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enemigo, desechó la paz i levantó su campamento, camino para Ambato, donde entró el 14 del propio

mes.

No por esto se dió por vencido el presidente, i confiado siempre en triunfar del rebelde por medio de la seduccion i ardides, porque aun con los refuerzos que habia obtenido, se consideraba flaco para resistir a las fuerzas invasoras; hizo que el ministro de Estado le dirijiese una larga comunicacion, manifestando el derecho i razones que habian tenido los departamentos del sur de Colombia para constituirse como un pueblo independiente, i concluyendo por instruirle que enviaba una comision, compuesta del jeneral Whitte i el coronel José Modesto Larrea, con el fin de que arreglasen definitivamente cuantas diferencias hubiera para establecer la paz. Urdaneta dió, por conducto de su secretario, señor Acevedo, una contestacion mas larga todavia que la que la motivaba, rebatiendo las razones aducidas por el ministro, pero conviniendo al fin en que, por amor al órden i la paz, habia acojido a los comisionados del gobierno i estipulado un armisticio transitorio, en tanto que nombraba a los que habian de serlo de su parte.

Efectivamente fueron nombrados los coroneles Ambrosio Dávalos i Cervellon Urvina, i se reunieron con los otros el 17 de Enero en la hacienda de Pucarumí. Los comisionados del gobierno propusieron: que se reuniese un congreso ecuatoriano con el fin de que deliberase de la futura suerte del Estado: que el jeneral Urdaneta retirase su ejército a los departamentos del Azuai i Guayaquil: que se restableciesen la correspondencia pública i el comercio: que las elecciones de diputados se verificasen con entera libertad: que se admitiesen en el congreso

a los diputados del Cauca; i que se persiguiese a los asesinos del gran mariscal de Ayacucho.

Los artículos 1o i 4o fueron modificados por Dávalos i Cervellon Urvina, poniendo asamblea del sur en lugar de congreso ecuatoriano; el 2o, 3o 169 fueron aceptados, i negado el 5°., porque adujeron la razon de que Popayan se habia sometido a la deliberacion de la asamblea de Buga.

Propusieron ademas los comisionados de Urdaneta: que, durante el tiempo en que habia de congregarse la asamblea, no se ocupase la provincia de Chimborazo por las fuerzas del gobierno: que dicha asamblea se reuniese en Riobamba, debiendo concurrir los tres departamento con igual número de diputados: que se diesen seguridades a las personas i propiedades de cuantos en el Chimborazo se hubiesen comprometido con uno u otro de los partidos; que fuesen puestos en libertad el jeneral Sáenz, i los demas jefes i oficiales presos a consecuencia de la insurreccion de los escuadrones de Granaderos; debiendo espedirseles los pasaportes, si los pedian. Hízose igual oferta de parte de Urdaneta, con respecto a los individuos que tambien él conservaba presos en las cárceles o cuarteles.

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Como los comisionados apénas tenian poderes limitados, no pudieron arreglar cosa ninguna de provecho, cuanto mas restablecer la paz, i las conferencias terminaron al dia siguiente, con motivo de una comunicacion que los del gobierno pasaron a los otros anunciando la partida de Bolívar para Europa, segun resultaba de los impresos que acompañaron, suceso con el cual, dijeron, habian desaparecido las razones en que se fundaron las actas de los cuerpos que comandaba el jeneral Urdaneta.

Los coroneles Dávalos i Cervellon Urvina se limitaron a decir que tambien carecian de poderes, i que pondrian en conocimiento del jeneral en jefe los documentos a que se referia el oficio de los pri

meros.

Todo este decir, conferenciar i arreglar redundó, como era consiguiente, en provecho del gobierno que habia provocado el armisticio; pues el jeneral Flores, entre tanto, aumentó sus fuerzas, organizó atinadamente unas cuantas partidas francas, fortaleció algunas alturas, remontó los escuadrones, etc. etc. Diriamos que tambien Urdaneta quiso ganar el mismo tiempo para que vinieran de Guayaquil parte del batallon Jirardot i el escua dron Cedeño que habia dejado en esta plaza, i le llegara asimismo una parte o el todo del Ayacucho que se le habia ofrecido enviar de Panamá; pero el intruso jeneral no necesitaba de estos ausilios, porque sus fuerzas eran numerosas i todas aguerridas, como dijimos, i eran, por lo mismo, mas que bastantes para acabar con las del gobierno.

