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gasto ni diligencia, hasta concluir la espléndida obra que habia tenido en espectacion á los poblanos durante veinte años. Acabóse en fin, casi á la hora de comenzar sus solemnísimas funciones, siendo la bendicion el dia 5 de diciembre de 1819, dejando el 6 para adornar el altar, el 7 fueron las vísperas y maitines, y el 8 la primera misa con que finalizó la primera funcion. La segunda se acordó que fuera el dia 10, en que se celebra la traslacion de la casa de Loreto, habiendo precedido vísperas muy solemnes. La tercera fué dia de Nuestra Señora de Guadalupe, con vísperas y maitines. Los artistas principales que trabajaron esta obra fueron D. Manuel Tolsa, director general y gefe de ella, D. José Manzo y D. Pedro Patiño Ixtolinque. El trabajo de los mármoles y mampostería, lo desempeñó el maestro Pedro Pablo Lezama. El de los estucos, D. José Ramirez: la obra de bronce y plata se trabajó en México por D. Manuel Camaño: los cincelados principales por D. Joaquin de Izunza, y la máquina para subir y bajar las puertas, por D. Mariano Vargas Machuca, profesor de relojería.

DESCRIPCION.

No entraremos en discusion sobre si D. Manuel Tolsa erró en el tamaño de esta pieza, solo diremos que en caso de ser cierta esta falta, mejor es que haya pecado por defecto de grandiosidad y no por el de timidez y mezquindad: lo cierto es que la obra es magnífica, brillante y única en su género.

La altura del tabernáculo desde el pavimento hasta la cabeza de la estatua de San Pedro con que finaliza, es de 25 varas, su planta es circular, y su órden corintio. Sobre un zócalo de un hermoso mármol verde transparente, cuya basa es de mármol negro con veta blanca, se levanta el pedestal: este se compone de su moldura baja de mármol rojo color de bol de Armenia, el cuerpo ó neto es de un esquisito mármol, fondo blanco aperlado y veta muy menuda y enmarañada, azul oscuro, el fondo de Jos vaciados es de morado con veta atravesada menuda, en los que están colocados graciosos adornos de bronce, dorado á fuego. La moldura alta ó corona del pedestal, incluso el collarin, es de mármol blanco entre ceniza y en

carnado.

En cada ángulo se presentan dos de estos pedestales, resaltando en un macizo que comprende un grupo de cuatro columnas: la masa principal de este macizo denota ser de mármol rojo, y en el hueco que hay entre uno y otro pedestal se halla una puerta que da entrada al

panteon de los obispos, siendo estas una en cada ángulo.

El marco de dichas puertas es de color entre cenizo y encarnado, y sobre cada pié derecho ó jamba, está colocada una menzola de bronce dorado, recibiendo estas un frontis semicircular de mármol, adórnando el centro de este un hermoso serafin de bronce dorado, con dos festones que le salen del cuello, del mismo metal, formando el todo una graciosa portadita felizmente pensada.

En cada frente está un altar, con sú mesa de mas de 3 varas de largo, de mármol encarnado, recibida cada una por cuatro menzolas con sus jambas que bajan hasta la basa, de bronce dorado, estando dos en cada estremo; el centro es de mármol verde con un círculo en el medio, formado de un bocelon tallado en bronce dorado y una Cruz griega del mismo metal sobre fondo de mármol morado. A los lados de este círculo están tableros variados con centro del mismo mármol morado, haciéndoles marcos unas hermosas molduras de hoja, con un cua_ drado en cada esquina, con un rocéton picado todo de bronce dorado, como tambien los adornos del medio del tablero, y una hermosa moldura de ovos que recibe la mesa del altar.

Sobre cada uno de estos se levanta un Sagra_ rio tan sencillo como gracioso, pues se compone de un macizo cuadrilongo de mármol verde trasparente sobre zócalo de rojo: en el medio se ve una puerta de bronce dorado con un bajo relieve de plata 'dorada, cincelado, que representa un Divino Pastor, con su marco de metal. en la parte superior de esta hay un grupo de ́serafines con trigos y uvas tambien de metal.

