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Vieredeis vna Tuna eftar plantada,

Y sobre cuias grueffas y anchas hojas,
Vna Aguila caudal bella disforme,
Con braueça cebando se estuuiere,
En vna gran culebra que a fus garras,
Vereys que efta rebuelta y bien afsida,
Que alli quiere fe funde y fe lebante,
La metropoli alta y generosa,
Del poderofo eftado feñalado,
Al qual expresamente manda,
Que Mexico Tenuchtitlan le ponga,
Y con aquesta infignia memorable,
Leuantareis defpues de nueuas armas,
Y de nueuos blafones los escudos,
Y porque la cobdicia torpe vicio,
Del mifero adquirir fuele fer caufa,
De grandes difenfiones y renzillas,
Por quitaros de pleytos y debates,
Serà bien señalaros los linderos,
Terminos y mojones de las tierras,
Que cada qual por folo fu gouierno,
A de reconocer fin que pretenda,
Ninguno otro dominio mas ni menos,
De lo que aqui quedare señalado,
Y lebantando en alto los talones,
Sobre las fuertes puntas afirmada,
Alçò los flacos braços poderofos,

Y dando a la monftruosa carga buelo,
Afsi como fi fuera fiero rayo,
Que con grande pauor y pasmo affombra,
A muchos, y los dexa fin fentido,
Siendo pocos aquellos que lastima,
Afsi con fubito rumor y eftruendo,
La portentofa carga foltò en vago,
Y apenas ocupò la dura tierra,
Quando temblando y toda estremecida,
Quedo por todas partes quebrantada,

Y

Y afsi como acabò qual diestra Cirçe,
Alli defuanecio fin que la viesen,
Señalando del vno al otro polo,
Las dos altas coronas lebantadas,
Y como aquellos Griegos y Romanos,
Quando el famofo Imperio diuidieron,
Cuio hecho grandiofo y admirable,
El Aguila imperial de dos cabeças,
La diuifion inmenfa reprefenta,

De aquefta mifma fuerte traza y modo,
La poderofa tierra diuidieron,

Y afsi como pelota que con fuerça,
Del poderofo braço y ancha pala,
Refurte para atras y en vn inftante,
Tan presto como viene vemos buelue,
Afsi con fuerte bote el campo herido,
Con lo que afsi la vieja les propuso,
La retaguardia toda dio la buelta,
Para la dulze patria que dexauan,
Por la parte del Norte rigurofo,
Y para el Sur fue luego profiguiendo,
La banguardia contenta le da vfana,
Auiendofe los vnos y los otros,
Tiernamente abraçado y defpedido,
Y como aquella aguja memorable,
Que por grande grandeza y marauilla,
Oy permanece puesta y affentada,
En la bella Ciudad fanta de Roma,
A la vifta de quantos verla quieren,
No de otra fuerte afsifte y permanece,
El gran mojon que alli quedò plantado,
En altura de veinte y fiete grados,

Con otro medio, y no vbo ningun hombre,
De todo vueftro campo que atajado,
Pasmado y fin fentido no parafe,
Confiderando aquefta mifma hiftoria,
Y por fus mifmos proprios ojos viendo,

La

La grandeza del monftruo que alli estaua,
Al qual no fe acercauan los cauallos,
Por mas que los hijares les rompian,
Porque vnos fe empinauan y arbolauan,
Con notables bufidos y ronquidos,
y otros mas espantados refurtian,
Por vno y otro lado rezelofos,
De aquel inorme pefo nunca vifto,
Hafta que cierto Religiofo vn dia,
Celebrò el gran mifterio facrofanto,
De aquella Redencion del vniuerfo,
Tomando por Altar al mifmo hierro,
Y dende entonces vemos que se llegan,
Sin ningun pauor, miedo, ni rezelo,
A fu eftalage aqueftos animales,
Como a lugar que libertado ha fido,
De qual que infernal furia defatada,
Y como quien de vista es buen testigo,
Digo que es vn metal tan puro y lifo,
Y tan limpio de orin como fi fuera,
Vna refina plata de Copella:

