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y Exaltacion de la Santa Cruz, que por muchos años fué la principal de la congregacion, hasta ahora poco que se trasladó á mayo. De los mas devotos ejercicios de los congregantes, son las tres horas del viernes santo, y el viernes de retiro cada mes, en que con una prudente distribucion, vacan á la leccion y meditacion de alguna de las eternas verdades. Para ejercicio de su caridad, tomaron á su cargo despues de algunos años por los de 1730 la casa real de Arrepentidas de Santa María Magdalena de Hormigos, donde no pocas veces entre año llevan el alimento á las recogidas con notable edificacion. Fué el primer prefecto secular de ella el Exmo. Sr. duque de Linares, digno por cierto de que aquella congregacion conserve aun su retrato como de benefactor y fundador sobre la tribuna vecina á su retablo titular. *

Lo restante de la provincia y las misiones de gentiles en todo este año de 1713 se ejercia tranquilamente con los contínuos y fervorosos ministerios de nuestro instituto santo. El padre Andrés proseguia pa. cíficamente su visita; lo que únicamente hubo por este tiempo digno de memoria, fué la traslacion de todos nuestros estudiantes teólogos al colegio de S. Pedro y S. Pablo. En el de S. Ildefonso de la Puebla se dictaba promíscuamente la filosofia y teología á los jóvenes jesuitas como en el colegio máximo, Habiendo ordenado el padre visitador por justos motivos de paz, que no se admitiesen á cursar teología en el colegio de México estudiantes seglares, determinó que en S. Ildefonso no se dictase á los nuestros sino solo filosofia, y la teología en el colegio máximo, de dónde fuesen cada año á Puebla dos padres de cuarto año para sustentar los actos con que se acostumbran abrir y cerrar nuestros cursos, como se practica hasta el presente. No fué tan permanente otra aun mayor novedad que por orden del padre general Tamburini se habia comenzado á practicar en nuestra escuela. Reconociendo su paternidad la grande utilidad del estudio de los sagrados cánones, y cuanto así para el ministerio del confesonario, como para las privadas consultas se necesita despues de este subsidio y doctrina, tan propia de toda persona eclesiástica, habia mandado que en el colegio máximo de México, y lo mismo proporcionalmente en las demas pro

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* La cara imágen de este varon respetable, se conserva hoy 7 de octubre de 1840, en la portería de Santa Teresa la Nueva, de cuyo convento fué magnánimo bienhechor. Las instrucciones que dejó al virey, su sucesor, muestran que no era fanático sino cristiano y político, y que conocia al mundo. Se sepultó en el Cármen de México.-EE.

vincias, fuera de las cuatro cátedras de teología, que comprenden la es colástica, moral y espositiva, se leyese otra que se llamó cátedra canó, nica, ó de sagrados cánones. Llevaba ya de impuesta algun tiempo, cuando cumplidos los seis años, deterininó el padre visitador Andrés Luque convocar para el mes de noviembre congregacion provincial. En ella, siendo secretario el padre Matias Blanco, fueron elegidos procuradores el padre Pedro Ignacio de Loyola, el padre Antonio Figueroa Valdés, y en tercer lugar el padre Juan Antonio Oviedo. Los vocales de la congregacion, entre otras cosas, suplicaron rendidamente al padre general, que atendida la antigua costumbre de nuestra provincia, se dignase apartar aquel estraño profesor: que el maestro, á cuyo car. go está la cátedra de moral, siguiendo el estilo de Lugo, Aroz, Molina y otros célebres autores jesuitas, no trataban las materias morales sino sobre el sólido cimiento de los sagrados cánones: que nuestros estudiantes sacaban de sus lecciones un fondo suficiente para defender en los actos anuales de todo el dia, seis títulos canónicos, con tanta instruccion de uno y otro derecho, que la hacian admirar no pocas veces los mas hábiles profesores de la jurisprudencia: que con esto se satisfacia sobradamente á lo que prescribe nuestro instituto, y á lo que su reverencia pretendia, y que tan lejos se estaba en la provincia de carecer del todo de las noticias del derecho, que antes el demasiado empeño, inclinacion y proligidad de algunos maestros de moral en México y Puebla, habia hecho sospechar al antecedente padre visitador Manuel Piñeiro, si habia en esto algun exceso digno de correccion. Estas razones confirmadas con el testimonio del mismo padre visitador Andrés Luque, movieron al padre general á sobreseer en el asunto y á mandar en sus respuestas á la congregacion, dadas despues en 16 de noviem. bre de 1717, que suprimida la nueva distinta cátedra y profesor canónico, la provincia observase su antiguo estilo.

