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CARÁCTER, COSTUMBRES Y CONDICION DE LOS INDIOS,

EN EL DEPARTAMENTO DE YUCATAN.

[Escrito para el LICEO MEXICANO por Don Gerónimo Castillo.] (1)

el indio yucateco un monstruoso conjunto de religion é impiedad, de virtudes y vicios, de sagacidad y estupidez, de riqueza y miseria. Nacido en el seno del cristianismo, é iniciado en sus augustos misterios, adora á la Divinidad y respeta el sacerdocio, hasta incidir en el fanatismo y la supersticion; muriendo no obstante como si ignorase la existencia de un Ser creador, providente y justiciero, que ejerce sobre todas las cosas el dominio mas absoluto. Pésimamente educado, ó mejor dicho, sin educacion alguna, tiene ideas exactas y precisas de lo bueno y de lo malo; inclinándose por desgracia con mas frecuencia al segundo estremo, como si siguiese por instinto la perniciosa escuela de Epicuro, que reconoce lo mejor, lo aprueba, y á pesar de esto adopta sin vacilar lo peor, siempre que sea conforme con los sentidos. Con un entendimiento claro, aunque sin ningun cultivo, se traslucen en sus acciones y discursos algunos rasgos de ingenio, empañados con el mas grosero idiotismo; semejantes á aquellos destellos de luz que arrojan de cuando en cuando las estrellas, en medio de una noche tempestuosa y sombría. Y finalmente, siendo muy cortas sus necesidades, y casi nulos sus placeres, parece que se basta él solo á sí mismo; sufriendo sin embargo muchas privaciones, que podia satisfacer desde luego sin fatiga, con un poco mas de amor y dedicacion al trabajo, mejorando considerablemente su situacion. No puede ver una imagen de los santos, ó una cruz, sin postrarse reverentemente ante su presencia, ni encuentra nunca un ministro del Altísimo sin quitarse el sombrero, corriendo presuroso á besarle la mano, que coloca sobre un paño en señal de respeto; y con todo no hace caso, ó desprecia los movimientos de su conciencia. Consume la mayor parte del fruto de su trabajo en obras de piedad, que al cabo degeneran en devotas orgías; y espira sin confe

sar los pecados mas horrendos en el tribunal de la penitencia, diciendo como el justo que va á descansar. Yo sé de algunos que teniendo por concubinas á sus hermanas ó hijas, lo han negado con teson en los brazos de la muerte, aun requeridos caritativamente por el confesor, con el conocimiento que à todos asiste de que este comercio criminal es por desgracia muy comun entre ellos; y han exhalado el último suspiro con tranquilidad, y sin remordimientos.

No profesa tanto amor y devocion à Dios y á la Virgen María, como á S. Antonio de Pådua, que es el principal ornamento de sus chozas; el signo de nuestra redencion, que tampoco falta jamas en sus rústicas habitaciones, excita su fé con mas viveza, que el mismo Redentor; y por último, mas bien que elevar sus preces al cielo, suele dirigirlas al purgatorio, demostrando tener á veces mayor confianza en las almas justificadas que se hallan retenidas en este lugar de expiacion, que en los santos. No falta quienes crean que duda de la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, fundandose acaso esta presuncion en que tan alto é inefable misterio no se halla al alcance de sus torpes sentidos, que vienen á ser, por decirlo así, la única, regla de su escaso criterio.

Es incapaz de robar un peso, y roba cuatro veces dos reales: no miente, y huye siempre de espresar la verdad, estudiando su fraseología para no verse precisado á afirmar ni negar. Se le pide la hora, y dice creo son las tantas: se le pregunta si lloverá, y responde así parece, puede ser: se le consulta sobre la distancia que falta para llegar á algun pueblo ó lugar, y solo manifiesta que está ó no está lejos, que média como un tiro de piedra, que poco mas ó ménos se escucharia un grito etc.: se desea saber su edad, y satisface diciendo que presenció tal cual acontecimiento.

(1) Debemos este artículo á la generosidad de nuestro coolaborador D. Isidro R. Gondra.—RR. 7

TOMO I.

punto fijo la hora: no le es desconocido el influjo de los astros sobre los cuerpos terrestres y se guia por aquellos para sus siembras, podas y cosechas: sin leer los calendarios, predice los movimientos de la luna, y conoce cuando va á eclipsarse, atribuyendo la causa de este fenómeno á que el sol pretende destruir aquel satélite, haciendo un ruido estrepitoso con palos y otros instrumentos, para evitar una catástrofe tan terrible, cuyas tristes consecuencias presiente, segun lo anuncian los fuertes alaridos que lanza.

