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Ministerio de Estado y Relaciones Exteriores. — Lima, Agosto 8 de 1822.

Al Sr. Secretario General del Libertador.

Señor:

Habiendo dado parte, con anticipacion, el General de Brigada de la República de Colombia, D. Andrés Santa Cruz, de aquella gracia que, entre otras, se le habían concedido por el decreto de 18 de Junio último, expedido por S. E. el Libertador Presidente, (1) se le contestó, con fecha 14 de Julio próximo pasado, por el Ministerio de Guerra, que tanto él como los demas oficiales y tropa de la Division de su cargo, quedaban habilitados por este Gobierno para gozar de las distinciones que les había dispensado la generosidad colombiana; á excepcion del sobre-nombre que da el artículo 6.o de la expresada ley al escuadron de Granaderos montados de los Andes, respecto á que no estaba en las facultades del Gobierno conceder este permiso que se recomendaría con interés á la consideracion de S. E. el Protector para su deliberacion.

En el día con motivo de la comunicacion de US. de 19 de Junio último, que he recibido con copia del referido decreto, S. E. el Supremo Delegado me ha prevenido, que por conducto de US. se reiteren las mas expresivas gracias al Excmo. Presidente Libertador de Colombia, por la aceptacion que le han merecido los servicios de la Division del Perú; creyendo que para unos soldados ansiosos de gloria, no puede haber mayor recompensa que el concepto de un héroe que ha fijado para siempre la suerte de Colombia, en medio de los contrastes, de los peligros y de la muerte.

Tengo la honra de suscribirme de US., con la mayor consi deracion y aprecio, su atento servidor.

FRANCISCO VALDIVIESO.

Auxilios de Colombia al Perú.

Excmo. Señor Protector del Perú D. José de San Martin.

Excmo. Señor :

Trujillo, Agosto 23 de 1821.

Mi primer pensamiento en el campo de Carabobo, cuando ví mi patria libre, fué V. E., el Perú y su ejército libertador. Al contemplar que ya ningun obstáculo se oponía á que yo vo

(1) Inserto en la página 350.

lara á extender mis brazos al Libertador de la América del sur, el gozo colmó mis sentimientos. V. E. debe creerme: despues del bien de Colombia, nada me ocupa tanto como el éxito de las armas de V. E., tan dignas de llevar sus estandartes gloriosos, donde quiera que haya esclavos que se abriguen á su sombra.

Quiera el Cielo que los servicios del ejército colombiano no sean necesarios á los pueblos del Perú!; pero él marcha penetrado de la confianza de que unido con San Martin, todos los tiranos de la América no se atreverán ni aun á mirarlo.

Suplico á V. E. que se digne acoger con indulgencia los testimonios sinceros de mi admiracion, que mi primer edecan el coronel Ibarra tendrá la honra de tributar á V. E. El será ademas el órgano de comunicaciones altamente interesantes á la libertad del Nuevo Mundo.

Acepte V. E. el homenaje de la consideracion y respeto. con que tengo el honor de ser de V. E. su mas atento obediente servidor. (1)

BOLIVAR.

Lima, Marzo 2 de 1822.

Excmo. Señor Libertador de Colombia.

Excmo. Señor:

Si el primer pensamiento de V. E. en el campo de Carabobo, fué la suerte del Perú y la del ejército de mi mando, yo no he perdido de vista un momento el destino de Colombia, desde la primera vez que pasé los Andes, porque ví que consumadas las empresas de V. E., aun antes de moverme á realizar las mías, podía contar con la garantía del aumento que daba al poder moral de los independientes, la fama sola del Libertador de Colombia.

Yo he llegado á la capital del Perú: ningun poder humano podía frustrar este suceso; á menos que el espíritu de libertad hubiese desaparecido de las grandes secciones, en medio de las cuales solo quedaba oprimida la tierra de los Incas. Rara vez es injusta la fortuna cuando los bravos defienden con constancia lo que antes han contemplado con interes. Una de las principales ventajas que ella me ha proporcionado ha sido poder admirar mas de cerca á V. E. y presentir los últimos acontecimientos que el mundo espera de sus altas miras.

(1) Véase los oficios que se registran en las páginas 353 á 356,

Aun no he tenido el honor de ver al primer edecan de S. E. el coronel Ibarra; y la casualidad de haber arribado á Huanchaco cuando salí del Callao, con destino á Guayaquil, para tener con V. E. una entrevista, hizo que me informase de la venida de V. E. para Juamambuc, con cuyo motivo regresé á ésta, sintiendo tener que diferir la esperanza de aquella entrevista, y privándome tambien de ofrecer al coronel Ibarra los sentimientos que me merece. El actual bloqueo en que se halla el puerto de Guayaquil, entre otros males por el momento irreparables, uno de ellos es el oponer nuevos obstáculos al mas ardiente de todos mis deseos que es ver al General Bolivar. Sin embargo, pienso que no tardará el día en que lo realice, y en que acabemos de asegurar la libertad del Nuevo Mundo como V. E. se sirve insinuarme en la nota á que contesto, acreditando los pueblos que nos honran con su confianza, que nosotros no somos mas que dos soldados ciudadanos. Quiera V. E. permitirme le ofrezca los sentimientos de admiracion y aprecio, con que me honro de ser de V. E. su atento servidor.

JOSÉ DE SAN MARTIN.

Al Señor General D. Antonio José de Sucre.

Señor General :

Lima, Junio 23 de 1822.