A los lados están dos columnitas de órden compuesto, de alabastro, con sus capiteles y bases de bronce dorado: estas reciben la corniza que ingeniosamente está formada, no del órden que le corresponde, sino de la moldura alta del pedestal. Sirve de remate á cada Sagrario una elegante escoria de mármol rojo con festones y clavos de bronce, la que recibe una peana con un hermoso Santo Cristo, todo de bronce, hasta la Cruz, teniendo el todo mas de 11⁄2 varas de alto: como estos altares son cuatro, los bajos relieves de las puertas de sus Sagrarios son distintas, á saber: en el frente del coro, el que se ha dicho: en el lado de la epístola está Rut con sus espigas: en el del evangelio, Josué y Caleb, con las uvas, y en el que mira al altar de los Reyes, un cordero sobre una nube. Los espacios que hay entre los Sagrarios y los costados de los pedestales, son ocupados por tres escalones ó gradas de mármol rojo, con grecas de bronce, y del mismo metal son

los ornatos de todos los tableros del frente y nueva y servirá de modelo á nuestros pósteros. costados de los pedestales.

Las hojas que cierran las puertas son de esquisita hechura en maderas finas de caobilla, bálsamo, y otras, decoradas decentemente con bronce dorado.

Sobre cada ángulo de los cuatro de este basamento bajo, ó pedestal, se elevan cuatro columnas de siete varas de altura de mármol morado, todas istriadas y de una proporcion admirable con basas y capiteles de bronce dorado, sin omitir en ellos, así en sus partes mayores como en las mínimas, cuantas circunstancias y rigidez pide el órden corintio à que pertenecen. Entre una y otra istria está adornado el espacio que resulta con fajas de alto á bajo de bronce dorado.

Por lo dicho se verá que diez y seis columnas son las que reciben la cornisa correspondiente: esta forma un anillo admirable en su construccion, y lucidísimo en su forma; por la parte interior es circular, y por la esterior tiene en cada ángulo un trozo resaltado que corresponde á las dos columnas que se avanzan del pedestal.

Sea por los costos que debia tener, ó por temor de que la obra padeciese detrimento con el inmenso peso de los mármoles, y mas con los temblores de tierra de que es susceptible esta ciudad, lo cierto es que se continuó de estucos, los que se puede asegurar no podrán mejorarse, y compiten con los inármoles: comienzan por el arquitrabe de la cornisa, el cual es de estuco color rosado con veta color de yema de huevo, adornando las divisiones de sus canecillos ó fajas en el inferior un perleton; en la superior una moldura de hoja, y coronando este otro de esquisita talla, y dorado sin defecto. El friso es verde con veta caña y negra, con un elegante adorno dorado de excelente trabajo, y lo mismo el dorado: sigue una hermosa moldura de hoja dorada, la que recibe los dentellones, que son de un blanco leche con lustre amolado; á continuacion está una moldura de óvalos tambien dorada, la que sirve de recipiente á los modillones, que tambien son dorados y de esquisita talla; estos sustentan el paflon de la cornisa, el que es de estuco azufrado con sus correspondientes cazetones con fondo negro muy brillante, y sus rosetas y guarniciones de hoja dorados. Corona esta cornisa una gola reversa muy bien ejecutada de estuco blanco, la que se divide del paflon por su correspondiente moldura de hoja dorada, y con esto concluye el cuerpo arquitectónico de esta obra, que aunque pasen siglos, siempre será

TOM. I.

El adorno interior del friso de la cornisa se compone de unos hermosos serafines alternados de festones de flores que hacen muy buen efecto: en la parte superior de cada frente hay un frontis semicircular que mira al esterior, ocupando sus resaltes ángeles jóvenes de muy buena escultura, en ademan de adoracion y otras posturas, siendo estos mayores que el natural, de estuco blanco: el grueso del anillo está cazetoneado con fondo negro y rosetas doradas.

El segundo cuerpo ó domo de la cúpula, forma un ático, presentando en cada frente una fachada compuesta de dos pilastrillas sin capitel, de estuco blanco, y sus entre-calles, que son vaciadas de verde con vela caña y negra, dividiendo ambos estucos molduras de hoja bien dorada: sigue una cornisa con sus correspondientes molduras alternadas de estucos azufrados y blancos con molduras de ovos y hoja tambien dorados, coronando estas fachadas sus correspondientes frontis triangulares, cuya cornisa corresponde á la anterior, y el centro ó tímpano, de estuco morado.

