Imágenes de páginas
PDF
EPUB

la quebrada de Acocro, y cambiando así nuestra direccion. El 5 en la tarde se continuó la marcha á Acos Vinchos, los enemigos á Tambillo, hallándonos siempre á la vista. El 6 estuvimos en el pueblo de Quinua, y los españoles por una fuerte marcha á la izquierda, se colocaron á nuestra espalda en las formidables alturas de Pacaycasa: ellos siguieron el 7 por la impenetrable quebrada de Huamanguilla, y el día siguiente á los elevados cerros de nuestra derecha, mientras nosotros estabamos en reposo. El 8 en la tarde quedaron situados en las alturas de Cundurcunca á tiro de cañon de nuestro campo: algunas guerrillas que bajaron se batieron esa tarde, y la artillería usó de sus fuegos.

La aurora del día nueve vió estos dos ejércitos disponerse para decidir los destinos de una Nacion. Nuestra línea formaba un ángulo la derecha, compuesta de los batallones Bogotá, Voltigeros, Pichincha y Caracas, al mando del señor General Córdova; la izquierda de los batallones 1., 2., 3.° y Legion Peruana, bajo el Illmo. Señor General La-Mar: al centro los Granaderos y Húsares de Colombia con el señor General Miller; y en reserva los batallones Rifles, Vencedor y Vargas, al mando del señor General Lara. Al reconocer los cuerpos recordando á cada uno sus triunfos, sus glorias, su honor y Patria, los vivas al Libertador y á la República resonaban por todas partes. Jamás el entusiasmo se mostró con mas orgullo en la frente de los guerreros. Los españoles á su vez dominando perfectamente la pequeña llanura de Ayacucho, y con fuerzas casi dobles, creían cierta su victoria. Nuestra posicion, aunque dominada, tenía seguros sus flancos por unas barrancas, y por su frente no podía obrar la caballería enemiga de un modo uniforme y completo. La mayor parte de la mañana fué empleada solo con fuego de artillería y de los cazadores: á las diez del día los enemigos situaban al pié de la altura cinco piezas de batalla, arreglando tambien sus masas, á tiempo que estaba yo revisando la línea de nuestros tiradores. Dí á éstos la órden de forzar la posicion en que colocaban la artillería, y fué ya la señal del combate.

Los españoles bajaron velozmente sus columnas, pasando á las quebradas de nuestra izquierda los batallones Cantabria, Centro, Castro, 1.° Imperial y dos escuadrones de Húsares con una batería de seis piezas, formando demasiadamente su ataque por esa parte. Sobre el centro formaban los batallones Burgos, Infante, Victoria, Guias y 2.o del primer Regimiento, apoyando la izquierda de éste con los tres Escuadrones de la Union: el de San Carlos, los cuatro de los Granaderos de la Guardia. y las cinco piezas de artillería ya situadas; y en la altura de nuestra izquierda los batallones 1 y 2 de Gerona, 2.o Imperial

1.o del primer Regimiento, el de Fernandinos, y el escuadron de Granaderos de Alabarderos del Virey.

Observando que aun las masas del centro no estaban en órden, y que el ataque de la izquierda se hallaba demasiado comprometido, mandé al Sr. General Córdova que lo cargase rápidamente con sus columnas, protegido por la caballería del señor General Miller, reforzando á un tiempo al señor General La-Mar con el batallon Vencedor y sucesivamente con Vargas. Rifles quedaba en reserva para rehacer el combate donde fuera menester, y el señor General Lara recorría sus cuerpos en todas partes. Nuestras masas de la derecha marchaban arma á discrecion hasta cien pasos de las columnas enemigas, en que cargadas por ocho escuadrones españoles, rompieron el fuego: rechazarlos y despedazarlos con nuestra soberbia caballería, fué un momento. La infantería continuó inalterable su carga y todo plegó á su frente.

Entre tanto, los enemigos, penetrando por nuestra izquierda, amenazaban la derecha del señor General La-Mar, y se interponían entre éste y el señor General Córdova con dos batallones en masa; pero llegando en oportunidad Vargas al frente, y ejecutando bizarramente los Húsares de Junin la órden de cargar por los flancos de estos batallones, quedaron disueltos. Vencedor y los batallones 1, 2, 3 y Legion Peruana, marcharon audazmente sobre los otros cuerpos de la derecha enemiga, que reuniéndose tras las barrancas, presentaban nuevas resistencias; pero reunidas las fuerzas de nuestra izquierda y precipitadas á la carga, la derrota fué completa y absoluta.