Ama al blanco, y evita cuanto puede su com- y de noche por el de las estrellas, determina á pañía mirando con desden, y como inferiores á la suya, las demas castas: respeta al originario de la Península española como á su señor, y lo considera como su tirano: tiene el sentimiento de los bienes que le ha proporcionado la conquista, y el de los males que le ha producido, gozando públicamente sin aversion de los primeros, y deplorando en secreto con horror los segundos: sufre resignadamente el estado de servidumbre en que vive, y no pierde ni un instante la esperanza de sacudir algun dia el yugo que lo sujeta, volviendo á adquirir el dominio del pais que le fué arrancado por las armas; debiendo tenerse como prueba de esto último el empeño que guarda en conservar su idioma, pues no habla nunca la lengua de Castilla, aunque la posea, y se siente mortificado al contestar, cuando se le pregunta en ella.

Siendo honrado en casi todas sus acciones, rechaza desdeñosamente los principios de honor mas rígidos y sagrados: se casa muy temprano huyendo de los desórdenes á que da lugar la concupiscencia de la carne, guarda fidelidad en el matrimonio, jamas falta á sus promesas, desconoce el juego, y sus costumbres, en lo general, son puras y sencillas: se puede decir que el único vicio que le domina es el de la embriaguez, y este se ha disminuido considerablemente hace algunos años. En medio de esto, si sorprende á su consorte en otro lecho, se conforma con que se le apliquen algunos azotes, y corriendo un velo sobre lo pasado vuelve á abrirle los brazos con ternura: no considera las penas mas vergonzosas é infamantes sino bajo un respecto material, en cuanto afectan puramente sus sentidos: recibe y se somete gustoso al castigo como consecuencia necesaria del crímen, pero de ningun modo como retraente, besando en seguida con la mayor docilidad y sumision la mano misma que lo ha lacerado: por decirlo todo de una vez, conozco muchos que han tomado por esposas mugeres con hijos sin haber sido ántes casadas, consolándose con exclamar friamente cuando se les ha hecho presente esta circunstancia para disuadirlos de su proyecto, ¡qué cuidado me dá, eso no fué en mi tiempo!

Por tradicion, por esperiencia y aun por discurso tiene algunas nociones de astronomía, matemáticas, medicina y otras ciencias. Conoce todas las constelaciones, y sabe designarlas con nombres análogos á lo que representan, no siendo los que se hallan generalmente admitidos entre los sábios: de dia por el curso del sol,

Mide exactamente el terreno que quiere ó se le manda cultivar, sin excederse ni una línea, y tiene idea no solo del cuadrado, sino tambien del cubo; bastando lo siguiente para probar en parte la verdad de esta asercion. Contratada una calera de diez y seis varas en cuadro con ciertos indios, y satisfecho anticipadamente su valor, propusieron, cuando llegó la ocasion de emprender su tarea, hacer dos de ocho varas, á lo que accedió inconsideradamente el interesado, sin advertir, ó tal vez sin saber, que 16 por 16 dan 256, y que dos veces 8 por 8 únicamente producen 128.

En sus enfermedades y dolencias se cura á sí mismo, y cura tambien á otros en su caso, adoptando por principio la dieta: sabe las virtudes de todas las plantas como si hubiese estudiado la botánica, conoce los venenos, los antidotos, y no se le ocultan los calmantes: casi siempre entra en su plan la sangría, cuya operacion desempeña bárbaramente con una espina, ó con un hueso de pescado. Igual claridad de entendimiento deja percibir sobre otros ramos del saber humano; y en medio de esto, se le advierte lleno de errores y preocupaciones acerca de las cosas mas triviales. Cree que vuelven al mundo las almas de los que mueren, y les marca con cal, para que no se extravien, el camino que média entre la tumba y el hogar doméstico, faltándole poco para ser partidario del sistema de Pitágoras, sin haber oído mentar en su vida á este filósofo, ni la palabra transmigracion: tiene una conviccion íntima y profunda de que hay brujos y duendes; y teme mucho los hechizos, no pudiendo arrancarle nadie la idea de que existen hombres que se ejercitan en hacer este daño.

