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desgraciadamente estériles, y sus nobles oficios presentados á los dos Gabinetes, según se vé, no tendrán plena acogida desde que las cosas, como lo enuncia V. E., en su apresiable nota de 1o de marzo, han llegado al punto harto desagradable de haberse dado por terminadas las discusiones diplomáticas. Deplora el infrascrito esta situación que puede acarrear males de suma trascendencia á entrambas naciones, que retarda, tal vez, sin remedio, la realización de miras elevadas de interés universal, y que ayuda á fundar antecedentes contrarios á la unidad de sentimientos pacíficos, y á la fusión de derechos en tre todas las secciones del Nuevo Mundo. Aunque extraño el Gobierno Peruano á la materia controvertida, no lo es, sin duda, á la suerte de los pueblos con quienes vive en estrecha y leal armonía, con los que forma una familia en identidad de creencias, de instituciones, de hábitos y de porvenir, con los que tiene que seguir una misma carrera, ó próspera ó adversa, y con los que defenderá, quizás más tarde, los fueros de la razón, la santidad de la independencia y las prerrogativas de la libertad. Estas razones muy obvias y poderosas á la vez, inducen al infrascrito, contando con la indulgencia de ese Gabinete, á discutir de nuevo sobre la mediación ofrecida y sobre el contenido del citado oficio de V. E.

La mediación es uno de aquellos actos que el Derecho Público y la historia autorizan de consuno para cortar diferencias y prevenir desastres entre Estados y Gobiernos, á quienes una mala inteligencia, puntos de honor nacional ú opiniones encontradas, pueden llevar á la dura extremidad de un rompi. miento. Cuando las negociaciones, sea cual fuere su importancia, tienen un carácter pacífico, ellas por sí mismas se desenvuelven y terminan, más si se suscitan dificultades que no pueden vencerse á voluntad de los negociadores y de los Gobiernos mismos, si sobrevienen peligros o inminentes ó remotos que sean capaces de engendrar sérios conflictos ó conducir en mala hora á un casus belli, entonces los oficios desinteresados de un tercero, tienen una significación y una influencia positivas en la decisión de la materia discutida. Sucede y con frecuencia que el mediador, inspirado por un noble sentimiento, profun damente afectado por la suerte de amigos con quien cultiva vínculos de cordial unión, escucha las razones de cada uno de ellos, los acuerda y les proporciona medios de conciliación, que motivos de delicadeza ó pundonor retraen de formular á las partes contendientes. La actual cuestión, á juzgar por la formal exposición de V. E. no ha llegado todavía, por fortuna, á un estado desesperado que aleje para siempre las probabilidades de un ventajoso y recíproco acomodamiento.

La separación del diplomático boliviano del territorio de Chile, y la ruptura inesperada de la discusión no pueden calificarse, en concepto del infrascrito, de acontecimientos finales

que hagan precisamente inevitable la guerra. Pueden reanudarse los lazos aflojados, antes que los ánimos se recrudezcan, y antes de que susceptibilidades nacionales de las que, no puede prescindirse nunca, vengan á encender esas pasiones de fatales resultados para todos los pueblos y principalmente para los americanos, cuya principal exigencia es la paz y cuyo único elemento de bienestar consiste en la explotación tranquila de sus abundantes veneros de riqueza. Chile se ha distinguido por el cumplimiento de esas doctrinas salvadoras: á su actitud, á su sensatez, jamás falseada en el curso de largos años, y á su lealtad en el ejercicio de su política exterior, debe el crédito de que goza dentro y fuera del Continente, su engrandecimiento interior y la estabilidad de su administración:-con todos estos preliminares y con la conciencia de la ilustración de sus hombres de Estado, no es posible temer una solución que no sea de conciliación, de prudencia y de efectos esencialmente civilizadores.

Se permitió por todo esto, pucs, el infrascrito interponer sus oficiosas gestiones y presentar su expontáneo ofrecimiento, á nombre del Gobierno peruano, á los de Chile y Bolivia, cuyas diferencias pueden muy bien servir de pretexto para que perseveren en un sistema de difamación, enemigos encubiertos unos y desembozados otros, de la América, de sus instituciones y de su Gobierno. Ni remotamente pretendió este Gabinete tomar un aire de superioridad sobre los demás del Nuevo Mundo, ni intervenir en sus peculiares condiciones, ni servir de guía ó regulador de la política continental; sus oficios se distinguen y se distinguirán siempre por su desinterés, por su expontáneidad y por su nobleza, y si habla otra vez acerca de la mediación, no obstante la contestación de V. E. no es porque deje de respetar la posición de Chile, no es porque crea que su aceptación sea obligatoria, sino porque tiene la convicción de que nunca son de más los esfuerzos que haga para testificar sus rectas intenciones.

Pero si desgraciadamente y á pesar de todo, tuviese el Gabinete chileno que seguir el curso que los sucesos van tomando y que observar fielmente principios más conformes y compati bles con su honra y sus derechos, el Perú no se arrepiente del papel que ha asumido, y pronto está siempre ha desempeñarlo, sea cual fuese el sacrificio que para obtener tan laudable objeto sea necesario emplear, como que así consultaría el bie. nestar de Chile y de Bolivia, satisfaría deberes austeros de cor. dialidad y de benevolencia y robustecería simpatías creadas por la naturaleza y más ampliamente definidas por la mancomunidad de ideas y por las glorias mútuas é inmarcesibles recogidas en los tiempos afortunados de la lucha por la independencia.

