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THE NEW YORK PUBLIC LIBRARY.

ASTOR, LENOX AND TILDEN FOUNDATIONS.

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EL JUGADOR.)

H

ACE mas de un año que entró Julian á mi casa una mañana, sumamente agitado.--Inmediatamente, me dijo, vénte conmigo.-Tengo que esperar....-No lo esperes, me replicó, cortándome la palabra, sigueme, importa mucho. Yo aprecio mucho á Julian, su agitacion me manifestaba que era cierto lo que me habia dicho, y no vacilé en acompañarlo.

Vamos, me dijo al salir, á la casa de mi hermano, hoy embargan sus muebles y es necesario impedirlo porque quedaria en la miseria. -¡En la miseria!.... ¿Pero por qué van á embargar sus muebles?

-Por deudas.

Dos meses despues vino la esposa de Luis el jugador, á mi casa, á consultarme sobre la separacion de su marido.-No tenemos que comer, me dijo, y sus hijos se mueren de hambre.

-Pero él tiene sesenta pesos mensuales que le consiguió su hermano.

-Los juega, y juega tambien una cantidad que mi padre me envia en clase de alimentos cada mes, y mientras él pasa la noche frente al tapete, sus hijos lloran; y cuando al dia siguiente vuelve con sus ganancias, ya lo esperan mil compañeros que roban á mis hijos el pan y las caricias paternales, y se reune con aquellos,

-¿Y por qué no presenta tu hermano otros y pasa el dia en orgías, y juega allí tambien y bienes?

-Porque no los tiene.

-¿Y su hacienda?

-La vendió.

-¿Y su casa de comercio?

-La vendió.

-¿Y sus fincas urbanas?

-Las vendió.

pierde, y vuelve á su casa á jurar y à reñir y á maldecir á sus hijos.

-Una esposa, una muger, tiene muchos medios de amor y dulzura con que dominar al hombre, y vd. habria podido obligar á su esposo á guardar algo cuando gana y á buscar con ello una subsistencia....

-Nunca gana, señor. Por una ganancia tie

-¿Pero qué ha hecho con todo ese dinero? ne cien pérdidas; y sobre todo, un jugador no le dije impaciente.

-Jugar.

Llegamos á la casa, el ejecutor habia concluido y estaba haciendo el inventario de los muebles que estaban en el patio. Nada habia en la casa, ni un cuadro, ni una alfombra, ni una silla; nada quedaba sino una cama, y sobre ella algunas piezas de ropa. Junto á la cama estaba la esposa del hermano de Julian, pálida, convulsa, paseando una mirada seca y ardiente por los elegantes frisos de las paredes, que contrastaban con el vacío de las piezas: esta mirada se fijó por último sobre sus hijos, y una lágrima humedeció sus párpados. Despues me dijo que su esposo no habia vuelto desde la noche anterior, y que al salir le habia mandado que entregara unos muebles que habian de venir á llevar. Mis razones no produjeron efecto en el ejecutor, habia ya comenzado y era necesario concluir; se llevó todo, y cuando yo salia, se la pasaba en conversacion en la puerta de la casa con un amigo, y al pasar solo pude oir:,,por jugador."

tiene freno, porque pierde la vergüenza y honra, porque no tiene afecciones y no ama á nadie. -Pero sus hijos serán para él....

-Sus hijos serán víctimas de la depravacion de su padre, serán quizá jugadores, robarán tal vez, y morirán sin honor.... en un patibulo, conducidos allí por el ejemplo de su padre.....

La infeliz esposa no pudo concluir, los sollozos ahogaban su voz.

-No tema vd., le dije, el amor paternal los salvará á todos. El debe amar á sus hijos, los ama sin duda.

-No, no los ama; no ama ni al dinero mismo que gana, ni al dinero que pierde; su corazon está embotado ya por las ansias del juego, por esa sensacion infernal que pone en silencio á los jugadores cuando se comienza á correr la baraja. Su corazon es ya insensible, nada desea sino la mesa de juego. En su presencia se reanima, se extasía cuando el juego comienza, ¡oh! yo lo he visto, se estremece de placer, sus ojos secos y apagados brillan de nuevo,

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