que deseaban ardientemente un órden contrario al de aquellos, pues las nuevas luces, el desengaño de su antigua opinion en algunos, la moderacion en otros, y en los mas la esperiencia y sobre todo el espíritu público desarrollado con vigor por la impresion de imágenes vivas, y por las ideas demasiado consoladoras de libertad y derechos del ciudadano, hacian ya una necesidad pensary convenir en el atrevido pensamiento de la emancipacion de N. España. Los que habian contribuido á los sucesos que tuvieron orígen el año de 10, querian volver á su objeto: los que de algun modo lo habian contrariado, ó habian retrocedido al aspecto de las escenas de terror que se vieron en nueve años de desolacion, apetecian ahora algo y ese algo equivalia à un concepto sublime y grandioso. Iturbide, enemigo terrible de los primeros defensores de la patria, dominándose á sí mismo, dominó á todos, avasallando su voluntad y su confianza, aunque no sin temor por parte de uno que otro de los que habian combatido el sistema colonial. En fin, todos callaron y los que ambicionaban el aniquilamiento de la constitucion se lisongeaban de un pronto resultado: trabajaron, pues, para que se pusiese á las órdenes de Iturbide la division que mandaba en el Sur Armijo, fatigado en hacer su nombre execrable, y el virey condescendió hasta el estremo de lograr Iturbide que se le aprestasen nuevas tropas, y entre ellas su regimiento de Celaya y los dragones al mando de Epitacio Sanchez, con otros cuerpos.

á

Partió el 16 de noviembre Iturbide á su destino con el plan que esclusivamente formó, desechando por consiguiente el que se le habia dado por los conspiradores de la Profesa. En su manifiesto de Sierra, de 27 de setiembre de 1823, dice: "Formé mi plan, conocido por de Iguala; mio, porque solo lo concebí, lo estendí, lo publiqué y ejecuté."

Sin embargo, algunas personas nos han asegurado que el autor fué el respetable Sr. Licenciado D. Juan José Espinosa de los Monteros, y en esto conviene Torrente. Al Sr. Epinosa de los Monteros, toca hacer esta declaracion que la historia exige. Mas cualquiera que sea el que lo formo, está considerado como una obra

maestra en política y el éxito lo ha comprobado. Con una voluntad y corazon libres siguió el impulso generoso que le dictó el mas ilustrado patriotismo. Desde ese momento tan bello, tan poético y tan tierno, los destinos de México variaron. Tuvo una inspiracion, y á esa inspiracion el trono español quedó bamboleándose en Nueva-España.

Llegó Iturbide al Sur sin mas que su fortuna. Rodéabanle muchos gefes y oficiales españoles, y el batallon espedicionario de Murcia: los del pais no podrian serle adictos en su plan. Guerrero, el obstinado é indómito Guerrero, sus segundos Alquisira, Alvarez y otros estaban orgullosos por sus recientes triunfos. Las circunstancias para Iturbide eran difíciles y se complicaban. Estaba, pues, en los momentos para exigir de la historia la celebridad con que otorga el diploma de héroe. La imaginacion se pierde al considerar lo que aquella alma combinaba cuando era el centro de mil opuestas congeturas, cuando sus subordinados respiraban ódio y venganza contra Guerrero y los suyos, y estos y su general correspondian á aquellos en el campo de batalla, haciendo imposible por lo mismo, la uniformidad de sentimientos. Guerrero estaba ufano y con razon, porque era el único que con su conciencia pura sostenia la causa de su pais, y con su patriotismo acrisolado y con su ejemplo, animaba á tres mil quinientos hombres desde el centro del Sur hasta Colima (1) teniendo á sus inmediatas órdenes mas de mil doscientos hombres. Esto indicará el errado concepto de algunos al ponerlo en un estado abatido, y aislado en unas inaccesibles barrancas: que era el único que quedaba en pié por el Sur, es cierto; pero todavía la victoria hacia ondear sus banderas. De otra manera, Iturbide no lo habria considerado tanto, hasta colocarlo como segundo en su combinacion. Se decidió, pues, este, á entrar en conferencias con Guerrero, à consecuencia de algunos descalabros que habian sufrido sus tropas por las de Alquisira, siendo los mas notables los del cerro de S. Vicente y el de la cueva del Diablo, en que Berdejo fué completamente derrotado: en ambos puntos los americanos se batieron cuerpo á cuerpo con los realistas, desplegando aquellos un brio y órden en el acto del combate, que mayor no podria esperarse en tropas mas disciplinadas.

