Al primer cargo quel Presidente e Oydores de Vuestra Magestad nos fazen, disciendo quen el tiempo que tobimos cargo de la Xusticia nos presentó Alonso Perez de Valer una Provision de Vuestra Magestad de la Merced que le fizo de un rregimiento desta Cibdad, e nos pidió que la compliesemos, e siendo obligados a ello no lo fizimos, antes suplicamos della,

Descimos: ques verdad que Alonso Perez presentó la dicha Provision en el Cabildo desta Cibdad, de Rodrigo de Paz, e firma de Don Hernando Cortés e su Ministro, el qual mandaba la Tierra, aunque nosotros therniamos el nombre, y él e todo el Cabildo suplicó de la dicha Provision, disciendo, que abían ymbiado procuradores a Vuestra Magestad con ciertos capítulos, uno de los quales era que Vuestra Magestad fiziese merced de los rregimientos a los conquistadores desta Tierra; e porque todos se agraviaban disciendo quél no lo era e querían esperar la respuesta de Vuestra Magestad, aunque nosotros deseabamos complir lo que Vuestra Magestad mandaba, e ayudarle, quisimonos conformar con ellos por atraer la voluntad de todos al servicio de Vuestra Magestad, porquen aquel tiempo era muy poca la fuerza de la voz de Vuestra Magestad en la Tierra, del temor que thernían a Don Hernando Cortés por los malos tratamientos que fazía a los servidores de

Vuestra Magestad, e opresion en que los thernía; de suerte, que no se osaban descobrir ni descobrieron, fasta que Rodrigo de Paz padeció por xusticia, como todo esto es notorio, e por tal lo alegamos; quanto mas, que por ley de Nuestros Reynos se permite, quando hay semexantes cabsas, suplicar de las Provisiones de Vuestra Magestad, fasta ver la segunda decision e mando de Vuestra Magestad.

Al segundo cargo quel Presidente e Oydores de Vuestra Magestad nos fazen, disciendo quen el tiempo que tobimos la Xusticia, tomamos e rescebimos xoyas de oro de los yndios, non lo podiendo fazer, porque diz ques prohibido rescebillas,

Descimos: que siempre los que an gobernado esta Tierra an estado en costumbre de las rrescebir, e nosotros la quitamos por ser en perxuicio de las personas a quienes estaban depositados los yndios; e nunca tal rrescebimos ni quisimos rrescebir, ecebto de Don Cárlos, Señor de Tezcuco, ciertas xoyas de oro que nos dió e ymbiamos a Vuestra Magestad, con Xoan de la Peña, e fueron rregistradas aquí a Martin Diego Docaña, escribano, y en Medellin antel escribano del Rexistro, porquel Conthador Rodrigo de Albornoz, a quien ymbiamos a llamar para ello, non quiso o non podo venir.

Item: porque esta Nueva España ymbió por procuradores a Vuestra Magestad a Antonio de Villarroel e a Bernardino Vazquez de Tapia, a negociar cosas que combernian al servicio de Vuestra Magestad e bien de la Tierra, nosotros presentamos para les dar, e dimos, mil castellanos de buen oro; porque al tiempo que las otras veces Don Hernando Cortés ymbiaba procuradores a procurar sus provechos, y en suplicar a Vuestra Magestad, le daban seis mil pesos de oro, los quales se rrepartían entre los españoles; e nosotros por no les fazer agravio, rrepartimos los dichos mil castellanos entre los pueblos de los yndios desta Laguna, queran subxetos a esta Cibdad e non estaban encomendados, e dellos aun no rrecoximos la mitad.

Item: rrescebimos del Taconcí cierta plata e alguna xoya de oro, porque antes solía dar mucha cantidad a los que aquí gobernaban, e gobernando nosotros por Vuestra Magestad, podíamos rrescebir dél, el tributo que daba a nuestros gobernadores, e non rrescebimos dél mas de aquello poco que nos dió por el tributo de Tuspa-Canucla, que le era subxeta, e tomamos para sostener los grandes gastos que fazíamos administrando su Real Xusticia y en salzando el nombre e voz de Vuestra Magestad en la Tierra, e descobriendo sus servidores, e llegandole otros questaban obstinados, co

mo es notorio, al Presidente e Oydores de Vuestra Magestad; por manera que con ellos e con otras pocas cosas que therníamos señaladas en la Tierra, aun estamos adebdados en veinte mil castellanos, poco mas o menos; que tambien lo alegamos por notorio.

Al tercero cargo quel Presidente e Oydores de Vuestra Magestad nos fazen, disciendo quen el tiempo que tobimos los dichos oficios xugamos en nuestras casas xuegos vedados, e consentimos xugar a otros, oro e xoyas e otras cosas, e que lo desimulamos e non lo castigamos; en lo qual diz que fué desfrabdada la Cámara de Vuestra Magestad,

Descimos: ques verdad que algunas vezes xugamos e consentimos xugar a los naypes en nuestras casas, por thenellas acompañadas de servidores de Vuestra Magestad, con aquel pasatiempo, e thener nuestras personas seguras. fasta que Vuestrá Magestad proveyese quien gobernase la Tierra e la sacase de la tiranía en que la hallamos; e aun con esto, non nos podíamos valer ni valíamos contra esta diabólica secta, e contra los que la an seguido e siguen, porquesta Tierra no es de la calidad Despaña, como el Presidente e Oydores de

Vuestra Magestad saben e an visto, sino Tierra donde se imbentan e ponen en obra, sin temor de Dios nin de Vuestra Magestad, quan

tas trayciones e maldades se pueden pensar; ansí, que combiene estar sobre aviso, e aun con él, es menester que ayude Dios.

Al quarto cargo quel Presidente e Oydores de Vuestra Magestad nos fazen, disciendo que al tiempo que ficimos las eleciones para nombrar Alcaldes e rrexidores, posimos en los dichos oficios nuestros amigos e alyados, non embargante que abía para ello otras personas ábiles, e que no procuramos de mirar el bien público, mas a nuestro propio interés e voluntad,

Descimos: questa culpa nos debe poner en su dicho algun infernal tolesino que a seguido su parcialidad, o del Thesorero Alonso Destrada; y es muy gran falsedad e maldad lo que dixo, por nos manchar con alguna cosa, e a lo menos, non sería el tal o los tales testigos los ábiles que discen que quedaron fuera del dicho nombramiento; e questo que descimos sea verdad, por ser claridad deste descargo otra probanza, porque non declaró el dapño que se rrecresció a la República, de los que nosotros nombramos, e qué pro se le podiera seguir de los otros que dixo que eran ábiles e podieramos nombrar, e qué fué el interés que dello se nos siguió, para que podieramos dar nuestro descargo, quanto mas que a Vuestra Magestad, es notorio, que nosotros no podimos elexir en un año que fizimos la elecion, todos los