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Batalla de Junin.

PROCLAMA DE BOLIVAR ANTES DE LA BATALLA. Soldados!-Vais á completar la obra mas grande que el Cielo ha encargado á los hombres: la de salvar un mundo entero de la esclavitud.

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Soldados! Los enemigos que debeis destruir, se jactan de catorce años de triunfos: ellos, pues, serán dignos de medir sus armas con las vuestras que han brillado en mil combates. Soldados! El Perú y la América toda aguarda de vosotros la paz hija de la victoria; y aun la Europa liberal os contempla con encanto, porque la libertad del Nuevo Mundo es la esperanza del Universo. ¿La burlareis? No! No!! No!!! Vosotros sois invencibles.

BOLIVAR.

Secretaria General. - Cuartel General en Reyes, Sábado 7 de Agos. to de 1824.

Al Señor Ministro General de Negocios del Perú.

De suprema órden de S. E. el Libertador, tengo la satisfaccion de anunciar á US., que ayer á las cinco de la tarde ha su frido el Ejército Español una terrible humillacion en las llanu ras de Junin, dos y media leguas de este lugar. La caballería, con cuya fuerza contaban principalmente los enemigos, para someter al Perú á la dominacion española, ha sido batida de tal modo, que no volverá á presentarse en el campo de batalla. Informado S. E. de que los enemigos habian venido á buscarnos con toda su fuerza reunida, se puso en marcha con el ejército libertador desde Conocancha, con el fin de comprometer una batalla decisiva. Entre tanto los enemigos que habían avanzado hasta Pasco, volvieron sobre sus pasos á marchas forzadas, en consecuencia de las noticias que tuvieron de la direccion que seguía el ejército. S. E. contaba con forzarlos á una accion formal, situándose á su retaguardia por el camino que ellos debian llevar á Jauja; pero la precipitacion con que marchaban, les proporcionó la dichosa casualidad de llegar y aún pasar del punto en que debiamos encontrarnos, algunas horas antes que nuestro ejército, que tuvo que hacer una jornada larga y por terreno escabroso y difícil.

En este estado, observando S. E. que los enemigos continuaban sin cesar su retirada, y considerando por otra parte que se

escapaba de entre las manos la ocasion de terminar de un golpe la penosa campaña en que nos hallamos y decidir la suerte del país, resolvió adelantarse con la caballeria al trote mandada inmediantamente por el "intrépido General Necochea", y situarla en la misma llanura que ocupaban los enemigos, espe rando que aquellos que nos habían buscado tan resueltamente, aprovecharían la ocasion que se les presentaba de lograr sus deseos, ó que viendo nuestra fuerza de caballería sobre ellos, comprometerían una accion para salvar el todo de su ejército. Sea correspondiendo á estos cálculos, ó por una ciega confianza en su caballería, los enemigos cargaron la nuestra en una situacion bien desventajosa para nosotros; el choque de estos dos cuerpos fué tremendo, y al fin despues de diferentes conflictos en que ambas partes lograban la ventaja, la caballería enemiga, aunque superior en número y mejor montada que la nuestra, fué completamente desordenada, batida y acuchillada hasta las mismas filas de su infanteria, que durante la accion continuaba su marcha hácia Jauja y se hallaba muy lejos del campo cuando aquella se decidió. Nuestra caballería ha mostrado un arrojo que mi pluma no alcanza á expresar, y que solo puede concebirse recordando los siglos heróicos.

El resultado de esta brillante jornada ha sido la de doscientos treinta y cinco muertos en el campo de batalla, entre ellos diez Jefes y oficiales, mas de ochenta prisioneros, muchos heridos, y una infinidad de dispersos. Se han tomado mas de trescientos caballos aperados, y el campo de batalla está cubierto de toda clase de despojos.

