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se precipitó igualmente en el abismo. En la alta cima de la naturaleza estaba Jesucristo contemplando al universo, y los luminares que en él hay, como asomado á la boca de una mina condenada à perpetuas tinieblas, y en la cual aparecian los soles como lámparas opacas de minero, y la via lactea con sus estrellas todas cual angosta vena de plata.

La fábrica del universo con toda su inmensidad de júbilo el espacioso firmamento; estrechaba contra mi pecho lacerado su benigna imágen y aun al sufrir la muerte mas acerba, templábase en gran manera mi dolor, si le decia: ¡Padre mio, mi Padre, arranca ya à tu hijo esta mortal vestidura que destila sangre, levántale á tí, llévale á tu corazon!-¡Venturosos los moradores de la tierra! sí, vosotros creeis todavía en El. En este momento se traspone acaso vuestro sol, y todos á una dais en tierra de rodillas, rodeados de flores, bañados los rostros con el fulgor de las antorchas. y derramando lágrimas de gozo, levantais en alto las benditas manos, y esclamáis:,,Tambien de mí te acuerdas, Dios infinito, ves las llagas de mi pobre corazon, y despues de la muerte me acogerás en tu seno, y blandamente me las cerrarás."-¡Desdichados! despues de la muerte no serán cerradas.... y cuando el mísero mortal sucumbiendo à las penalidades que le agobian, descansa tendido en tierra y sueña que el dia de mañana se hallará en la region donde tienen su asiento la Virtud, la Alegría y la Verdad: despierta en medio del caos, cobijado en las tinieblas de la noche eterna, y nunca llega la aurora tan deseada, ni la mano que cicatriza las heridas, ni el misericordioso padre de las criaturas!-Mortal que junto a mí estás, si vives todavía, arrodillate, dirigele una plegaria, porque si no, le has perdido para siempre."

Y como Cristo viese el desconcierto de los mundos, y que cual fuegos fátuos cruzaban el espacio en direcciones estraviadas, y como viese tambien un sinnúmero de corazones hacinados que palpitaban aun, y que un mundo en pos de otro arrojaba al mar de la muerte oleadas de relucientes espíritus, y que allí se desparramaban y morian como desaparecen y se apagan las chispas relumbrantes, que despide un arbol de fuego, quemado en medio de las aguas, se levantó grande y magestuoso, y al zando el rostro á la vacia inmensidad, hácia la nada, esclamó:,,¡Oh, nada, siempre muda! ¡Delirante fatalidad! ¿Conocéis todo eso que está debajo de vosotras? ¿Cuándo aniquilareis por fin esa máquina y á mi tambien? ¡Ciega fatalidad! Sabes siquiera á dónde te encaminas cuando llevas en pos de ti al huracán, y atravesando la lluvia de oro, de las estrellas que cintilan, vas apagando un sol y otro sol? ¡Qué fúnebre soledad reina en el vasto panteon del universo!-Cada uno crée estar solo en él.¡Padre! ¡Padre! ¿en dónde está tu pecho, para que repose yo? Si cada cual es su propio hacedor, su propio padre, ¿porqué no le es dado ser tambien su angel esterminador?

„¿Es por ventura un hombre el que está cerca de mi? ¡ah! ¡desventurado! tu vida no es sino un suspiro de la naturaleza, su eco solamente, y así como esos átomos de polvo, esa nube de mundos formados de las cenizas de los muertos, son únicamente perceptibles, merced á los rayos de luz que el sol despide, así tambien tu mísera existencia solo es percibida mientras no envuelven al mundo las tinieblas. Mira dentro del abismo. ¿No ves como del Océano de la muerte va alzándose una neblina preñada de mundos? es el Porvenir. La otra que en el confin opuesto va bajando, es lo Presente. ¿No aciertas á columbrar en ella á la tierra.»>

Y diciendo esto, dirigió Jesucristo sus miradas á la mansion del hombre, sus divinos ojos se arrasaron en lágrimas, y desprendiéronse estas razones de sus lábios:,,¡Ay! cuán feliz era yo aun cuando estuve en la tierra; no ha bia perdido á mi Padre; subia yo hasta la cima de los montes y contemplaba desde allí lleno

