La poesía lírica en Cuba ..., Volumen2

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Imprenta "El Siglo XX", 1928
 

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 264 - ¡Perla del mar! ¡Estrella de Occidente! ¡Hermosa Cuba! Tu brillante cielo la noche cubre con su opaco velo, como cubre el dolor mi triste frente. ¡Voy a partir! ... La chusma diligente, para arrancarme del nativo suelo las velas iza y, pronta a su desvelo, la brisa acude de tu zona ardiente. ¡Adiós, patria feliz, edén querido! ¡Doquier que el hado en su furor me impela, tu dulce nombre halagará mi oído!
Página 116 - Por qué no miro Alrededor de tu caverna inmensa Las palmas ¡ ay ! las palmas deliciosas, Que en las llanuras de mi ardiente patria Nacen del sol a la sonrisa, y crecen, Y al soplo de la brisa del Océano Bajo un cielo purísimo se mecen ? Este recuerdo a mi pesar me viene...
Página 116 - Corres sereno y majestuoso, y luego en ásperos peñascos quebrantado, te abalanzas violento, arrebatado, como el destino irresistible y ciego. ¿Qué voz humana describir podría de la sirte rugiente la aterradora faz? El alma mía en vagos pensamientos se confunde, al contemplar la férvida corriente, que en vano quiere la turbada vista en su vuelo seguir al borde oscuro del precipicio altísimo...
Página 104 - Nieve eternal corona las cabezas de Iztaccihual purísimo, Orizaba y Popocatepetl, sin que el invierno toque jamás con destructora mano los campos fértilísimos, do ledo los mira el indio en púrpura ligera y oro teñirse, reflejando el brillo del sol en Occidente, que sereno en hielo eterno y perennal verdura a torrentes vertió su luz dorada, y vio a naturaleza conmovida con su dulce calor hervir en vida.
Página 106 - ... arrebatando años y siglos, como el Norte fiero precipita ante sí la muchedumbre de las olas del mar. Pueblos y reyes viste hervir a tus pies, que combatían cual hora combatimos, y llamaban eternas sus ciudades, y creían fatigar a la tierra con su gloria. Fueron : de ellos no resta ni memoria...
Página 117 - ¿Dó tu origen está? ¿Quién fertiliza por tantos siglos tu inexhausta fuente? ¿Qué poderosa mano hace que al recibirte, no rebose en la tierra el oceano? Abrió el Señor su mano omnipotente, cubrió tu faz de nubes agitadas, dió su voz a tus aguas despeñadas, y ornó con su arco tu terrible frente.
Página 36 - Sueña el rico en su riqueza, que más cuidados le ofrece; sueña el pobre que padece su miseria y su pobreza; sueña el que a medrar empieza, sueña el que afana y pretende, sueña el que agravia y ofende, y en el mundo, en conclusión, todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende.
Página 116 - Mas llegan... saltan... el abismo horrendo devora los torrentes despeñados; crúzanse en él mil iris, y asordados vuelven los bosques el fragor tremendo.
Página 269 - ¿Y es verdad? ¿Y es verdad?... ¿La muerte impía apagar pudo con su soplo helado, el generoso corazón del vate, do tanto fuego de entusiasmo ardía? ¿No ya en amor se enciende, ni agitado de la santa virtud al nombre late?... Bien cual cede al embate •del aquilón sañoso el roble erguido, así, en la fuerza de su edad lozana, fue por el fallo del destino herido...
Página 118 - ¡Ay! Desterrado, sin patria, sin amores, sólo miro ante mí llanto y dolores. ¡ Niágara poderoso ! oye mi última voz; en pocos años ya devorado habrá la tumba fría a tu débil cantor. ¡ Duren mis versos cual tu gloria inmortal ! ¡ Pueda piadoso viéndote algún viajero, dar un suspiro a la memoria mía ! Y yo, al hundirse el sol en Occidente, vuele gozoso do el Criador me llama, y al escuchar los ecos de mi fama, alce en las nubes la radiosa frente.

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