Por nuestra parte hemos tenido fuera de filas, sesenta hombres muertos y heridos: entre los primeros, al capitan Urbina de Granaderos á caballo de Colombia, y al teniente Cortés del primer Rejimiento de Caballería del Perú. Entre los segundos, al bizarro General Necochea con siete heridas, aunque ninguna de cuidado, al señor coronel Carvajal de Granaderos á caballo de Colombia, al comandante Soberví del segundo Escuadron del primer Regimiento del Perú, al sargento mayor Felipe Brawn y al capitan Peraza, ambos de la caballería de Colombia; el primero y los dos últimos lévemente heridos y el segundo de alguna gravedad: entre la tropa hay poco de riesgo.

Ayer se habría concluido la guerra del Perú, si la infantería enemiga no hubiera continuado incesantemente su marcha al trote, y si la nuestra hubiese podido velar como era necesario para alcanzarla, porque todos ardían en deseos de destruir á los enemigos. Estos han quedado enteramente escarmentados, y su terror llega al extremo de que desde la madrugada de ayer no han dejado de marchar ni aun en la noche.

Mañana continúa el ejército sus operaciones, y me lisonjeo de que muy pronto felicitará á US. y á todo el Perú por el suceso de ayer, que por ser el primero de la campaña, presajia los mas felices resultados. La tierra de los Incas regada con la sangre de sus opresores y oprimidos, ofrecerá bien pronto bellos campos en que se extienda el árbol precioso de la Libertad; y muy pronto los vencedores de catorce años, no dejarán á estos desgraciados habitantes sino los recuerdos de los horrores que aquellos han cometido mientras la fortuna los ha lisonjeado.

Quiere S. E. que estas noticias las haga US. circular á todos los pueblos y autoridades del país.

Dios guarde á US.

TOMAS DE HERES.

Secretario General interino.

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PROCLAMA.

Peruanos! La campaña que debe completar vuestra libertad, ha empezado bajo los auspicios mas favorables. El ejército del General Canterác ha recibido en Junin un golpe mortal; habiendo perdido por consecuencia de este suceso, un ter cio de su fuerza y toda su moral. Los españoles huyen despavoridos, abandonando las mas fértiles provincias, mientras el General Olañeta ocupa el Alto Perú con un ejército verdaderamente patriota y protector de la libertad.

Peruanos! Dos grandes enemigos acosan hoy á los españoles del Perú: el ejército unido y el ejército del bravo Olañeta que desesperado de la tiranía española, ha sacudido el yugo, y combate con el mayor denuedo á los enemigos de la América y á los propios suyos. El General Olañeta y sus ilustres compañeros son dignos de la gratitud americana; y yo los considero eminentemente beneméritos y acreedores á las mayores recompensas. Así, el Perú y la América toda, deben reconocer en el General Olañeta á uno de sus libertadores (1).

Peruanos! Muy pronto visitaremos la cuna del Imperio Peruano y el Templo del Sol. El Cuzco tendrá en el primer día

(1) Olañeta no se decidió por la Independencia del Perú, sino contra los principios de la Constitucion Española; por cuyo motivo, siguiendo los del Gobierno absoluto, negó la obediencia al Virey, combatió en el Alto Perú á los caudillos peninsulares, y pereció en la accion de Tumusla.

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de su libertad mas placer y mas gloria, que bajo el dorado reino de sus Incas.

Cuartel General Libertador en Huancayo á 15 de Agosto de 1824.

SIMON BOLIVAR.

Batalla de Ayacucho.

PARTE OFICIAL.

Ejército Unido Libertador del Perú. Cuartel General en Ayacucho d 11 de Diciembre de 1824.

Al Señor Ministro de la Guerra.

Señor Ministro :

Las tres Divisiones del ejército quedaron desde el catorce al diez y nueve de Noviembre situadas en Talavera, San Gerónimo y Andahuaylas, mientras los enemigos continuaban sus movimientos sobre nuestra derecha. Por la noche del 18 supe que el mayor número de los cuerpos enemigos se dirigía á Hua. manga, y dispuse que el ejército marchase para buscarlos. El 19 nuestras partidas se batieron en el puente de Pampas con un cuerpo enemigo, y el 20 al llegar á Uripa se divisaron tropas españolas en las alturas de Bombom. Una compañia de Husares de Colombia y la primera de Rifles con el señor coronel Silva, se destinaron á reconocer estas fuerzas, que cons tando de tres compañías de Cazadores, fueron desalojadas y obligadas á repasar el rio de Pampas, donde se encontró á todo el ejército Real que había cortado perfecta y completamente nuestras comunicaciones, situándose á la espalda.