Su trage es muy sencillo, y sus alimentos muy frugales, constituyendo esto mismo su mayor riqueza. El primero, se reduce á una camisa y calzoncillo, ó à un huipil y fustán, todo de manta de algodon, cuyo costo ordinariamente no pasa de ocho á diez reales; andando por

lo regular el hombre desnudo, segun represenla la litografia que precede á este artículo, y los segundos consisten en maiz, legumbres y frutas. Como debe suponerse, basta un regular trabajo para cubrir tan cortas necesidades, y tambien sus contribuciones civiles y religiosas, que importan tres pesos anuales por cabeza siendo varon. Sin embargo, encierra un manantial fecundo é inagotable de riqueza positiva en la robustez de su constitucion fisica, y en el admirable sufrimiento de que se halla dotado; pero aquel tesoro viene á ser, por falta de aficion á los goces sociales, una abundante mina no esplotada. Su fuerza generalmente es la que basta á sostener, casi sin fatiga, hasta diez arrobas sobre sus espaldas: (1) trabaja en el campo sin repugnancia, desde la

mañana hasta la noche, aun en el rigor del verano, sin que los ardientes rayos del sol al medio dia, ni la lluvia que en tales circunstancias suele caer de improviso, mezclándose con el sudor que derrama, alteren su salud en lo mas mínimo, como si su endurecido cuerpo estuviese formado del mismo metal cuyo color lleva impreso: la muger por su parte, cuenta con diferentes labores propias de su sexo, en que poder ejercitarse, las cuales seria prolijo enumerar, bastando decir que se hallan llenos los mercados de producciones industriales, mas ó menos perfeccionadas, cuyo comercio tiene en cierta manera monopolizado. Tal es en bosquejo el indio de Yucatán.

Publicada la constitucion española de 1812, brilló para él una aurora de felicidad, y empezó á mejorarse gradualmente desde entonces

su triste condicion: se abolieron los tributos

que pagaba en señal de conquista, quedaron que pagaba en señal de conquista, quedaron estinguidos los juzgados especiales á que estaba sujeto, se le igualó en derechos á todos los demas ciudadanos, y se abrieron escuelas gratuitas para que diese los primeros pasos en la carrera de la civilizacion; pero poco ó nada pudo adelantarse con tan sábias y filantrópicas disposiciones en cuanto á la última parte, por la resistencia que opuso, y opondrá siempre, á separarse de sus rancias costumbres. Estoy muy lejos de opinar, con algunos, que no es (1) Tratando de la fuerza fisica de los indios de Yu. catan, no debo pasar en silencio un modo de viajar que se usa en el pais, y que da la mejor idea de su gruesa musculatura: consiste, pues, en una litera llamada ko ché, que en lugar de béstias es conducida en hombros de aquellos, quienes se remudan cada cinco leguas, poco mas ó ménos; habiendo algunos de tanta pujanza, como los del pueblo de Ticul en el partido de la Sierra Alta, que hacen hasta tres jornadas seguidas con su carga, sin permitir que scan relevados. El estipendio de tan penoso trabajo, segun costumbre, es el de tres cuartos de real por legua á cada indio.

susceptible de mejor educacion, ántes bien condeno como injusta y temeraria esta creencia, que se ha avanzado hasta el punto de suponerlo incapaz de concebir ideas exactas; mas la esperiencia de muchos años ha debido producir una conviccion de que se halla conforme con su estado actual en órden á conocimientos, y por tanto, sin otra clase de medidas, el indio de un siglo será, con muy corta diferencia, el indio de hoy.

Díganlo, pues, tantas leyes inútiles promulgadas y tantos esfuerzos infructuosos puestos en ejecucion, principalmente en los últimos años, para obligarle á concurrir á los establecimientos de instruccion primaria, habiendo llegado el caso de fijar, aunque sin efecto, una época en la cual quedaria privado de sus derechos civiles el que no supiese leer y escribir; formando esta invencible tendencia hácia la conservacion de sus antiguos hábitos, un verdadero constraste con los infinitos medios empleados para hacer cada dia mas soportable su situacion moral y política, en cuyo plan debe entrar, si no me equivoco, la idea de crearle necesidades lentamente y con la mayor prudencia, tal como la de que vista pantalon y enagua, para inclinarlo al trabajo, é irle inspirando cierta especie de amor propio de que absolutamente carece.

