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CARTA AL LICENCIADO VIDRIERA.

D. POLIBIO PEBETE.

I querido Lic.: despues que hemos dejado de vernos tanto tiempo, no estrañarás que te dirija una epístola, que aunque muy distinta de las de San Pablo, te debe de ser muy agradable por contener algunos rasgos para que formes la biografia de D. Polibio Pebete, tu amigo íntimo; suponiendo que me disculparás lo de Pebete, por gracioso y vaporoso cuando está caliente, aunque de suyo sea repugnante y fastidioso, y prosaico, y sibarítico, y cuanto tú quieras. No pretendo contarte la vida de tan mal traido literato, porque ¿qué te dejaria yo entonces que hacer?-Rasgos, he dicho, apuntes, y esto es todo; escúchalos pues.

Don Polibio Pebete es sumamente ingenioso, de manera, que firmando sus artículos con su nombre, no hay quien diga que son suyos; y aunque esto le va à parecer increible, espanto so, imposible, has de tener que tragar tamaña ocurrencia. Es bien que sepas que el tal Pebete, es un literatazo, que no gusta de seudonimos, por ser los tales invencion y costumbre segun él, de escritorzuelos mocosos é ignorantes y graciosos sin gracia. Conque él no lo gasta, y te digo que la firma de sus artículos es su nombre y su seudónimo, sin ser ni lo uno ni lo otro.-Ya te veo en brasas discurriendo: ya te ahogas por saber como es esto.-Míralo.P. B. T.-Si tú vieras tales letras, dirias, este que tal se firma, se llamará acaso Pablo Barrera Tejada, y ahí tienes el seudónimo, ahora lee las letras sin añadidura. P. B. T., y hallas el nombre real y verdadero.-Ya te miro sonreir malignamente. ¿No te hace gracia la ocurrencia?.... A mi tampoco; pero esa es la costumdel bueno de D. Polibio.

Un hombre ingenioso de por fuerza, es atolon drado y vivaracho, así es que el Pebete es vivaracho y loco, como se dice generalmente, teniendo él un gusto particular en que se lo digan. No sé si tú habrás observado que miéntras mayor es el placer que tiene uno de que le digan que tiene genio impetuoso, que es loco, etc. etc., ménos lo es;-pero voy á darte una prueba de lo alocado del amigo Polibio; es co

sa que él mismo me ha contado, y te diré sus palabras.,,Se me dislocó la espina dorsal dela calcáneo, á resultas de una pisada falsa que dí bailando; llamé á mi mozo, átame este brazo, le dije, y tira de él; el jayan lo hizo con toda su fuerza, y la espina volvió á su lugar.” Ya tú supondrás lo aturdido que quedé con semejante locura, que solo á Pebete le ocurre.

La ciencia médica es espantosa, conoce una enfermedad aunque no haya síntomas de ella, y la cura y sabe sus causas á las mil maravillas. A resultas de esa pisada falsa de que te he hablado, le cayó, segun me dijo él mismo, un poco de sangre del metacarpo al abdomen (siempre habla en términos técnicos) sucedió una inflamacion, que aunque no causó dolor ni hinchazon ni otra cosa ninguna, no dejaba de ser muy grave; pero él que sabe tanto y que es tan loco, se la curó tomándose una cucharada de aceite con ruibarbo y catalán.

En jurisprudencia es un portento; dobla las leyes como un Papiniano ó como un cohetero, si coje el papel en que están impresas, les dá giros, y hace horrores, que si las vieras, creerias que el que tal hacia era un mágico. En política es una maravilla, lo sabe todo, vende su opinion al que le paga, se mete con todos los partidos, y sale tan pobre y tan sin favor como entró, en lo que tú, que sabes y entiendes lo que de ordinario acontece en nuestros pronunciamientos, conocerás el talento de primer órden del buen hombre D. Polibio.

