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ñor y una señal de Cruz, so cuyo cargo ofreció decir verdad de lo que supiere y fuere preguntado y siéndolo con arreglo al auto cabeza de proceso y a la declaración que le sigue, dijo: Que a fines del mes de noviembre del año pasado de mil ochocientos catorce salió de acá el arriero Juan Benavente de orden de los insurgentes Pumacahua y Angulo, haciéndose cargo de cosa de treinta cargas que remitían para el Cuzco; que el declarante fue peón de la recua de Benavente y su ayudante Antonio Herrera; que de la recua que también llevó Tadeo Rondón fue peón Marcelino Torres y de Ayudante Mariano Salinas Castro; que dichas cargas se componían de vinos, lonas, conjunto de loza, sables, pedras de chispa, un baúl, una petaca grande de más de vara de largo, y una media vara de ancho y un tercio que los mismos patrones decían era de ropa, e iba retobado en cuero; que así las condujeron hasta la pascana Guallata, de donde pasaron hasta Chuca en que encontraron como cien hombres que venían derrotados por el señor General Ramírez, quienes les dijeron no pasaran adelante porque venía tropa de dicho señor que les cortase el camino, por lo cual se revolviesen hasta Chilligua donde encontraron a Pumacahua con su gente y pretextando que supuesto lo dicho sería mejor su viaje al Cusco por Cailloma, se pasasen hasta Cuñagua y de allí a Iyupampa con destino a esta Capital, como lo verificaron haciendo su última pascana en la pampa de Challapampa, hasta donde vinieron todas las cargas completas sin extravío ni pérdida alguna. Que allí se quedaron las cargas esa noche al cuidado de Mariano Salinas y de Antonio Herrera, habiendo dirigídose a esta ciudad Benavente y Rondón y el Declarante y Marcelino Torres trajeron las mulas a que cenasen y por la mañana volvieron con ellos a Challapampa, cargaron y trajeron a entregar las cargas en estas Cajas Reales; más no vio si se entregó en ellos la petaca sobredicha, ni el tercio referido que se decía de ropa, aunque uno y otro estuvo en Challapampa, pues ambos tercios venían a cargo de Tadeo Rondón en su recua, de que era peón dicho Marcelino Torres, y que ni entonces ni ahora después ha sabido cómo, o por quién se hubiese extraviado esa carga de la petaca que había referido. Que todo esto es la verdad en cargo del juramento fecho, en que se afirmó y ratificó siéndole leída esta su declaración; que es de edad, de más de treinta años, no firmó porque dijo no saber escribir; hízolo su señoría con el señor Teniente Asesor por ante mí, de que doy fe.Tristán (rúbrica).- Luna (rúbrica).- José Nazario de Rivera (rúbrica).

Inmediatamente compareció en virtud de la expresada orden

Antonio Herrera de quien su Señoría por ante mí le recibió juramento que lo hizo por Dios Nuestro Señor y una señal de Cruz, so cuyo cargo ofreció decir verdad de lo que supiere y fuere preguntado y siéndolo con arreglo al auto cabeza de proceso, y tenor de la declaración que le sigue; dijo: Que de orden de los insurgentes Pumacahua y Angulo se hizo cargo el arriero Juan Benavente de conducir al Cusco cosa de treinta cargas yendo de su peón Francisco Benavente y de Ayudante el declarante pero que también iba a las órdenes del mismo Benavente la otra recua de Tadeo Rondón que asimismo fue con su peón Marcelino Torres, y su Ayudante Mariano Salinas; que las cargas se componían de vinos, lonas, sables, piedras de chispa, cajones de loza o cristales, un baúl grande; que ignora si entre esos fardos fue alguno de ropa ni de olanes; que también iban dos petacas, de cada uno de los patrones, que todas estas las condujeron hasta Guallata, de allí a Chuca en donde unos como cien hombres que venían derrotados por el señor General Ramírez, les aseguraron que si seguían adelante se verían perdidos por la gente que venía de dicho señor, por lo cual regresaron hasta Chilligua, donde encontraron a Pumacahua, a quien le avisaron lo sucedido, y ofreciéndole que mejor sería que se fuesen al Cusco por Caylloma, accedió a ello y se encaminaron a Coñagua, de allí a Ïyupampa y de seguida a la Pampa de Challapampa inmediata a esta ciudad, donde hicieron la última pascana, sin que hasta entonces se hubiese perdido carga, ni cosa alguna, que allí cuidaron las cargas esa noche el declarante, y Mariano Salinas con los soldados que de acá fueron pues Benavente y Rondón se vinieron a sus casas, y el otro peón y ayudante trajeron las mulas a cenar; que al otro día por la mañana las llevaron a cargar y traer como trajeron todas las cargas a las Reales Cajas, y que el declarante llevó en esta misma mañana a casa de su patrón Benavente su petaca por tercio, formando otro lo que llaman carta cuenta, y es lo respectivo a comidas del camino, y que no vio si se hubiese entrado algo en dicha petaca, ni después le ha oído decir, ni tampoco cosa alguna de los olanes sobre que se le ha preguntado, pues a poco tiempo se separó de Benavente; que todo lo que lleva dicho, y declarado es la verdad en cargo de juramento fecho, en que se afirmó y ratificó siéndole leída esta su declaración; que es de edad de veinte y dos años; no firmó porque dijo no saber escribir, hízolo su Señoría con el señor Teniente Asesor por ante mí, de que doy fe.- Tristán (rúbrica).- Luna (rúbrica).- Ante mí: José Nazario de Rivera (rúbrica).

