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versas ocasiones. Los nueve últimos años de su vida, le probó el Se. ñor con acerbísimos dolores de piedra, ó le purificó, como decia el humilde padre, por otros tantos años que habia gobernado diversos colegios. En esta dolorosísima enfermedad, relució mucho mas su mor. tificación, su invencible paciencia y su íntima union con Dios, de quien jamás apartaba el pensamiento para buscar aun en un suspiro el me nor alivio de sus males. Falleció el dia 27 de noviembre de 1688. Aun los sugetos mas distinguidos y cuerdos de la república, le besaban de rodillas los piés en el féretro, y hacian otras demostraciones singu. lares de veneracion en testimonio de la sublime idea que tenian de sus virtudes.

Por estos mismos meses el padre Juan Bautista Zappa con su compañero el padre Juan Perez, de órden del Sr. arzobispo recorrian la sierra alta de Mextitlán con los pueblos de Atotonilco, Sta. Mónica, Zacualtipán, Tianguistengo y muchos otros lugares, minas y haciendas, administracion de los RR. PP. agustinos. Los celosos párrocos contribuyeron de su parte al feliz suceso de la mision, previniendo á sus feligreses, convidándolos y juntándolos personalmente para asistir á los Entre los demas se señaló singularmente el R. P. prior de Tlacolula, que no pudiendo pasar á su pueblo nuestros misioneros, juntó toda su gente, y caminando mas de quince leguas de un camino ás. pero, se vino al pueblo donde estaba la mision, para que no careciese de tanto bien su amado rebaño. Duró esta espedicion cinco meses, desde principios de octubre de este año hasta fines de febrero de 1689, en que las tareas de cuaresma llamaban los padres al colegio.

sermones.

Pasada esta fatiga, como los hombres verdaderamente celosos no tienen descanso, ni mas alimento que cooperar á la santificacion de sus prójimos, el infatigable padre Zappa trató de que en el mismo colegio Seminario de S. Gregorio se hiciese una mision para solos los indios. Comunicó su designio con el ilustrísimo y con sus superiores, y de acuerdo, se señaló para este efecto el mes de diciembre. No es ponde. rable el ardor y devocion con que aquellas pobres gentes trataron de aprovechar un tiempo tan precioso. Los párrocos de diversas órdenes de S. Francisco y S. Agustin, unidos en un mismo espíritu, y animados del mismo celo, venian en procesion de sus respectivas parroquias de Santiago Tlaltelolco, Santa María la Redonda, S. Pablo y S. José, cantando con sus feligreses por las calles la doctina cristiana; espectáculo que á los mas tibios sacaba lágrimas de ternura. Merece entre

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Mision en

Mextitlán y

en México.

1689.

Padre Daniel
Angelo Mar-

ras.

Congregacion provincial.

los demas particular memoria el R. P. Fr. Agustin Betancourt, del ór den de S. Francisco † y cura entónces de la parroquia de Sr. S. José, que con el esplendor de su vida religiosa, no ménos que con sus eruditos y piadosos escritos, tanto ilustró la Nueva-España y su provincia de México. No contento con asistir y animar con su ejemplo á los naturales, quiso entrar á la parte del mayor trabajo, predicando varios sermones en mexicano, con aquella misma elocuencia y espíritu que le adquirió en castellano tanta reputacion. En las cuatro iglesias de Santiago, S. José, S. Pablo y S. Gregorio, que señaló el ordinario para ganar el Jubileo, pasaron de treinta y siete mil comuniones de solos indios.

A 12 de setiembre falleció en la Casa Profesa el padre Daniel Angelo Marras, natural de Caller en Cerdeña, prepósito que habia sido de la misma Casa y rector del colegio del Espíritu Santo, despues de treinta años no interrumpidos de misiones. Fué siempre fervoroso y constante en el ejercicio de las virtudes, singularmente de la pobreza, castidad y paciencia, de que dejó ejemplos muy raros. Su vestido interior y esterior desde que fué á Sonora, era un sayal grosero y áspero que tejian los indios de su mision. La castidad declaró á la hora de la muerte no haberla jamás manchado con alguna culpa grave; ni desdecia esta confesion de la modesta y religiosa circunspeccion que todos habian observado en el padre; grande argumento, no ménos de su amor á la pureza, que de su celo, fué lo que le aconteció en su mision de Matape. Un alcalde mayor de pocos años trataba torpemente con una muger de la jurisdiccion del padre Daniel Angelo. El hombre de Dios se opuso á su torpe comunicacion con una libertad y fortaleza incontrastable. Su celo le acarreó la indignacion, no tanto del alcalde mayor, como de un religioso de cierto órden. Este, pensando adular á su amigo, descargó sobre el padre una cruel bofetada. Hincó el buen misionero las rodillas conforme al consejo de Jesucristo, y le ofreció la otra mejilla. Hubiera aquel mal religioso repetido el agravio si el mismo alcalde mayor, bañado en lágrimas de edificacion no le hubiese detenido el brazo; tanto es verdad, que un mal religioso es comunmente peor que un mal seglar, y que es mas abominable é irremediable la corrupcion, cuando la materia corrompida es mas noble y mas preciosa.

