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recibió de ese modo, pues las balas le iban por encima, al paso que le causaban notable en la caballería; cuyo general Fabricio Colona, cuentan que gritaba y con repetidos mensajeros pedia al virey, que sin aguardar á que la artilleria le acabase, emprendiera la batalla; pero que Navarro que tuvo tema de ser siempre de opinion contraria á Fabricio, y de ser hasta protervo (1) contra el parecer de los que mas lo entendian, lo repugnaba movido de perversa ambicion; porque contando quedar victorioso con solo el valor de la infanteria española, ninguna pena le daba de que los demás pereciesen, ántes bien pensaba que su gloria aumentaria en igual proporcion á lo que aumentase el daño del ejército (2). Suposicion harto impertinente y libre en escritores, que queriendo como disculpar á su paisano Fabricio, no temen asegurar que su desesperacion y falta de sufrimiento llegó al punto de que, escla mando ¡si todos habian de morir por la obstinacion de u marrano y si todo el honor de España y de Italia se habi

(1) Zurita, lib. 3, cap. 61, tan poco amigo como siempre de varro, le da esa y otras calificaciones por su oposicion á Fabrici su abreviador el P. Abarca, exagerando fuera de lo que la impa lidad exige, y suponiendo que Fabricio empleó las sumisiones plegarias, las lágrimas y los abrazos para que Navarro dej posicion, mas todo, añade, fué implorar y llorar á un tigre: en el mismo cap. 20, pág. 390 del tomo II, tratando del s Bolonia, le habia llamado oso.

(2) Guicciardini y Jovio, ibi. Mas para apreciar lo lijer tas suposiciones, basta decir que hasta el mismo Zurita ha favorable á Navarro, cuenta á este propósito, que quiso ge todo haciendo el principal fundamento de la infantería espar á la verdad tuvo en aquello razon, por ser la mas escogida mejor que hubo en aquellos tiempos y parecióle de aventura todo el ejército junto de los enemigos; lo cual se tuvo por g ridad y desatino: los entendidos sin embargo decidirán.

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acabasen los tiros; viéndose abandonado de la caballería, dió á sus infantes la señal de acometer. Obedeciéronla prontos, saliendo con espantosa ferocidad contra un cuerpo de alemanes que se les habia acercado mucho, y cuyo jefe Jacobo Empser, uno de los capitanes de mas fama que habia en el ejército francés, habiendo combatido personalmente y de pica á pica con el coronel Zamudio, le derribó este de su caballo y murió (1),

Pero nada refieren con tanto asombro los historiadores y no sin razon añaden no haberse nunca visto ni oido, como que Navarro observando que la infanteria española "ha» bia padecido algo en su formacion y en el primer cho» que con los alemanes por la firmeza de sus picas, dispu» so que una parte de aquella, arrojando las suyas, po> niendo mano á sus espadas y puñales y cubriéndose con

gunas relaciones, los marqueses de Pescara, de la Padula y Carvajal pelearon tan valerosamente que rompieron la vanguardia del enemigo, y le tomaron algunas banderas, que Leiva tuvo dos caballos muertos... hasta que la mayor parte de nuestra vanguardia se puso en fuga y fueron alli muertos D. Gerónimo Loriz y Diego Quiñones. Mas adelante manifiesta el mismo Zurita la diversidad con que los autores alemanes, italianos y franceses escriben lo que pasó en aquella jornada, representándolo con grande artificio de palabras, y como nuestro objeto no sea ponerlos de acuerdo, referirémos todo aquello en que figuró Navarro en primer término y fué lo principal.

(4) Mariana, Zurita y Aleson siguiendo á Guicciardini y otros cuentan que Zamudio al terciar su pica esclamó ¡0 Rey! cuán caras cuestan las mercedes que nos haces y cuán bien se merecen en semejantes jornadas'; pero habiendo muerto en aquella Zamudio y no habiéndoselo contado por lo tanto á nadie, puede eso pasar por una invencion de los que describen las batallas ni mas ni menos que como se dan en los teatros en donde se muere cantando.