Como se ha visto, aun se presentaron en el campamento enemigo papeles públicos que noticiaban el viaje del Libertador para Europa; porque Bolívar, lo diremos aquí, era la persona de entidad en que mutuamente se apoyaban así los que habian fraguado la revolucion como cuantos sostenian al gobierno Las comunicaciones oficiales i cartas particulares que se cruzaron por ese tiempo, las conferencias públicas i conversaciones privadas, los periódicos i mas impresos sueltos, no hablaban sino del amor i respeto que mantenian por el Libertador; i todos, todos, por violentas que fuesen las deducciones que pensaban hacer de sus raciocinios, sentaban préviamente por bases indispensables las

consideraciones, i adoracion que debian conservarse por el grande hombre.

1831. Urdaneta, a pesar de sus cortos alcances, no se dejó embaucar con la noticia de la separacion de Bolívar, i comprendiendo que el presidente Flóres solo trataba de contener los movimientos de las tropas rebeldes, se resolvió a continuarlos, rompeindo a un tiempo el armisticio, que todavia no terminaba, i las hostilidades. Jugáronse, en consecuencia, algunas escaramuzas en Mulalillo i en las márjenes del Naxichi entre las guerrillas del gobierno i las centinelas partidas del enemigo, en que las primeras salieron mal paradas; i el jeneral Urdaneta ocupó tranquilamente a Latacunga el dia 30. El jeneral Flores replegó para Saquisilí con una coluna de tropa i situó otras a su izquierda, con el ostensible objeto de provocar al enemigo a que le atacara separadamente, i con el verdadero de colocarle en la incertidumbre de la marcha que debia seguir; porque mientras el presidente contaba con muchos i buenos espias, Urdaneta carecia de ellos casi del todo.

Ora porque este jeneral fuese de temperamento flemático, o porque en estos dias se diese mas a la crápula que la tenia de viejo, se dejó estar en Latacunga perdiendo un precioso tiempo que su enemigo lo empleaba con provecho, i se contentó con enviar un edecan, conductor de algunas cartas de Bolívar para los jenerales Flóres i Sáenz, traidas por el teniente de navio José Maria Urvina, con el fin de desmentir lo que habian asegurado los impresos acerca de la partida de aquel para Europa.

El presidente, que andaba siempre tras ocasiones que le dieran campo para desconcertar al enemigo, se aprovechó de esta que tan a la mano le

venia, i le diputó al jeneral Farfan a que le hablase de nuevo por la paz, i evitar así el escándalo de una contienda civil, suscitada a nombre del Libertador, cuando todos estaban conformes en ponerle a la cabeza del gobierno de Colombia, en el caso que consintiese en semejante sacrificio. El jeneral Urdaneta, si no por cobarde, porque probablemente le asistian algunas razones secretas para portarse como hombre dócil, se dió a partido, i el 4 de febrero acordaron entre él i el jeneral Farfan los preliminares de una transaccion. Con arreglo a estos, se reunieron el 7, en la hacienda llamada Ciénega, el ministro Valdivieso i el jeneral Matheu, comisionados del gobierno, i el coronel Federico Valencia i el comisario de guerra señor Francisco Antonio Córdova, comisionados por Urdaneta, i ajustaron las siguientes capitulaciones:

1a Suspension i término de las hostilidades, debiendo situarse las tropas de Urdaneta en la provincia del Chimborazo, i las del gobierno en las de Pichincha e Imbabura: 2 aunque el canton de Latacunga no podia ocuparse por ninguno de los ejércitos, las autoridades civiles debian ser nombradas por el gobierno: 3 una comision especial arreglaria la indemnizacion de los gastos causados por uno i otro ejército así en el Chimborazo como en Latacunga: 42 otra comision nombrada por ambas partes partiria por Buenaventura a saber de la existencia i paradero del Libertador, i si se encargaba o no del gobierno de Colombia; debiendo, en caso afirmativo, reconocer su autoridad el Estado del Ecuador: 5a si no existiese o se hubiere ausentado ya de Colombia, Urdaneta reconoceria asimismo el gobierno del sur, i se someteria a su constitucion i leyes; debiendo proporcionar el go

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