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siva sobre este departamento. Los escritos sediciosos que se publican en Tacna contra el Gobierno de Bolivia, desde que el General Belzu se ha situado en aquella ciudad, manifiestan que su permanencia allí no ha tenido otro objeto que atizar la discordia entre sus compatriotas, hasta obligarlos á invocarlo como necesario.

El Gobierno de V. E. no pue le ser indiferente á las desgracias que una nación vecina y hermana del Perú, como Bolivia, sufre de algún tiempo á está parte, por efecto del desencadenamiento de las pasiones revolucionarias; pues sabe muy bien. que el contagio del desórden se propaga con tanta mayor violencia cuanto tienen de lisonjero las teorías insidiosas de que lo revisten los demagogos.

La paz interior de los Estados de América no es, por otra parte, una condición aislada de cada uno de ellos, en circuns tancias como la presente, en que un poderoso Imperio trasatlántico ha puesto el pié sobre el territorio de México, con el fin de colonizarlo y variar la forma de su Gobierno.

Estas graves consideraciones han determinado á mi Gobierno á recurrir al de V. E., reclamando el alejamiento del General Belzu y de los demás emigrados que se encuentran en los expresados departamentos de Puno y Moquegua, á cualquiera punto que diste ochenta leguas de la frontera. La tranquilidad interior de Bolivia, y las buenas relaciones de ésta y esa República, deberán al Gobierno de V. E. un impor. tante servicio. Mi Gobierno tiene la más firme esperanza de que el de V. E. tendrá á bien satisfacer esta doble exigencia de la situación relativa de ambos países.

Me aprovecho de esta ocasión para ofrecer á V. E. los sentimientos de alta consideración y respeto con que soy de V. E. atento y seguro servidor.

Lucas M. de la Tapia.

Excmo. Señor Ministro de Relaciones Exteriores de la Repú

blica del Perú.

Ministerio de Relacionee Exteriores

Lima, 2 de enero de 1863.

Al Señor Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia.

El infrascrito, Ministro de Relaciones Exteriores del Perú, tiene el honor de contestar la nota de S. E. el Señor Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, fecha 3 de diciembre últi mo, en que pide sean separados de la frontera los emigrados de esa República cuya permanencia es azarosa á su tranquilidad y necesaria para el restablecimiento del órden y de la paz, perturbados por los lamentables acontecimiensos ocurridos en ella.

Bien sensibles han sido para el Gobierno del Perú las escenas de sangre y de horror que han tenido lugar en Bolivia, y en que se han visto sepultar en una misma tumba los sacrificadores y las víctimas. Armado el terú de una manera imponente y fuerte para exigir del Gobierno de Bolivia explicaciones y reparaciones por los inmerecidos agravios que le había hecho, Y por haber violado la fé de los tratados, se abstuvo hacer uso de sus armas en aquellas circunstancias aflictivas, dando á conocer con su moderación y absoluta neutralidad, que, si era sensible á las injusticias y ofensas recibidas, era también gene. roso y eminentemente americano. Han pasado esos momentos de cruel expiación; el órden ha sido restablecido en Bolivia, y ha quedado victorioso el Gobierno proclamado conforme á las prescripciones constitucionales.

Tantos acontecimientos, sobrevenidos con asombrosa ra

pidez, tantas vicisitudes sorprendentes, daban lugar para es perar que ese Gobierno, aleccionado por ellos, conociera que para establecerse sobre bases sólidas, debía reconciliarse con el Perú, satisfacerle con franqueza, buscarle con la confianza, con la lealtad y la buena fé de quién desea vivir y mantener con él

relaciones, no sólo amistosas, sino también sinceras y fraternales. Mas nada hasta hoy ha hecho el Gobierno de V. E. que manifieste esta política de conciliación. Los gobernantes se han sucedido ali con rapidez; los promotores de la actual situación incierta de ambos pueblos, no sólo han desaparecido de la escena pública, sino también de la superficie de la tierra: Se han cambiado las constituciones; pero la política de todos ha sido igualmente injusta para el Gobierno de Bolivia y pue

blo peruano, como si fuese una ley inmutable y orgánica de tantos gobiernos y su sistema, vivir y conservarse en esa hos. tilidad abierta y en esa inmutabilidad ofensiva. Si así no fuera, ya habría adoptado otra línea de política más amistosa y cordial-más franca y resuelta.

Elevado á la suprema magistratura de Bolivia S. E. el General Achá, en 12'de agosto último, no ha hecho saber su exaltación á ella de una manera oficial y auténtica, ni al anterior Presidente del Perú, que en 24 de octubre concluyó su periodo, ni al Excmo. Señor Don Miguel San Román, que le ha sucedido: únicamente ha anunciado su existencia oficial por medio de demandas y reclamaciones, que suponen no sólo la desapa rición de las causas de desinteligencia, sino también la existencia de tratados.