Para algunos dias despues del 15 de noviembre tenia convocada el + Escritor de la Historia de México, y digno de suave memoria.—EE.

padre Bernabé de Soto la congregacion provincial, que por indulto del padre general Cárlos de Noyele, se habia prorogado hasta los nueve años. Fué elegido secretario el padre Francisco Perez, y al 17 nombrados procuradores los padres Juan de Estrada, rector del colegio de S. Ildefonso de la Puebla, y José Tardá, rector del colegio de Oaxaca; por substituto de uno y otro, fué nombrado el padre Bernardo Roalndegui, rector del colegio de S. Luis Potosí. Entre otras cosas que se controvirtieron en esta congregacion, se suscitó la duda acerca de la donacion hecha al colegio de Valladolid por el Br. D. Roque Rodriguez Torrero. Dijimos ya como por los años de 1660 habia este piadoso eclesiástico ofrecido á la Compañía por escritura autorizada treinta mil pesos para la fábrica de aquella iglesia, y como su albacea y heredero el Illmo. Sr. D. Fr. Márcos Ramirez de Prado, sin embargo de protestar que no alcanzaban los bienes para cubrir las deudas del difunto, ofreció contribuir con algunos miles cada año de sus propios fendos hasta completar la cantidad prometida. Se prosiguió la fábrica con algun calor, hasta que finalmente por mútuo consentimiento del ilustrísimo y de la Compañía, hubo de rescindirse el contrato sin haberse verificado la entrega. En atencion á la escritura otorgada y constante afecto del Br. D. Roque Rodriguez, pareció al padre provin. cial Alonso Bonifacio que se le hiciesen en toda la provincia los acostumbrados sufragios. Con este motivo se dudó en la dicha congregacion, si en virtud de dicha escritura se le debian los honores de fundador, y si el padre general habia ó no aceptado la donacion y decretado los sufragios, y si caso de serlo debia ser tenido por fundador del colegio, ó solamente de la iglesia que habia intentado edificar. Estas dudas no provenian sino de la demasiada circunspeccion con que se habia procedido en tratar con el Illmo. Sr. D. Márcos Ramirez, sin que se presumiera desconfiar en lo mas mínimo de aquel tierno y constante afecto que profesó siempre á la Compañía. Nuestro padre general nunca confirmó la aceptacion del padre provincial por haber comenzado á vacilar luego el contrato, ántes de poderse avisar á Roma de la nueva obligacion del ilustrísimo. Sin embargo, el colegio de Valladolid agradecido á las piadosas intenciones de D. Roque Rodriguez, le reconocerá siempre como á su insigne benefactor, y con el retrato que conserva en su iglesia, recordará en todos los tiempos su cristiana liberalidad y constante proteccion.