Arequipa, marzo de 1816.

Líbrese orden para que comparezca en el Juzgado el muchacho Clemente concertado de Tadeo Rondón a absolver la cita de la declaración de Mariano Salinas, quien también comparecerá.- Tristán (rúbrica).— Ante mí: José Nazario de Rivera (rúbrica).

En la Ciudad de Arequipa en diez y seis del mismo mes y año, en virtud de la orden que se libró consecuente al anterior auto compareció en el Juzgado el muchacho Pedro Ramos, de edad al parecer de quince a diez y seis años, por lo cual con intervención del Defensor de Menores Don José Gervacio Lastarria le recibió juramento, que (explicándole y haciéndole entender bien su religión, obligación y circunstancias) lo hizo por Dios Nuestro Señor y una señal de Cruz, so cuyo cargo ofreció decir verdad de lo que supiere, y fuere preguntado; y siéndolo con arreglo a la cita que respecta en la declaración de Mariano Salinas, dijo: Que a éste no le ha dicho nada de lo que refiere que no ha visto tal petaca, ni canastita con gargantilla de perlas, ni que se hubiesen repartido entre Tadeo Rondón y Juan Benavente de lo que haya en aquella, pues hace como un año con diferencia sólo de quince días que ha estado sirviendo a Rondón de su concertado que esta es la verdad en cargo del juramento fecho, en que se afirmó siéndole leída esta su declaración; que a punto fijo no sabe su edad; que no tiene más relación que haber sido tal concertado de dicho Rondón, pero que hace ya más de quince días que no lo es; no firmó porque dijo no saber escribir; hízolo S. S. con el señor Teniente Asesor que también intervino y con dicho Protector, digo defensor, de que doy fe.- Tristán (rúbrica).- Luna (rúbrica).— Ante mí: José Nazario de Rivera (rúbrica).

Arequipa, marzo 18 de 1816.

Respecto de la negativa total del muchacho Pedro Ramos en que si la cita resultante de la declaración de Mariano Salinas, procede al careo de ambos en la forma debida y por no encontrarse de pronto al Defensor de Menores por la intervención en el juramento de dicho muchacho; nómbrasele de Curador para este acto al Teniente Don Juan José Valcárcel y practique con dicho Mariano reconocimiento en forma de la petaca que se ha traído.Tristán (rúbrica).- Luna (rúbrica).- Ante mí: José Nazario de Rivera (rúbrica).

En la Ciudad de Arequipa en el mismo día, mes y año, habien

do el Teniente de Milicias don Juan José Valcárcel aceptado el nombramiento susodicho y jurado en forma militar usarlo bien, su Señoría con intervención suya recibió juramento al muchacho Pedro Ramos que lo hizo conforme a derecho, so cuyo cargo ofreció decir verdad de lo que supiere, y fuere preguntado. También lo recibió a Mariano Salinas que igualmente compareció y lo hizo por Dios Nuestro Señor y una señal de Cruz; y puestos ambos cara a cara, fue preguntado el muchacho Pedro si era cierto lo que Mariano en su declaración expuso le había dicho; a lo que contestó que no era cierto como lo había expresado en su declaración del día de antier, y esto mismo se lo aseguró y sustentó en su cara a Mariano Salinas, diciéndole que estaría equivocado que sería el otro muchacho llamado Clemente, concertado también de Tadeo Rondón, que le asistía en aquel tiempo pues entonces el muchacho Pedro aún no estaba en la casa sino después cosa de un año ha lo cual oído y reflexionando por Mariano, dijo que se equivocaría en decir Pedro, en lugar de Clemente que fue quien le aseguró lo que expuso y concluida así esta diligencia la firmó su Señoría con el señor Teniente Asesor que fue presente y con dicho Curador nombrado, de que doy fe.- Tristán (rúbrica).— Luna (rúbrica).- Juan José Valcárcel (rúbrica).- Ante mí: José Nazario de Rivera (rúbrica).

