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Carta de Don Luis de Cárdenas a Su Magestad, quexándose de Hernando Cortes e de sus tiranías.

Y

MADRID.-XULIO 15 DE 1528 (1).

Sacra Cesárea Catholica Magestad.

A por otras relaciones, sabe Vuestra Magestad la cabsa de mi venida que fué de la

Nueva España a esta su Real Corte, para

le fazer saber como Hernando Cortes estaba alzado con aquellos Reynos e tyranizados Vuestros Thesoreros, e de como le a engañado en todas sus relaciones; e para que muy claro lo vea todo Vuestra Magestad, fize una figura daquellos Reynos en un pergamino con algunas cibdades nombra-. das, e allí una aguxa de vientos con cierta rrelacion que declara quanta es la grandeza daquellas tierras, e qué linaxe de riquezas está poblada cada

(1) Archivo de Indias.-Patronato.-Est. 1.°—Caj. 1.•— Leg. 2/18

una partida quynientas leguas de México al Poniente, a donde Hernan Cortes a estado siempre ynclinado a yrse a vyvir por no conocer a Rey ni Señor, aunque no a podido salir con ello; e agora salió de la Nueva España con harto miedo que tenia al Presidente e Oydores de Vuestra Magestad que no lo tomasen allá, porque así ge lo descian los avisos que le fueron de Valladolid, aunque agora viene coloreando con las xentes, dorando sus obras con lo ageno. Suplico a Vuestra Magestad que mande ver la figura e oir la relacion, pues es su propia fazienda que yo se la daré.

E quanto a los Thesoreros que se los tiene robados, los quales agora da a las xentes e gasta sin medida porque lo sustenten e lo en dé buena fama, suplico a Vuestra Magestad mande darme su Abdyencia para le dar la declaracion de como se los tiene, e la manera que para ello a tenido.

Otrosi: Los engaños que le a fecho en todas sus rrelaciones e dotro manyfiesto que al presente le tiene aparexado para le fazer entender que lo muy negro es blanco porque lo mande volver a la Nueva España, para que vuelva a darle a Vuestra Magestad por onzas de la fruta daquellas tierras, como se a dado fasta aquí.

Bien es que sepa Vuestra Magestad agora al

TOMO XL

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presente por esta mi rrelacion, yo descirlo por descargo de mi concyencia e en todo satisfago a Dios por donde á, como Hernando Cortes comenzó a alzarse con aquellos Reyos en el año de veynte e uno, quando dixo sobre la mesa en presencia de muchos: «treinta o quarenta Duques e Condes quiero fazer, e a toda la xente meterlos debaxo de la mano daquestos; » e luego ge lo conoscimos para qué fin lo fazia, porque si allá Vuestra Magestad embiase su verdadera Xustycia, pudiese fazer de cada uno daquellos valedores un Capitan con diez mill yndios de guerra, como fizo quando fué sobre Narvaez a matarle la xente, que fizo Capitan a Francisco Rodriguez de los veynte mill yndios de la Cibdad de Tascaltecla e ansi fizo Capitan a Pedro Dalvarado de los cinquenta mill yndios cuando fué sobre Francisco de Garay, e le mató los trescientos crystianos en una noche por mandado de Hernan Cortes; e con esta ordenanza no bastara gran poder de xente que fuese de Castilla a tomarle la tierra.

E como ge lo conoscimos, no quysimos ser con él en aqueste mal deseo más de trescientos compañeros, e aunque no fuéramos sino cinquenta los que tubiéramos firmes con Vuestra Magestad para darles aviso a los que fueran de Castilla por Vuestra Magestad, e descir a los yndios que no fuesen locos, quera aquel

que venia su Rey que los venia a vysitar e fazer mercedes, su fuerza de Hernando Cortes no era ninguna, e esto ya entendido, como no pudo por aquí, probónos por las tres conxuraciones, e menos laprovechó.

E probonos por las firmas en blanco quando nos las pydió para mentir e engañar a Vuestra Magestad, claro está esto, e no queriendo firmar muchos de los conquistadores, firmaban sus apaniaguados e sus Alcaldes en nombre de todos, e sobrestas firmas fazia su relacion; e como no pudo por aquí, aplicó a sí los Reynos e thesoros e no quiso dar parte del oro sino aquellos que seguian su opynion e deseo bueno que tenia de morir Rey, como paresció por la obra adelante quando echó las letras, e menos dió parte de la tierra sino fué aquellos sus valedores; e si alguna cosa dió a nosotros fué de que no pudiesemos ser aprovechados, como fizo a mi por me mostrar algo mas rezio contra sus malos deseos.

Mírelo bien Vuestra Magestad, que le doy aviso como a mi Príncipe e Señor, que no ge dé ni prometa cosa al dicho Hernando Cortes en tanto que viene la probanza de la Nueva España, fecha por el Presidente e Oydores; e venida en Castilla, vista e pasada por notycia de Vuestra Magestad e fieles xuezes ansí, como el gran Chanciller e Don Garcia de Padilla e

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el Obispo de Canarias e el Doctor Beltran, que saben la verdad de todo, e con esto sabrá Vuestra Magestad lo que cumple a su servycio. Porque si antes desto lembiase allá Vuestra Magestad favorescido e con mando, qué dyrian los conquistadores e otras gentes que allá están, pues an pasado martyrio por sustentarle aquella tierra, conociéndolo allá por ombre de mal vyvir, e llamándole allá muchos traidor, como fué el Thesorero Alderete, e yo fuí en este número e el Thesorero Estrada e Xoan Tirado, conquistador, e Francisco Dávila; e en verdad digo que ayna lo cantaran los niños dallá, e por esto salió dallá, e si bien se mirase, embiándolo Vuestra Magestad aquellas partes, seria dar mal exemplo a los que adelante fuesen a ganar tierra para Vuestra Magestad.

Suplico a Vuestra Magestad e de merced ge lo pido, pues es servycio de Dios, ponga rremedio en mi gran trabaxo que ya e seydo por tres vezes amenazado de muerte por los valedores de Hernando Cortes, por entender en aquesto que tanto le ymporta a Vuestra Magestad, que ya no oso estar en su Corte ni yrme a mi casa, si Vuestra Magestad por Su Merced no pone el remedio que para ello es menester, tomándome debaxo de su amparo.-Fecha en esta Villa de Madrid a quinze dias de Xulio de mill quynientos veynte e ocho años.-Sacra Cesárea

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