Y cuando prosternado tendi la vista por el espacio, miré à la serpiente de la Eternidad que se enroscaba al rededor del universo; los anillos que se desprendian iban enlazándose en torno de los mundos; comenzó en seguida á comprimir y estrujar entre si á las esferas, y desmoronándose el templo ilimitado de la naturaleza, quedó súbitamente convertido en cementerio, donde todo era confusion, hacinamiento y angostura. Un martillo de prodigiosas dimensiones iba ya á descargarse para dar la última hora del Tiempo, cuando yo desperté...

Saltáronseme las lágrimas de gozo al considerar que todo fué un sueño, que todavía me era dado rogar à Dios y bendecirle. El llanto que bañaba mis megillas, el júbilo de que mi espíritu estaba poseido, y la fé que confortaba mi alma, fueron por entonces mi única plegaria. Próximo á su ocaso estaba el sol cuando yo me levanté, y los rayos del crepúsculo reverberaban en la luna. Al rededor de mí se percibian mil sones gratos al oido, mil apacibles harmonías de la naturaleza, que producian en mi ser una impresion tan suave y melancólica como la vibracion de la campaña que, á lo léjos, suele oirse en medio de los campos cuando comienza a anochecer.

ERA ́à la sazon uno de los dias del mes de abril del año del Señor 1570, cuando en las sierras que dividen las Castillas en la parte que mira al Medio-dia, donde jamás el silencio habia sido interrumpido mas que por el ruido que formara el derrumbamiento de alguna peña arrancada por el huracán, y de los buhos ó buitres carnívoros que en sus grietas anidaran, y á siete leguas de la capital de España, se dejaba ver y oir con asombro contra tan inalterable costumbre, el movimiento mas vividor que ocasionaban miles de operarios, que en diferentes ramos esprimian con afan los conocimientos de sus artes respectivas.-Por una parte multitud de parejas de cansados bueyes descendian por los tortuosos caminos de Guadarrama, conduciendo á su fuerte impulso enormes vigas que depositaban aquí ó allí, segun para lo que fueran destinadas: por otra el membrudo brazo, ó la tronante esplosion de la pólvora, arrancaban de las canteras ponderosas moles, que el vasco picapedrero al golpe de su cortante pico desbastaba dejándolas en figura forme y en estado de pasar á manos del que dirigiera un acerado cincel, que al toque de suave martillo formara con delicadeza un esbelto fuste, un hojado capitel, ó un suntuoso arquitrabe: mas allá se levantaban gigantes andámios, que en estension continua de un cuarto de legua desafiaban en elevacion a los altisimos riscos que en su alrededor posaban. Multitud de tiendas de campaña, chozas de adobe y paja, y almacenes de madera, todo provisional, ocupaban un espacio de dos leguas, sirviendo de asilo contra la intemperie á mas de 20.000 operarios, y á los materiales que se hacinaban para la grande obra que con ahinco se tenia entre manos: en fin, siete años cabales se cumplian en aquel dia que habia sido asentada la primera piedra, de la que habia de ser la octava maravilla del universo: es decir, que se estaba á la tercera parte del gran monumento que se le vantara en conmemoracion del triunfo obtenido contra los franceses en la nunca bien ponderada batalla de S. Quintin.-En este sitio, ý á distancia de la multitud veíase un hombre como de 40 años, que con semblante risueño y aire marcial, cantaba alegre al son de su dentado martillo refundiendo un sillar. A muy

pocos pasos, y hacia su costado izquierdo, veíase otro de rostro escuálido y mirar penetrante; cuya cabeza cubria un sombrerillo de copa piramidal trunca, envolviendo su enjuto cuerpo un angosto gaban, el cual inmóvil y en pié, como estatua muda, parecia el genio fatal, que de hito en hito observaba á tan distraido operario; mas este, sin curarse del que tan cerca tenia, seguia picando, y cantando así:

Es el fatal destino
Tan inmutable,

Que al que nace pa pobre
No hay quien lo ampare:
Y esto es tan cierto,
Como sacarse un ojo

Y quedar tuerto.