El señor General Córdova trepaba con sus cuerpos la formidable altura de Cundurcunca, donde se tomó prisionero al Virey La Serna el señor General La-Mar salvaba en la persecución las difíciles quebradas de su flanco, y el señor General Lara, marchando por el centro, aseguraba el suceso. Los cuerpos del señor General Córdova, fatigados del ataque, tuvieron la órden de retirarse, y fué sucedido por el señor General Lara, que debía reunirse en la persecucion al señor General LaMar en los altos de Tambo. Nuestros despojos eran ya mas de mil prisioneros, entre ellos sesenta Jefes y oficiales, catorce piezas de artilleria, dos mil quinientos fusiles, muchos otros artículos de guerra, y perseguidos y cortados los enemigos en todas direcciones; cuando el General Canterac, Comandante en Jefe del ejército español, acompañado del General La-Mar se me presentó á pedir una capitulacion. Aunque la posicion del enemigo podia reducirlo á una entrega discrecional, creí digno de la generosidad americana conceder algunos honores á los rendidos que vencieron catorce años en el Perú, y la estipulacion fué ajustada sobre el campo de batalla en los términos que verá US. por el tratado adjunto: por él se han entregado to

dos los restos del ejército español, todo el territorio del Perú ocupado por sus armas, todas sus guarniciones, sus parques, almacenes militares y la plaza del Callao con sus existencias. (1)

Se hallan por consecuencia en este momento en poder del ejército libertador, los Tenientes Generales Laserna y Cante. rac, los Mariscales Valdez, Carratalá, Monet y Villalobos: los Generales de Brigada Bedoya, Ferraz. Camba, Somocurcio, Cacho, Otero, Landázuri, Vigil, Pardo y Tur, con diez y seis coroneles, sesenta y ocho tenientes coroneles, cuatro cientos ochenta y cuatro mayores oficiales, mas de dos mil prisioneros de tropa, inmensa cantidad de fusiles, todas las cajas de guerra, municiones, y cuantos elementos militares poseían; mil ochocientos cadáveres y setecientos heridos, han sido en la ba talla de Ayacucho las víctimas de la obstinacion y de la temeridad españolas. Nuestra pérdida es de trescientos setenta muertos, y seiscientos nueve heridos, entre los primeros el mayor Duxbury de Rifles, el capitan Urquiola de Húsares de Colombia, los tenientes Oliva de Granaderos de Colombia, Colmenares y Ramirez de Rifles, Bonilla de Bogotá, Sevilla de Vencedor, y Prieto y Ramonet de Pichincha: entre los segundos el bravo coronel Silva de Húsares de Colombia, que recibió tres lanzazos cargando con extraordinaria audacia á la cabeza de su Regimiento: el coronel Luque, que al frente del batallon Vencedor entró á las filas españolas; el comandante Leon del batallon Caracas, que con su cuerpo marchó sobre una batería enemiga; el comandante Blanco del 2 de Húsares de Junin que se distinguió particularmente; el señor coronel Leal contuso que á la cabeza de Pichincha, no solo resistió las columnas de caballería enemiga, sino que las cargó con su cuerpo; el mayor Torres de Voltigeros, y el mayor Sornosa de Bogotá, cuyos batallones conducidos por sus coroneles Guas y Galindo trabaja ron con extraordinaria audacia; los capitanes Jimenez, Coquis Dorronsoro, Brown, Gil, Córdova y Ureña: los tenientes Infantes, Silva, Suarez, Villarino, Otárola y French: los subtenientes Galindo, Chabur, Rodriguez, Malábe, Terán, Perez, Calles, Marquina y Paredes de la 2. Division de Colombia; los capitanes Landacta, Troyano, Alcalá, Dorronsoro, Granados y Miro los tenientes Pázaga y Ariscum, y el Subteniente Sabino de la primera Division de Colombia; los tenientes Otárola, Suarez, Horna, Posadas, Miranda y Montoya: los subtenien. tes Iza y Alvarado de la Division del Perú: los tenientes coroneles Castillo y Geraldino, y tenientes Moreno y Piedrahita del Estado Mayor. Estos oficiales son muy dignos de una distincion singular.

El batallon Vargas, conducido por su denodado Comandante

(1) Véase España.

