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de quienes recibimos las primeras impresiones que nos acompañan hasta el sepulcro, son las únicas capaces de dar å la patria buenos ciudadanos. Esparta, Grecia y Roma, nos ministran la prueba; mas si se descuida la educacion de esta bella mitad del género humano, si únicamente el orgullo y el capricho la ha de gobernar y dirijir ¿por qué nos admiramos al ver entre nosotros en lugar de Espartanos, Sibaritas?

Yo no estoy de acuerdo con los ascéticos rigoristas que llaman delito al amor; para mí es un destello de la divinidad, es un gérmen de todos los afectos mas dulces, y de cuantas deli

cias puede gozar el hombre, es un entusiasmo
que abraza todos los transportes de la imagina-
cion, y todas las sensaciones sublimes, es en fin,
un impulso de agradecimiento hacia el Criador.
Mis pecados de amor, que son los únicos que
me podrán imputar, los manifiesto sin disfraz,
por que nada sé disimular ni fingir: yo amo, yo
busco el placer; pero mi corazon no es corrom-
pido, y desecha los deleites que ofrece el vicio.
Estoy lleno de debilidades y defectos; pero
no de crimenes, ni delitos.
Abril 18 de 1844.

FELDT.

MODAS.

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AUNQUE mayor placer tengo y estoy mas'en mi elemento cuando escribo para las damas, micargo de redactor me obliga á prescindir algun tan to de mi gusto, y'consagrar un artículo de vez en cuando á la mitad fea de la especie humana

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y á la que para servir å vds. pertenezco. Así, pues, como no todo ha de ser vida y dulzura, y los querubines, vistos á buena luz no tienen sexo, aunque yo me haya querido acojer al femenino, bueno será haga algo en obsequio del otro, que si está de mi olvido un poco quejoso, no deja para ello de tener razon. Mas vale tarde que nunca, dice el refran, y para confirmar esta verdad, satisfagó mi deuda y espero dejar contentos á mis suscritores elegantes, ó que aspirán á serlo.

Partiendo del principio inconcuso de que invierno y verano son dos cosas distintas, y que por consiguiente las exigencias del uno no deben ser como las del otro, y habiendo comenzado á esplicarse el segundo, indispensable es proscribir cuanto revele Febo, y adoptar un traje lijero y fresco, que en ninguna parte conviene mas que bajo nuestro ardoroso cielo. Géneros delgados y colores claros son los caracteres distintivos de la estacion, así es que los casimires llamados de verano, las sedas, los piqués, los driles y particularmente los géneros

que

llevan el nombre de tounie y popeline, últimas concepciones de la infatigable moda parisiense, son los preferidos por los jóvenes de buen tono.

TOM. I.

Los Sucs, ó surtout, que son de tanto gusto para mañana, y para llevarse por la noche al teatro, se hacen ahora de touine gris, de solapa ó derechos, siendo mas elegantes los primeros; cuello y vueltas de seda del color del sacó negra. Esteriormente llevan de ordinario tres bolsas, sin guarnicion ninguna, y se acompañan perfectamente con pantalones de dril rayado y chaleco de piqué. La variacion mas notable en el traje actual, consiste en la forma de los chalecos, que tiene su poco de analogía con la que empleaban en México los sastres del tiempo de Iturrigaray. He visto retratos de esa época en que se encuentran chalecos muy semejantes al que lleva la segunda figura de la estampa. Pero sea lo que fuere, esta es la moda, y como todas las de su sexo, manda dictatorialmente y quiere ser obedecida sin réplica.

Los chalecos, pues, símbolo de la inmensidad, y fiel imágen del progreso del siglo, invaden ya mas de lo debido el territorio del pantalon, à quien parece tratan de dominar con yugo férreo. Se hacen de dos maneras, con vuelta y sin ella, ambos son muy elegantes; pero si algo vale mi opinion en el asunto, deben preferirse los derechos por mas sencillos, y sobre todo, por mas raros. Es costumbre dejar sin abrochar el último boton, signo de un estudiado negligé, y á veces para que ni la tentacion le ocurra à un pobre diablo de contravenir á tal precepto, los sastres cuerdamente tie

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nen á bien suprimirlo con el laudable objeto plicado dibujo, decoran ambos lados de las cade que velis nolis quede algun tanto abierto. sacas. Así para esta pieza del vestido, como Los derechos generalmente se hacen de capara pantalones, es acreedor Sorcini (2) á que chemir caña y boton dorado, y tambien gustan se le cite con elogio. En línea de corbatas, la mucho de piqué blanco con boton igualmente estacion exije que sean lijeras mascadas ó padorado. Para los de vuelta, aunque nada im- ñuelitos, generalmente de cuadros, excepto en pide que se hagan de otra materia, se prefieren las grandes ocasiones, para las que se reservan la seda y popeline, siendo estos lo mas suave, las corbatas negras de raso. último y perfecto de la elegancia. Las sedas de aguas son grandemente apetecidas.

