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nos asiste; interponiendo para el efecto la cordialidad é íntimas relaciones que felizmente existen entre Bolivia y el Perú.

S. E. el Capitán General Melgarejo, que ha concurrido con sus esfuerzos al afianzamiento de la alianza americana, con su política fraternal á estrechar las relaciones de feliz acuerdo en que marchan los Gobiernos de ambos países, cree fundadamente que, en esta ocasión, su voz no será desatendida para que continúe funcionando en el Perú uno de sus mejores y más leales servidores, que contribuye en mucho á la conservación de la paz y del orden público en Bolivia, desbaratando los planes proditorios de los que no cesan un día de conspirar contra su administración y la tranquilidad de esta República.

Ruego á V. E. se digne hacer llegar esta reclamación al imparcial juicio de S. E. el Jefe del Estado, con todo el apoyo que la ilustración de V. E. pueda darle, y comunicarme su resolución, que espero será favorable.

Aprovecho de esta ocasión para reiterar á V. E. las seguridades de mi alta y distinguida consideración, con que tengo el honor de suscribirme de V. E. muy obediente servidor.

Mariano Donato Muñoz.

Al Excmo. señor Ministro de Relaciones Exteriores del Perú.

Ministerio de Relaciones Exteriores

Lima, 11 de noviembre de 1868.

Señor don José María La Torre Bueno, Encargado de Negocios de la República de Bolivia.

El Señor Ministro de Relaciones Exteriores de esa República, me ha dirigido, con fecha 14 de octubre último, una nota en la que pide la reconsideración del decreto por el que se canceló el exequatur dado á la patente del Cónsul General de Bolivia en Tacna, doctor don Mariano Montero.

Como verá US. por la adjunta comunicación apertoria, he ofrecido al señor Muñoz dar instrucciones á US. en el próximo vapor, para que manifieste la contestación del Gobierno del Perú á la mencionada nota de 14 de octubre.

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Lima, 11 de noviembre de 1868.

He tenido el honor de recibir la estimable nota de V. E., fecha 14 de octubre último, relativa á la cancelación del exequatur, en cuya virtud ejercía el señor doctor don Mariano Montero las funciones de Cónsul general de Bolivia en Tacna.

Por el próximo vapor trasmitiré al señor La Torre Bueno las instrucciones necesarias para que manifieste la contestación del Gobierno del Perú á la citada comunicación de V. E. Me es grato reiterar á V. E., con este motivo, las seguridades de la distinguida consideración y particular aprecio con que soy de V. E. muy atento y obediente servidor.

J. A. Barrenechea.

Al Excmo. señor doctor don Mariano Donato Muñoz, Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia.

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Ministerio de Relaciones Exteriores

Lima, 26 de noviembre de 1868.

Con fecha 11 del presente escribí á US. manifestándole que había recibido de S. E. el señor Ministro de Relaciones Exteriores de aquella República, una comunicación en la cual me la cancelación del exequatur en virtud del cual ejercía sus funmanifestaba el sentimiento que había causado en su Gobierno ciones consulares en Tacna el señor don Mariano Montero. El señor Muñoz concluye su oficio,del cual remito á US. copia, esperando que se reconsidere la mencionada resolución, á fin de que el señor Montero continúe en el ejercicio de sus funcioremitiéndome copia certificada de una sumaria informución. Después de haber recibido las respectivas órdenes de S. E. el Presidente, dirijo á US. la presente nota.

nes.

El señor Benavente me ha escrito en el mismo sentido,

que la cancelación del exequatur del señor Montero es una Ante todo es muy sensible que el Gobierno de Bolivia crea ofensa á su dignidad, por la cual el Gobierno peruano tiene la may or consideración. La cancelación de un exequatur es un derecho propio y exclusivo del Gobierno en cuyo territorio ejercen los cónsules sus funciones. Negarlo, ó ponerlo en duda,

esconocer uno de los atributos de la soberanía nacional.

es des

El exequatur es un permiso que se puede revocar cuando se crea conveniente. La única obligación que nace del retiro del

exer

quatur, es la de dar cuenta de él al Gobierno que expidió la

patente,ó, cuando más, manifestar las razones que lo han mo tivado. Cada Gobierno conserva en esta materia una completa independencia. Estos son los principios generales universamente reconocidos; pero, en nuestro caso, tenemos una regla especial, que es el tratado de comercio vigente entre el Perú y Bolivia. Según la regla quinta del artículo 15" las dos altas partes contratantes conservan el derecho de negar el exequatur á las respectivas patentes ó nombramientos consulares, y el de retirar el exequatur expedido; conviniendo que, en uno y otro caso, se manifestará los motivos que las determi nen á adoptar tal comportamiento". Esta obligación de manifestar los motivos que han determinado al Gobierno peruano á retirar el exequatur del señor Montero, está cumplida. No se necesita que los motivos sean fundados á juicio del Gobierno que acredita al cónsul, bastando que lo sean en opinión del que retira el exequatur; de manera que, si el Gobierno del Perú tiene el sentimiento de no poder apreciar la conducta del señor Montero del mismo modo que el Gobierno de Bolivia, no por eso habrá dejado de estar en su derecho al retirar el exe quatur, como no dejará de estarlo para llevar adelante su resolución.

Un sentimiento de deferencia y de amistad sincera al Gobierno de Bolivia, me obliga á entrar en explicaciones sobre la conducta del señor Montero, y sobre los documentos con que se pretende justificarla. En la información que me ha remitido el señor Benavente, consta que por las declaraciones de don Carlos Basadre, don Mariano Villena y don Juan Francisco Varela, personas todas respetables y dignas de crédito, que el señor Montero violó la correspondencia y sustrajo comunicaciones que, aunque estaban dirigidas á él, no eran de su propiedad mientras no le fuesen entregadas en la forma debida.

