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tener en la inaccion y en el retiro aquel espíritu incansable, nos persuadimos á que todo este tiempo lo probó el Señor en el ejercicio de una paciencia heróica. Verosímilmente sus muchos achaques aumentados con tan largas y penosas fatigas, y añadidos al peso de sus muchos años le habian obligado á no emprender mas viages, y reducido á esperar tranquilamente en su mision de Dolores el fin de su vida apostólica, que le llegó finalmente á principios del año de 1711. Fué el padre Eusebio Francisco Kino, natural de Trento, ciudad de Italia.

Muerte del

bio Francisco

Su devocion y reconocimiento al grande apóstol de la India, á cuya intercesion debia la vida, le hizo tomar el nombre de Francisco, y con padre Euseél revestirse del mismo celó y fervor para la conversion de los gentiles Kino. en las misiones de Indias. Con este intento renunció el honor que le hacia el serenísimo duque de Baviera en destinarlo para una cátedra de matemáticas en la Universidad de Inglostad. No le faltaron aun en México ocasiones de manifestar sus extraordinarios talentos con ocasion del famoso cometa del año de 1689. Fueron entónces muy célebres las controversias entre el padre Kino y el Dr. D. Cárlos de Siguenza y Góngora, de que hemos hablado en otra parte. Fué el pri mero que con algun asiento y espacio comenzó á instruir en la fé á los californios, ocupacion á que se hubiera enteramente dedicado toda su vida, si los superiores no hubiesen juzgado mas necesaria en la Pimería su persona; ya que no pudo por sí mismo asistirlos, formó á lo ménos con sus instrucciones y exhortaciones fervorosas al padre Juan María Salvatierra, apóstol de aquel pais, y en cuanto pudo desde la Pimería con viages penosísimos, con limosnas y otros arbitrios, procuró fomentar siempre lo conversion de aquella península. La de los pimas altos se debe enteramente en lo humano á su celo, no ménos que á su paciencia y constancia admirable. Siempre perseguido y calumniado, no solo en su persona, sino en la de sus neófitos, y no solo de los seglares y profanos, sino tal vez aun de sus mismos cooperarios, llevó adelante la obra del Señor por veinticuatro años contínuos casi solo, y teniendo que justificar á cada paso, y demostrar por mil cami. nos diferentes la fidelidad de sus calumniados pimas y otras naciones que el padre descubria y preparaba al Evangelio. Escribió diferentes informes al rey y á los Sres. vireyes, al padre general y superiores inmediatos, todo á fin de conseguir operarios para aquella viña. Bautizó mas de cuarenta mil infieles, y hubieran sido diez tantos mas, si hubiera tenido algunas esperanzas de poderlos proveer de ministros que los

conservasen en la fé. Caminó muchos millares de leguas en repetidos viages: visitó tantas naciones, formó y redujo á vida política tantas rancherías, que como escribe el autor de los Afanes apostólicos, todos juntos cuantos celosos obreros ha tenido la Pimería en mas de cincuenta años despues de su muerte, apenas han podido poner en corriente la tercera parte de los pueblos, tierras y naciones que aquel varon apostólico habia atraido, cultivado y dispuesto para sujetarse al yugo del Evangelio.

Este es un rudo bosquejo de las esteriores ocupaciones del padre Kino; pero en medio de las contínuas fatigas á que lo estimulaba su celo, ¿quién podrá referir los interiores actos de virtud con que se hizo tan digno instrumento de la salvacion de muchas almas? En todo el tiempo de misionero no se le conoció mas cama que dos saleas, una frazada grosera por abrigo, y por cabecera una albarda. Este era el lecho en que despues de tan largos y penosos viages, aun en las mas fuertes enfermedades, y al cabo de setenta años de edad, tomaba apenas un ligero descanso, y en que murió finalmente, no sin lágrimas de su buen compañero el padre Agustin Campos, testigo de tanta familiaridad (digo humildad, mortificacion y pobreza), La mayor parte de la noche ocupaba en la oracion, y cuando estaba en su partido de Dolores, era en la iglesia, donde asegura el padre Luis Velarde, su compañero, en los ocho últimos años que lo oia entrar todas las noches, y que por mucho que se desvelase, jamás lo oyó salir. Esta nocturna oracion acompañaba con una sangrienta disciplina que tal vez percibieron y refirieron asustados sus indios. Se le notó que mas de cien veces al dia entraba á hacer oracion al templo, á imitacion del grande apóstol de Irlanda, aunque toda su vida era una contínua oracion, y un contínuo rezo. Fué señalado del don de lágrimas, de que lo dotó el Señor no solo en el santo sacrificio de la misa, que jamás omitió, sino aun en el oficio divino que rezaba siempre de rodillas. Tenia contínuamente en los lábios los dulcísimos nombres de Jesus y María; así no es de admirar que aun cuando en su casa le decian injurias é improperios, respondiese con palabras suavísimas, y aun abrazase tiernamente al que le ofendia. Sus conversaciones eran siempre de Dios, de su Madre Santísima, de la conversion de los gentiles. Padecia frecuentes y agudas fiebres, de que se curaba con total abstinencia por cuatro ó seis dias. Aun fuera de estas ocasiones, su alimento era muy ténue y muy grosero, sin sal, ni mas condimento que algunas yerbas insípidas que to