Casimires de verano y driles, es hoy lo de mas

gusto para pantalones, y los primeros, rayados ó á cuadros, (frase técnica) agradan mas que los absolutamente lisos, cuando se llevan con levita ó frac de fantasía; pero no son buenos compañeros de un frac de etiqueta, sino los lisos de color claro, y sobre todo, los negros.

Las levitas se llevan hoy algo cortas de falda y de inmensa solapa, quizá por el sistema de las compensaciones, y los colores mas en uso son el verde, el color de vino y el azul. Nuestros buenos amigos y colaboradores, MM. Cussac y Gaillard, (1) cuyo establecimiento puede llamarse el foco de la elegancia, y el santuario del buen tono, nos han enseñado una multitud de preciosos géneros que acaban de recibir de Paris, entre los que merecen una mencion especial el touine gris para paletós, primorosos cortes de chaleco de popeline, y sobre todo, un magnífico paño azul imperial para levita, que

arrebata los corazones.

Si dudais, suscritores queridos, de mi verdad, no hay mas que acercarse á la calle del Espíritu Santo, allí encontraréis ancho campo donde aliviar un poco el bolsillo, por si estuviere demasiado lleno, y llevaréis en cambio piezas esquisitas que os harán el modelo de algunos petimetres, y os atraereis quizá con ellas las miradas de algunas chicuelas.

Continúa imperando en los fracs la moda de los anchos faldones, y las solapas son asimismo de primera magnitud. El negro, el pasa, el ala de mosca, son los colores dominantes, y algunas veces gruesos botones de metal de com

[1] Calle del Espíritu Santo.

Los sombreros se llevan de ala ancha y copa alta, un poco mas ancha por arriba. El pater patrum en la materia es Ancessy. (3) Su buen el excelente material de que usa le regusto y comiendan; pero he visto tambien algunos sombreros de Falcony, (4) especialmente blancos, que son sin duda el chef d'ouvre del ramo.

Shallier (5) continúa gozando del buen nombre que su pericia en el arte le ha adquirido, y á pesar del calor se tiene como mas elegante el pelo largo y rizado en torno de la cabeza. Un abundante surtido de perfumería, guantes y bastones, da nuevo atractivo á su tienda, visitada ya por las primeras notabilidades de la moda.

Estas son, amigos mios, las noticias que tengo por ahora. Ven vds. si soy complaciente masculinas, dejo de tener un rato de convseracuando, por ponerlos al cabo de las novedades

cion con mis nunca olvidadas suscritoras. Hu

biera podido muy bien omitir este artículo, disculpándome con que ya habia pagado por mí

el bueno de Asmodeo; pero como para entre nosotros, tuve aquella alusion borrical por una decir á vds. algo de sustancia, y con la formasolemne malacrianza, no he querido dejar de sabe. lidad y buena educacion que todo el mundo

Así, pues, atentamente me despido hasta otra vez, besando á vds. la mano, suponiendo que la tengan limpia, y ofreciéndome á sus ordenes. QUERUBIN.

[2] Calle de la Palma[3] Portal de Mercaderes. [4] Portal de Agustinos. [5] Calle 2. de Plateros.

LITERATURA ALEMANA.

AUNQUE la lengua alemana, sin disputa, la mas Juan Pablo Federico Richler (continúa el mis

mo,) conocido comunmente bajo el nombre de Juan Pablo, es uno de nuestros mas eminentes escritores: nobleza y elevacion de sentimientos, fecundidad prodigiosa, imaginacion inagotable en bellísimas imágenes, sublime estilo, todo lo bueno en fin, todo lo bello se encuentra en los escritos de este autor."