» sus escudos y adargas, se metiera por debajo de las pi >> cas de los alemanes y los arremetiese de ese modo. Así » lo ejecutó, situándose entre sus piernas y haciendo hor» rible estrago en ellos (1); y ya casi habian llegado á la » mitad de un escuadron, cuando advirtiendo que la in» fantería italiana que, no obstante haber sufrido mucho de la artillería aun se mantenia firme, se hallaba combatida por un cuerpo de gascones y una compañía de » caballos franceses, tuvo que separar una parte para so» correrla, quedando la otra, aunque fatigada, conteniendo y resistiendo á los alemanes (2)."

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Hay quien afirma que esto sucedia á tiempo que nues. tra infantería, que apenas habia perdido gente todavia, habiendo asaltado á la artillería enemiga, estaba ya para ocupar su Real y dar con repeticion y como en señal de triunfo el Viva España (3). En tal estado, y despues de haber visto al cuerpo de batalla francés tocando á su esterminio, no quedando á nuestra gente otro medio de salvacion que el de una retirada, emprendió sola, á pié y sin otro apoyo que ella misma, una de las mas famosas

(1) Jovius, De vita Leonis, etc. Itaque sese atque hastas protinus erexere tanta que animorum alacritate Germanos invasere ut numquam ab ulla hominum memoria aut ferocius aut acrius sit concursum.-Petrus Martyr, Epistola 483... Stratagemate usus est inaudito hactenus in ea pugna Navarrus Comes, dum longis hastis ab aliis humeris certarent utrimque: delectos jubet quosdam pedites rei bellica peritiores solo sub longarum hastarum umbra incurvari, curtis ensibus Hispanis accinctos, qui ex insidiis certantibus Gallorum militibus cura ferirent.

(2) Guicciardini, Hieronimus Rubæus, ibi.

(3) Petrus Martyr, ibi... in tormentorum vasa quidam insiliunt et suce patriæ simbolum multiplicato promunt elatis clamoribus... sed cum se à tergo viderent desertos, ab equitibus circumsepiuntur, premuntur undique.

que se leen en las historias. El mismo conde Pedro Navarro, cuenta un contemporáneo, dió forma á los otros seis mil españoles que restaban, como se saliesen de la batalla juntos, quedando el preso (1), lo cual aseguran otros que á él mismo se lo oyeron, fué porque anteponiendo la muerte à su salvacion y no queriendo sobrevivir à tanto estrago, se arrojó temerariamente á los tiros de los enemi gos prefiriendo el morir à dejar el campo de batalla (2). Pero otros aseguran que eligiendo como mas seguro para su retirada el camino que guiaba á la Romaña y á un lado tenia la mar y al otro grandes y continuos pantanos, la emprendió por él, cubriendo con su persona la retaguardia, y llevando la delantera Samaniego, oriundo de Navarra, segun escribe el P. Aleson. Con tal serenidad y con ánimo tan tranquilo nos dicen que caminaba Navarro, que apretándole en una ocasion el enemigo, y volviendo resuelto contra él, le paró y contuvo largo rato dando lugar á que Samaniego se adelantase. Cuéntase que esta resuel

y determinada accion le salió muy cara; porque habiéndose apartado de sus compañeros mas de lo justo y metidose entre los franceses mas de lo que debia, le dió uno de ellos un golpe tan recio con el cabo del arcabuz, que cayó de su caballo sin sentido y como muerto, y en ese estado fué reconocido y preso (5).

(1) El canónigo Pedro de Torres en sus Apuntes mss, en la Biblioteca nacional, que va puesto entre los Documentos en el núm 23.

(2) Jovio, De vita Leonis X... In ea receptus difficultate Navarrus, sese ultro telis objectans, ne tantæ cladi superesse, ut postea dicere solebat, intercipitur.-Guicciardini, ibi. Nel cual tempo Pietro Navarra desideroso piu de morire che di salvarsi è pero non si partendo dalla bataglia, rimasse à prigione.—Hieronimus Rubæus, ibi., página 673, 74 y 75.

(3) Aleson, Anales de Navarra, parte 2, lib. 48, cap. 5.

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