En el centro de cada fachada de estas, preside una ventana que forma un arco, cuyas enjutas son de estuco morado, y el arco lo forma un liso con una moldura, dorado todo, apagado, con sus bruñidos donde conviene, descansando estos arcos sobre una imposta de estuco azufrado con molduras doradas, pegando esta en lo restante de la obra, siendo el muro principal (de la imposta abajo) de estuco rosado con veta caña. Las jambas colaterales de dichas ventanas, que tambien son rosadas, tienen tableros vaciados con fondo de un bello estuco negro con veta blanca y sus correspondientes molduras doradas que las adornan: los gruesos de los arcos son de estuco rosado; están artezonados con cazetones negros con sus correspondientes guarniciones y rosetas doradas de molduras de hoja. En los remates de los tímpanos están colocados en cada uno un grupo de dos niños, sosteniendo un escudo con geroglíficos de la Santísima Vírgen, con laurelones, palmas y otros adornos, que hacen dichos grupos muy apreciables por su composicion y muy sobresaliente escultura, los que son de estuco blanco con dorado donde es necesario.

En los ángulos, en los espacios que quedan de las portadas de los frentes, hay otras ventanas del mismo gusto de las de los frentes, y á los lados de cada una de éstas están dos jambas de estuco blanco con vaciado verde con veta caña y negra: éstas reciben una hermosa 37

mensola istriada y dorada con oro bronceado la obra, arriba de cada puerta, está colocada

y bruñido, y sobre ellas un gracioso serafin de oro verde apagado: dichas mensolas están coronadas de las impostas de las ventanas, y reciben un elegante jarron de estuco azufrado con dorados competentes.

De estas mensolas, que son 8, rompen otras tantas jambas, que forman la cúpula, uniéndose en el centro: esta es de punto agudo y no esférica, y aquellas de estuco blanco con un adorno dorado que cubre todo el vaciado de su entrecable. A los lados de estas jambas acompañan unas fajas inferiores de estuco verde, jugando semicircularmente en los arcos de las ventanas de los ángulos: inferior á esta se advierte otra faja de estuco negro muy ancha, la que pertenece al cascaron de la cúpula, pues las anteriores son supuestas, así como unas lápidas triangulares de estuco rosado y mancha morada que adornan los ángulos de estos gajos. En la division de cada faja hay cuerdas de molduras de varias hechuras de buen gusto, y tambien doradas.

Corona esta cúpula un zócalo de estuco negro con un bocelon dorado, lo que sirve de peana á una estatua de S. Pedro apóstol de estuco blanco, hincado en una nube con serafines dorados, con su libro en una mano y mostrando con la otra las llaves, todo de buena escultura.

El interior de la cúpula es muy hermoso, principalmente por la simetria que guarda; sobre la cornisa que, como se ha dicho, es circular, se presentan en iguales distancias las ocho ventanas; en los espacios que hay entre una y otra, se levantan dos pilastras pareadas de estuco blanco y tableros verdes, coronándolos la imposta misma que juega por fuera: de éstas rompen dos jambas tambien pareadas, las que finalizan en el punto céntrico de la cúpula: dichas jambas son blancas, ocupando sus entre-calles lucidas grecas doradas; à éstas se siguen sajas verdes sobre centro negro, y lápidas rosadas, guardando el mismo órden que describimos en el esterior de la cúpula, y en el centro hace punto un hermoso roseton dorado. Volviendo á la parte exterior, una gran ráfaga en cada frente sorprende al espectador; éstas son de bronce dorado de cinco varas, y están colocadas en las medianías de las cornisas entre los dos ángeles que hemos dicho, están en los resaltes de los frontis; en el centro de estas ráfagas está el Santo Nombre de María Santisima, en una graciosa cifra cercada de nubes y serafines tambien de bronce dorado.

una estatua de Santos Doctores; en el frente está S. Gregorio y S. Gerónimo y á la espalda S. Agustin y S. Ambrosio; éstas son de estuco blanco espatulado y tres varas de tamaño, con sus báculos, cruceros y plintos dorados, y están sobre peanas de mármol negro de buena figura.