Y lo que mas admira nueftro cafo,
Es que no vemos genero de veta,
Horrumbre, quemazon ó alguna piedra,
Con cuia fuerça mueftre y nos parefca,
Auerse el gran mojon alli criado,
Porque no mueftra mas feñal de aquefto,
Que el raftro que las preftas Aues dejan,
Rompiendo por el aire fus caminos,

O por el ancho mar los fueltos pezes,
Quando las aguas claras van cruzando,
Y aquefta mifma hiftoria que he contado,
Sabemos gran feñor que fe pratica,
En lo que nueua Mexico llamamos,
Donde afsi mifmo fuimos informados,
Ser todos forafteros y apuntando,
De aqueftos dos hermanos la falida,

ΑΙ

Al paffar dan indicio fe quedaron,
Sus padres y mayores y señalan,
Al lebantado norte donde dizen,
Y afirman fer de alla fu decendencia,
Y dizen que contienen fus mojones,
Gran fuma de naciones diferentes,
En lenguas, leies, ritos, y costumbres,
Los vnos muy distintos de los otros,
Entre los quales cuentan Mexicanos,
Y Tarafcos con gente de Guinea,
Y no parando aqui tambien afirman,
Auer como en Caftilla gente blanca,
Que todas fon grandezas que nos fuerçan,
A derribar por tierra las columnas,
Del non Plus Vltra infame que lebantan,
Gentes, mas para rueca y el estrado,
Para tocas, vainicas, y labores,
Que para gouernar la gruessa pica,
Generofo bafton, y honrrada efpada,
Y auer falido deftas nueuas trierras,
Los finos Mexicanos nos lo mueftra,
Aquella gran Ciudad desbaratada,
Que en la nueua Galicia todos vemos,
De grueffos edificios derribados,
Donde los naturales de la tierra,
Dizen que la plantaron y fundaron,
Los nueuos Mexicanos que falieron,
De aquesta nueua tierra que buscamos,
Defde Cuios afsientos y altos muros,
Con todo lo que boja nueua España,
Hafta dar en las mifmas poblaciones,
De lo que nueua Mexico dezimos,
Quales van los folicitos raftreros,

Que por no mas que el viento van facando,
La remontada caça que fe efconde,

Afsi la cuidadofa foldadefca,

A mas andar facaba y defcubria,

Def

Defde los anchos limites que digo,
Patentes raftros, huellas, y feñales,
Defta verdad que vamos inquiriendo,
A caufa de que en todo el defpoblado,
Siempre fuimos hallando fin buscarla,
Mucha fuma de loça, mala y buena,
A vezes en montones recogida,
Y otras toda efparcida y derramada,
Que efto tuuieron fiempre por grandeza,
Los Reyes Mexicanos que dezimos,
Porque la mas vagilla que tuuieron,
Fue de barro cozido, y luego al punto,
Que del primer feruicio se quitaua,
Todo lo destroçauan y quebrauan,
Y dentro de las mismas poblaciones,
Todos los mas de vueftro campo vimos,
Algunos edificios y pinturas,

De antiguos Mexicanos bien facadas,
Y afsi como por brujula descubre,
El buen tahur la carta deffeada,
Affegurando el resto que ha metido,
Afsi con eftas pintas y feñales,
Seguros affentamos todo el campo,
En el gustofo aluergue descubierto,
Tomando algun descanso que pudiesse,
Esforçar y alentar alguna cofa,
Los fatigados cuerpos quebrantados,
Del peso de las armas trabajofas,
Por manera leñor que aqui facamos,
Que efta es la noble tierra que pifaron,
Aquellos brabos viejos que falieron,
De la gran nueua Mexico famosa,
Por quien el peregrino Indiano dize,
Que muy pocos la quieren ver ganada,
Y con mucha razon nos defengaña,
De verdad tan patente y conocida,
Porque para enfanchar los altos muros,

De

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