En el mismo dia 4 de noviembre en que se hizo la eleccion de procuradores, falleció el padre Miguel Castilla, que actualmente gobernaba el colegio de S. Pedro y S. Pablo: los padres procuradores, por la detencion de la flota no pudieron hacerse á la vela hasta principios de marzo de 1715.

Entre tanto, en la California se pasaba con bastante incomodidad. La epidemia proseguia haciendo considerables estragos. La contínua fatiga en la asistencia de los enfermos, junto con la escasez y grosería de los alimentos, rindió finalmente á los misioneros. Los padres Ma.

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1714.

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misma causa.

yorga y Basaldúa hubieron de salir á mudar de temperamento á las costas de Sinaloa. El padre Peralta pasó á la Nueva-España por la El padre Juan de Ugarte estaba en Matanchel asistiendo á la fábrica del nuevo barco. El padre Piccolo, despues de reducido á los postreros términos de la vida, recibidos ya los últimos Sacra. mentos, mal convalecido aún, volvió con mayor esfuerzo á sus tareas apostólicas. Demarcó en las rancherías de Cadegonio al Noreste de Santa Rosalía, y ácia la costa del mar un sitio proporcionado para el establecimiento de una mision que efectivamente se fundó algunos años adelante con el nombre de S. Ignacio. El mayor trabajo de la colonia lo hacia la falta de barcos para la conduccion de todo lo necesario. A fines del año corriente de 1713, segun el errado juicio de los malos constructores, estuvo en estado de navegar el nuevo barco con el costo de mas de veintidos mil pesos. Embarcáronse en él los padres Clemente Guillen y Benito Guisi, destinados á la California, y el padre Jacobo Doyé que pasaba á Sinaloa. Luego que se hicieron á la vela, se comen. zó á conocer lo errado de la fábrica. El buque, sin obedecer al timon solo era una balsa ó casco que fluctuaba á discrecion del viento, ya á la una, ya á la otra costa del seno californio. En una de estas varó impetuosamente y se abrió por mitad con muerte de seis personas, y entre ellas el buen padre Benito Guisi. Los demas asidos al bordo de la popa escaparon con vida, y desatracando luego la canoa despues de dos dias de hambre y de trabajo contínuo, llegaron á dar fondo á la costa de Sinaloa, no léjos del pueblo de Tamazula, de donde socorridos llegaron á Guazave.

El padre Clemente Guillen á principios del siguiente año de 1714 partió para el Yaqui, de donde en la lancha S. Javier, único recurso que quedaba á la triste California, pasó á dar estas tristes noticias. Fué suma la consternacion de todos al verse sin barcos, sin géneros, sin bastimentos, y perdidos tantos costos inútilmente. Solo el padre Juan María Salvatierra, sin desmayar á tantos golpes, comenzó luego á tratar que se adjudicasen á la mision dos barcos del Perú, que poco ántes se habian dado de comiso. No fué dificil conseguirlos á poco precio de la piedad del Exmo. Sr. virey, duque de Linares, aunque poco despues les siguió la desgracia que á todos los demas.

Muy á los principios de este año se comenzó á tratar con calor de una nueva fundacion en la villa de Monterey, en el obispado de la Nueva.Galicia. Vivia en aquel lugar el piadoso presbítero D. Fran

cisco Calancha y Valenzuela, muy afecto á la Compañía de Jesus, y deseoso de emplear su caudal en bien de aquel pais, donde lo habia adquirido. Con este designio, de que habia dado parte al padre provincial Alonso de Arrevillaga, pasó el dia 10 de febrero á otorgar una solemne escritura de donacion inter vivos de una hacienda, de cuyos frutos se fabricase casa y templo, y se sustentasen algunos padres, y entre ellos uno señaladamente con el oficio de maestro de gramática. Añadia, si alcanzasen los bienes, un maestro de escuela, jesuita ó secular, y un lector de filosofia. Determinaba, en fin, que si por algun motivo se impidiese la dicha fundacion en Monterey, se vendiese dicha hacienda por mano de los superiores de la Compañía, y su precio se remitiese á la provincia de Andalucía, donde con los mismos cargos y condiciones, se fundase un semejante colegio ó residencia en la villa de Palma, lugar de su nacimiento. Aceptadas estas condiciones por el padre provincial, ínterin se obtenian las necesarias licencias, se mandaron allá por via de residencia dos padres encargados de reconocer la hacienda y el pais, y de ver como podian practicarse allí nuestros ministerios, y cumplirse con las bellas intenciones del fundador. Partió en efecto el padre Francisco Ortiz con otro compañero, que fueron recibidos con grande aprecio y estimacion de todo el lugar. Comenzaron, aunque con no pocas necesidades á ejercitar sus ministe. rios, bien que el de la lectura de gramática apenas pudo ponerse en planta por ser lugar de pocos vecinos, y que los mas procuran aplicar sus hijos al cuidado de las haciendas de campo.