En el centro de todo este edificio se elevan cinco gradas circulares de mármol negro, y sobre ellas un pequeño tabernáculo que sirve de Sagrario: la arquitectura de este no pertenece á ningun órden; es un elegante ático de cuatro frentes, bien pensado, y se compone de un zócalo alto de mármol negro y morado, bien adornado y de bronces: en cada uno de sus ángulos se levanta una cartela tambien de mármol, que sirve de sustentante de la cornisa; en el estremo superior tiene por remate una mensola de bronce dorado, y en la vuelta del inferior un grupo de serafines con uvas y trigos, tambien de bronce, y lo mismo una greca en el vaciado ó entrecalle del cuerpo de la cartela, siendo éstos cuatro. Entre estas está una puerta semicircular en cada frente con sus marcos de bronce dorado: las hojas que cierran estas son de plata dorada, representando cada una un bajo relieve de un Sto. Evangelista, cincelado: dichas puertas suben y bajan por medio de una máquina para descubrir y depositar á N. S. Corona este cuerpo una cornisa de mármol adornada con una moldura de ovos de bronce dorado, del que tambien son los adornos de las enjutas de las puertas; cierra á esta pieza una cúpula de una sola piedra de 1⁄4 vs. de diámetro y tanto esta como lo demas del zócalo arriba, es de mármol de color entre cenizo y encarnado, adornan doesta cúpula, en el esterior, cuatro gajos de buen gusto de bronce dorado. A cada arco esterior de las puertas, se agregó posteriormente un grupo de serafines de bronce con laureles modelados y trabajados en Puebla.

Concluye esta hermosa pieza sirviendo de peana á la magnífica estatua de la Purísima Concepcion, tan humilde en su amable posicion, como excelente en su estructura. Esta hermosa imágen fué trabajada en madera por el mismo D. Manuel Tolsa, cuyo original se conserva en la capilla del palacio episcopal, y despues moldada y vaciada en bronce de una sola pieza, á excepcion de la cabeza, manos y serafines, por direccion del mismo; su postura es airosa y bajo las reglas del arte, y sus ropas son admirables; el trozo del manto que vuela hácia adelante, no tiene precio: písa soEntre las cuatro columnas de cada ángulo de bre nubes y la serpiente, las que con una gra

ciosa irregularidad asientan sobre la cúpula
del tabernáculo pequeño. El dorado es sor-
prendente por su hermosura é igualdad; cosa
peregrina en una pieza tan voluminosa y de un
peso enorme: los inteligentes que conocen la
delicadeza de esta operacion, aun en piezas
manuables, rinden el debido homenaje á su au-
tor el célebre platero D. Simon Salmon, el que
en esta pieza ha eternizado su nombre, así co-hosario con su tapa redonda de mármol.
mo con mucha ventaja el Sr. Tolsa por el todo
del tabernáculo. Tiene de altura esta singu-
lar estatua, mas de 3 varas, y su peso es de 20
quintales, exceptuando los serafines, aunque
sobre esta noticia no tenemos una seguridad
que satisfaga. Se dice que su costo fué de
32200 pesos.

do el largo de la lápida que le corresponde, en
cuya parte inferior, en un seno que se hizo al
intento, están sepultados los restos de los anti-
guos obispos que se depositaban en el antiguo
tabernáculo, sobre cuya cubierta se colocó en
una caja al Illmo. Sr. Biempica, fundador de es-
ta obra, y sobre esta la del Sr. Perez, quien la
acabó. En el medio del pavimento está un

En los cuatro ángulos de la cornisa del pequeño tabernáculo, acompañan á la estatua dicha, otras de cuatro ángeles niños, que cada una deberia ser objeto de atencion: estos son mayores que el natural, de bronce dorado, con los atributos de la Santísima Vírgen, formando el todo un grupo magestuoso, y solo esta pieza pudiera ocupar dignamente el altar principal de cualquier Catedral. Desgraciadamente disfruta poca luz, pues por elevarse el tabernáculo lo necesario para esconder las puertas que sirven para cubrir el Santísimo en su pedestal y cinco gradas, esto obligó al autor á tolerar este defecto.