maba con pretesto de medicinas. Toda esta dureza y austeridad consigo, la convertia en suavidad y dulzura para con sus indios, á quienes repartia toda su limosna y cuanto podia conseguir con su actividad é industria. Finalmente, era el padre Kino un perfecto ejemplar de misioneros apostólicos, y de quien se decia vulgarmente.... Descubrir tierras y convertir almas, son los afanes del padre Kino. Contínuo re10, vida sin vicio, ni humo ni polvos, ni cama ni vino. Habiendo concluido el padre Campos en su pueblo de Santa María Magdalena una pequeña capilla á honra de S. Francisco Javier, convidó al padre Kino para la misa de la dedicacion, á que concurrió gustosamente. La estátua del altar representaba al Santo moribundo. Cantando la misa se sintió el padre Kino herido de la última enfermedad, queriendo el Santo que descansase en su capilla el que tan perfectamente le habia imitado en los trabajos del ministerio apostólico,

Hemos propasado los límites de un elógio histórico en lo que hemos dicho de este grande hombre † llevados del dolor que nos causaba no hallar en nuestro menológio meinoria alguna de un varon tan insigne, y apenas algunas generalidades en las noticias de California, y Afanes apostólicos, que no bastaban para formar una idea tan grande como merecen sus virtudes. .

Por abril de este año, concluido el trienio del padre Antonio Jardon, Abrese el plicse abrió el pliego en que vino nombrado provincial el padre Alonso go en que es Arrevillaga. Algunos meses despues (el de agosto) desembarcó en vincial el panombrado pro Veracruz el padre Andrés Luque, enviado del padre general Miguel dre Alonso Arrevillaga y Angel Tamburini para visitar la provincia. A fines del año antece- desembarca dente habia llegado á México por sucesor del duque de Alburquerque en Veracruz el padre visiel Exmo. Sr. D. Fernando de Alencastre Noroña y Silva, duque de Li- tador Andrés nares, que hizo su entrada pública en 1. de enero de este año de 1711. Luque. Desde el tiempo de su antecesor habia llegado á México una cédula

del
rey despachada en 26 de julio de 1708, en que se mandaba apre-
tadamente pagar á la California la cantidad de trece mil pesos conce-
didos por las antecedentes cédulas, y proceder luego sin dilacion á la
junta, determinada tambien desde mucho antes. Esta cédula se ocul.

¡Padre Alegre! Está V. muy sobradamente disculpado: la bella pluma del traductor de Homero á nadie puede cansar, principalmente cuando se ocupa de tejer el elógio de varones tan ilustres que han civilizado y hecho en dias mas serenos la felicidad de esta América. ¡Oh! si ella fuera tan venturosa que pudiera volver á verlos en su seno para sacar todo el fruto posible de su independencia!!—EE.

Batalla de Campo Santo

tó cuidadosamente, de modo que no tuvieron de ella noticia alguna los jesuitas de Nueva-España. El duque de Linares, aunque muy afecto á la Compañía, y á la apostólica empresa de la California, como manifestó despues con el tiempo; sin embargo, no pudo sufragar en calidad de virey á las grandes necesidades que padecia aquella colonia. A los males que causaba la enfermedad y la falta de bastimentos se agregó este año el gasto inútil de algunos miles en la carena del barco el Rosario, que quedando peor de lo que estaba, al primer viage sin carga alguna se hizo astillas sobre las costas de la Nueva-Galicia. Este accidente obligó á emprender la construccion de otro nuevo, aunque fué mas infeliz, como veremos adelante.