Acto continuo y bajo el mismo juramento recibido de Mariano Salinas, fue preguntado si la petaca que se le ha manifestado y fue traída por Juan Benavente es la misma que expresó en su declaración de fojas 1 vuelta y que la reconozca bien, dijo habiéndola reconocido que es la misma que le mostró la mujer de Tadeo Rondón con las expresiones contenidas en dicha su declaración y que esta es la verdad so cargo del juramento fecho, en que se afirmó leyéndosele la presente no firmó porque dijo no saber escribir, hízolo su señoría con el señor Teniente Asesor que presente fue, doy fe.— Tristán (Rúbrica).— Luna (Rúbrica).- Ante mí: José Nazario de Rivera (Rúbrica).

En la ciudad de Arequipa en tres días del mes de abril del mismo año en virtud de la orden librada compareció en el Juzgado el muchacho Clemente a que se refiere la diligencia de careo de la vuelta; y tanto por demostrar ser de edad sólo como de diez años, cuanto por carecer totalmente de la instrucción necesaria en la religión del juramento, y en la Doctrina Christiana, se omitió el tomársele aquél aun con intervención del Defensor de Menores y sólo encargándosele hablase la verdad fue preguntado por pura relación acerca de lo que Mariano Salinas en su declaración de fo

jas una vuelta, dice le expresó, y respondió dicho Clemente estando presente el referido Mariano, que a éste no le había dicho que de lo que hubo en la petaca se partieron entre Rondón y Benavente, ni tampoco que reparase que hubo allí una canastita con gargantilla de perlas. A lo cual Mariano le repuso que así se lo dijo; mas el muchacho Clemente insistió en su negativa, expresando que ya entonces no estaba de concertado de dicho Rondón, y firmó S.S. esta diligencia con el señor su Teniente Asesor que intervino de que doy fe.- Tristán (Rúbrica).- Luna (Rúbrica).- Ante mí: José Nazario de Rivera (Rúbrica).

Arequipa, y marzo 22 de 1816.

A sus antecedentes, los que se entregarán cuando estén en estado.— Tristán (Rúbrica).— Ante mí: José Nazario de Rivera (Rúbrica).

Señor Gobernador e Intendente

Juan Benavente, vecino del pueblo de Paucarpata de esta jurisdicción y en la mejor forma que haya lugar en derecho ante V.S. parezco y digo: Que con motivo de su diseño de recua, el caudillo Vicente Angulo el año pasado cuando estuvo posesionado de esta ciudad, como General de los Insurgentes del Cusco, me obligó a que condujese a esa ciudad unas cargas pertenecientes al antecesor de V.S. el señor D. José Gabriel Moscoso para cuyo efecto el Juez de Arrieros me entregó a dicho insurgente y como no pude resistirme accedí a ello, y en prueba de mi lealtad al Soberano descuidé a dichos insurgentes en el camino y regresé a esta ciudad aceleradamente, pues me iban a decir la vida si me alcanzaban, y logré entregar a V.S. no sólo lo peculiar al señor Gobernador Intendente finado, sino también parte del Parque que conducía. A una acción tan generosa como la mía, no correspondía otra cosa sino el condigno premio; pero qué sucede, que a vueltas de una impostura suscitada por un hombre vil nombrado Mariano Salinas han quedado mi honor y buena conducta vulnerados, no sólo en esta ciudad, sino también en el pueblo de mi residencia, donde con escándalo se abrieron las puertas de mi casa, se inventariaron mis bienes, y lo que es más no se me ha oído ni hecho saber nada; aunque sí he tenido noticia por alto de que dicho Salinas me ha puesto no sé que acusación criminal que ha motivado todas las actuaciones indicadas. La defensa es de derecho na

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