La congregacion provincial de que íbamos tratando, que es en el ór

Division in

den la vigésima, es la primera en que hallamos entablada pretension tentada de la para con N. M. R. P. general acerca de la division de la provincia. En provincia. efecto, aunque no en congregacion provincial, era ya muy antiguo este deseo, y que cuarenta años ántes siendo provincial el padre Andrés de Rada, se habia juzgado ya necesario proponerlo á Roma, como lo ejecutó dicho padre, esponiendo en un pequeño libro las razones que favorecian esta pretension. En la ocasion de que tratamos, fuera de siete de los vocales, todos los demas convinieron en la necesidad de la division, aunque discordaron en el modo. La mayor parte, fué de sentir, que las capitales de provincia fuesen México y Guadalajara, dejando á esta segunda los colegios de Zacatecas, Durango, Sinaloa, con las residencias de Parras y el Parral, y todas las misiones septentrionales, A algunos de los padres parecia muy desigual esta division, y juzgaban mas oportuno que México y Puebla fuesen las dos capitales de provincia. A México le asignaban los colegios de Querétaro, Valladolid, Pátzcuaro, S. Luis de la Paz, Potosí, Guadalajara, Zacatecas, Durango, y las misiones del Norte. A la provincia de Puebla, dejaban los colegios de Tepotzotlán, Veracruz, Mérida, Oaxaca, Guatemala y Ciudad Real, en cuyo territorio tenian tambien bastante gentilidad en que trabajar los operarios, estando muy propenso el Sr. obispo á encomendar á la Compañía la reduccion de los lacandones, de que ya se habia tratado en otro tiempo. Con esta distribucion, â una y otra provincia le quedaba establecido noviciado y colegio de estudios sin nuevos costos que pudieran retardar su pronta ejecucion. Las grandes dificultades que se ofrecieron por entonces, desbarataron todo este hermoso proyecto; pero estas habian de aumentarse necesariamente con el tiempo, y tanto, cuanto con las nuevas fundaciones de nuevos y muy distantes colegios, se han aumentado tambien las causas que hacen necesaria la division.

Otros dos postulados.

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A este postulado se agregaron otros dos de bastante consideracion. En Guadalajara, á fin del año antecedente habia muerto el Lic. D. Simon Conejero Ruiz, canónigo de aquella Sta. Iglesia, dejando en su téstamento otorgado á 4 de noviembre de 1668 ante José Lopez Ramirez, catorce mil pesos, de cuyos réditos se sustentasen tres maestros, uno de filosofía y dos de teología que las enseñasen en aquel colegio, y el padre provincial Bernabé de Soto habia solemnemente admitido y aceptado dicha fundacion y dotacion por instrumento otorgado en la misma ciudad ante Miguel Tomás de Ascoide en 7 de enero de 1689,

Con esta ocasion pareció proponer al R. P. general Tirso Gonzalez, que su paternidad reverendísima se esforzase á conseguir del rey cató. lico D. Cárlos II real cédula, para que usando en dicho colegio de los privilegios pontificios, pudiesen darse en él los grados de bachilleres, licenciados y doctores, á los que cursasen nuestras escuelas del modo que S. M. lo tenia concedido en Sta. Fé, Manila y Mérida de Yucatán, Favorecia á esta pretension la distancia de Guadalajara á México, mayor de lo que requieren nuestros privilegios para ereccion de Universidad, la muy numerosa juventud de toda la Nueva-Galicia, Nueva-Vizcaya, Nuevo-México, que allí pudiera fomentarse, y á quienes por lo comun no sobran caudales para cultivarse en los estudios tan lejos de su pais. Alle, gábase el esplendor de aquella ciudad, cabeza de un nuevo reino, silla de un obispado y corte de una real chancillería. El padre general, aunque inclinado al principio, ofreciéndose despues mas graves nego. cios, no halló á propósito empeñarse en un asunto tan importante y de no pequeña dificultad. Se pretendió igualmente ya que no habia po. dido lograrse la ereccion de un nuevo asistente para las provincias de Indias Occidentales, como últimamente lo habia repugnado la décima. tercia congregacion general, que á lo ménos hubiese en Roma un sugeto de procurador de sus negocios para con el padre general y el padre asistente de España,

dor de

la

Pocos dias despues de celebrada la congregacion, á fines de noviem. Padre Salva. bre se abrió el nuevo pliego de gobierno en que venia nombrado pro- Puente. vincial el padre Antonio Oddon, y prepósito de la Casa Profesa el padre Salvador de la Puente, que sin tomar posesion de su oficio, falleció á 1. de diciembre. Fué rector de varios colegios y maestro de novi. cios seis años. Mostró no ménos la firmeza de su vocacion que el fervor de su espíritu, cuando siendo aun novicio, solicitado de su padre á salir de Tepotzotlán y volverse á España, desde donde habia venido á buscarle, no solo se mantuvo constante en la obligacion que habia hecho al Señor de sí mismo, sino que con la eficacia de sus razones le persuadió á dejar el mundo y entrarse á servir en la Compañía en el humilde estado de coadjutor, El padre Salvador fué hombre de muy alta oracion en que ocupaba por lo menos cuatro horas al dia, fuente de donde bebia mucha luz para la direccion de las conciencias, y para su propia perfeccion, estremado en la pobreza y en la circunspeccion y modestia virginal; virtud que premió Dios con suavísima fragrancia, que aun los niños inocentes percibieron de su cadáver.

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