El año de 1711 no será ménos memorable á la posteridad por la famosa batalla de Campo Santo, y por los primeros crepúsculos que co. menzaron á rayar de paz entre Felipe V y Cárlos III, llamado à la su cesion del imperio de Alemanía, que por los dos espantosos fenómenos acontecidos entónces. El primero, el de un eclipse casi total de sol que puso en gran consternacion los ánimos; y el segundo, el de un fuerte terremoto que sucedió el dia 16 de agosto. Et Illmo. Sr. D. Pedro Nogales, obispo de la Puebla, valiéndose del saludable temor que estas señales prodigiosas habian infundido á su rebaño, pidió á los padres rectores de los colegios por aquellos mismos dias una mision, cuyos ejercicios autorizó tal vez con su presencia el mismo ilustrísimo. Destinó su señoría para ellos su Iglesia Catedral, y tres parroquias con los dos colegios. En los corazones ya sobrecogidos de terror, hallaba la divina palabra un terreno muy dispuesto para copiosísimos frutos de penitencia, en confesiones, comuniones, restituciones de créditos y haciendas, reconciliaciones de enemigos y demas buenos efectos que jamás deja de producir la prudencia del puro y sencillo Evangelio. Eran en la misma ciudad muy célebres y provechosas por este tiempo las exhortaciones y pláticas que acompañado de algunos de nuestros jóvenes estudiantes hacia por las calles y plazas el humilde y devoto padre José de Aguilar, de quien haremos á su tiempo la debida memoria. En este año, á 25 de abril, falleció en Ciudad Real (de Chiapas) el padre Miguel padre Miguel de Castro de treinta y cuatro años de edad; corta vida, pero en que supo darse prisa para acumular muchos méritos; hombre de rara suavidad de costumbres, y de tanta pureza de conciencia, que se persuadieron sus confesores, no haber perdido la gracia del bautisLa mayor parte de su vida religiosa ocupó en aquella ciudad en

Muerte del

de Castro.

mo.

señando á los niños los primeros rudimentos de la gramática, é infundiéndoles al mismo tiempo un grande amor á la virtud, que les hacia fácil con su ejemplo, y suave con la tierna devocion que les inspiraba ácia la Santísima Vírgen, Habiéndose padecido en los últimos años en que cuidaba una hacienda de cacao grande necesidad en todos aquellos campos por la continuacion de la langosta, el buen padre, contento con un alimento grosero y escaso, repartia á los pobres cuanto se le enviaba del colegio, y agradeciendo á los padres su caridad, escribia que no cuidasen de él, sino solo en proveerlo de hóstias para el santo sacrificio. Era admirable su modestia virginal, aun á los mismos seculares, y no pocas veces llegaron á decir con gracia, que el padre Castro por no ver el rostro de una muger de las que desgranaban el cacao, dejaria robarse la cosecha. Conforme á esta opinion era la que en todo el contorno se tenia de su santidad. El religioso párroco de aquel partido, que le veneraba singularmente y que le administró los últimos Sacramentos, le hizo en su cabecera un entierro tan solemne, cuanto permitia el pais, diciendo que lo hacia por ser un hombre santo y merecedor de mayores, honras.

9

El Exmo, duque de Linares en México habia comenzado desde luego á dar un grande espécimen, no ménos de su integridad y magnificencia, que de su cristiana piedad. Sabiendo que á la ilustre congregacion del Salvador; fundada muchos años antes con autoridad apostólica en nuestra Casa Profesa, estaban anexos ciertos ejercicios para alcanzar del Señor la gracia de una buena muerte, y que con las muchas otras ocupaciones de aquella congregacion habian, notablemente descaecido, se empeñó en restablecerlos con el mayor ardor. Con la asistencia personal de su excelencia, de los reales ministros, y á su ejemplo, de otras muchas personas de respeto, creció tanto el fervor, que para sostenerlo y llevarlo adelante, fué necesario el año de 1712 señalar dos nuevos sugetos que se hicie hicieran cargo de las pláticas de todos los viernes del año, y solicitar de N. M. R. P. general Tamburini ereccion de una congregacion distinta y separada de la del Salvador, Ereccion de u como se consiguió efectivamente poco despues, y permanece hasta el na nueva con gregacion en dia de hoy. Con las piadosas limosnas del excelentísimo y de otros la Casa Probien hechores, se dotaron cincuenta y una misas cantadas los viernes del año, y se hizo un costoso retablo, se impusieron tres capellanías de seis mil pesos para que ningun dia faltase misa en el altar de la congregacion, y se fincaron las fiestas de la Invencion, Triunfo

para todos fesa.

1712.

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