Viajes por el Río de la Plata y el interior de la Confederación ArgentinaConi hermanos, 1916 - 280 páginas |
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Términos y frases comunes
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Pasajes populares
Página 226 - El Gobierno federal fomentará la inmigración europea; y no podrá restringir, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias, e introducir y enseñar las ciencias y las artes.
Página 226 - Todo ciudadano argentino está obligado a armarse en defensa de la patria y de esta Constitución, conforme a las leyes que al efecto dicte el Congreso y a los decretos del Ejecutivo nacional.
Página 132 - Un deseo eficaz, un celo activo, y una contracción viva y asidua a proveer, por todos los medios posibles, la conservación de nuestra religión santa...
Página 226 - Los extranjeros gozan en el territorio de la Nación de todos los derechos civiles del ciudadano; pueden ejercer su industria, comercio y profesión: poseer bienes raíces, comprarlos y enajenarlos; navegar los ríos y costas; ejercer libremente su culto; testar y casarse conforme a las leyes. No están obligados a admitir la ciudadanía, ni a pagar contribuciones forzosas extraordinarias. Obtienen nacionalización residiendo dos años continuos en la Nación; pero la autoridad puede acortar este...
Página 66 - ... vasallaje, el signo que protege de las pérdidas y de los robos al propietario. Desde este momento, apenas se deshace la red que lo envuelve, el fresco buey puede correr de nuevo a los pastos de la pampa, a los que vendrá más tarde a buscarlo el hierro del carnicero. En un país en el que los campos no están encerrados por setos, ni zanjas, la marca constituye la única garantía de propiedad y su dibujo se deposita en los archivos públicos. Cuando, se venden caballos y bueyes, el nuevo propietario...
Página 70 - Es sorprendente el entusiasmo con que los argentinos asisten a este espectáculo, en el que el silencio, inspirado por la ávida curiosidad de la lucha, es interrumpido de cuando en cuando por los gritos de las apuestas. Al valor de los gallos, los más ricos juegan a veces sumas enormes, mientras los pobres se contentan con llevar su óbolo de unos cuantos reales al tapete sangriento de este juego cruel.
Página 68 - El fandangaillo, de origen andaluz, se baila raras veces. Los bailes nacionales argentinos son graciosos, tranquilos, acompañados de mucha mímica ya menudo de cumplimientos rimados (relaciones), que se dirigen unos a otros y que alternan con el castañeteo de los dedos y el martilleo de los talones.
Página 69 - ... pero mis oídos se han rebelado siempre contra aquella música horrorosa y que es, sin embargo, la única armonía nacional del gaucho. El chisporroteo vivaz y lascivo de las canciones andaluzas, se ha perdido completamente en las campañas argentinas, y la pampa solitaria y las costumbres de la vida salvaje e independiente, han creado una música triste, monótona, lúgubre, en las que a veces mal se asocia la lascivia con el estoicismo apático de las razas indias. La riqueza del estanciero...
Página 167 - ... en libertad para que tendáis vuestro lecho a los pies del suyo o bajo el pórtico de la casa de posta. Habéis entonces comprado un lecho y puesto en un canasto, vino, café y azúcar; agregad también un poco de pan, porque podría suceder que este alimento de primera necesidad para vosotros, pero de lujo para el gaucho, os faltase cuando cansado y hambriento lleguéis por la tarde al malhadado hospicio que se llama casa de posta. Si no vais muy cómodos, os consuele la rapidez con que los...
Página 59 - Los pantalones lo aprietan, la corbata lo oprime; necesita aire y libertad. Rasga en el medio un trozo de paño y pasando la cabeza por la hendidura, hace una especie de casulla que llama poncho; otra tela (chiripá) le ciñe la cintura y cae en amplios pliegues sobre los muslos, dejando desnudas las piernas, que cubre con botas de potro, o calzado sin curtir fabricado con el cuero de las patas del caballo. Este vestido elemental del gaucho no necesita costuras ni cortes artísticos, y es el más...