Confía, y no poco, el infrascrito, en la cultura de ese pueblo

y en la tradicional circunspección de su Gobierno; y no teme que la guerra venga á acibarar los días bonancibles de que goza uno y otro, á perturbar el giro regular de su administración y á derramar sobre su territorio males de los que lo ha preservado hasta aquí la Providencia. El Perú así lo desea, y se envanece de haber levantado su voz para cooperar al logro de este gran fin y á la realización de un pensamiento humanitario enderezado á vindicar de acusaciones injustas el excelso nombre americano.

A este estado de la presente nota había llegado el infrascrito, cuando ha recibido el respetable oficio del Excmo. Señor Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, en que acepta, á nombre de su Gobierno, la mediación ofrecida por la del Perú. Como nada de lo expuesto contradice el propósito de reanudar las negociaciones, por desgracia interrumpidas, este Gabinete las ha dejado intactas, como que ellas también podrán servir al logro del fin laudable de interponerse entre dos naciones. hermanas, á quienes un suceso fatal ha puesto en desacuerdo. Nada propone, ni nada indica el Perú como medios de terminar las cuestiones principales. Todo tendrá, según entiende, su oportunidad cuando V. E., pesando en los consejos de su ilustrada razón los fundamentos ligeramente desenvueltos, adopte la medida prudente que, conforme con sus convicciones é inte reses, crea necesario emplear para dar remate y término á las diferencias con Bolivia. El Perú, siempre amigo leal de las Repúblicas contendientes, reputa como propios ó las prosperidades ó los infortunios de ambas; y sin desmayar en su muy no ble carrera americana no ejerce ni pretende ejercer ninguna autoridad, como ya lo ha insinuado, en este asunto, y deja exclusivamente á la sensatez del Gabinete de V. E. cuanto sea necesario realizar á fin de que los Gobiernos, ya sean los mismos interesados, ya los mediadores, ejerzan, en honor del Continente, acciones y oficios dignos de nuestra cultura, de nuestros principios y de nuestras instituciones.

El Ministro Plenipotenciario del Perú en esa República, tiene el encargo de explicar más detenidamente á V. E., al po. ner en sus manos este oficio, los sentimientos benévolos que animan á este Gobierno, sus miras y sus tendencias desinteresadas y los deseos conciliadores que abriga en bien y honra tanto de Chile como de Bolivia.

Con sentimientos de la más distinguida consideración, tiene el infrascrito el honor de reiterar al Excmo. Señor Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, las seguridades de aprecio con que se suscribe su más atento, obsecuenté servidor.

Juan Antonio Ribeyro.

A S. E. el Ministro de Relaciones Exteriores de la República de

Chile.

PROTESTA DEL GOBIERNO DE BOLIVIA DIRIGIDA Á LAS NACIONES ALIADAS CONTRA EL PARAGUAY.-- POSTERGACIÓN DE LA CELEBRACIÓN DEL ANIVERSARIO DE LA INDEPENDENCIA DE BOLIVIA PARÁ EL 28 DE JULIO, EN QUE SE CONMEMORA LA DEL PERÚ.

Legación del Perú en Bolivia

La Paz, 23 de julio de 1866.

Señor Secretario de Relaciones Exteriores del Perú.

Tengo el honor de remitirle á US., eu cópia, el despacho pasado á esta legación (á última hora de hoy) por la Secretaría General del Gobierno de Bolivia, con los dos números adjun tos de "La Epoca".

En el uno se registra la nota dirigida á los Gobiernos del Brasil, de la Confederación, Argentina y del Uruguay, investi. gando la autenticidad del tratado de alianza de esos tres Estados que han publicado algunos periódicos, y protestando contra su tenor en el caso de ser cierto, en cuanto se asegura dañar los derechos de Bolivia.

En el otro se lee la orden suprema para que el presente aniversario de la independencia de Bolivia (16 de julio) se celebre junto con el de la independencia de nuestra patria, el 28 del que cursa, en homenaje de fraternidad á ella.

Dios guarde á US.-S. S.

Mariano L. Cornejo.

Ministerio de Relaciones Exteriores

de Bolivia

La Paz, 23 de julio de 1866.

Señor:

El infrascrito, tiene el agrado de dirigir á US. H. el presen. te oficio, adjuntándole los números 2,802 y 2,803 de "La Epoca", en los que encontrará US. H. la nota que mi Gobier. no ha dirigido á los del Brasil, Uruguay y Confederación Argentina, protestando contra el Tratado secreto que estas potencias han celebrado, por medio de sus plenipotenciarios, en 16 de mayo último, contra la República del Uruguay, por el que también se pretende despejar á Bolivia de todo el territorio que posee sobre la márgen derecha del Paraguay hasta el río Paurú, lo mismo que el oficio dirigido al Prefecto de este departamento relativo á la solemnización del primer grito de la independencia dado en esta capital el 16 de julio del año 9, postergando para su celebración el día 28 del presente mes, aniversario del día en que la República del Perú se declaró independiente.

Por ambos documentos vendrá US H, en conocimiento de las determinaciones que en uno y otro asunto, de alta signifi. cación para los intereses de Bolivia, ha tomado el Gobierno de la República, consecuente siempre con el espíritu del americanismo que lo distingue en todos sus actos.

Quiera US. H. poner en conocimiento de su Gobierno los citados oficios, y aceptar las consideraciones de alta estimación y respeto con que se suscribe de US. H. atento servidor.

José R. Taborga.

A S. S. H. el Encargado de Negocios del Perú cerca del Gobier no de Bolivia.

Es copia.

Cornejo.

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