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capacidad variará, según sean las operaciones involucradas en el contrato y si admitimos que éste es un contrato auxiliar ó accesorio, podemos decir que la capacidad para realizarlo es la misma indispensable para el contrato principal. Así el quebrado ó el sujeto á interdicción no pueden estar en cuenta corriente y, si se hizo una remesa, y una de las partes estaba ya en quiebra, podrán los objetos remitidos reivindicarse.

No siendo la cuenta corriente un contrato de préstamo, es inexacto afirmar, como lo hace Dietz, que sea siempre necesaria la capacidad para tomar dinero prestado.

Siguiendo el criterio expuesto, un menor emancipado autorizado para comerciar, lo estará implícitamente para estar en cuenta corriente con sus corresponsales, con los banqueros, etc. Y, en materia civil, un emancipado puede hacer entrar en cuenta corriente todos los actos de administración. Así, por ejemplo, si este menor es propietario de una finca rústica tendrá capacidadad para vender las cosechas y para comprar granos á fin de destinarlos á la siembra y demás actos de cultivo y todo esto puede hacerlo entrar en una cuenta corriente.

Asimismo podrá estar en cuenta corriente una

mujer casada, bajo el régimen de separación de bienes, por lo que respecta á la administración de los mismos y aquélla dedicada al comercio, con autorización de su marido. En general, no obstante, la mujer casada no podrá estar en cuenta corriente sin autorización de aquél.

Si una mujer, siendo parte en una cuenta corriente, contrae matrimonio, no puede ya continuarla sin autorización del esposo. Se ha preguntado si en este último caso las remesas hechas al marido, sin el concurso de la mujer, pero por cuenta de la última, podrían oponerse á ésta. El Tribunal de Casación de Francia (19 de Agosto de 1857) se decidió por la negativa; no obstante, estableció una distinción que no podemos en manera alguna admitir. Dijo que si del estado de la cuenta corriente se dedujera que, de haberse en el acto de matrimonio cerrado y liquidado, la mujer habría resultado acreedora de una suma igual á la que después el marido recibe del otro cuentacorrentista, entonces hubiera declarado válida la recepción de la remesa hecha por aquél, pués con dicho acto no habría constituído deudora á su mujer. Este criterio es inadmisible, como contrario al principio de la indivisibilidad de la cuenta corriente, que más adelante estudiaremos.

En resumen. Repitamos que tendrán capacidad para estar en cuenta corriente todos aquellos que la tengan para realizar los actos ó contratos que dentro de dicha cuenta vayan á fundirse.

CAPÍTULO IX

Formación del contrato de cuenta corriente

Siendo contrato consensual, existe desde que media el consentimiento de las partes.-Refutación de la opinión que sostiene que no existe el contrato hasta que ha mediado una remesa. Caso de haber mediado proposición de una de las partes y de haber sido aceptada, de hecho, por la otra.-Cuenta corriente de hecho sin mediar pacto previo. Modo de determinar si existe el consentimiento tácito.-Importancia de los hechos en la cuenta corriente.-Exageración de la misma por algunos autores.-Doctrina del Tribunal supremo.

Ya dejamos sentado, al hablar de la naturaleza de la cuenta corriente, que es un contrato consensual y, por lo tanto, existirá desde el instante de aparecer el consentimiento de las partes. No lo creen así los que le atribuyen naturaleza de real, los cuales not reconocen su existencia hasta haber mediado entre las partes una remesa. Esto no puede sostenerse en buenos principios. La cuenta corriente es una convención de convertir en partidas de un crédito único

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