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bierno, como en efecto se ejecutó, dando las razones mas congruentes á fin de que se tomen las providencias que sean capaces á contener los males con que se halla amenazada esta capital y su provincia y se restituya la tranquilidad de que en el día carece el vecindario y la subsistencia del Gobierno mis

mo etc.

Con lo cual se concluyó esta acta que firmaron dichos señores por ante mí el Secretario de que certifico.

Manuel de Avilés

--

Estévan José Amador

Manuel Tama

Juan de Dios Molina - Francisco de Concha - Miguel de Isuri, Secretario.

REPÚBLICA DE COLOMBIA.

Cuartel General en Quito á 18 de Junio de 1822

LIBERTADOR

SIMON BOLIVAR,

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PRESIDENTE DE COLOMBIA ETC., ETC., ETC.

Excmo. Sr:

Terminada la campaña del Sur de Colombia, ha sido mi primera mira dirigir al Perú las tropas de este Gobierno que tan generosamente nos vinieron á auxiliar en la libertad de Quito y añadir á aquel auxilio todas las tropas de Colombia, que ahora tiene disponibles.

Por consiguiente V. E. debe concebir que tenemos necesidad de grandes auxilios para hacer llegar prontamente al Perú estas tropas que tanto pueden contribuir á salvar aquel país de la guerra que lo aflige. Guayaquil es el puerto por donde deben embarcarse estos auxilios, y contamos con que ese Gobierno hará cuantos esfuerzos estén á su alcance para facilitarnos los medios de realizar una expedicion tan importante.

Mi Edecan el Capitan Mosquera tendrá el honor de poner en manos de V. E. este pliego, y va especialmente encargado por mí de suplicarle por el pronto despacho en el apresto de

los tropas que deben ir al Perú, como todo lo mas que sea ne'cesario en víveres, marineros, etc.

El Capitan Mosquera además manifestará á V. E. los sentimientos que me animan de ver terminar satisfactoriamente los asuntos de Colombia en Guayaquil.

Yo tendré la satisfaccion de entrar á la cabeza de las tropas aliadas en ésa ciudad y espero que seré recibido como Presidente de Colombia y protector de Guayaquil.

Dios guarde á V. E. muchos años.

BOLIVAR.

Al Excmo. Sr. Presidente de la Junta de Gobierno de Guayaquil.

› REPÚBLICA DE COLOMBIA.

LIBERTADOR

SIMON BOLIVAR.

PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, ETC., ETC.

Cuartel General en Quito, á 22 de Junio de 1822.

Excmo Señor:

Tengo el honor de responder á la nota de V. E. que con fecha 3 de Marzo del présente año se sirvió dirigirme desde Lima y que no ha podido venir á mis manos sino despues de muchos retardos, á causa de las dificultades que presentaba para las comunicaciones el país de Pasto. (1)

V. E. expresa el sentimiento que ha tenido al ver la intimacion que hice á la provincia de Guayaquil para que entrase en su deber. Y no pienso como V. E. que el voto de una provincia debe ser consultado para constituir la Soberanía Nacional, porque no son las partes sino el todo del pueblo el que delibera en las asambleas generales reunidas libre y legalmente. La Constitucion de Colombia dá á la provincia de Guayaquil una representacion la mas perfecta, y todos los pueblos de Colombia inclusive la cuna de la libertad, que es Ca. racas, se ha creido suficientemente honrado con ejercer ámpliamente el sagrado derecho de deliberacion.

(1) Véase esa nota en la página 63.

TOMO III.

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V. E. ha obrado de un modo digno de su nombre y de su gloria no mezclándose en Guayaquil, como me asegura, sino en los negocios relativos á la guerra del Continente. La conducta del Gobierno de Colombia ha seguido la misma marcha que V. E.; pero al fin no pudiendo ya tolerar el espíritu de faccion, que ha retardado el éxito de la guerra y que amenaza inundar en desórden todo el sur de Colombia, ha tomado definitivamente su resolucion de no permitir mas tiempo la existencia anticonstitucional de una Junta que es el azote del pueblo de Guayaquil y no el órgano de su voluntad. Quizá V. E. no habrá tenido noticia bastante imparcial del estado de conflicto en que gime aquella provincia, porque una docena de ambiciosos pretenden mandarla. Diré á V. E. un solo rasgo de espantosa anarquía. No pudiendo lograr los facciosos la pluralidad en ciertas elecciones, mandaron poner en libertad el presidio de Guayaquil para que los nombres de estos delincuentes formaran la preponderancia á favor de su partido. Creo que la historia del bajo imperio no presenta un ejemplo mas escandaloso.

Doy á V. E. las gracias por la franqueza con que me habla en la nota que contesto; sin duda la espada de los Libertadores no debe emplearse sino en hacer resaltar los derechos del pueblo. Tengo la satisfaccion, Excmo. Protector, de poder asegurar que la mía no ha tenido jamas otro objeto que asegurar la integridad del territorio de Colombia, darle á su pueblo la mas grande latitud de libertad y estirpar al mismo tiempo. así la tiranía como la anarquía. Por tan santos fines, el ejército libertador ha combatido bajo mis órdenes y ha logrado libertar la patria de sus usurpadores, y tambien de los facciosos que han pretendido turbarla.