Aproximándose mas el del gaban, dijo:,,¡Fa(alista sois en demasía!" A esta voz alzó el distraido la cabeza, miró con indiferencía al que le hablaba, y apoyándose sobre el mango de la piqueta. ,,Es verdad, contestó, mas no lo niego; pero tambien lo es que no encontrareis otro tan resignado como yo con su mala estrella.",,Si lo creo; pero esa vuestra cantilena, manifiesta bien la ninguna confianza que teneis en Dios: todavía sois jóven, y pudierais disfrutar de los bienes que, con mas fé, os regalaria el tal Señor.

-,,Mas jóven soy de lo que aparento, decia sonriendo, y mas desengaños cuento de los que creeis."

-¿Qué edad teneis?

-A los veinte años salí de la casa paterna, sin mas caudal que este pobre oficio que veis; cinco mas serví en los ejércitos del rey, peleando por él dentro y fuera de mi patria, al cabo de los cuales se me dió la licencia absoluta á causa de una herida recibida en este muslo, única recompensa que obtuve. Embarqueme despues para las Indias en pos de fortuna, pero al tercer dia fué apresado el buque por un corsario argelino, y quedé cautivo arrastrando por dos años la cadena de la esclavitud. En union de mis compañeros fragüé una conspiracion: estalló ésta, y pude escapar de la mazmorra no sin un golpe de cimitarra que me cruza el crăneo. Arribé à Mahon, desde donde persistiendo en mi proyecto á fuer de buen español, embarqueme para las Indias por segunda vez; en

esta fui mas afortunado, pues llegué à la otra banda sin el menor contratiempo. Allí un honrado mercader me protegiò; con esto y mi conducta pude juntar en seis años un corto capital suficiente á llenar mis deseos: con él regresaba á mi patria, pero al frente de Sto. Do mingo sobrevino un fuerte temporal que nos estrelló en sus costas, tragando el piélago el fruto de mis afanes. Permanecí en la Isla algun tiempo, hasta que compadecido de mi suerte un capitan de buque, me retornó gratis hasta las costas de la Península, viniendo de allí á pié hasta donde ahora me veis.

-No me parecen tan largas ni tan desastrosas esas desventuras, para que así desconfieis. —A vos os parecerá lo que mejor os cuadre, pero consumir catorce años de lo florido de la vida, para conseguir dos heridas que proporcionen una vejez prematura y cerrar los ojos en un hospital, me parece suficiente à tener libertad para pensar de diferente modo que

VOS.

—Sí, pero en esas mismas desventuras, se deja ver claramente la mano de Dios, que siempre os ha sacado avante, y debeis creer firmemente que en este mundo todo se recompensa, y tal vez.... tal vez....

—Sí, tal vez....! Tal vez para vos, si á uno le pegan un trancazo que lo echen al otro barrio; con tal que lo entierren con música queda recompensado....

-Muy al estremo llevais las cosas; tomad este sello, dijo sacando de una limoncera que pendiente de la cintura traía debajo del gaban, y le dió un pergamino, él os franqueará la entrada en Palacio donde yo vivo, y allí probareis, espero, lo que tanto os cuesta creer: conque hasta mañana.... espero no falteis," y echo

á andar.

-Mucho me holgaré de ello, contestó, y continuó la tarea.

Al dia siguiente no faltó el incrédulo á la cita, pero quedó sorprendido al hallarse mano á mano con D. Felipe II. Este de antemano habia mandado hacer á su repostero tres enormes pastelones, dos de ellos rellenos de pechugas de ave y sabrosas trufas, y el tercero restante rebutido de doblas de oro, los cuales se veían sobre una mesa en aquella estancia.

Por de pronto, dijo el rey al incrédulo, elige uno de esos pasteles, y luego hablarémos.Obedeció, teniendo el cuitado tan mala dicha, que echó mano á uno de los rellenos con trufas, lo cual visto por el rey, le volvió á decir. -Mañana á la misma hora te espero.

