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sueño al ver el nuevo refuerzo que han recibido las armas de la patria en aquel punto, y sobre todo al saber que se halla al frente el mismo Libertador, cuyo nombre solo basta para aturdir á nuestros enemigos.

Si prescindiésernos de los sentimientos de paz y humanidad de que debe estar animado todo el que sea verdadero amigo de la libertad, sería de desear que el armisticio no tuviese efecto en Quito, para apresurar la libertad de las provincias subyugadas aún y vengar los agravios que acaba de recibir este pue. blo.

Por ahora no tenemos que temer una invasion, porque en la estacion presente se hallan inundados todos los campos que los rodean y son intransitables los caminos; el Gobierno ha sabido aprovecharse de estas circunstancias para levantar y organizar algunas tropas que puedan, sino expedicionar contra Quito, á lo menos defender la provincia en la oportunidad. Esta fuerza, ó parte de ella, unida á la que pudiera remitirse del ejército de Colombia sería bastante (especialmente al mando de un General de tan acreditado valor y entusiasmo por la causa como US.) para libertar estos preciosos países.

Por estas consideraciones parece no convenir por ahora que US. use de su autorizacion para intimar el armisticio al Presidente de Quito; pues no siendo admitido, se debería marchar al punto contra él: lo que es imposible en la estacion y en la situacion militar en que nos hallamos. Y siendo admitido debemos consentir en que las provincias nuestras hermanas continúen bajo el yugo; y nos exponemos tambien á que admitido por esta parte y por el Norte queden paralizados los movimientos y planes del Libertador por todas partes. Parece, pues, que la prudencia y la política aconsejan esperar el resultado de aquella negociacion y permanecer nosotros siempre en estado de obrar segun las circunstancias, sin ligarnos por comprometimiento de que no resultarja ventaja á la causa co

mun.

Entre tanto nosotros debemos apercibirnos sin perdonar fatiga para cualquier acontecimiento, y preparar desde ahora los movimientos simples ó combinados con que debamos obrar en la ocasion, para cuyo importante objeto la fortuna nos presenta en US. un Jefe cuyos conocimientos y experiencia nada nos dejará que desear.

La lijera indicacion que hace US. en su nota sobre la agregacion de esta provincia á la heróica República de Colombia, merece una contestacion tan detenida y extensa que mas bien debe ser materia de varias conferencias. Por ahora me contento con decir á US. que despues de proclamada la Indepen

dencia de la provincia, (1) nuestros únicos votos han sido sostenerla y cooperar á la causa de América y al engrandecimiento de la República. Desde los principios hemos conocido que esta provincia por su pequeña extension, por su corta poblacion, por la escasez de luces, y por el atraso lamentable de la agricultura y de las artes, no puede ni debe ser un Estado independiente y aislado: y necesita el apoyo y proteccion de un Estado mas fuerte y poderoso para progresar en la carrera de su prosperidad y marchar con firmeza en la de su libertad. Por tanto en el Reglamento de Gobierno aprobado por la Junta General de la provincia (2) como una Constitucion provisoria (de que es adjunta copia) se ha declarado esta provincia en libertad de agregarse á cualquiera grande asociacion que le convenga de las que han de formarse en la América meridional.

Esta actitud de la provincia léjos de ser embarazosa á los planes de los ejércitos que protejen la independencia, facilita las operaciones y aún les da márgen á abrir y proyectar nuevas en caso de que lo impidiese por alguna parte el compromiso de una negociacion; de manera que aunque el Gobierno estuviese autorizado para hacer una declaracion sobre este asunto no sería oportuna ni ventajosa.

En lo que debe fijarse toda la consideracion por ahora, es en los medios de consolidar la independencia de la provincia, no en afirmar su reunion á un Estado con quien ya está tan unida por tantos lazos y por tantas relaciones. En efecto, dispuesta como está á cooperar activamente á la libertad de las provincias comarcanas, preparada á prestar al ejército Libertador cuantos auxilios estén en su poder, y segura de recibir los que necesite, se le puede considerar de hecho agregada á cualquier Estado con quien tenga tales relaciones.

En esta virtud será muy conveniente se verifique el deseo del Gobierno de Colombia de remitir aquí una fuerza competente, si así lo exige el bien general, y en caso de que suspendiéndose las hostilidades por Pasto quede sin movimiento el ejército, entonces conceptúo que mil quinientos hombres podrán en el verano abrir por aquí y concluir con gloria la campaña, uniéndose á esa fuerza 500 hombres bien armados que dará esta provincia. Si el armisticio no tuviese efecto, será mas conveniente que la fuerza unida del ejército de Colombia obre por aquella parte, y por ésta obren en combinacion al mando de US. las de la provincia.

En el estado deplorable en que se halla este pueblo despues de diez años de languidez de su comercio y de las últimas

(1) Véase el Tomo I, página 237.
(2) En 11 de Noviembre de 1820.

exacciones que hizo el Gobierno español, sus recursos son inferiores á sus necesidades, de modo que el Gobierno se ha visto en la dura necesidad de ocurrir á un empréstito forzoso para sostener la fuerza armada que en el día pasa de 1,000 hombres reclutados en estos últimos meses. A pesar de esta situacion, si viniesen tropas del ejército se les proporcionarían la subsistencia y los medios de trasporte. Tenemos mil fusiles de repuesto armas para un escuadron y algunas piezas de montaña. Hay un escuadron de dragones milicianos con los que se puede formar un escuadron lijero. Finalmente como no hay marina, no podemos asegurar el número de buques que podrán marchar á las costas del Chocó para trasportar las tropas, pero seguramente se mandarían todos los que hubiese en el puerto, y se facilitarían todos los medios necesarios para su conduccion.