El panteon llama ciertamente la atencion: éntrase á él por las dos puertas delanteras, bajando por escalones de mármol negro; su forma es una verdadera rotunda, en la que á poco de estar, es dificil acertar con los rumbos: su pavimento es de un gracioso embutido de mármol negro y blanco; forma un zócalo á toda su circunferencia, unj órden de lápidas de mármol blanco, completamente cuadradas, con dos tiradores, cada una de bronce dorado; el fondo que las divide es de mármol negro, y cada una sirve de cubierta à un sepulcro; siguen otras separadas de las primeras por unas molduras, siendo las segundas tambien de mármol blanco sobre negro, formando unos tableros cuadrilongos resaltados, que se prolongan hasta cerca de la bóveda. Esta es casi plana, obra verdaderamente maestra; pues ademas de es tar bien hecha, soporta el peso del tabernáculo y estatua de la Concepcion. Su adorno es de estucos y está en consonancia con los muros laterales, finalizando en su punto céntrico con un bocelon tallado, muy bien dorado, y una roseta con su argolla para lámpara.

En el lugar principal frente á la espalda del principal altar, está un sepulcro que tiene to

Circunda á este monumento un zócalo que forma el presbiterio, de mármol rojo y negro con un balaustre que se hizo provisional, el que á la verdad no corresponde á una obra tan lucida. Tambien seria oportuno se verificara el proyecto de los nuevos ambones para el complemento de la obra.

ALHAJAS.

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Una coleccion de cuarenta y ocho acheros, (que llaman blandones,) de plata con sobrepuestos dorados; de 1 1/1⁄2 vara de alto, de muy esquisita hechura, soportan otras tantas hachas de cuatro libras, y ocho blandones que por equívoco llaman hacheros, cuyos cirios son de una arroba, siendo dichos blandones tambien de plata con sobrepuestos dorados, y una figura que no se puede inventar mejor, tienen 23⁄4 varas de alto: con esto se adereza el tebernáculo los dias de primera clase.

Cuatro hermosas jarras de plata bruñidas, con sus ramilletes de plata copella de 23⁄4 varas de alto, se interpolan entre los blandones dichos, y á mas en el tabernáculo otras cuatro jarras iguales á las otras, con sus ramos aunque de 13, varas de altura.

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Veinticinco candiles, entre ellos seis lámparas, penden de las bóvedas de la iglesia, siendo los mas notables dos que están á los lados del tabernáculo de mas de 3 varas de alto y treinta luces cada uno: y la hermosísima lámpara que pende de la gran cúpula, obra maestra de platería, la fabricó el patron D. Diego Lários, sujeto muy inteligente en su arte, se estrenó dia de Corpus, del año 1751, pesa 3686 marcos, 2 onzas, 4 ochavas, y costó 67,000 pesos, es obra que llaman mestiza, por ser de plata con sobrepuestos dorados, admite sin confusion cuarenta y dos luces, tiene de largo 9 varas escasas, el diámetro del cuerpo 21/, varas, y su circunferencia 7 varas, sin los albortantes consta de 1804 piezas. El cabildo conserva una descripcion completa de esta lámpara, hecha por D. Javier Izunsa.

Con este magnífico aparato acompañado de una completa tapicería de terciopelo que cubre las columnas de la iglesia, y bellas alfombras

que regalo para este dia el Illmo Sr. D. Joaquin Perez, y á la luz de 778 bugías se estrenó este magnifico tabernáculo el dia mencionado.

Ademas de lo dicho tiene otros juegos de candeleros para su uso en las funciones de 2. clase y subalternos, atriles ó facistoles, siendo uno de esquisita echura,otros 4 hacheros de 2 varas para las 2.as clases, ciriales y cruz y otros de bronce dorados para todos los dias, dos juegos de pedestales para estas, portapaces, 6 cetros de esquisita hechura, 6 varas para el palio: salvillas, picheles, 2 incensarios de oro con su naveta y otras cosas.

La custodia que sirve el dia de Corpus y jubileo circular, es de oro de mas de vara con multitud de diamantes por una faz, y por la otra esmeraldas: se estrenó el 1. de junio de 1727. Otra hay de oro tambien de cerca de vara, el sol está montado en muy buenas perlas; su pié es obra esquisitamente trabajada en oro de colores cuya delicadeza no tiene que envidiar al trabajo estrangero, está adornada de esmeraldas, brillantes, topacios, ametistes, granates y perlas muy netas, acreditando en esta obra la pericia de su autor D. José Isunza. Se estrenó en setiembre de 1803. La cinceló D. Antonio de Villafañe.

