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TISBEA

(¡Oh, qué mal me parecían estas lisonjas ayer!

y hoy echo en ellas de ver
que sus labios no mentían.)
Estando, amigos, pescando
sobre este peñasco, ví
hundirse una nave allí,

y entre las olas nadando
dos hombres: y compasiva
dí voces, y nadie oyó;
y en tanta aflicción llegó,
libre de la furia esquiva

del mar, sin vida á la arena, deste en los hombros cargado, un hidalgo ya anegado;

y envuelta en tan triste pena, á llamaros envïé.

ANFRISO

Pues aquí todos estamos;

manda que á tu gusto hagamos lo que pensado no fué.

TISBEA

Que á mi choza los llevemos
quiero, donde agradecidos
reparemos sus vestidos,
y allí los regalaremos;
que mi padre gusta mucho
desta debida piedad.

CATALINÓN (aparte)

Extremada es su beldad.

DON JUAN (aparte á Cat.) Escucha aparte.

CATALINÓN

Ya escucho.

DON JUAN

Si te pregunta quién soy,

dí que no sabes,

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SPANISH READER

(PART 12)

POESÍAS ESCOGIDAS

EL CIPRÉS

Si por mi tumba pasas un día y amante evocas el alma mía, verás un ave sobre un ciprés: habla con ella, que mi alma es.

Si tú me nombras, si tú me llamas,

si allí repites que así me amas,
da oído al viento dentro el ciprés,
y con él habla, que mi alma es.

Pero si, esclava ya de otro dueño,
turbas é insultas mi último sueño,
guárdate, ingrata, de ir al ciprés:
huye su sombra, que mi alma es.

Huye del ave, huye del viento, de toda forma, de todo acento. . . . Pero es en vano; doquier estés verás la sombra de ese ciprés.

J. A. CALCAÑO (Venezolano).

Á MI HIJA

Blanca flor que embalsamas mi existencia

de tus perfumes con la grata esencia;

rayo de luz que caes sobre mi frente como al pobre mendigo el sol caliente;

música cuya suave melodía

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estremece de amor el alma mía;
lágrima de los ojos desprendida
del serafín que guarda nuestra vida;
linfa donde apagué mi sed ardiente,
como el viajero en agua trasparente;
pichón que bajo el ala adormecido.
desafías las lluvias en tu nido:
hija mía, entre sueños virginales,
envuelta por los brazos maternales,
y en esa fuente del materno seno
bebe un raudal que de virtudes lleno
en cada gota verterá á tu mente
de nobles pensamientos la simiente,
que dormirán hasta que en torvo ceño
el tiempo venga á perturbar el sueño;
y puros sentimientos, ángel mío,
que germinando cual la flor de estío,
derramarán en tu alma ese perfume
que la virtud de la niñez asume;
y beberás un bálsamo del cielo

para expresar dolores en el suelo,
para exhalar mil gotas cristalinas,

como su aroma blancas clavellinas;

porque el llanto es la flor que brota hermosa en el alma sensible y candorosa,

y el rostro donde nunca ha resbalado

es arenal que el cielo no ha regado.

BARTOLOMÉ MITRE (Argentino).

UNA LÁGRIMA DE FELICIDAD

Solos ayer, sentados en el lecho do tu ternura coronó mi amor, tú la cabeza hundida entre mi pecho, yo circundando con abrazo estrecho tu talle encantador:

tranquila tú dormías, yo velaba; llena de los perfumes del jardín

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