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Fragmentos de una Carta que escribió el Almirante Don Cristóbal Colon, y envió con Diego de Escobar, al Comendador Nicolás de Ovando desde la Jamaica.

JAMAICA.-MARZO DE 1504 (1).

M

UY noble Señor: En este punto rescebí vuestra carta: toda la leí con gran gozo:

papel ni péndolas abastarian á escrebir la consolacion y esfuerzo que cobré yo y toda esta gente con ella. Señor, si mi escrebir con Diego Mendez de Segura fue breve, la esperanza de suplir mas largo por palabra, fué cabsa dello. Digo de mi viage que en mil papeles non cabria á recontar las asperezas de las tormentas e inconvenientes que yo he pasado, etc................ (donde le cuenta muchas cosas de su viage y de la riqueza de las tierras que dejaba descobiertas, y de cómo llegando á la Jamaica la gente que traia le fizo juramento de lo obedescer hasta la muerte, y de cómo se le alzaron etc., y

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(1) CASAS; Historia de Indias, ms., lib. II, cap. 34.

mas abajo dice así): Cuando yo partí de Castilla fué con grande contentamiento de Sus Altezas y grandes promesas, en especial que me volverian todo lo que me pertenesce, y acrescentarian de mas honra: por palabra y por escripto se pasó esto. Allá Señor os envio un capítulo de su carta que dice de la materia. Con esto y sin ello desque les comencé á servir, yo nunca tuve el pensamiento en otra cosa. Pídoos, Señor, por merced que esteis cierto desto. Dígolo porque creais que he de facer y seguir en todo vuestra órden y mandado sin pasar un punto. Escobar me diz, Señor, el buen tratamiento que han rescebido mis cosas, y que es sin cuento. Rescíbolo todo, Señor, en grande merced, y agora non pienso salvo en que podia pagar tanto. Si yo fablé verdad en algun tiempo, esto es una: que dempues que os ví y conoscí, siempre mi ánima estuvo contenta de cuanto allá y en todo cabo adonde se ofreciese por mi, Señor, haríades. Con esta razon he estado siempre aquí alegre y bien cierto de socorro, si las nuevas de tanta nescesidad y peligro en que estaba y estoy llegasen á su oido. No lo soy ni puedo escrebir tan largo como lo tengo firme. Concluyo que mi esperanza era y es, que para mi salvacion gastariades, Señor, fasta la per- . sona, y soy cierto dello que así me lo afirmian todos los sentidos. Yo no soy lisonjero en fabla, antes soy tenido por áspero. La obra, si hobiere logar, fará testimonio. Pídoos, Señor, otra vez por

A

merced que de mí esteis muy contento, y que creais que soy constante. Tambien os pido por merced que. hayais á Diego Mendez de Segura, mi encomendado, y á Flisco, que sabed que es de los principales de su tierra, y por tener tanto deudo conmigo. Y creed que non los envié ni ellos fueron allá con artes, salvo á faceros saber, Señor, el tanto peligro en que yo estaba y estoy hoy dia. Todavía estoy aposentado en los navios que tengo aquí encallados, esperando el socorro de Dios y vuestro, por el cual los que de mí descendieren, siempre lo serán á cargo.-Está firmado.

Carta de Colon al Comendador Ovando, escrita en la Isla Beata cuando iba desde Jamaica á La Española.

ISLA BEATA. AGOSTO 3 DE 1504 (1).

Uy noble Señor: Diego de Salcedo llegó á mí con el socorro de los navíos que V. M.

me envió, el cual me dió la vida y á todos los que estaban conmigo. Aquí non se puede pagar á precio apreciado. Yo estoy tan alegre, que dempues que le vide non duermo de alegría. Non que yo tenga en tanto la muerte como tengo la victoria del Rey e de la Reina, nuestros Señores, que han rescebido. Los Porras volvieron á Jamaica, y me enviaron á mandar que les enviase lo que yo tenia so pena de venir por ello á mi costa, y de fijo, y de hermano, y de los otros que estaban conmigo. Y porque non complí sumando, pusieron en obra (por su daño) de ejecutar la pena. Hobo muertos y hartas feridas; y en fin, Nuestro Señor, que es enemi

(1) CASAS; Historia de Indias, ms., lib. Il, cap. 36.

go de la soberbia e ingratitud, nos los dió á todos en las manos. Perdonélos y los restituí á su ruego en sus honras. El Porras, Capitan, llevo á Sus Altezas, porque sepan la verdad de todo. La sospecha de mi se ha trabajado de matar á mala muerte: mas Diego de Salcedo todavía tiene el corazon inquieto; lo por qué, yo sé que non lo pudo ver ni sentir: porque mi intencion es muy sana, y por esto yo me maravillo. La firma de vuestra carta postrera folgué de ver como si fuera de Don Diego ó de Don Fernando. Por muchas honras y bien vuestro, Señor, sea: y que presto vea yo otra que diga el Maestre (1). Su noble persona y casa Nuestro Señor guarde. De la Beata, adonde forzosamente me detiene la brisa, hoy Sábado á tres de Agosto. Faré, Señor, vuestro mandado.

S.

S. A. S.

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XPO-FERENS.

(1) Alude á que Don Frey Nicolás de Ovando acababa de recibir la noticia de su nombramiento de Comendador mayor de Alcántara, y como tal, firmaria en la carta que escribiese á Colon; el cual le da el parabien con la lisonjera expresion de que holgaria verle firmar Maestre de la misma Orden; pero esto no podia ser respecto á que el Maestrazgo estaba ya incorporado en la Corona, y asi debe considerarse este deseo de Colon, como un cumplimiento de cortesanía.

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