Obedeció el cantero, y al siguiente dia volvióse á presentar.--Ya no nos restan, dijo el rey, mas de dos pasteles, conque así elige uno. -Volvió á escoger, teniendo igual suerte que el dia anterior.-Convencido el rey de no conseguir su objeto, se lo mandó dejar, y cogiendo con sus manos el relleno de oro poniéndole en las del cantero:,,Toma, le dijo, se feliz, y en lo sucesivo nunca vuelvas á desconfiar de la suerte.-Al recibir el cantero el último pastel, bien pronto conoció por su enorme peso, el relleno que contenia, y despidiéndose alborozado por tan feliz aventura, salia por los corredores estasiado de placer; cuando al llegar á la gran escalera resbaló por ella hácia atras con tal fuerza, acrecentada sin duda con la carga, que pegando con el cogote en el corte de

un escalon, quedó desnucado en el acto. Al noticiar al rey tan fatal desastre, pensativo y reflexivo quedó en estremo, pero no llegó á mi noticia cuáles fuesen sus reflexiones, por lo que creo que á nadie las reveló.-MIMO.

¿Qué otra cosa es la historia de todos los pueblos, sino el tejido de los mas horribles crimenes, el hacinamiento de las mas bárbaras persecuciones, y la compilacion de las mas absurdas animosidades?

La política ha elevado á la clase de dogma, este absurdo principio: canonizar los medios mas viles y reprobados, cuando por ellos ha triunfado una causa; y condenar la mas justa y santa, siempre que ha sucumbido: el termómetro pues, con que el hombre de estado mide la justicia ó injusticia de las empresas polí

ticas, es su resultado.

Los hombres sensibles y de pasiones vehementes, siempre sacrificarán en su juventud, honores, intereses, conveniencias y respetos, á las miradas de una muger.

El estoicismo con que he visto soportar á muchas personas, la pérdida de los objetos mas caros al corazon; siempre me ha parecido la careta de la insensibilidad.

Si la tolerancia de todos los cultos, es un sueño, como algunos han creido, es semejante al del Abate de S. Pedro; es el sueño del hombre de bien, porque,,contribuirá mucho, como di,,ce el sábio D. Ramon Salas, al establecimien,,to de la unidad de un culto," y he aquí el primero y principal objeto que debe tener la filantropía.

La imaginación no puede figurarse un suplicio, una desgracia, un martirio, semejante al que sufrirá una muger enlazada con una persona que aborrece.-M. P. DEL LLANO.

AL IZTACCIHUATL.

MEDITAGION.

A NI ANICO J. RODRIGUEZ VILLANUEVA.

PLACER sublime y religioso inspira

al corazon magnífica tu frente,
mi voz para cantarte es impotente,
y ronco son arranco de la lira:

Lágrima ardiente mi megilla abrasa
de vergüenza y dolor cuando te miro,
y triste y melancólico suspiro
entre mis lábios blanquecinos pasa:

Que si el hombre en su orgullo insano piensa cantar de Dios las hondas maravillas, iguales son para él las yerbecillas y la montaña colosal, inmensa.

Ignorancia y error su mente ofusca: espeso velo en derredor le envuelve, y en vano por romperlo se revuelve y envano luz en su delirio busca.

Y contrastando con tan vil escoria, tu nevada cabeza sube al cielo formándole las nubes blaco velo y el sol corona de fulgente gloria.

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¿En medio de la noche tenebrosa levantando su frente de diamante, su frente brilladora y rutilante, mas que todos los astros luminosa....?

No le viste, jó volcan! verasle un dia cuando toque à su fin el triste mundo, cuando doliente grito, un ay profundo lance al sentir su misera agonia.

Entonces le verás, verásle armado.... mas un velo de làgrimas echemos, la frente entre sus brazos ocultemos, piedad tendrá de su linage amado.

Sigue entre tanto incontrastable, mudo, velando por mi patria con tu hermano: la suerte que le toque es un arcano, mas tú serás su defensor y escudo.