Siendo difícil pasar el rio é imposible forzar las posiciones enemigas, nuestro ejército quedó en Uripa y los españoles en Concepcion, estando á la vista. El 21, 22 y 23, el encuentro de las descubiertas nos fué siempre ventajoso. El 24 los enemigos levantaron su campo en marcha hácia Vilcas-Huaman, y nuestro ejército vino á situarse sobre las alturas de Bombon hasta el 30, que sabiéndose que los enemigos venían por la noche á la derecha del Pampas por Uchubambas á flanquear nues. tras posiciones, me trasladé á la izquierda del rio para cubrir nuestra retaguardia.

Los Españoles, al sentir este movimiento, repasaron rápidamente á la izquierda del Pampas; pero nuestros cuerpos aca

baban de llegar á Matará en la mañana del 2, cuando el ejército español se avistó sobre las alturas. Aunque nuestra posicion era mala, presentamos la batalla; pero fué escusada por el enemigo, situándose en unas breñas no solo inatacables, sino inaccesibles. El 3, el enemigo hizo un movimiento, indicando el combate y se le presentó la batalla; pero dirigiéndose sobre las inmensas alturas de la derecha, amenazaba tomar nuestra reta. guardia. Antes había sido indiferente al ejército dejar al enemigo nuestra espalda; pero la posicion de Matará, despues de ser mala, carecía de recursos, y era por tanto necesario seguir la retirada á Tambo-Cangallo. Nuestra marcha se rompió muy oportunamente para salvar la difícil quebrada de Corpahuaico, antes que llegase el cuerpo del ejército enemigo; mas éste habia adelantado desde muy de mañana y encubiertamente cinco batallones y cuatro escuadrones á oponerse en este paso impenetrable. Nuestra infantería de vanguardia con el señor General Córdova, y la del centro con el Sr. General La-Mar, habían pasado la quebrada, cuando esta fuerza enemiga cayó bruscamente sobre los batallones Vargas, Vencedor y Rifles, que cubrian la retaguardia con el señor General Lara; pero los dos primeros pudieron cargarse á la derecha, sirviéndose de sus armas para abrirse paso, y Rifles en una posicion tan desventajosa tuvo que sufrir los fuegos de la artillería, y el choque de todas las fuerzas; mas desplegando la serenidad é intrepidez que ha distinguido siempre á este cuerpo, pudo salvarse. Nuestra caballería bajo el señor General Miller, pasó por Chonta protegida por los fuegos de Vargas, aunque siempre muy molestada por la infantería enemiga. Este desgraciado encuentro costó al ejército libertador mas de 300 hombres, todo nuestro parque, que fué enteramente perdido, y una de nuestras dos piezas de artillería; pero él es el que ha valido al Perú su libertad.

ΕΙ 4 los enemigos engreídos de su ventaja, destacaron cinco batallones y seis escuadrones por las alturas de la izquierda á descabezar la quebrada, mostrando querer combatir; la barranca de la quebrada de Corpahuaico permitía una fuerte defensa; pero el ejército deseaba á cualquiera riesgo aventurar la bataila. Abandonándoles la barranca, me situé en medio de la gran llanura de Tambo-Cangallo. Los españoles al subir la barranca marcharon velozmente á los cerros enormes de nuestra derecha, evitando todo encuentro; y esta operacion fué un testimonio evidente de que ellos querían maniobrar, y no combatir: este sistema era el único que yo temía; porque los españoles se servirían de él con ventaja, conociendo que el valor de sus tropas estaba en los piés, mientras el de las nuestras se hallaba en el corazon.

Creí, pues, necesario obrar sobre esta persuasion y en la noche del 4 marchó el ejército al pueblo de Huaichao, pasando

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