En literatura, nadie sabe lo que él, todos son asnos para él, y disputará la existencia de Dios y sostendrá que comer no es verbo, porque no comprende que comer sea accion, puesto que no se hace con las manos; en cambio tiene ya sus 40 años corridos, y habla mal de todo el mundo literario, llamando al mejor, aspirante, y solo habla bien de un literato, por la graciosísima razon de que dizque le va á consultar sus obras, lo que no creo, y Pebete las corrige à su sabor, amigo, á su sabor, y en esto no pongo duda.

En valor, puf, eso es horrible, es un Pidro

Gringbor de los cantos del Norte; dió una caida, porque un toro cerril, absolutamente cerril, se dejó rodar por un derrumbadero con él, no pudiéndolo tirar.-Pero pásmate, buen Lic., quédate absorto, nada le sucedió al hombre, porque aunque el toro se mató, el Polibio caminó ese dia 20 leguas y vino á bailar en la noche á no sé que pueblo.

En modales, es un modelo; se entra á una casa, no saluda á las visitas, se dirige al amo de ella, le habla al oido, se sienta á echar pestes de todo el mundo, habla luego al oido de la señora y se sale sin despedida de los concurrentes. Otra vez halla á algun caballero que

lleva del brazo á una señora à quien él conoces se mete entre ambos á traicion, pone su brazo y comienza à echar pestes de todos, porque tal es su costumbre.

En figura es lo mejor que he visto; figúrate un donoso viejo, un muchacho raquítico, una fisonomía espresiva á fuerza de nécia, y tendrás á D. Polibio Pebete.

Dicho te tengo que son rasgos los que sobre tal endriago te doy; he cumplido y no estrañes mi laconismo. Deseo que te sean útiles para retrato de D. Polibio, la obra maestra que vas á hacer en materia de retratos. Tuyo

ANÓNIMO.

DELIRIO

I.

MIRADLA, allí está.... La hermosa entre las hermosas, con su seno blanco y turgente como el nevado cuello del Cisne, con su cintura delicada, con su angélico semblante, con sus ojos lánguidos y voluptuosos, como los de la gacela, con su redonda mejilla en que brota modesta la nacarada rosa del pudor.... una atmósfera perfumada la circunda: los mortales la contemplan entusiasmados: el Señor la ve con placer; en ella contempla la mas bella y mas perfecta de sus criaturas.-Miradla, ya -sonrie; una nueva espresion se difunde por sus delicadas facciones, cual la mágica cintura de Iris se descoge por el vasto firmamento.-Su fresca boca se entreabre y deja percibir sus blancos y pequeños dientes, como se entreabre el envidioso capullo que nos enseña por entre sus apretadas hojas los cándidos pétalos de la naciente azucena. Mas su semblante ha cambiado; ya no aparece en sus lábios aquella sonrisa suave como las gotas brillantes que se desprendren de las alas del ángel que guarda el sueño del mortal; despareció como el sol tras de negras tempestuosas nubes y una espresion de desprecio vino á ocupar su lugar. ¿Qué ha causado esa repentina mutacion?-¿No veis aquel jóven que con los ojos tímidamente levantados buscaba que sus miradas se encontrasen con las de la orgullosa beldad? ¿Le veis?

Observad su mejilla, por ella corre lentamenmadre que contempla la lenta agonia de la te una lágrima amarga como la pena de una prenda de su amor; ardiente como la encendida lava que arroja el Vesuvio en su tremenda erupcion. Le desprecia..... Su amor no encuentra un eco en el pecho de aquella muger que le habia parecido una Oasis en medio del desierto de la vida, un seguro asilo contra la maldad y la falsía de sus semejantes. Ese jóven fué alegre, festivo; su corazon virgen solo pensaba en gozar, y la existencia le parecia un ameno vergel. Salió cual la abeja á libar el néctar de las flores, y las flores perdieron su aroma, y el néctar de su cáliz se trocó en hiel. El mundo le tocó con su dedo de hierro, y murieron sus esperanzas como muere la violeta en el campo, cuando la huella con descuidada planta el labrador. Y ahora, que fatigada su alma de la tempestad de las pasiones buscaba un sitio en que reposar, ahora que su frente buscaba un seno puro y sin mancilla en qué reclinarse, su amor no exita otro amor, su amor no exita la compasion, sino solamente el desprecio!

