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tiene cient hombres á la contina que labran oro: esto sé todo por nueva cierta, porque nunca otra cosa procuro por do quiera ando; he procurado saberlo de muchos Caciques e yndios, e así de sus vecinos de este Cacique Davaive como de los de otras partes, hallo ser verdad todo, porque lo he sabido en muchas maneras y formas, dando á unos tormento y á otros por amor y dando á otros, cosas de Castilla: tengo por nueva cierta que yendo este rio de San Juan arriba cincuenta leguas, que hay muy ricas minas de la una parte del rio y de la otra. La manera como este rio se ha de navegar, es en canoas de los yndios, porque se facen muchos brazos pequeños e estrechos y cerrados con arboledas, y non pueden entrar por ellos sinon es en cañoas de fasta tres palmos ó cuatro de anchor: dempues que sea descobierto este rio, se podrán facer navíos de ancho de ocho palmos y de complidos que puedan remar veinte remos á manera de fustas, porque el rio es de muy grand corriente, y aun con las canoas de los yndios non se puede bien navegar: en tiempos de grandes brisas pueden navegar á la vela por los navíos que llevan fasta doce botas, y ayudándoles del remo algunas vueltas que face el rio algunas veces: es menester ir desviados del rio tres leguas; y cinco y ocho á las veces yendo por tierra, non se puede cabalgar por tierra á caballo yendo este rio arriba fasta cuanto habemos visto; pero puédense llegar á embarcar al rio algunas veces por algunos este

ros que entran al rio, que al rio principal non pueden porque es anegado á la redonda; la vez que más,cerca se pueden embarcar por los esteros, es media legua: la gente que hay por este rio grande arriba es mala, y es gente de guerra: es menester mucha maña para con ellos: de otras muchas cosas tengo nuevas, y non me certifico fasta que más enteramente lo sepa, y creo se sabrá mediante Dios. Lo que por esta Costa abajo hácia el Poniente hay, es que yendo veinte leguas de aquí hay una provincia que se dice Careta; hay en ella ciertos rios que tienen oro; sélo de algunos yndios y yndias que aquí están en esta Villa; non se han ido á cavar por non alborotar la tierra que está en paz porque somos pocos, fasta que haya mas gente: yendo más la Costa abajo, fasta cuarenta leguas desta Villa, entrando la tierra adentro fasta doce leguas, está un cacique que se dice Comogre y otro que se dice Pocorosa, están tan cerca de la mar uno como el otro; tienen mucha guerra unos con los otros, en toda la tierra tiene cada uno dellos un pueblo y dos á la Costa de este mar, de donde se mantienen de pescado la tierra dentro: en casa de estos dos caciques me certificaron los yndios que hay rios de oro muy ricos; están á una jornada de este Cacique Pocorosa, unas sierras las más hermosas que se han visto en estas partes; son sierras muy claras sin ningund monte, salvo alguna arboleda que está por algunos arroyos que descienden de las sierras. Están allí

en aquellas sierras ciertos caciques que tienen oro en mucha cantidad en sus casas: dicen que los tienen todos aquellos caciques en las barbucoas como maiz, porque es tanto el oro que tienen que non lo quieren tener en cestas; dicen que todos los rios de aquellas sierras que tienen oro, e que hay granos muy gordos en mucha cantidad: la manera como se coge es que lo ven estar en l'agua y la apañan y echan en sus cestas: asi mesmo lo cogen en los arroyos desque están secos, y para que vuestra muy R. A. de las cosas de aquellas partes sea más complidamente informado, le invio un yndio herrado de los de aquella tierra que lo ha cogido él muchas veces: esto non lo tenga vuestra muy R. A. á cosa de burla, porque de verdad yo estoy bien certificado de muchos yndios principales y caciques. Yo, Señor, he estado bien cerca de aquellas sierras fasta una jornada; non he allegado á ellas porque non he podido, á cabsa de la falta de la gente, porque llega hombre fasta donde puede y non fasta donde quiere: por el tanto de aquellas sierras van unas tierras muy llanas; van la vía de hácia la parte de Mediodía: dicen los yndios que está la otra mar de allí tres jornadas: dícenme todos los caciques e yndios de aquella provincia de Comogre que hay tanto oro cogido en piezas en casa de los Caciques de la otra mar, que nos facen á todos estar fuera de sentido; dicen que hay por todos los rios de la otra costa, oro en mucha cantidad y en granos muy gor

dos: dicen que á casa de este Cacique Comogre vienen yndios de la otra mar en canoas por un rio que llegan á casa del Cacique Comogre, y traen oro de minas por fundir en muy gordos granos y mucho: el rescate que les dan por el oro es ropa de algodon y yndios é yndias hermosas: non los comen como la gente de hácia el rio grande: dicen que es muy buena gente, de buena conversacion, la de la otra costa: dícenme que la otra mar es muy buena para navegar en canoas, porque está muy mansa á la contina, que nunca anda brava como la mar de esta banda segund los yndios dicen; yo creo que en aquella mar hay muchas islas, dicen que hay muchas perlas en mucha cantidad, muy gordas, y que tienen cestas dellas los caciques, y que tambien las tienen todos los yndios é yndias general mente: este rio que va deste Cacique Comogre à la otra mar antes que llegue allá, se hace tres brazos, y cada uno dellos entra por sí en la otra mar: dicen que por el brazo que entra hácia el Poniente, vienen las perlas á rescatar en canoas á casa del Cacique Comogre: dicen que por el brazo que entra hácia el Levante entran las canoas con oro por todas partes, que es cosa increible y sin ninguna comparacion, y pues que de tan gran tierra á donde tanto bien hay, Nuestro Señor le ha fecho Señor, non la debe de echar en olvido, que si vuestra muy R. A. es servido de me dar e enviar gente, yo me atrevo á tanto, mediante la bondad de Nuestro Señor, de

descobrir cosas tan altas y á donde puede haber tanto oro y tanta riqueza, con que se puede conquistar mucha parte del Mundo; y si esto vuestra muy R. A. es servido, para en las cosas que acá son menester de facer, déjeme vuestra muy R. A. el cargo, que yo tengo tanta confianza en la misericordia de Nuestro Señor, que le sabré dar tan buena maña y industria con que lo traya todo á buen estado, que vuestra muy R. A. sea muy servido, y cuando esto non ficiere, non tengo mejor cosa que mi cabeza que pongo por prenda; y de tanto certifico à vuestra muy R. A. que procure con mas diligencia lo que comple á servicio de vuestra muy R. A., que non los. Gobernadores que acá se perdieron Alonso de Hojeda e Diego de Nicuesa, porque non me quedo yo en la cama entre tanto que la gente va á entrar y á correr la tierra; porque fago saber á vuestra muy R. A. que non se ha andado por toda esta tierra á una parte ni á otra que non haya ido adelante por guía y aun abriendo los caminos por mi mano para los que van conmigo; y si non es así, á las obras me remito y al fruto que cada uno de los que han pasado acá han dado.

Muy poderoso Señor: como persona que ha visto las cosas destas partes y que mas noticia tiene de la tierra que fasta agora nadie ha tenido; y porque deseo que las cosas de acá que yo tengo principiadas florezcan y vengan al estado que conviene al servicio de vuestra muy R. A., le quiero facer sa

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