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Ministerio de Relaciones Exteriores

Al Señor don José María La Torre Bueno, Encargado de Negocios de la República en Bolivia.

Lima, 26 de setiembre de 1868.

Con la nota de US., fecha 16 de agosto último, No 19, he recibido las adjuntas cópias de la correspondencia cambiada entre el Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia y esa Legación, acerca de la violación de la valija, hecha por el Cónsul general de dicha República en Tacna, don Mariano Montero.

El Gobierno no ha creído que las explicaciones dadas atenúen la gravedad del hecho que, á quedar impune, haría per. der toda fé en la inviolabilidad de la correspondencia, que es la única garantía segura que puede ofrecerse al comercio, á la sociedad y á los gobiernos para sus comunicaciones. Por esta razón se ha visto en el imprescindible deber de ordenar, por re solución de esta fecha, y de acuerdo con las estipulaciones que contiene el Tratado de Comercio y Aduanas de 5 de setiembre de 1864, que se cancele el exequatur otorgado á la patente del señor Montero y que se le siga el juicio respectivo, con arreglo á las leyes.

Penetrado como está el Gobierno de Bolivia de la leal amistad que el del Perú le profesa, no debe ver en la resolución mencionada, que va adjunta en cópia, sino el cumplimiento de una obligación y el ejercicio de un derecho, á que la conducta del señor Montero ha dado mérito más que suficiente; y por lo mis no no dudo que el señor Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, á quién instruirá US. de esta medida, apreciará de. bidamente la fuerza y la justicia de las razones que el Gobierno del Perú ha tenido para adoptarla, convencido como está que ella no altera en lo menor nuestras cordiales é íntimas relaciones con ese Gobierno aliado.

Dios guarde á Us.

J. A. Barrenechea.

Ministerio de Relaciones Exteriores

Lima, 7 de octubre de 1868.

Por supremo decreto, expedido en 25 de setiembre próximo pasado, inserto en el periódico oficial de ayer, que me honro

en trasmitir á esa Legación, se impondrá V. E. de los poderosos motivos que han obligado al Gobierno del Perú á cancelar el exequatur dado á la patente que instituía Cónsul general de Bolivia en Tacna á don Mariano Montero.

Aunque por el último correo para el sur, dí las instrucciones correspondientes sobre este asunto al Encargado de Negocios en La Paz, á fin de que expresase al Gobierno de Bolivia que la medida relativa al señor Montero, efecto de la más extricta justicia, no podía comprometer en lo más mínimo las buenas relaciones existentes entre ambas Repúblicas, no creo demás dirigirme á V. E. para expresarle la misma seguridad, aprovechando, al mismo tiempo, esta ocasión, para reiterar á V. E. las protestas de mi alta y distinguida consideración y particular aprecio.

J. A. Barrenechea.

Al Excmo. Señor Juan de la Cruz Benavente, Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Bolivia.

Legación de Bolivia

Señor Ministro:

Lima, 9 de octubre de 1868.

El despacho respetable de V. E. de 7 de los corrientes, y el decreto expedido en 25 de setiembre, que se encuentra publicado en el diario oficial del día 6, No 83, que recibí con él, informan á la Legación de que el Gobierno del Perú ha cancelado el exequatur que otorgó á la patente que instituía de Cónsul general de Bolivia en Tacna al doctor Mariano Montero.

No tengo instrucciones de mi Gobierno, señor Ministro, respecto á la violación de la valija de correspondencla que ha autorizado el decreto de cancelación, ni antes he conocido ese hecho oficialmente. En tal evento limito mi deber á darle cuenta, puesto que á él deben manifestarse los motivos que hayan determinado al Gobierno de V. E. á aceptar tal com portamiento, según la declaración 5 del artículo 15 del Tra tado de Comercio y Aduanas de 1864.

Sin embargo, miro con aprecio la ratificatoria seguridad que V. E. se ha servido ofrecer á la Legación, después de haber instruído al Honorable Encargado de Negocios del Perú en

Bolivia, para que la presente á mi Gobierno, de que "la medida relativa al señor Montero, efecto de la más extricta justicía, no podía comprometer, en lo más mínimo, las relaciones existentes entre ambas Repúblicas."

Tengo el honor de ser de V. E., con alta y distinguida consideración, servidor muy atento.

J. de la Cruz Benavente.

Al Excmo. Señor Ministro de Relaciones Exteriores del Perú.

Legación del Perú

La Paz, 16 de cctubre de 1868.

Señor Ministro de Estado en el Despacho de Relaciones Exte

riores.

S. M.

Cumpliendo la orden de US., contenida en su respetable nota No 26, he puesto en conocimiento de este Gobierno la cancelación del exequatur del señor Montero; trascribiendo el Supremo decreto de 25 del pasado, y las consideraciones que US. se sirve exponer en su citado oficio, con el objeto de que el Gobierno boliviano pueda apreciar mejor la justicia de la me dicla y se evite todo motivo de queja por su parte.

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El Honorable Encargado de Negocios de esa República, ha

puesto en mi conocimiento, por nota del día de ayer, el decre

to que el Gobierno del Perú ha dictado con fecha 25 del pasado, cancelando el exequatur dado á las patentes del señor doc. tor don Mariano Montero, por las cuales estaba acreditado como Cónsul general de Bolivia en Tacna, fundándose, para. ello, en la supuesta violación de la valija por el doctor Monte ro en el punto de Tacorà.

