Imágenes de páginas
PDF
EPUB

la sola brigada del coronel Champolon tuvo en cuatro minutos de tiempo, mientras que se desplegada ante las líneas enemigas, diez y siete caballos muertos y cuatro piezas desmontadas, según el informe de este oficial; cuando se sucumbe de este modo, se sucumbe con honor...... La tropa tenía un río á la espalda, y para pasarlo, dos ó tres puentes solamente á gran distancia, puesto que el general en jefe no había ordenado disposición alguna para echar puentes: así, no es extraño que habiendo sufrido tanto en el combate y siendo vivamente perseguida por un enemigo muy superior en número y que tenía de su parte todas las ventajas que pueden dar en caso parecido el terreno y las posiciones, una parte de la tropa se haya retirado en confusión; pero, lo repito, no fué más que el pequeño número, pues el resto de la división se portó como bravos y dignos defensores de la libertad. Las faltas más esenciales no han sido ciertamente las del soldado, que, cuando se le ha conducido bien, se ha colmado de gloria, como los de esta misma división lo hicieron al día siguiente, y el 22 de marzo en Pellemberg, según confesión propia de sus enemigos. No pretendo cubrir la vergüenza de los cobardes ni el imfame desorden de los pillajes á que se libró una parte de las tropas mandadas por malos jefes, y que ha podido empañar la reputación gloriosa que el ejército se había conquistado con tan justos títulos hasta esta época; pero la fuente principal de este desorden radicaba en el estado mayor y en el general en jefe que no aplicó los remedios necesarios, ó al menos, los que habíamos empleado hasta entonces para prevenirlos.

QUINCUAGESIMA-CUARTA.

¿Por qué no hizo Vd. prevenir acto contínuo al general en jefe de su retirada?

RESPUESTA.

Envié inmediatamente un ayudante de campo y dos ordenanzas para prevenirle, en tanto que recibía yo el mismo informe

de la retirada de las otras divisiones, por oficiales del estado mayor y por ordenanzas; tan pronto como pude tener una luz para escribir, hice mi informe muy detallado, que le envié con un correo acompañado de nuestros ordenanzas del ejército, para que pudiese llegarle lo más pronto posible.

QUINCUAGÉSIMA-QUINTA.

¿Que hizo d. para rehacer sus tropas dispersas, y adónde llevó Vd. su di visión?

RESPUESTA.

Las tropas que se hallaban en confusión, recibieron de mí la orden de rehacerse detrás de la ciudad de Tirlemout, donde se hallaban ya los primeros cuerpos desbandados. Por este medio se detuvieron todos en el sitio que yo les había indicado. Las divisiones bajo las órdenes de los generales Champmorin y Ruault recibieron la orden de venir á tomar la posición de Wommersom, y cinco batallones que llegaban de Louvain de tomar la misma posición bajo las órdenes del general Hiller, de igual modo que toda la caballería que se hallaba bajo mis órdenes.

QUINCUAGESIMA-SEXTA.

¿Qué día se reunió Vd. al general Dumouriez acampado cerca de Louvain?

RESPUESTA.

El 21 de marzo, después de haber recibido la siguiente orden: El cuerpo de ejército á las órdenes de los generales Miran› da, Chancel, Stéténow, y Egalité se formará en dos columnas; una pasará por la carretera y se retirará sobre las alturas › detrás de Louvain, donde se ha establecido el campo, y la » otra marchará por Lauwemhons, Corbeck, y Hawerté, donde » tomará posiciones detrás de Louvain, apoyando su derecha sobre el río Voir, y la izquierda hacia el bosque del pueblo.

» Firmado: el general en jefe, DUMOURIEZ.

[ocr errors]

» P. S. El movimiento se realizará á las once en punto, » y el general Miranda tomará el mando de estas dos columnas, » para mantener el orden en ellas.

» Firmado: DUMOURIEZ. >>

Debo observar que el mismo día, 21 de marzo, en que este general me confiaba el mando de todos estos diferentes cuerpos, me inculpaba cerca de los comisarios de la Convención nacional, á los cuales les hacía tomar la resolución de enviarme acto contínuo á la barra de la Convención para dar en ella cuenta de mi conducta, y cuya orden no me fué comunicada sino el 25 por la noche, cuando la retirada de las tropas se había efectuado bajo mis órdenes.

