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F1226 1723 V. 19

INDIANA UNIVERSITY LIBRARY

Asegurados los derechos de propiedad.

Imprenta de Pedro Ortega.-Aribau, 13. Barcelona.

6-16-67

INTRODUCCIÓN

<<Cuando se quiere estudiar y describrir científicamente un país, dice el célebre Guizot, es preciso recorrerlo en todas sus partes y en todos sentidos; se debe visitar lo mismo las llanuras que las montañas, los lugarejos ocultos y los sitios célebres. De esta manera deben proceder el geólogo, el botánico, el arqueólogo, el estadista, el erudito.

>>Pero cuando se desea conocer principalmente los parajes más notables de una región, sus contornos fijos, su aspecto especial, sus principales vías, hay que subir á las alturas, colocarse en aquellos puntos desde los cuales se percibe mejor el conjunto y la fisonomía de la comarca.

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>>Así es como conviene proceder en los trabajos históricos, cuando ni se pretende reducirlos al esqueleto de un compendio, ni extenderlos al grado de que tengan las largas dimensiones de una obra de minuciosa erudición. Los grandes acontecimientos y los grandes hombres que en ellos toman parte son los puntos fijos y las eminencias de la historia: desde esas alturas se la puede considerar en su conjunto y seguir sus grandes corrientes.>>

Aunque no se conozca este sabio consejo del ilustre historiador francés, el procedimiento por él indicado

se impone de una manera imperiosa á todo escritor que concibe el propósito de ocuparse en estudios históricos relativos á Méjico.

Por mucho que se desee, como el laborioso autor de la obra cuyo complemento será el presente trabajo, ser tan prolijo en la narración de los sucesos que su obra sea una verdadera crónica, en la cual se consignen casi día con día los acontecimientos grandes y pequeños de la historia de un país como esta República, no puede dejar de detenerse en ciertos puntos de vista, que en pocas historias se elevan á tan grande altura, para abarcar desde ellos el conjunto de los hechos, formar con éstos vastas síntesis, y marcar profundas y palpables divisiones de las distintas épocas de la vida de la nación mejicana. En medio de la inmensa copia de datos, de documentos, de relaciones, de sucesos de todo género, hasta de los más insignificantes y que menos merecen la atención del verdadero historiador, el Sr. Zamacois se vió obligado á tener á la vista las grandes columnas miliarias que marcan las distintas jornadas que ha recorrido Méjico y á ordenar su trabajo conforme á ellas; tan perfectamente señalados así se encuentran los principales períodos de la historia de este país, sobre todo en el presente siglo, después de su constitución en nación independiente.

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El minucioso historiógrafo de Méjico no pudo dejar de conocer las visibles diferencias que existen entre estos dos períodos: desde 1821 hasta la revolución de Ayutla, cuna de la Reforma; y desde esta revolución. hasta el triunfo definitivo del partido liberal en 1867, el cual quedó convertido en árbitro absoluto de los destinos del país.

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