Suceso tan inesperado, después de las explicaciones cordiales y satisfactorias que tuvieron lugar en esta ciudad con el Honorable Representante del Perú, ha llamado seriamente la atención del Gobierno de la República, que se vé afectado directamente en su dignidad y decoro por la medida de retirar el exequatur á su Cónsul generel, sin haberse oído previamente los descargos de éste, ni los justificativos de su inculpabilidad.

S. E. el Presidente Provisorio de la República, tan deferente y decidido por el Gobierno del Perú, no ha podido, en esta ocasión, mirar con indiferencia el desaire que se le infiere con la despedida de uno de sus agentes, y es por esto que me ha ordenado reclamar directamente al Excmo. Gobierno del Perú la reconsideración de este asunto, para la revocatoria de su citado decreto, atenta las razones que paso á exponer y más que todo la cordialidad de las relaciones de ambos países y Gobiernos que conviene mantener inalterables.

Fué en 11 de agosto último, que mi Gobierno tuvo recién conocimiento del hecho atribuído al doctor Montero, con motivo de la reclamación que entabló el Honorable señor La Torre Bueno, pidiendo la separación de aquel del Consulado General que desempeña. Produjéronse entonces los informes precisos para ilustrar la materia, y con estos datos, que constan de las adjuntas copias (1),contesté la reclamación interpuesta expresando que no estando comprobada la violación de la va hja, por cuanto el doctor Montero se había limitado á tomar las dos notas oficiales que se le dirigían por el Ministerio de Relaciones Exteriores. en virtud de la autorización que le daba con ese objeto el Administrador de Correos; no encontraba mi Gobierno causal bastante para separar al Cónsul boliviano, cuya conducta no fué irregular, pues no había tenido el dañado intento de inferir ningún agravio á la Nación Peruana, sino únicamente el deseo de cumplir las órdenes supremas que se le comunicaban por ese correo, relativas á la conducción de los caudales públicos que se habían confiado á su honradez y patriotismo.

Estas explicaciones fueron más ampliamente dadas al señor La Torre Bueno en la conferencia posterior que con él tu. ve, en la cual no solo manifesté hasta la evidencia, la inculpabilidad del doctor Montero, sino la inconveniencia para mi

(1) Los documentos acompañados son los mismos anexos á la nota del señor Torre Bueno, páginas......

Gobierno de separarlo de aquel puesto, por la actividad, celo y clecisión con que desempeña sus funciones; de donde provenía precisamente la exageración con que se le atacaba; por cuanto el prefecto de Tacna señor Freyre y el Administrador de CoIreos de aquella ciudad señor Carlos Basadre, movidos segu ramente por la influencia de algunos emigrados bolivianos, con los cuales mantienen íntimas relaciones, han dado á este hecho una importancia que en sí no tiene. Como, la presencia del doctor Montero en Tacna ha sido siempre un estorbo á las maquinaciones de los emigrados bolivianos, no es de extrañar que estos hayan hecho valer toda su i fluencia ante aquellos funcionarios para obtener su separación. El señor La Torre Bueno no solo se dió por satisfecho, sino que prometió oficiar á su Gobierno para que quedase terminado este asunto con las explicaciones dadas.

-Después de tales seguridades, no ha podido menos que causar á mi Gobierno una verdadera sorpresa la cancelación del mencionado exequatur. tanto por la fé que le inspiraba la pa. labra del Representante del Perú, como porque en caso de creerse necesario este paso, esperaba se le daría aviso anticipado de él, para evitar reclamaciones como la presente, que me yeo precisado á hacer en resguardo de la dignidad y del decoro de la República.

Si el Gobierno peruano hubiese tenido á la vista las pruebas presentadas por el señor Montero, en descargo del delito que se le imputa, estoy seguro que habría procedido de un modo muy distinto; porque, en verdad, el hecho de haber tomado éste las comunicaciones que se le remitían con órdenes urgentes y previa autorización del funcionario del ramo, no constituye por sí solo un delito, ni mencs una causal poderosa para retirarle su exequatur.

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Para que existiere violación de la valija, era preciso que se hubiese fracturado los sellos y roto la bolsa ó mak ta en que hubiere ido asegurada la correspondencia; porque valija, según el Diccionario Castellano, es la bolsa ó maleta de cuero, ce. rrada con llave, para mayor seguridad de la correspondencia, que llevan los correos de un punto á otro". Mientras tanto según los informes pedidos al Administrador de correos de esta ciudad, consta que las dos comunicaciones que tomó el Consul Montero, estaban encima de las que iban envueltas en un periódico, atado con hilo, sin llevar sello de ninguna clase.

Este hecho jamás puede por sí sólo constituir un delito, con la concurrencia de todas las circunstancias que llevo ex presadas, ni menos podía dar lugar á la cancelación del exequa tur, sobre todo después de las explicaciones que se habían dado sobre el particular.

Me prometo de la sinceridad y lealtad del Gobierno perua.

no, que esta reclamación será atendida con toda la justicia que

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