Contrayéndonos ya al Sueño Terrífico, (Der Schaudervoller-Traum), creemos que de preferencia á nuestra propia opinion sobre su mérito, conviene citar alguna otra respetable, y al efecto traducimos la del profesor Klatowsky.

rica de cuantas se hablan hoy en Europa, no haya sido absolutamente cultivada entre nosotros, no por eso nos son desconocidas las producciones de algunos de los mas distinguidos ingenios alemanes. No puede negarse, sin embargo, que el conocimiento que de ellos se tiene es generalmente imperfecto y superficial, porque sobre ser fundado en traducciones francesas, no todas de grande mérito à la verdad, el número de estas es bien reducido puesto que se limita á ciertas obras entresacadas del inmenso catálogo de autores que ha producido y produce uno de los pueblos mas fecun-,,Este sueño, dice, tan atrevido como poético, dos de Europa. Es igualmente cierto, por estraordinario que parezca, que los traductores de Francia, á pesar de su actividad y diligencia, no han conseguido todavía trasladar à su lengua todos aquellos escritos inmortales que el orbe literario mira, y con razon, como otros tantos timbres de gloria que han ganado las diferentes naciones de Alemania.

Y si no todo lo que merece los honores de una traduccion es traducido, no es solamente por la razon que ya he insinuado, sino porque la literatura alemana abunda, cual ninguna de las modernas en producciones de un género tan nacional y característico, que no siempre es dable trasladarlas á otro idioma sin desfigurar su misma esencia lastimosamente. Esto tal vez habrá sucedido con la pequeña traduccion que va en seguida, y á no ser porque el original tiene bellezas de tal gerarquía que, por mas estropeadas que hayan sido, algo han de conservar de su primitiva sublimidad, aquella consideracion nos habria retraido de tomar la pluma, sobre todo, no ignorando que un escritor aleman refiriéndose precisamente al célebre autor que hoy hemos elegido, á Juan Pablo Richter, nombre verdaderamente popular en toda la Alemania, y poco ó nada conocido entre nosotros, dice así:

,,Solo algunos fragmentos de sus obras son conocidos de los estrangeros, pues la mayor parte de ellas es y será siempre intraducible (1).

es una de las mas bellas composiciones de la literatura alemana. Hállanse en él como hacinados todos los horrores que deberian presentarse á la mente de aquel que tuviese la infelicidad de llegar à ser ateo."

Juan Pablo mismo hablando de su sueño, dice:,,si algun dia fuera yo tan desgraciado, que viese amortiguados en mi corazon todos aquellos sentimientos que atestiguan la existencia de Dios, me estremeceria yo mismo recordando mi sueño, me curaria con su lectura y recobraria mis sentimientos."

Con lo dicho queda suficientemente aclarado el espíritu de esta produccion, y para concluir advertiremos, que si su mérito no corresponde à la espectacion de los lectores, la culpa no es del inimitable Richter, sino de nosotros sus intérpretes.-LUIS MARTINEZ DE CASTRO.

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Cuando oimos contar en la niñez, que á media noche, hora en que el sueño casi embarga nuestras almas, los muertos se incorporan y salen de la tumba, y que en el santuario se ponen á imitar las ceremonias religiosas de los vivos, acontece que cobramos horror á la muerte á causa de los muertos, y en la mústia soledad de la noche desviamos nuestras tímidas miradas de las anchas claraboyas del templo, temerosos de investigar si es ó no emanacion de la luna esa

(1) La primera edicion completa de ellas fué hecha luz trémula que por ellas resbala.-Los plácien Berlin, 1825, y consta de 60 tomos en 8.°

dos sueños de la infancia, y mas todavía sus

terrores, se reproducen no pocas veces en nosotros, y revistiéndose de lucientes alas, revolotean en la mente del hombre cual luciérnagas, mientras dura la breve noche del alma.— ¡No apagueis ese rocio de menudas chispas de oro! dejadnos por piedad aun aquellos ensueños penosos y sombríos, que cual medias tintas realzan y se desprenden del triste cuadro de la realidad. ¿Y qué podria dársenos en lugar de estos ensueños, que del terrible estruendo de la catarata nos transportan á la apacible altura de la infancia, en que el rio de la vida se desliza mansamente por la pradera, y endereza su curso silencioso hacia el abismo que ha de tragar sus aguas, las mismas en que poco antes se miraba el cielo?