QUINCUAGÉSIMA-SÉPTIMA.

¿Qué hizo Vd. desde su reunión con el general Dumouriez hasta el momento en que se le requirió á Vd. para dirigirse á la barra de la Convención?

RESPUESTA.

Seguí día por día las órdenes del general en jefe, cuyos originales deposito en manos del Comité, habiendo mandado siempre la retaguardia, en la retirada del ejército, hasta el 23 á las diez de la noche en que el general me envió al campo de Bouvigni, debajo de Ath, el decreto de 21 de marzo, hecho en Bruselas por los comisarios de la Convención nacional en Bélgica, para presentarme en la barra de la Convención.

QUINCUAGESIMA-OCTAVA.

¿ Tenía Vd. noticias de las opiniones del general Dumouriez sobre los trabajos de la Asamblea?

RESPUESTA.

Sí; le of decir amenudo que la mitad eran imbéciles y la otra malvados, lo que produjo mi enemistad y rotura de relacio

nes; esto, unido á otras observaciones y hechos acaecidos desde su regreso de Holanda, motivó la carta que escribí con fecha 21 de marzo al ciudadano Petion, de la cual deposito copia en el Comité, y cuya carta envié en duplicado por dos correos á dicho ciudadano.

QUINCUAGÉSIMA-NOVENA.

¿Contestó á esa carta el ciudadano Petion?

RESPUESTA.

Habiéndome marchado el 25 de marzo, no recibí contestación alguna.

SEXAGÉSIMA.

¿Qué día llegó Vd. á París, é hizo Vd. en dicho día parte á algunos miembros de la Convención de los sentimientos antipatrioticos de Dumouriez ?

RESPUESTA.

Llegué á París el 28 de marzo á las nueve de la noche é inmediatemente mandé decir al ciudadano Petion que le suplicaba viniese á verme para un objeto de la mayor importancia; éste vino á mi casa acompañado del ciudadano Bancal, miembro de la Convención nacional; les dije que Dumouriez era un traidor, y que creía quería marchar sobre París con el ejército; que previniesen á los Poderes constituidos para evitar el mal que amenazaba á la república; que temía mucho, en el momento en que hablaba, no se hubiese arrancado la máscara haciendo estallar la conspiración, puesto que me había asegurado positivamente en nuestras últimas entrevistas que no pondría jamás los piés en Francia, y que yo le había dejado en la frontera..... Yo me proponía hacer esta exposición exacta á la Convención nacional al día siguiente de mi llegada, y á este efecto escribí al Presidente pidiéndole ser admitido en la barra; pero no habiendo podido obtener mi admisión, apesar de

haberme presentado todos los días, me decidí á publicarla una memoria impresa que contiene todos estos hechos.

SEXAGÉSIMA-PRIMERA.

¿Sabe Vd. si los ciudadanos Petion y Bancal hicieron llegar á la Convención nacional las declaraciones de Vd. que eran de tan grande importancia?

RESPUESTA.

El ciudadano Petion me informó que las había comunicado inmediatamente al comité de la defensa general, y en cuanto al ciudadano Bancal, que salió en dirección á la frontera, no le he vuelto á ver desde entonces.

SEXAGÉSIMA-SEGUNDA.

¿Sabe Vd. si el ciudadano que le acompaño á Vd. á París, y que servía bajo sus órdenes en el ejército, haya dado parte á algunos miembros de la Convención nacional de las traiciones de Dumouriez y de la luz que Vd. podía dar sobre estas traiciones, si hubiese sido Vd. oído acto contínuo en la barra?

RESPUESTA.

Sí; no teniendo conocimiento íntimo con ninguno de los miembros de la Convención nacional y habiendo sido informado por el ciudadano G. Dulac (que se hallaba á mis órdenes en la ausencia de mis ayudantes de campo) sobre la integridad del ciudadano Magnet, miembro de la Convención, á quien conocía íntimamente, le supliqué le hiciese esta confidencia, para que la comunicase á sus colegas y pudiesen remediar los males que amenazaban á la república por los pérfidos designios de Dumouriez.

SEXAGÉSIMA-TERCERA.

El general Dumouriez le dió á Vd. orden de hacer ejecutar

« AnteriorContinuar »