Olmedo y sus obras, estudio histórico-crítico

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Librería e imp. Gutenberg de E. A. Uzcátegui, 1920 - 275 páginas
 

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 136 - El trueno horrendo que en fragor revienta y sordo retumbando se dilata por la inflamada esfera, al Dios anuncia que en el cielo impera.
Página 159 - Ya el formidable estruendo Del atambor en uno y otro bando; Y el son de las trompetas clamoroso, Y el relinchar del alazán fogoso Que, erguida la cerviz y el ojo ardiendo, En bélico furor salta impaciente Do más se encruelece la pelea ; Y el silbo de las balas...
Página 191 - Cual águila inexperta, que impelida Del regio instinto de su estirpe clara, Emprende el precoz vuelo En atrevido ensayo, Y elevándose ufana, envanecida, Sobre las nubes que atormenta el rayo, No en el peligro de su ardor repara, Y a su ambicioso anhelo Estrecha viene la mitad del cielo ; Mas de improviso...
Página 151 - ... sentadas sobre bases de oro, la tierra con su peso equilibrando, jamás se moverán. Ellos, burlando de ajena envidia y del protervo tiempo la furia y el poder, serán eternos de libertad y de victoria heraldos, que con eco profundo, a la...
Página 110 - ¿Quién me dará templar el voraz fuego en que ardo todo yo? Trémula, incierta, torpe la mano va sobre la lira dando discorde son. ¿Quién me liberta del dios que me fatiga . . . ? Siento unas veces la rebelde Musa, cual bacante en furor, vagar incierta por medio de las plazas bulliciosas, o sola por las selvas silenciosas, o las risueñas playas que manso lame el caudaloso Guayas; otras el vuelo arrebatada tiende sobre los montes, y de allí desciende al campo de Junín...
Página 160 - Padre del universo ! ¡ Sol radioso ! ¡ Dios del Perú ! ¡Modera omnipotente El ardor de tu carro impetuoso, Y no escondas tu luz indeficiente. . . Una hora más de luz! . . . Pero esta hora No fue la del Destino.
Página 162 - Dios del Perú, sostén, salva, conforta el brazo que te venga: no para nuevas lides sanguinosas, que miran con horror madres y esposas; sino para poner a olas, civiles límites ciertos, y que en paz florezcan de la alma paz los dones soberanos, y arredre a sediciosos ya tiranos.
Página 54 - Pueblo, así cual a la guerra lo conformas ya conquistar su libertad le empeñas, la rara y ardua ciencia de merecer la paz y vivir libre, con voz y ejemplo y con poder le enseñas. Yo con riendas de seda regí el pueblo, y cual padre le amé, mas no quisiera que el cetro de los Incas renaciera; que ya se vio algún Inca, que teniendo el terrible poder todo en su mano, comenzó padre y acabó tirano.
Página 111 - No reveles a los seres mortales en débil canto arcanos celestiales. Y ciñan otros la apolínea rama y siéntense a la mesa de los dioses, y los arrulle la parlera Fama, que es la gloria y tormento de la vida. Yo volveré a mi flauta conocida, libre vagando por el bosque umbrío de naranjos y opacos tamarindos, o entre el rosal pintado y oloroso que matiza la margen de mi río, o entre risueños campos do en pomposo trono piramidal y alfa corona la piña ostenta el cetro de Pomona.
Página 162 - ¡oh Sol! tu tierra, y los males repara de la guerra. Da a nuestros campos frutos abundosos aunque niegues el brillo a los metales, da naves a los puertos, pueblos a los desiertos, a las armas victoria, alas al genio ya las Musas gloria.

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