De la exposición del señor Montero y de la declaración del señor Sorruco, resulta que no había valija, y que dicho señor Montero tomó del paquete que estaba en poder del conductor, las comunicaciones oficiales que le eran dirigidas, empaquetan do las que no le convenían. Aún cuando no se ha tomado la declaración del conductor, resulta que el señor Montero se apoderó de la correspondencia y tomó la que tuvo por conveniente. Es indudable, que tan sagrado como una valija de cuero, es un envoltorio de papel, si en él se halla la correspondencia epistolar, confiada á la respetabilidad del Gobierno y de sus agentes por subalternos que sean. Así lo ha creído sin duda el Gobierno de Bolivia cuando ha querido justificar la conducta del señor Montero con la autorización que se le dió para tomar sus comunicaciones de manos del conductor; pero es indudable que éste no era un correo de gabinete dirigido al señor Montero por su Gobierno, sino un agente postal entre dos oficinas de correos. Si el Gobierno de Bolivia cree que la

autorización dada por el administrador de correos de la Paz, justifica la conducta del señor Montero, el Gobierno del Perú no puede aceptar el principio de que las autoridades extranjeras dén órdenes que deban cumplirse en territorio peruano. No es posible dejar establecido un precedente que sería de fu

nestas consecuencias.

El mismo señor Ministro de Relaciones Exteriores no justifica al señor Montero, puesto que, al pedir al Gobierno pe. ruano que disculpe su conducta, reconoce que ha cometido una falta, ligera tal vez, á juicio de S. E., pero grave al del Gobier

no peruano.

El señor Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, asegura que US. quedó satisfecho de las explicaciones que le dió sobre el particular; pero del tenor de la nota de US. no se deduce tal satisfacción. Preciso es recordar los hechos y fijarlos con exactitud. El señor Prefecto de Moquegua, luego que tu vo conocimiento de la violación de la correspondencia, dio parte al Gobierno y á esa legación. US. sin instrucciones de este Ministerio, dirigió á S. E. el señor Muñoz comunicaciones que han merecido la más completa aprobación del Gobierno, pero que eran ad referendum y hasta cierto punto confidenciaHabría sido de desear que el Gobierno de Bolivia se anticipase á la justicia del Gobierno peruano, removiendo al señor

les.

Montero.

rando así, suspendió todo procedimiento y aguardó datos más circunstanciados. Al fin se ha visto obligado á dictar una re bido con mucha satisfacción del Gobierno boliviano. solución y á hacerse por sí mismo una justicia que habría reci.

Por amistad á Bolivia, el Gobierno del Perú espe

nes de la política interna de Bolivia, porque el Gobierno peruaSensible, por demás, es que se liguen á este asunto cuestiono tiene harto pronunciados el sentimiento del orden y la leal. tad internacional para escuchar otros informes que los de la imparcialidad y de la justicia. Por lo que he hablado con el Señor Benavente, estoy seguro de que sus comunicaciones á este Gobierno, confirmarán esta política.

ilustrado Ministro el señor Muñoz, que en el asunto que moti

Puede US. asegurar á S. E. el Presidente de Bolivia y á su

va

con

esta comunicación, S. E. el Presidente del Perú al retirar, mucho sentimiento, el exequatur del señor Montero, ha

procedido guíado por el deseo de conservar la dignidad de su pais y de su Gobierno. Yo espero que S. E. el Capitán General Melgarejo y S. E. el señor Muñoz, se convencerán de la perfecta justicia que asiste al Gobierno del Perú para mantener la

resol

ución que cancela el exequatur del señor Montero.

L

pués del desgraciado incidente en que se ha visto complicado,

a permanencia de este señor como cónsul en Tacna, des

tal

exequatur, no sería posible. Los agentes consulares y aún los

ez, por un excesivo celo, y después de la cancelación de su

diplomáticos, deben ser gratos no solo al Gobierno que los envía, sino al que los recibe. La facilidad en las relaciones que tanto contribuye á la buena armonía, no se puede mantener, sino mediante una absoluta confianza entre los gobiernos y los agentes extranjeros.

Espero que US. continuando la acertada dirección que ha dado ya á este delicado asunto, contestará á S. E. el señor Muñoz, el oficio que me hizo el honor de dirigirme en 14 del pasado, pidiéndole al efecto una entrevista, en la cual puede US. leerle esta comunicación y dejarle copia de ella si S. E. lo creyese conveniente.

Dios guarde á US.,

J. A. Barrenechea.

Al señor don José María La Torre Bueno, Encargado de Nego. cios de la República en Bolivia.

Legación del Perú

La Paz, 16 de diciembre de 1868.

Señor Ministro de Estado en el Despacho de Relaciones Exteriores..

S. M.

En una conferencia que he tenido con el señor Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, le he leído, conforme á las órdenes de US. la nota contestación número 50, sobre el recla mo entablado por aquel, pidiendo la derogatoria del decreto por el que se retiró el exequatur á la patente del Cónsul General don Mariano Montero, y le he dejado la copia que me pidió dicho señor ministro.

Por ahora, creo que está concluída la cuestión, y solo en el caso de que fuese absuelto el señor Montero en el juicio que se le sigue, podía entablar el Gobierno Boliviano nuevas gestio nes sobre el particular.

Dios guarde á US.

S. M.

J. M. de la Torre Bueno.

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