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1. La provincia de Bolivar. Su capital la ciudad del Daule: gobernada por Juez político.-Constará de tres Cantones: 1. Babahoyo, Caracol y Pueblo Viejo.

2.° Baba, Pimocha, Vinces y Palenque.
3.o Daule, Santa Lucía y Balsar.

2.o La provincia de Manabt. Su capital la ciudad de Porto Viejo gobernada por Juez político.

tones:

Se divide en dos Can

1.o Porto Viejo, Pichota, Jipijapa y Pajan.

2.° Monte Cristi, Charapotó, Tosagua y Canoa.

3.o La provincia de Tumbald. Su capital la ciudad de Santa Elena: gobernada como las dos precedentes. La formarán dos Cantones:

1. Machala, Puná, Balao y Naranjal.

2.° Santa Elena, Chanduy, Colonche y Morro.

4.o La provincia de Guayas. Su capital la ciudad de Guayaquil: gobernada como las tres anteriores, á mas de su Intendente. Tendrá dos Cantones:

1.o La capital y Chongon.

2.° Samborondon y Nausa, Yaguachi y Taura.

3.o . El Intendente residirá en la ciudad cabeza del Departamento; los Jueces políticos en la cabeza de cada provincia, y los Alcaldes en la cabeza de cada Canton. Los pedáneos administrarán los otros pueblos que no son cabeza de provincia ni de canton.

4.o Se deja á la prudente direccion de S. E. el arreglo de una Corte Superior de Justicia.

5. Se suplica á S. E. por la ereccion de una Corte de Almirantazgo, conforme á la establecida en Margarita, Departamento del Orinoco.

6. Se le suplica así mismo por el establecimiento de escuelas normales lancasterianas en estas provincias.

7. Se le suplica del mismo modo concorde con su Santidad la traslacion del Obispado de Cuenca á esta capital, de cuyos diezmos se sostiene principalmente la expresada Mitra. Si la traslacion no fuese asequible, se entienda por pedida la nueva creacion de un Obispado, que tanto necesita este Departamento, para dar vigor á la disciplina eclesiástica que se encuentra sin energía.

8.° Que la deuda pública reconocida por el primer Colegio Electoral, á 6 de Noviembre de 1820, la contraída en tiempo del Rey bajo del Gobernador Mendiburu, y la contraída novísimamente para sostener el sistema de la Independencia, se reconozcan por tales deudas del Tesoro, con las garantías y

método municipal de extinguirlas que adoptó la última Junta de este Gobierno, y confirmó el Cuerpo Electoral en 31 de Julio próximo pasado, en cuanto al pago de derechos que debían hacer los extranjeros naturalizados.

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9. Para extinguir la deuda nacional en toda la República, el Departamento de Guayaquil cede todo el sobrante de sus rentas ordinarias, pagados los gastos de administracion interna, y la deuda particular cuyo reconocimiento se pide en el artículo anterior.

Guayaquil, 2 de Agosto de 1822. — 12.

VICENTE ESPANTOSO - Dr. Pedro de Benavente - Jph. Carbo y Unzueta Bernabé Cornejo Gaspar de Santisteban.

LIBERTADOR

SIMON BOLIVAR.

PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, ETC., ETC.

Habiendo tomado en consideracion las proposiciones que me ha presentado la Comision nombrada por el Cuerpo Electoral de Guayaquil: he venido en decretar, por ahora, mientras el Congreso General resuelve definitivamente lo que tenga á bien sobre las demandas de dicha Provincia y decreto:

ARTICULO I,

La provincia de Guayaquil se constituye en Departamento marítimo del Sur.

ARTICULO II.

El Intendente residirá en la ciudad de Guayaquil.

ARTICULO III.

El Gobierno solicitará del Congreso General la creacion de un Tribunal de Justicia, para este Departamento de Guayaquil.

ARTICULO IV.

La deuda pública de Guayaquil, reconocida por el primer Colegio Electoral de Guayaquil, y la contraída por el Gobier

no de la Junta se mandará pagar con la mitad de la renta del Tesoro Público.

ARTICULO V.

Se establecerán las escuelas normales.

ARTICULO VI.

Cuando el Gobierno de Colombia entre en comunicaciones con su Santidad, se tendrá presente la demanda de Guayaquil sobre creacion de Obispado.

ARTICULO VII.

La Corte de Almirantazgo que se solicita no es de necesidad en esta provincia.

ARTICULO VIII.

La division del territorio se reserva á la soberana resolucion del Congreso.

Dado etc.

BOLIVAR.

Lima, 29 de Agosto de 1822.

Excmo. Señor Libertador de Colombia, Simon Bolivar.

Querido General :

Dije á Usted en mi última del 23 del corriente que habiendo reasumido el mando supremo de esta República, con el fin de separar de él al débil é inepto Torre Tagle, las atenciones que me rodeaban en aquel momento no me permitían escribir á usted con la extension que deseaba: al verificarlo ahora no solo lo haré con la franqueza de mi caracter, sino con la que exijen los grandes intereses de la América.