Hoy se halla en el pais Mr. Diego Thompson con el noble empeño de instruir à la clase indígena, valiéndose de su mismo idioma.,,Primero es, dice, derramar en el indio las semillas del saber en su lengua nativa: luego la inclinacion al estudio le hará aprender el castellano para aumentar el círculo de sus conocimientos." Yo no estoy por esto, antes creo que con solo compelerle á adquirir una mediana inteligencia del español, se habrá conseguido mucho, por su frecuente trato con la poblacion blanca: la ilustracion crece, dado el primer paso, en la misma proporcion con que se aumenta la velocidad en el descenso de los cuerpos graves. Es incalculable, en todas las cosas, el mérito del impulso primordial: la decision de un puñado de atrevidos bastó para el descubrimiento del nuevo mundo, y la decision tambien de un puñado de valientes preparó en Dolores la grande obra de la regeneracion politica del antiguo imperio de Moctezuma. Vestir al indio y ponerlo en mayor contacto con las clases civilizadas por medio del idioma: he aquí dos excelentes puntos de apoyo para la gran palanca que debe levantar el peso de las felices disposiciones con que le ha dotado la naturaleza.-México diciembre 30 de 1843.

ARISTOCRACIA DEL TALENTO.

o he visto tus obras, Señor, y me he prosternado en tu presencia; porque tus obras cantan tu sabiduría y tu justicia. He vuelto mis ojos á las obras de los hombres y mi corazon ha rebosado de indignacion, porque sus obras publican su ignorancia y su maldad.

Criaste, Señor, la tierra y la sometiste al hombre; criaste los metales que se forman en las entrañas de la tierra, y los sometiste al hombre; criaste las plantas y árboles que crecen y dan fruto sobre la tierra, y los sometiste al hombre; criaste los animales que viven en la tierra y los que nadan en las aguas y los que vuelan por los aires, y á todos los sometiste al hombre; criaste el cielo y los astros y los formaste para el hombre. Y el hombre fué superior á todo lo criado.

Diste poder al hombre para multiplicarse, y el hombre se multiplicó y nacieron muchos hombres, y todos estos hombres son señores de lo que criaste para ellos: y todo lo sometiste à ellos; mas no sometiste el hombre al hombre, ni lo obligaste å obedecer mas que á tí, que eres su Dios, Señor. Y á todos los hombres formaste iguales y á todos les diste los mismos derechos.

Y por esto humillo mi frente ante tí, mi Dios, y alabo tu justicia y tu bondad. Porque todos tus hijos somos iguales y porque la imágen tuya que criaste no se debe inclinar sino ante tí. Pusiste en el entendimiento de los hombres esta verdad, y ellos sintieron tu inspiracion.

Mas vino Satán y dijo al hombre: escúchame, y el hombre le escuchó. Dijo: domina à tus hermanos, y el hombre dominó á sus hermanos; y dijo: el que es rico y poderoso es superior al que no lo es, y el hombre creyó que el que es rico y poderoso es superior al indigente y desvalido.

Y por esto el hombre obligó á sus hermanos á prosternarse ante él y á doblar la rodilla que solo á tí se debe doblar, mi Dios. Y creyó que la riqueza y el poder y la nobleza hacian superior al hombre respecto de los demas hombres, y se olvidó de tí y desconoció tus obras, Señor. Por esto se indigna mi alma y maldice las obras de los hombres. Porque negaron tu poder y desconocieron tu autoridad y quisieron formarse un poder, reuniendo á los ricos y á los

poderosos, reuniendo á los príncipes y á los magnates, y formando la aristocracia que oprime al pueblo, formando ese poder que desprecia al pueblo que es tu obra.

Mas ellos han provocado tus iras, Señor, y tendrán guerras y desolacion, porque estenderás tu mano sobre esos hombres y sobre los pueblos que han formado, y no podrán resistir el peso de tu indignacion, y caerán abrumados porque han contrariado tus designios.

Por lo cual se volverá tu mirada, Dios mio, sobre los pueblos en que las riquezas no sirven para oprimir al hombre, y los bendecirás, porque no han querido desafiar tu poder con otro poder. Los bendecirás porque no han dividido á los hombres de los hombres, ni se han dicho:,,nosotros no somos hermanos vuestros," y los bendeciras porque el rico no oprime al pobre.

Y se prosternarán estos pueblos y se llenarán de alegría porque han seguido tus designios. Y los hijos de la libertad cantarán tu gloria, y ellos publicarán la bondad de su padre: porque la libertad es hija tuya, Señor, y como un diamante de tu corona, rey de los cielos.

Los hijos de la libertad no doblarán su rodilla ante los hijos de los hombres, y no reconocerán mas soberanía que la tuya ni mas superioridad que la que tu has criado.

