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PERU. TREATIES, etc

REPUBLICA DEL PERU.

COLECCION

DE

LOS TRATADOS

CONVENCIONES, CAPITULACIONES, ARMISTICIOS

Y OTROS ACTOS DIPLOMATICOS Y POLITICOS

CELEBRADOS DESDE LA INDEPENDENCIA HASTA EL DIA,

PRECEDIDA

DE UNA INTRODUCCION QUE COMPRENDE LA EPOCA COLONIAL.

POR

RICARDO ARANDA.

PUBLICACION OFICIAL DEL MINISTERIO DE RELACIONES
EXTERIORES.

TOMO SEGUNDO.

LIMA.

IMPRENTA DEL ESTADO,

CALLE DE LA RIFA NUM. 58.

1890.

JX 596 1570

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PROLOGO.

La compilación de los Tratados del Perú que el Supremo Gobierno encargó al doctor don Ricardo Aranda, por decreto fechado el 7 de Diciembre de 1886, durante el Ministerio del doctor don Cesáreo Chacaltana, y que no pudo realizarse entonces por no estar expedita la Imprenta del Estado, principia á publicarse mediante las eficaces órdenes del doctor don Manuel Irigoyen, actualmente al frente del despacho.

Según el plan é instrucciones de la Oficialía Mayor de Relaciones Exteriores se incluirán todos los Tratados celebrados con las naciones extranjeras desde la Independencia hasta el día, los armisticios, capitulaciones, declaraciones y otros actos diplomáticos que contengan estipulaciones para poner término á divergencias existentes, ó principios que puedan servir de precedente en la política internacional.

El presente tomo, primero de la época moderna, será antecedido de una introducción que comprenda todos los actos públicos ejecutados por los Reyes de España con relación al Perú para demarcar sus límites tales como los Tratados con la Corona del Portugal, ó separando porciones de su territorio para constituir nuevas entidades coloniales, como las reales cédulas de erección de audiencias y virreinatos, ó devolviendo al centro común provincias que antes le pertenecieron. La necesidad de suministrar á las oficinas públicas el texto de los Tratados contemporáneos ha deter

minado el aplazamiento de esa parte preliminar, cuyo índice está formado por el doctor Aranda con aprobación de los señores don José A. de Lavalle y don Pablo Patrón comisionados para revisarlo.

Las colecciones de 1854, 1858 y 1876, contienen solamente los Tratados vigentes en la época de su publicación. Así, la segunda no trae, entre otros, los Tratados desaprobados de 1825 y 1839 con Bolivia, ni los relativos á la Confederación, y la última lo dice en el Prólogo su laborioso autor, don Sebastian Salazar-se limita á mencionar los Tratados caducados en notas ilustrativas colocadas al pié de cada capítulo, consultando que la publicación tuviera un carácter esencialmente práctico.

Hemos creído que se podía armonizar esa utilidad que inmediatamente se presenta, esto es, de reunir la legislación positiva proveniente de los pactos internacionales, con otra de mayor trascendencia para la historia de las negociaciones diplomáticas y para el estudio de las conveniencias permanentes del país.

"Un Tratado puede considerarse, segun el conde de Florida Blanca, como la transacción de un pleito pendiente, para lo cual no sólo se deben tener en consideración los derechos de las partes, sino el estado del mismo pleito la proporción que algunas de ellas tengan de ganarlo en todo ó en parte: los gastos y costas hechas y las que queden por hacer "; y tambien, conforme á la opinión del coleccionador de los Tratados de España, como el reflejo de las costumbres, de las necesidades y aspiraciones de los pueblos y de la moralidad y prudencia de sus Gobiernos.2

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En la América, los Tratados entre las potencias del continente revelan por lo general, el deseo de expresar ideas y propósitos levantados y progresistas aún posponiendo

(1) Instrucciones al conde de Aranda, embajador de España en Paris -Colección Cantillo página 579.

(2) Janer-Discurso preliminar.

esas consideraciones de circunstancias que cita el estadista español; y los celebrados con las naciones europeas son la expresión de la política de éstas y de su triunfo en la série de estipulaciones con ellas acordadas.

Nacimos á la independencia en circunstancias bien diversas de los Estados-Unidos de Norte América que, por la importancia de su situación y las condiciones de su vida colonial, contaron desde luego con el apoyo de potencias del antiguo continente, é ingresaron en seguida á la comunidad de las naciones en un pié de perfecta y efectiva igualdad.

Nuestra emancipación, combatida en las esferas de la diplomacia por la influencia de España y de los Gobiernos absolutos, fué reconocida en forma discreta - enviando Cónsules á estas apartadas regiones-y entramos al comercio internacional como personalidades de poca entidad, cuyos esfuerzos por conseguir los respetos de los poderosos eran visibles.

Mientras en los Tratados de los Estados-Unidos, principiando por el de 1836 con la Confederación Perú-Boliviana, estipulábamos el principio de "buques libres, mercancías libres ", en los pactos con la Gran Bretaña guardamos silencio continuando sometidos al rigor de la pretendida "regla de 1756" y en estos y otros muchos la cláusula de la nación más favorecida y las más exageradas inmunidades ó los Agentes Consulares, introducían novedades en las reglas positivas aceptadas por la común práctica de las Naciones.

De observar es también que algunos de nuestros diplomáticos llevados de laudable celo por estrechar las relaciones con los países extranjeros, y considerando que la mejor manera consistía en dejar consignado su nombre en el encabezamiento y pié de un Tratado, los han celebrado con profusión, y muchas veces han aceptado proyectos sin hacer un estudio comparativo con la legislación interna del país ó

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