Un año, dos mas. A las plantas de la hermosa aparece un hombre cuyos ojos están hundidos, su semblante pálido, sus cabellos en desórden, su mano trémula..... "Piedad," esclama con voz entrecortada por los sollozos, "lanzadme al menos una mirada compasiva!”

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II.

Una sonrisa anima el semblante de la muger; y rizada cabellera, de esbelto talle, y de agrapero no es la sonrisa del amor: es la sonrisa dable semblante? Se acerca, habla con ella. que agitó los lábios de Miguel cuando su fuerte brazo derribó al orgulloso monarca del abismo. Y el jóven la miró, y sus dedos se retorcieron como la yedra al deredor del añoso tronco de la encina, y su cabello se erizó, y sus ojos brillaron con un fuego sobrenatural. ¡Basta ya! esclama con bronco y agudo acento. "Muger, tú has arrancado la última ilusion de mi vida! !Adios!"

Diez años mas. En medio del esplendor de un sarao revolotea cual pintada mariposa una encantadora beldad. Todos la admiran, todos la siguen, mas ella en nadie fija la atencion, su corazon está vacio, y el tédio le carcome lentamente. Ha unido su suerte à la de un hombre que no la ama, y busca ansiosa un objeto en quien derramar el amor que la inunda. Le ha encontrado, ¿veis aquel joven de blonda

Es de noche y en la antecámara del jóven elegante esperaba impaciente una muger cubierta de un ancho velo. Sale aquel y ella se precipita á sus piés.

"¡Carlos, Cárlos! ¿has olvidado mi amor? "Salga V. de aquí, señora," es la respuesta. "Su presencia me fastidia, me molesta"

La muger alza la cara y da un grito terrible porque tras de Cárlos está otra persona, cuyo semblante estenuado y moribundo la devuelve con usura la sonrisa de desprecio.

Abril, 24 de 1844.-AGUSTIN A. FRANCO

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Uxa
de las pruebas inequívocas de la ilustra-
cion de nuestro pais, es el deseo de mejorar los
edificios, ampliar los caminos, abrir nuevos y
facilitar la comunicacion de todas las pobla-
ciones que en trescientos años estuvieron su-
midas en la mas vergonzosa abyeccion. Ahora
todo se presenta con vida y energía, y parece
que un espíritu creador vivifica à todos los
mexicanos, enseñándoles el camino por don-
de todas las naciones se han hecho grandes y
poderosas, siendo tan palpable el efecto que
produce esta inspiracion, que á pesar de nues-
tras comvulsiones políticas, en veintitres años
hemos conseguido adelantos que otras nacio-
nes no conocieron en algunos siglos.

Citaremos las mejoras del partido de Texcoco en el año pasado, como una prueba, aunque pequeña, de esta verdad. El Sr. D. José María Franco, prefecto que fué del distrito, con la cooperacion del cuerpo municipal y de algunos vecinos entusiastas por el engrandecimiento

del pais, intentó y dió principio á una calzada que comunique á esta ciudad con la capital de la república, obra que aunque ahora no tenga pronto verificativo, hará honor á los que la emprendieron. El mismo señor, palpando la dificultad con que se transitaba de la tierra caliente à los pueblos del norte, pasando por esta ciudad, y que en la estacion de las lluvias era intransitable su camino por los rios caudalosos que lo interceptaban, y las descomposturas consiguientes á sus continuos derrames, fabricó dos puentes en el camino de Chalco à este lugar, y allanó y compuso con tres puentes medianos el que de Texcoco va á Teotihuacán; pero un rio caudalosoen el pueblo de Tepetitlán, el rio de Papalotla, en el que hubo año que pereciesen trece y catorce personas, no pudiendo salvar muchas veces aun los animales, necesitaba un puente de mas tamaño y mayores costos, y á pesar de las escaseses de los fondos municipales y de otros obstáculos que se presentaban,

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ASTOR, LENOX AND TILDEN FOUNDATIONS.

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