Moran, ha trabajado bizarramente: la Legion Peruana con su coronel Plaza, sostuvo con gallardía su reputacion: los batallones 2 y 3 del Perú con sus comandantes Gonzalez y Benavides, mantuvieron firmes sus puestos contra bruscos ataques: los Cazadores del número 1, se singularizaron en la pelea, mientras el cuerpo estaba en reserva. Los Húsares de Junin, conducidos por su comandante Suarez, recordaron su nombre para brillar con un valor especial: los Granaderos de Colombia destrozaron en una carga el famoso Regimiento de la Guardia del Virey. El batallon Rifles no entró en combate: escogido para reparar cualquiera desgracia, recorría los lugares mas urgentes, y su coronel Sanderz los invitaba á vengar la traicion con que fué atacado en Corpahuaico. Todos los cuerpos, en fin, han llenado su deber cuanto podía desearse.

Con satisfaccion cumplo el agradable deber de recomendar á la consideracion del Libertador, á la gratitud del Perú, y al respeto de todos los valientes de la tierra, la serenidad con que el señor General La-Mar ha rechazado todos los ataques á su flanco y aprovechado el instante de decidir la derrota : la bravura con que el señor General Córdova condujo sus cuerpos y desbarató en un momento el centro y la izquierda enemiga; la infatigable actividad con que el Señor General Lara atendía con su reserva á todas partes, y la vigilancia y oportunidad del Señor General Miller para las cargas de la caballería.

Como el ejército todo ha combatido con una resolución igual al peso de los intereses que tenía á su cargo, es dificil hacer una relacion de los que mas han brillado; pero he prevenido al señor General Gamarra, Jefe de Estado Mayor General, que pase á US. originales las noticias enviadas por los cuerpos. Ninguna recomendacion es bastante para significar el mérito de estos bravos.

Segun los estados tomados al enemigo, su fuerza disponible en esta jornada, era de nueve mil trescientos diez hombres, mientras el ejército libertador formaba cinco mil setecientos ochenta. Los españoles no han sabido que admirar mas, si la intrepidez de nuestras tropas en la batalla, ó la sangre fría, la constancia, el órden y el entusiasmo en la retirada desde las inmediaciones del Cuzco hasta Huamanga, al frente siempre del enemigo, corriendo una extension de ochenta leguas y presentando frecuentes combates.

La campaña del Perú está terminada: su independencia y la paz de América, se han firmado en este campo de batalla. El ejército unido cree que sus trofeos en la victoria de Ayacucho, sean una oferta digna de la aceptacion del Libertador de Colombia.

[blocks in formation]

PROCLAMA DEL GENERAL SUCRE AL EJÉRCITO UNIDO.

[ocr errors]

Soldados. Sobre el campo de Ayacucho babeis completado la empresa mas digna de vosotros. Seis mil bravos del ejér cito libertador han sellado con su constancia y con su sangre la independencia del Perú y la paz de América. Los diez mil soldados españoles, que vencieron catorce años en esta República, están humillados á vuestros piés.

[ocr errors]

Peruanos. Sois los escogidos de vuestra Patria. Vuestros hijos, las mas remotas generaciones del Perú, recordarán vuestros nombres con gratitud y orgullo.

[ocr errors]

Colombianos. Del Orinoco al Desaguadero habeis marchado en triunfo dos Naciones os deben su existencia : vuestras armas las ha destinado la victoria para garantir la libertad del Nuevo Mundo.

Cuartel General en Ayacucho, á 1o de Diciembre de 1824. ANTONIO J. DE SUCRE.

Recibida en esta capital la importante noticia de tan grandioso y decisivo triunfo en la noche del 21 de Diciembre, por conducto del capitan Alarcon, enviado del General en Jefe, dió el General Bolivar la proclama y decretos siguientes:

PROCLAMA.

Á LOS SOLDADOS DEL EJÉRCITO VENCEDOR EN AYACUCHO.

Soldados: Habeis dado la libertad á la América Meridionrl y una cuarta parte del mundo es el monumento de vuestra gloria. ¿Dónde no habeis vencido?

La América del Sur está cubierta de los trofeos de vuestro valor; pero Ayacucho, semejante al Chimborazo, levanta su cabeza erguida sobre todos.

[ocr errors]

Soldados: Colombia os debe la gloria que nuevamente le dais: el Perú, vida, libertad y paz: La Plata y Chile tambien os son deudores de inmensos beneficios á su buena causa: la causa de los derechos del hombre ha ganado con vuestras armas en su terrible contienda contra los opresores. Contemplad, pues, el bien que habeis hecho á la humanidad con vuestros heróicos sacrificios.

Soldados: Recibid la ilimitada gratitud que os tributo á nombre del Perú. Yo os ofrezco igualmente, que sereis recom

« AnteriorContinuar »