Los resultados de nuestra entrevista no han sido los que me prometía para la pronta terminacion de la guerra: desgraciadamente yo estoy firmemente convencido, ó que usted no ha creido sincero mi ofrecimiento de servir bajo sus órdenes con la fuer

za de mi mando, ó que mi persona le es embarazosa. Las razones que usted me expuso de que su delicadeza no le permitiría mandarme, y aun en el caso de que esta dificultad pudiese ser vencida, estaba usted seguro que el Congreso de Colombia no consentiría su separacion de la República, permítame usted, General, le diga, no me han parecido bien plausibles : la primera se refuta por sí misma, y la segunda, estoy muy persuadido que la menor insinuacion de usted al Congreso, sería acojida con unánime aprobacion, con tanto mas motivo, cuanto que se trata con la cooperacion de usted, y la del ejército de su mando, finalizar en la presente campaña la lucha en que nos hallamos empeñados; y el alto honor que tanto usted como la República que preside, reportarían en su terminacion.

No se haga usted ilusion General: las noticias que usted tiene de las fuerzas realistas son equivocadas: ellas montan en el alto y bajo Perú á mas de 19,000 veteranos, las que se pueden reunir en el término de dos meses. El ejército patriota, diezmado por las enfermedades, no podrá poner en línea á lo mas 8,500 hombres, y de estos una gran parte reclutas: la division del General Santa Cruz, (cuyas bajas segun me escribe este General, no han sido reemplazadas, á pesar de sus reclamaciones) en su dilatada marcha por tierra debe experimentar una pérdida considerable, y nada podrá emprender en la presente campaña : la sola de 1,400 colombianos que usted envía, será necesaria para mantener la guarnicion del Callao, y el órden de Lima: por consiguiente, sin el apoyo del ejército de su mando, la espedicion que se prepara para intermedios no podrá conseguir las grandes ventajas que debían esperarse, si no se llama la atencion del enemigo por esta parte con fuerzas imponentes, y por consiguiente la lucha continuará por un tiempo indefinido, porque estoy íntimamente convencido que sean cuales fueren las vicisitudes de la presente guerra, la independencia de la América es irrevocable; pero tambien lo estoy, de que su prolongacion causará la ruina de sus pueblos, y es un deber sagrado para los hombres á quienes están confiados sus destinos, evitar la continuacion de tamaños males. En fin, General, mi partido está irrevocablemente tomado: para el 20 del mes entrante he convocado el primer Congreso del Perú y al siguiente día de su instalacion me embarcaré para Chile, convencido de que solo mi presencia es el único obstáculo que le impide á usted venir al Perú con el ejército de su mando: para mí hubiera sido el colmo de la felicidad terminar la guerra de la independencia bajo las órdenes de un General á quien la América del Sur debe su libertad: el destino lo dispone de otro modo, y es preciso conformarse.

No dudando que despues de mi salida del Perú, el gobierno

que se establezca reclamará la activa cooperacion de Colombia, y que usted no podrá negarse á tan justa peticion, ántes de partir remitiré á usted una nota de todos los jefes cuya conducta militar y privada, puede ser á usted de utilidad su conocimiento.

El General Arenales quedará encargado del mando de las fuerzas arjentinas: su honradez, coraje y conocimientos, estoy seguro lo harán acreedor á que usted le dispense toda conside

racion.

Nada diré á usted sobre la reunion de Guayaquil á la República de Colombia: permítame usted, General, le diga, que creo no era á nosotros á quien pertenecía decidir este importante asunto: concluida la guerra, los gobiernos respectivos lo hubieran transado, sin los inconvenientes que en el día pueden resultar á los intereses de los nuevos estados de Sud América.

He hablado á usted con franqueza General; pero los sentimientos que expresa esta carta quedarán sepultados en el mas profundo silencio; si se trasluciere, los enemigos de nuestra libertad podrían prevalerse para perjudicarla, y los intrigantes y ambiciosos para soplar la discordia.

Con el Comandante Delgado, dador de esta, remito á usted una escopeta, un par de pistolas, y el caballo de paso que ofrecí á usted en Guayaquil; admita usted, General, esta memoria del primero de sus admiradores: con estos sentimientos, y con los de desearle únicamente sea usted quien tenga la gloria de terminar la guerra de la independencia de la América del Sur, se repite

Su afectísimo servidor

JOSÉ DE SAN MARTIN.

LIBERTADOR

SIMON BOLIVAR,

PRESIDENTE DE COLOMBIA ETC., ETC., ETC.

Guayaquileños!

Mañana parto hácia los confines de la República, á visitar las provincias que las leyes de Colombia escudan con su proteccion. Yo os dejo un Jefe que el Cielo ha destinado para vuestra dicha; el General Salom es vuestro Intendente; y nada mas podeis desear. Será tan justa y prudente la administracion, como es sábia la Constitucion que nuestros Legisladores nos han dado.

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