La seguridad y la libertad individual, y el respeto al domi cilio no pueden ser inquietados ni perturbados, ni variados en el Perú, sino en virtud de sentencias judiciales, ó de tratados anteriores; pero, aun en este último caso, es necesario acreditar con datos fidedignos que uno ó más emigrados conspiran contra el Gobierno establecido en el país vecino, para alejarlos á cierta distancia de la frontera. Todos los vínculos que ligaban antes á ambas Repúblicas, han sido rotos por los gobiernos de Bolivia.

Apesar de esto, el del Perú, que para su engrandecimiento y progreso nada ambiciona, ni exige de Bolivia, á excepción de ser satisfecho y desagraviado, ha continuado dándole prue. bas voluntarias de generoso comportamiento. El finado presidente doctor Linares puso en interdicción el comercio de ambos países: el del Perú, decretó como medida de retorsión, la más amplia libertad y protección á los intereses comerciales bolivianos, franqueándoles sus puertos. (1) La guerra civil se presentó horrible y desoladora en Bolivia, y el Gobierno del Perú retiró de sus fronteras su aguerrido y disciplinado ejército, ordenando á sus autoridades la más severa prescindencia y la más circunspecta neutralidad. Ultimamente, los prefectos de uno y Tacna avisaron, que algunos emigrados se hacían sospechosos en la frontera, y tanto por este Ministerio, cuanto por los de Gobierno y Guerra, se han expedido órdenes terminantes y positivas para que reprimiesen é impidieran toda tentativa armada y todo proyecto agresivo contra el Gobierno de Bolivia. Al adoptar estas medidas, la actual administración ha procedido siguiendo el plan de política amigable y pacífio que se propone seguir con todos los pueblos de la tierra, respe

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tando en todos y para todos los preceptos de la moral y del derecho de gentes.

El infrascrito, ha considerado necesarias las anteriores apreciaciones de la política de su Gobierno, prometiéndose que meditadas con imparcialidad por el ilustrado gabinete de Bolivia, sabrá apreciarlas, decidiéndose á abrazar la única política saludable que aconseja la prudencia, cuál es, la de satisfacer al Gobierno Peruano y concederle las justas reparaciones que ha exigido y son su más constante propósito, para poder entrar en acuerdos posteriores que formen de los dos pueblos, llamados á ser amigos unidos y buenos hermanos, una sola y respe table familia.

El infrascrito, aprovecha esta oportunidad, para ofrecer al Excmo. Señor Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, los sentimientos de consideración con que tiene el honor de suscribirse, atento servidor.

José G. Paz Soldán,

Prefectura y Comandancia General Departamento de la 3a división y de las

de caballería del ejército

Puno, 26 de diciembre de 1862.

Al Señor Ministro de Estado en el Despacho de Relaciones Ex

teriores.

S. M.

De conformidad con las prevenciones que US. se sirve hacer, en su apreciable nota, fecha 28 del pasado, he expedido las órdenes más eficaces para impedir, á todo trance, la expedición que, según el aviso dado por el señor prefecto de Moquegua, organiza N. N. en la frontera de Bolivia, con el objeto de atacar la administración establecida en aquella República-y las maquinaciones que dicho N. N. tenga acordadas con los emigrados bolivianos que existen en algunos pueblos de la provincia de Chucuito. Para cumplir satisfactoriamente las determinaciones de S. E. el Presidente, que desea la paz de Bolivia y mantener inalterables las relaciones de amistad con ese país,

he destacado en el punto de Pomata una compañía del batallón "Callao" No 7, al mando del Sargento Mayor graduado don Agustín Prieto, con las instrucciones, cuya copia adjunto, para conocimiento del Supremo Gobierno.

Así tengo el honor de dejar contestada la citada nota de US.

Dios guarde á US.-S. M.

Prefectura del Departamento

Ramón Vargas Machuca.

Arequipa, 3 de enero de 1863.

Al Señor Ministro de Estado en el Despacho de Relaciones Exteriores.

S. M.

Sin embargo de que en el departamento de mi mando no existen emigrados de Bolivia, he mandado publicar en el "Registro Oficial" la apreciable nota de US., de 24 de diciembre anterior, para que los que hayan de venir se penetren de que se tomarán, por esta Prefectura, medidas que tiendan á impedir los actos hostiles que se preparen contra la tranquilidad de aquella República, sometiéndose á juicio á sus autores; y de que los que vivan de un modo pacífico, tendrán seguridad en sus personas y domicilio.

Me es honroso avisarlo á US. para su inteligencia y por contestación.

Dios guarde á US.-S. M.

Francisco Pacheco,

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