De una virgen las formas encantadas sudario triste y blanquecino oculta: cuando el sol tras los montes se sepulta se miran sus megillas nacaradas,

Se pierde el sol, y palidez doliente de nuevo cubre su semblante hermoso, es de la tumba el lúgubre reposo, es el sueño que duerme eternamente.

Cuando sus formas célicas contemplo, su tranquilo ademan, su blanco velo; me parece alejarme de este suelo como se alza el incienso desde el templo.

Y en éxtasis profundo embebecido calma un instante de mi mente el fuego; á contemplarte y meditar me entrego y lo presente y lo pasado olvido.

Febrero 29 de 1844.

M. ESTEVA Y ULÍBARRI.

BIBLIOGRAFIA.

Ex otra vez hemos hablado de una sociedad que cuantos blasonen de amantes de su patria,

particular de medicina, compuesta en su mayor parte de jóvenes de talento y aplicacion, y hemos presentado tambien una brillante composicion de uno de ellos. Entónces indicamos lo placentero que seria para nosotros que los apreciables sócios de esta reunion llevaran á cabo el proyecto que concibieron de dar á luz periódicamente sus trabajos. Se han cumplido ya nuestros votos, y con una satisfaccion sincera vemos que el periódico anhelado va à aparecer. Demasiado se ha escrito entre nosotros de literatura, con frecuencia engalanan nuestros periódicos los mas hermosos rasgos de imagina cion y sentimiento, pero muy poco científico podemos presentar todavía, en especial de medicina. La utilidad de publicacion semejante, creemos no será puestà en duda por nadie, y

apreciarán como es justo, los esfuerzos de la Sociedad Filoiátrica, por darle lustre.

Nosotros los primeros, damos el parabien á tan recomendables jóvenes, y les excitamos á no ceder en la noble empresa que los ocupa, deseando que su publicacion tenga la brillante acogida que merece.

Como en su prospecto, que han tenido la bondad de remitirnos, desenvuelven el plan que se proponen seguir y dan una cabal idea del periódico, lo insertamos con mucho gusto, absteniéndonos de formar de él un estracto, como hariamos en otro caso, porque la manera con que está escrito es ya una prueba de la capacidad de las personas que han tomado á su cargo el desempeño de tan recomendable empresa.

PERIODICO DE LA SOCIEDAD FILOIATRICA.

PROSPECTO.

Un movimiento intelectual, rápido y progresivo, arrastra á nuestra naciente sociedad: esta verdad, consuelo y esperanza de todos los buenos hijos de nuestra patria desgraciada, nos ha inspirado una idea que creemos útil, nos alienta para llevarla al cabo y nos consolará si se malogra, la de publicar un periódico de medicina.

Los médicos son ya hoy por fortuna reconocidos por ciudadanos útiles, y su profesion por un arte dificil y oscuro, pero harto distante de la adivinacion. Esta feliz revolucion en las ideas de fecha no muy antigua y debida entre nosotros á los nobles esfuerzos de unos pocos hombres beneméritos, está por consumarse, y se consumará infaliblemente, si causas numerosas y decididamente contrarias, no la detienen en su marcha.

cazmente publicando un escrito periódico, que ademas de las ventajas notorias que traiga á los prefesores de la ciencia, sea tambien para el público estraño á ella, un signo de que los médicos existimos vivamente: de que no somos la piedra mohosa que permanece inmóvil debajo del torrente. La política y la bella literatura, las artes mecánicas y la agricultura, tienen su eco en nuestra sociedad: ¿por qué no ha de tener tambien el suyo la mas útil de las ciencias?....

Si el deseo de gloria ó miras de especulacion mercantil, nos hubieran sugerido el pensamiento cuya realizacion anunciamos ahora, podiamos ya estar seguros del desengaño; pero no lo tememos, porque estamos sinceramente convencidos de que el que intenta empresas de este género, debe ante todas cosas hacer

A esta revolucion hemos creido cooperar efi- el sacrificio de su amor propio y de sus intere51

TOM. I.

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