Se intentó al año siguiente de 1715, añadir al colegio un Seminario con el título de S. Francisco Javier, obra á que concurrieron con donaciones de algunos fondos, D. Gerónimo Lopez Prieto y el Illmo. Sr. D. Manuel Mimbela, obispo de Guadalajara. Perseveraron los padres luchando con la escasez de las rentas, y poco favorables disposiciones del terreno, hasta ahora pocos años, que siendo provincial el padre Cristóbal de Escobar se desamparó enteramente.

En este año de 1715, el dia 4 de marzo, se hicieron á la vela en el puerto de Veracruz el padre visitador Andres Luque y los dos procuradores, aunque en distintos barcos de la flota, á cargo del general D. Juan Estevan Ubilla. Navegaban los padres con no leves presagios de la calamidad que amenazaba á aquel desgraciado convoy; sin embargo, no fué infeliz, aunque dilatada por mas de cuarenta dias, la navegacion al puerto de la Habana. Salieron de allí para España el 25 de

1715.

muerte de los

radores

nacio de Lo

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julio. A pocos dias, sin haberse aun desembarazado del canal por la lentitud con que navegaban en convoy, se hallaron acometidos de un recio temporal que á las cuarenta y ocho horas estrelló la capitana Naufragio y contra un escollo, con muerte de todos cuantos en ella estaban. Los padres procu. dos padres procuradores que habian logrado bien aquel tiempo de triIg- bulacion, animando á todos con el ejemplo y con la voz á fervorosos yola y Anto- actos de confesion, confesándose y previniéndose como otras tantas nio de Figue victimas destinadas irremisiblemente á la muerte. Sucedió el triste naufragio la noche del 31 de julio, día consagrado á los cultos de N. P. S. Ignacio. La urca en que navegaba el padre visitador Andres Luque, tuvo la fortuna de varar en la misma embocadura del rio Yo sobre arena, donde fuera de treinta y seis hombres, se salvó con el pa dre la mayor parte de la gente que pasó poco despues á la Habana.

roa y

Valdes.

Conoce con

luz profética

ro.

Mientras esto pasaba en el canal de Bahama, el padre Juan María el padre Sal. Salvatierra lo conocia y veía con soberana luz á las orillas del mar de vatierra esta California. Se le notó en aquellos dias un rostro afligido y macilendesgracia, y el nombra- to. Salía muchas veces á la playa, y con lamentos y contorsiones de miento de pro vincial del P. manos, arrebatado fuera de sí como que tenia presente algun horren. Gaspar Rode- do espectáculo, miraba ya á los mares y al cielo. No descubrió el misterio hasta que el mismo padre Salvatierra, escribiendo al padre Gaspar Rodero y tratándolo como á provincial (lo que seguramente no po. dia hacer sabido por la brevedad del tiempo) le dice cómo un viejo de California habia visto con mucho dolor el naufragio de la flota y la muerte de los padres. Añadia que pocos dias despues, yendo á celebrar por ellos la misa, se le habia aparecido el padre Francisco Arteaga, pro. vincial que habia sido, y poco antes difunto, diciéndole que ya, gracias al Señor, no necesitaba de aquellos sufragios, aunque el padre Loyola, por el tiempo que fué superior, se habia detenido algo mas en el purgatorio.

Hasta aquí la profética vision del padre Salvatierra que la misma série de los sucesos y de los tiempos autorizaba bastantemente. El naufragio habia acontecido el 31 de julio; la noticia llegó a México dia de la Presentacion de nuestra Señora, á 21 de noviembre; la carta del padre Salvatierra la leyó el padre Gaspar Rodero á algunos de los pa. dres el dia 5 de enero, víspera de la Epifanía. Era, pues, necesario que en poco mas de cuarenta dias hubiese ido la noticia de México á California, y venido la dicha carta de California á México, no habienotro camino por donde pudiera comunicarse. Dijimos que en dicha

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