Esta es la situacion de la Provincia y estos los auxilios que puede prestar en beneficio suyo y del comun del pueblo americano. Sobre todo lo cual US. hará las observaciones convenientes, seguro de que por parte del Gobierno no encontrará US. sino la mejor disposicion en proteger la causa, la mayor gratitud al heróico pueblo de Colombia por los auxilios que le presta hoy y por el sublime ejemplo que nos ha dado en esta época memorable; sentimientos de admiracion por el glorioso Libertador y la mayor consideracion á la persona y mé-rito de US.

Dios guarde á US. muchos años.

Guayaquil, Febrero 27 de 1821.

JOSÉ DE OLMEDO.

Excmo. Señor Presidente y Vocales de la Junta Gubernativa. Excmo Señor:

El génio incansable del Libertador de Colombia tal vez se detendrá esperando el resultado de mi comision para ejecutar empresas tan grandes cuales no podremos concebir. Yo anhelo el momento de poner en su noticia la determinacion de este Gobierno que V. E. me indica en su oficio de ayer, y desearía se proporcionase inmediatamente el buque, que con un oficial de confianza, debe seguir conduciendo mis pliegos y los mas que V. E. tuviese á bien remitir.

Me son mas que agradables las insinuaciones de este Gobierno respecto al de Colombia y los vínculos estrechos con que se consideran ligados. El verse ya cumplidos los deseos del Libertador por la cooperacion de este Gobierno, me llenan de una extraordinaria satistaccion y jamas me privaré de hacerlo conocer. V. E. manifestará sus intenciones al Gobierno de Colombia de un modo claro y conveniente en estas circunstancias, y yo las expresaré conforme á los mismos deseos de V. E.

Los asuntos justos é importantes de que en adelante debemos tratar serán ventilados con el peso y delicadeza que ellos se mereceu, y yo por ahora me limitaré á los militares que son bien importantes.

Anticipada la resolucion de V. E. en el buque que debe seguir, inmediatamente estará pronta en el puerto de la Buenaventura la pequeña expedicion que debe dirigirse á esta plaza, y estará en disposicion de una pronta marcha. A los diez ó doce días (segun me parece) de haber salido este buque deberán hacerlo los demas que V. E. mande alistar y deberán seguir con objeto de conducir la tropa; de este modo se evita la tardanza que era indispensable hasta aguardar contestacion, y muy en breve podremos contar en esta plaza con esa fuerza que debe servir para lo que se haya premeditado.

Deseo el momento de ser útil á este Gobierno y salir de la apatía en que me hallo, tan contraria á mi carácter como hombre y como militar. Si mis servicios pueden cooperar á la felicidad de este Gobierno, que ellos sean empleados de cualquier modo, y que V. E. cuente siempre con quien ha jurado derramar su sangre en obsequio de la libertad, y que lo hará gustoso por la defensa de este país.

Dios guarde á V. E. muchos años.

Guayaquil, Marzo 1.o de 1821.

JOSÉ MIRES.

Señor General de Brigada José Mires.

Para que el resultado de las conferencias, entre US. y el Gobierno, se comunique al de Colombia, con la prontitud que exige su importancia, y US. desea, se apresta un buque de diligencia con la posible actividad. Es sensible que esta salida no

sea al momento, porque el buque destinado se hallaba cargado de municiones de guerra, que al instante empezaron á desembarcarse. Los demas buques, que deben conducir las tropas del puerto de la Buenaventura, saldrán en el número y tiempo que particularmente acordemos, para que no se frustren los votos de este pueblo, y los deseos del Libertador, y para apresurar el día glorioso de arrojar la tiranía del último ángulo de nuestro suelo.

Reitero á US., en nombre de este Gobierno, los sentimientos que expuse en mi anterior, y con la misma sinceridad. Dios guarde á US. muchos años.

Guayaquil, Marzo 2 de 1821.

JUNTA DE GOBIERNO.

JOSÉ DE Olmedo.

Al Excmo. Señor Simon Bolívar, Libertador Presidente de la República de Colombia.

Las letras de V. E. que nos ha presentado el señor General Mires han sido recibidas con el aprecio y respeto debidos al insigne Libertador de Colombia.

En los principios de nuestra transformacion no fué posible comunicarnos con V. E., porque aún estaban ocupadas todas las provincias intermedias, y V. E. había regresado á las extremidades de la República desde la capital de Bogotá á donde había venido poco antes con aquella celeridad que nos cuentan de los Capitanes vecinos á los siglos fabulosos, y consiguiendo en cada marcha una victoria sobre los enemigos y en cada paso un triunfo sobre los elementos.

La nueva aparicion de V. E. ha sido una sorpresa la mas agradable para estos pueblos, y el presagio de la integridad, estabilidad y gloria á que está llamada la República por un destino irrevocable.

La provincia de Guayaquil está dispuesta á sostener el voto de ser libre; y no lo está menos á cooperar con todas sus fuerzas á la hermosa causa de América, excitada por sus propios sentimientos y estimulada por el sublime ejemplo que le han dado los pueblos de Colombia.

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