Tendido en el campo y mirando al sol, estaba yo una calurosa tarde de estío, y me quedé dormido. Soñé que me hallaba en un cementerio y que el reloj de la torre, que daba las once de la noche, me habia hecho despertar. En el desierto cielo buscaba yo al sol, creyendo que un eclipse era el que me lo ocultaba. Abiertos estaban todos los sepulcros, y una mano invisible abria y cerraba las herradas puertas del osario. Por los muros del templo, discurrian sombras que nin gun cuerpo originaba, y otras sombras se lanzaban erguidas en medio del aire amarillento. En los ataúdes entreabiertos solo los niños reposaban y dormian; de lo alto del cielo colgaba un pardo cortinage, formado por la niebla, y que como una red iba estrechándose y hacien

do el aire sufocante. Por encima de mi cabe

sa; despegó trabajosamente sus párpados; den tro de ellos no había ojos, y su corazon era una llaga. Levantó en alto las manos y las enclavijó en actitud suplicante; pero sus brazos se desprendieron del tronco y así dobladas cayeron sus manos en el pavimento. Allá en la bóveda del templo se veía el cuadrante de la Eternidad, en el cual no habia números, pero un dedo negró apuntaba hácia él y los muertos querian leer allí el Tiempo transcurrido.

Y de lo alto del templo descendió sobre el altar una figura llena de magestad, en cuyo rostro estaba pintado un dolor eterno. Y todos los muertos esclamaron: ¡Jesucristo! ¿no hay Dios?"

Y Cristo respondió:,,no le hay."

Todas las sombras de los muertos temblaron y á fuerza de estremecerse fuéronse desbaratando una por una. Y continuó Cristo diciendo:,,Atravesé ese espacio poblado de mundos, me remonté hasta los luminares del vacio; si

guiendo la vía lactea, recorrí el inmensurable yermo de los cielos, ¡y no hallé á Dios! Y descendi tanto, tan profundamente, que llegué à divisar la última sombra del último Ser que goza de existencia, y asomándome al abismo, prorrumpí: ¿En dónde estás, oh Padre? y tan solo llegó á mis oidos el bramido de la tempestad que ningun brazo reprime; y el tornasolado arco-íris de los seres brotados de la nada, estaba formado allí, encima del abismo; mas no se veía el sol que le engendrara; goteaba el arco-íris, y cada gota era un mundo que se desplomaba hacia el abismo. Levanté mis ojos buscando el ojo de la Divinidad, y ví la Eternidad yacía estendida sobre el caos, y tan solo una órbita vacia, hueca y renegrida; para alimentarse estábale royendo de continuo y volvia luego à arrojar lo que habia devorado.-Alaridos penetrantes, no ceseis; y auyentad estas sombras porque El no existe."

za oía yo retumbar á lo léjos las masas de hielo que el huracán arranca de los montes; debajo de mis piés se hacia sentir el primer sacudimiento de un espantoso terremoto. Dentro del templo resonaban dos alaridos penetrantes de tal fortaleza, que luchando entre si vana mente por formar armonía, lo hacian vacilar en sus cimientos. De tiempo en tiempo asoLas descoloridas sombras se diseminaron por maba por las claraboyas la luz de los relámpa- los aires y desaparecieron cual niebla que bagos y luego caian golas de fierro y plomo der-biendo tomado forma al congelarse, se derrite retidos. La red de la niebla y los sacudimientos de la tierra me impelieron hacia el santua rio, á cuyas puertas estaban dos basiliscos que arrojaban fuego por las bocas.-Pasé por entre sombras desconocidas, en cuyo aspecto se miraba impresa la huella de los siglos. En torno del altar vacio estaban todas y palpitaba su pecho, no su corazon.-Solo un muerto, recientemente sepultado, permanecia tranquilo en su ataud; su pecho no latia, y en su rostro apacible estaba escrito un sueño feliz; pero tan luego como yo penetré en aquel lugar, volvió de su sueño y desapareció de sus lábios la sonri

al aliento del sol. Todo, todo quedó vacio, y joh dolor! entraron de tropel en el Santuario los niños que estaban en el cementerio sepultados, y arrojándose a los piés de la figura magestuosa que permanecia aun sobre el altar, dijeronla llorando: ¿es verdad, ¡oh Jesus! que no tenemos padre? y respondió él arrojando torrentes de lágrimas.-,,¿Padre? Todos somos huérfanos, ni yo ni vosotros le tenemos."

Dejáronse entónces oir con doble fuerza, los alaridos discordantes; los muros del templo destrabáronse, y se hundió, y los niños con él; la tierra y los soles todos hundiéronse tambien.

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