Entre los muchos esquisitos vasos sagrados del servicio de esta Santa Iglesia, se señalan dos de oro, uno aunque antiguo, de un esquisito trabajo y elegante forma, el otro moderno de oros de colores, igual a la custodia, echo por el mismo Isunza. Del mismo es el eleganto tenebrario, cuya pieza merecia que se grabara en lamina, por ser dificil su esplicacion: tiene cerca de 8 varas, su diseño fué dispuesto y fabricado en madera de ébano, por D. José Mariano Castillo, profesor de mucho crédito en esta ciudad, està ricamente adornado de plata, siendo objeto de admiracion à todos los que

lo ven.

CUSTODIA O TORRECILLA.

No es estraño que esta bellísima pieza haya parecido á los inteligentes obra del célebre Juan D'arfe y Villafañe, ó de su escuela, y mas corriendo la falsedad de que era regalo de Carlos V. Véase la descripcion de la custodia de la Catedral de Sevilla, por D. Agustin Cean Bermudez, impresa en Sevilla en 1804, y dándole el justo elogio que merece, compárese con la que hacemos de la nuestra.

Tiene esta pieza 256 varas de altura. Consta de cuatro cuerpos, sin una peana que despues se le agregó: la planta del primero es exágona, y su arquitectura de órden corintio, la

que consta de doce columnas sobre sus pedes tales: están pareadas recibiendo su correspondiente corniza con una bóveda artezonada de esquisito trabajo. Los pedestales de cada ángulo son unidos y tienen un avance que sirve de repisa á una estatua de muy buena escultura agrupando muy bien con las dos columnas a que se acompaña, cuyas estatuas son seis, David, Melchisedec, Zacarías, Eccequiel, Abacuc y Miqueas. En los netos de los pedestales hay veinticuatro bajos relieves de los Patriareas, cuatro en cada resalte de estos, dos en cada columna y dos en los costados de dichos pedestajes: en los espacios que corren de uno á otro, hay seis bajos relieves, uno en cada frente, muy bien cincelados, los que representan los pasages siguientes. Los sacrificios de Cain y Abel, Abraham con los tres ángeles, José con sus hermanos encontrando la copa en los sacos, la primogenitura de Jacob, la serpiente de metal y los israelitas cogiendo el maná.

En el friso de la corniza se notan los bajos relieves siguientes. En los trozos que resaltan en cada ángulo hay veinticuatro Santos mártires y penitentes, y en los frentes la historia de Nuestro Señor Jesucrito, cuyos pasages son: la predicacion en el desierto, los cinco panes, los peregrinos de Emau, Zaqueo, vocacion de los Apostóles, el convite del fariseo.

En dichos resaltos hay seis estatuas, coronando la corniza San Juan Bautista, San Pedro, San Pablo, San Andrés, Santiago mayor y menor, tras de cada estatua están dos graciosas pirámides, siendo por todas doce. En el centro de este primer cuerpo está el cenáculo, todo de buena escultura.

El segundo cuerpo se compone de otras doce columnas pareadas, corintias, sobre pedestales, y su corníza del mismo órden, adornando su friso bajos relieves de ángeles, coronándola en el mismo órden que la primera, doce pirámides y seis estatuas, de Salomon, Santa Isabel, San Zacarías, San Joaquin, Santa Ana 7 San Juan Evangelista. Cierra este cuerpo una bóveda dorada artesonada, y ocupa el lugar principal un zócalo con seis santos doctores, de bajo relieve, seis estatuas de ángeles jóvenes y un sustentante para el sol, con la sagrada Hostia, que se colocaba en aquel tiempo.

Consta el tercer cuerpo de seis columnas del mismo órden que los anteriores, y tanto estas como las otras son istriadas los 2/3, y el inferior adornado con labores agradables y de mano diestra. Dichas columnas están sobre pedestales, y soportan su corniza, cuyo friso está adornado con follages y serafines, rematando

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