Iturbide sintió cuanto no es fácil decir, este encuentro, y se violentó á escribir al general

[1] Oficio del Sr Iturbide al virey, de 18 de Febre. ro de 1821,

Guerrero, apareciendo á primera vista la politica y circunspeccion de que se valió. Nos decidimos á insertar íntegra la correspondencia que se abrió entre ambos gefes, porque extrac. tarla seria una sacrilega mutilacion, y porque estas cartas forman un monumento de honor para sus autores. Este es el punto de partida para la grande empresa, obra esclusiva de la concepcion de Iturbide, y es la injuria mas atroz á su gloria, y un acto de la mas pérfida de las ingratitudes, decir que obró de acuerdo con los mismos españoles. Iturbide valuó la circunstancias, y solo su génio pudo subalternarlas á su potente voluntad, á su capricho, si se quiere; pero en todo se entrevió el individualismo de gloria con que la fortuna le brindó.

"Sr. D. Vicente Guerero.

Cuaulotitlan Enero 10 de 1821.

Muy Señor mio: Las noticias que ya tenia del buen carácter é intenciones de V., y que me ha confirmado D. Juan Davis Bradburn (1) y últimamente el teniente coronel D. Francisco Antonio Berdejo, me estimulan á tomar la pluma en favor de V. mismo y del bien de la patria. Sin andar con preámbulos que no son del caso, hablaré con la franqueza que es inseparable de mi carácter ingenuo. Soy interesado co. mo el que mas, en el bien de esta Nueva-España, pais en que como V. sabe he nacido, y debo procurar por todos medios su felicidad.

V. está en el caso de contribuir á ella de un modo muy particular, y es, cesando las hostilidades, y sujetándose con las tropas de su cargo, á las órdenes del gobierno; en el concepto de que yo dejaré á V. en el mando de su fuerza, y aun le proporcionaré algunos auxilios para la subsistencia de ella.

tra lo que es de esperarse, no se nos hiciese jus ticia, yo seré el primero en contribuir con mi espada, con mi fortuna y con cuanto pueda, á defender nuestros derechos, y lo juro á V. y á la faz de todo el mundo, bajo la palabra de honor en que puede V. fiar, porque nunca la he quebrantado ni la quebrantaré jamas.

Dije antes, que no espero que se falte á la justicia en el congreso, porque en España reinan hoy las ideas liberales que conceden á los hombres todos sus derechos; y se asegura en cartas muy recientes, que D. Fernando VII. el grande, no ha querido que en las cortes se decidan reformas de religiones, y otros puntos de esta importancia, hasta tanto no lleguen nuestros representantes, lo que manifiesta con claridad, que estos paises le merecen á S. M. el debido aprecio. Ya sabrá V. tambien como por los mismos principios han sido puestos en libertad los principales caudillos del partido de V. que se hallaban presos, D. Ignacio Rayon, D. José Sixto Berduzco, D. Nicolás Bravo etc. Si V. quisiese enviar algun sugeto que merezca su confianza, para que hable conmigo y se imponga à fondo de muchas cosas de las roticias que podré darle, y de mi modo de pensar, puede V. dirigirle por Chilpancingo, que si no hubiese llegado yo allí me espere,que no será mucho tiempo lo que tenga que aguardar; y para que lo verifique libremente y pase mas adeante hasta encontrarme si gusta, le acompaño el pasaporte adjunto; bien entendido de que aunque sea D. Nicolás Catalan, D. Francisco Hernandez, D. José Figueroa, D. Ignacio Pita ó cualquiera otro individuo de los mas allegados á V., volverá libre à unirse, aun cuando no le acomoden las proposiciones mias.

Supongo que V. no inferirá de ninguna maEsta medida es en consideracion à que, ha- nera que esta carta es por otros principios, ni biendo ya marchado nuestros representantes al tiene otro móvil que el que le he manifestado; congreso de la Península, poseidos de las ideas porque las pequeñas ventajas que V. ha logramas grandes de patriotismo y liberalidad, mani-do, de que ya tengo noticia, no pueden poner festarán con energía todo cuanto nos es conveniente; entre otras cosas, el que todos los hijos del pais sin distincion alguna, entren en el goce de ciudadanos y tal vez que vengan á México, ya que no puede ser nuestro soberano el Sr. D. Fernando VII., su augusto hermano el Sr. D. Carlos, ó D. Francisco de Paula; pero cuando esto no sea, persuadase V. que nada omitirán de cuanto sea conducente à la mas completa felicidad de nuestra patria. Mas si con

[1] Norte-Americano que vino con Mina y siendo coronel en el ejército de Guerrero se pasó á Iturbide: hace poco murió de general.

en inquietud mi espíritu, principalmente cuando tengo tropa sobrada de que disponer, y que si quisiese me vendria mas de la capital; sirviendo á V. de prueba de esta verdad, el que una seccion ha marchado ya por Tlacotepec, al mando del teniente coronel D. Francisco Antonio Berdejo, y yo contra iré por el camino de Teloloapam, dejando todos los puntos fortificados con sobrada fuerza, y dos secciones sobre D. Pedro Alquisira.

El teniente corenel Berdejo va á tomar el mando que tenia el Sr. Moya, y le he prevenido que si V. entra en contestaciones, suspenda toda operacion contra las tropas de V. el tiem

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