Porque quisiste que el hombre necesitase del auxilio de su hermano, y no diste igual inteligencia á todos los hombres. Y formaste la superioridad del talento, que es la verdadera superioridad, porque es obra tuya, y tus obras predican tu sabiduría.

Tus obras son en bien de los hombres, Señor, y el talento es en bien de ellos. Dispusiste que se reuniesen los esfuerzos de los hombres, á quienes diste inteligencia superior para provecho de sus hijos, y esos esfuerzos se reunirán y formarán la aristocracia del talento. Y los pueblos que tengan la aristocracia del talento serán benditos.

Porque no han desoido su voz, ni tienen otra gerarquía que la que tú dispusiste que tuvieran. Y serán benditos y tendrán paz porque tienen la aristocracia del talento que es obra de justicia, y porque han desterrado de sus hogares la aristocracia del poder y de la

nobleza, que es obra de la presuncion de los hombres.

Y la aristocracia del talento será el fruto de la bendicion del señor, porque sirve para alivio de los pueblos y no los oprime; porque es el consuelo del afligido; porque auxilia al necesitado y no lo abruma; porque hace beneficios y no exige paga por ellos. Será el fruto de tu bendicion, Señor, porque es el instrumento de que te sirves para derramar muchos de tus dones entre los hombres.

Y la aristocracia del poder será efecto de tu enojo, porque dividirá á los hombres y lastimará sus derechos, porque los dividirá y tendrán dişensiones, y se derramará la sangre de los hombres, porque huirá de ellos la paz y sentirán que los has abandonado. Y la aristocracia del poder será el azote con que castigues á los pueblos, porque ellos serán humillados y padecerán con el orgullo de los magnates. Mas estos serán castigados y destruidos, porque tú aborreces el instrumento con que castigas y lo echas al fuego y lo apartas de tu vista, Señor.

Y ellos se doblarán y volverán lodo como plantas á quienes falta el sol. Y vendrá entonces la aristocracia del talento, porque oirás los gemidos de tus hijos, y te apiadarás de ellos y les darás tu bendicion.

Y esa aristocracia divina será tan humilde, como orgullosa es la que han formado los hijos de los hombres. Porque ella es un don del cielo y el cielo aborrece á los orgullosos. Y el que fuere orgulloso no pertenecerá á esa gerarquía, ni tendrá ciencia, ni contribuirá al bien de sus hermanos, ni será órgano tuyo, mi Dios. Porque el orgulloso queria dominar á los hombres y tú quieres que los hombres sean libres. Y la necedad será su castigo, y veremos en él una obra tuya, y esa obra nos enseñará tambien tu justicia y tu sabiduría.

Por lo cual yo me prosterno ante tí, Señor, y hiero la tierra con mi frente y te doy gracias. Y alabándote levantaré mi voz, y mil voces se levantarán y llegarán hasta el trono del Señor y el Señor nos oirá. Y los pueblos serán libres y no doblarán la rodilla sino ante tí. Y no se humillarán sino en tu presencia. Ni temerán mas iras que las tuyas, Señor, que eres Dios de misericordias, ni tendrán soberanías, ni superioridades, sino las soberanías y superioridades que no huellen su derechos.

Y no estarán divididos, ni tendrán gerarquías, sino la gerarquía del talento que es obra tuya y tu bendicion.

Regocijaos, pues, pueblos del Norte; regocijaos, pueblos del Sur; regocijaos, pueblos de Oriente, y vosotros, pueblos del Occidente, regocijaos tambien. Regocijaos, hijos de la libertad, sean cuales fueren vuestra patria y vuestras leyes; y vosotros, republicanos hermanos mios, regocijaos y alegraos porque el dia de la libertad está cercano y pronto llegará.

Alegraos y cantad, porque el dia de la igualdad está próximo, y no tendreis que acatar sino á la Divinidad y talento que es un destello suyo.

Alegraos y cantad, porque el Señor es misericordioso y dió á los hombres libertad é igualdad. Doblad la rodilla, pueblos, y elevad vuestra súplica hasta el Señor. Elevadla con el humo del incienso y de la mirra. Elevadla en mano del ángel de la oracion. Elevad vuestra súplica é implorad su misericordia para que pasen los tiempos y llegue el dia. Implorad al Señor para que venga el dia de felicidad. Cantad, pueblos de la tierra, alabanzas al SeY bendecid las obras de Dios. Porque ñor. sus obras manifiestan su sabiduría y su justicia.-J. M. DEL CASTILLO.

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