Despues de la victoria que ha alcanzado US. contra los españoles, solo resta exterminar á los que existen en el Perú. S. E. el Protector defirió llevar á cabo algunas combinaciones mientras no tuviese noticia de aquel glorioso suceso; mas habiendo correspondido á sus esperanzas, y siendo necesario dar un impulso decisivo á la campaña, aguarda S. E. que no solo venga al Perú la Division del coronel Santa Cruz, que se halla allí sin objeto, sino que tambien la acompañen á lo menos mil quinientos ó dos mil quinientos colombianos que participen en este territorio de los laureles del ejército libertador, así como nuestras tropas disfrutaron de los adquiridos en las faldas del Pichincha. Con este objeto se han dado ya las órdenes convenientes para que vaya á Guayaquil competente número de trasportes; esperando S. E. el Protector que US. se servirá dar inmediatamente las disposiciones correspondientes, para que las tropas marchen á aquel puerto, y tenga fin de una vez la desastrosa guerra de América.

Reitero á US. los sentimientos de la mayor consideracion. BERNARDO MONTEAGUDO.

República de Colombia. - Secretaría General. - Cuartel General en Cuenca á 9 de Setiembre de 1822

12.°

Al Illmo. Señor Ministro de Estado y Relaciones Exteriores del Perú.

Illmo. Señor.

S. E. el Libertador me manda dirigir á US. I. la presente comunicacion que por su importancia es remitida por un extraordinario, á fin de alcanzar, si es posible, las ventajas que S. E. se propone.

Aunque S. E. el Protector del Perú en su entrevista en Guayaquil con el Libertador no hubiese manifiestado temor de peligro por la suerte del Perú, el Libertador no obstante se ha entregado desde entonces á la mas detenida y constante meditacion, aventurando muchas congeturas que quizá no son enteramente fundadas, pero que mantienen en la mayor inquietud el ánimo de S. E.

S. E. el Libertador ha pensado que es de su deber comunicar esta inquietud á los Gobiernos del Perú y Chile, y aun al del Río de la Plata, y ofrecer desde luego, todos los servicios de Colombia en favor del Perú. S. E. se propone, en primer lugar, mandar al Perú 4,000 hombres mas de los que se han remitido ya, (1) luego que reciba la contestacion de esta nota, siempre que el Gobierno del Perú tenga á bien aceptar la oferta de este nuevo refuerzo, el que no marcha inmediatamente, porque no estaba preparado y porque tampoco se ha pedido por parte de S. E. el Protector, Si el Gobierno del Perú determina recibir los 4,000 hombres de Colombia, espera el Libertador que vengan trasportes y víveres para llevarlos, anticipando el aviso para que todos los cuerpos se encuentren en Guayaquil opor

tunamente.

En el caso de remitirse al Perú esta fuerza, el Libertador desearía que la campaña del Perú se dirigiese de un modo que no fuese decisivo y se esperase la llegada de los nuevos cuerpos de Colombia para obrar inmediatamente y con la activi dad mas completa, luego que estuviesen incorporados al ejército aliado. S. E. no se atreve á insistir mucho sobre esta medida, porque no conoce la situacion del momento; pero desea ardientemente que la vida política del Perú no sea comprometida sino con una plena y absoluta confianza en el suceso. El amor á la causa de la América le ha dictado estos sentimientos

(1) Se refiere á la Division Colombiana que llegó á Lima en Julio de 1822, mandada por el General Juan Paz del Castillo.

que no ha podido reprimir y que se ha creido obligado á comunicar á ese Gobierno.

Ademas, me manda S. E. el Libertador decir á US. I., cuales son sus designios ulteriores en el caso de que

al ejército aliado no venga á ser el vencedor en la nueva campaña del Perú. Desearía S. E. que los restos del ejército aliado, siempre que éste tenga algun infortunio, se retiren hácia el norte, de modo que puedan recibir 6 ú 8,000 hombres de refuerzos que irían inmediatamente á Trujillo ó mas allá. Si los restos del ejército aliado llegasen á replegar por el Sur, S. E. desearía que el Gobierno de Chile le presentase un refuerzo igual, para que obrando por aquella parte se pudiese dividir la atencion de los enemigos, mientras que el ejército de Colombia por el Norte obraba sobre Lima en union de los cuerpos que se levantasen en Piura y Trujillo.

De todos modos es el ánimo del Libertador hacer los mayores estuerzos por rescatar al Perú del imperio español, y se atreve á pedir con el mayor ardor, al Gobierno de Chile, que siga su ejemplo en esta parte y que haciendo un esfuerzo igual mande 6 ú 8,000 hombres por la parte del Sur del Perú á obrar con la misma actividad ó mas si es posible que la que S. E. piensa desplegar en tales circunstancias.

Insta mucho S. E. el Libertador á ese Gobierno, para que tome el mayor empeño con las autoridades del Rio de la Plata á fin de que se destine un ejército de 4,000 hombres, por lo menos hacia el Cuzco, en el caso que sufra el ejército aliado un reves. Pero aunque este caso es remoto, no debemos verlo como tal, sino que considerándolo ya como presente, las medidas mas eficaces sean empleadas para arrancarle al enemigo de entre las manos su flamante victoria, y no le demos tiempo para gozarse de ella y de arruinar los intereses de la América meridional.

Estas son las ideas que más afectan al Libertador en este momento, y me manda encarecer á US. I. la importancia que en su concepto merecen.

Tengo el honor de ser de US. con todo respeto obediente servidor.

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Secretaría de Gobierno y Relaciones Exteriores del Perú.-Lima, Octubre 25 de 1822.

La Suprema Junta Gubernativa del Perú, en virtud de resolucion del Soberano Congreso, me manda conteste á US., con respecto á su nota de 9 de Setiembre anterior sobre planes de

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