Es V. E. muy digno de la gratitud de Colombia al estampar V. E. su sentimiento de desaprobacion por la independencia provincial de Guayaquil, que en política es un absurdo, y en guerra no es mas que un reto entre Colombia y el Perú. Yo no creo que Guayaquil tenga derecho á exigir de Colombia el permiso para expresar su voluntad, para incorporarse á la República; pero si consultaré al pueblo de Guayaquil, porque este pueblo es digno de una ilimitada consideracion de Colombia, y para que el mundo vea que no hay pueblo de Colombia que no quiera obedecer sus sábias leyes.

Mas dejando aparte toda discusion política, V. E., con el tono noble y generoso que corresponde al Jefe de un gran pueblo, me afirma que nuestro primer abrazo sellará la armonía y la union de nuestros Estados, sin que haya obstáculo que no se remueva definitivamente. Esta conducta magnánima por parte del Protector del Perú fué siempre esperada por mi. No es

el interes de una pequeña provincia lo que puede turbar la marcha magestuosa de la América Meridional, que unida de corazon, de interes y de gloria, no fija sus ojos sobre las pequeñas manchas de la revolucion, sino que eleva sus miras sobre los mas remotos siglos, y contempla con gozo generaciones de generaciones libres, dichosas y anegadas en todos los bienes que el cielo distribuye á la tierra, bendiciendo la mano de sus protectores y libertadores.

La entrevista que V. E. se ha servido ofrecerme, yo la deseo con mortal impaciencia, y la espero con tanta seguridad, como ofrecida por V. £.

Acepte V. E. los testimonios de la profunda consideracion con que soy de V. E. su atento, obediente servidor.

BOLIVAR.

Excmo. Señor Protector del Perú D. José de San Martin.

JUNTA DE GOBIERNO.

(Reservado.)

Guayaquil, Junio 24 de 1822.

Excmo. Sr:

La victoria de Pichincha, debida á las tropas del Perú, apresuró la entrada en Quito del Libertador de Colombia. El Gobierno fió al Señor Mariscal La Mar la honrosa comision de pasar á felicitarle á su nombre. La felicitacion, los varios objetos que comprendía y el personage á quien era dirigida, exigieron la eleccion de un sugeto del mérito y reputacion del' señor Mariscal,

En el momento mismo de su partida hemos recibido la comunicacion de ese Supremo Gobierno, fecha 7 del presente, por la cual nos participa el nombramiento que ha hecho en el mismo de Jefe del Estado Mayor General del Perú y la órden que se le había dirigido para que saliese inmediatamente á servir su destino. Esta ocurrencia inesperada nos hizo entrar en un sério acuerdo; y pesando por una y otra parte los inconvenientes, las ventajas y las críticas circunstancias de esta provincia,

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no hemos podido menos que exigir del Sr. Mariscal su partida á Quito. Esperamos qne V. E. no desaprobará esta necesaria resolucion, teniendo presentes los poderosos motivos que nos han impulsado.

V. E. debe recordar las intimaciones del Libertador á este Gobierno sobre la agregacion de esta provincia á la República, y su derecho parecerá mas fuerte sostenido hoy por tres mile bayonetas. Los Jefes, Oficiales y parciales que se han reunido en Quito y sitian á S. E. le han dado los informes mas sinies. tros de este Gobierno y las noticias mas equivocadas de la situacion, espíritu y opinion de este pueblo. Se le ha hecho creer (y S. E. no se ha desdeñado de descender á dar crédito á pueriles imposturas,) que toda la provincia.está decidida por la República, y que solo el Gobierno se opone, oprimiendo y violentando la voluntad general. Era, pues, forzoso que se remitiese á S. E. un sugeto de respeto, de crédito y con toda la presuncion de imparcialidad, que despues de cumplimentarle aprovechase la mejor oportunidad de informarle de la verdade. rà situacion de esta provincia, de la libertad sin límite, que sin degenerar en licencia, le permite el Gobierno en materia de opinion; que le impusiese de la honradez y liberalidad de nuestros principios, y de las artes que han puesto en obra los enemigos del órden. Todo con el fin de descubrir los planes que se hubiese propuesto el Libertador sobre este pueblo, y de suspenderlos ó neutralizarlos si fuese posible.

Tenemos sospechas, y no leves, de que los Jefes de la República persuadidos de que el Gobierno del Perú ha puesto todos los medios de disolver el batallon "Numancia," proyectan hacer lo mismo con la division de Santa Cruz, y que ya han empezado á pretestar demoras para su regreso, El señor La Mar hará desvanecer los inconvenientes, apresurará su salida, y aun esperamos que á mas de la fuerza propia de la division peruana, traiga mil hombres mas de la República, para que todos se embarquen en este, y vayan con su cooperacion á apresurar el día de gloria que nos prepara V. E. Para este efecto, es indispensable que V. E. remita trasportes; si la escuadra no estuviese ocupada en algun otro objeto, podría venir, y entonces la conduccion de las tropas al Callao sería mas fácil, mas cómoda y menos costosa. Pero si la division baja de la sierra á este punto, y no llegasen los trasportes, entonces echaremos mano de los buques de esta bahía y haremos los mayores esfuerzos por aprestar su marcha. V. E. conocerá fácilmente que ningun otro que el señor La Mar podía preparar, facilitar y ejecutar estas operaciones complicadas y sobremanera importantes al Estado del Perú. Desde que recibimos la men cionada intimacion del Libertador, el Gobierno ha creido ini".

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