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Sus tentativas de evasión fueron infructuosas. La primera fracasó por faltarle la suma de trescientos duros. Pidiólos á un amigo suyo residente en Gibraltar, pero el amigo no se conformó con negarlos; denunció la tentativa y en virtud de la denuncia se aumentaron los rigores carcelarios.

A mediados de 1815 solicitó igual cantidad de otros amigos; pero el auxilio de éstos llegó á Cádiz cuando el plan de fuga se había frustrado comple

tamente.

En primero de marzo de 1816 escribió á sus amigos de Cádiz pidiendo la citada suma que guardaban ellos en calidad de depósito, y trescientos cincuenta duros más para concertar la evasión, porque « de otro modo decía él

perdido sin remedio». El viajecito preparado con bastante cuidado.

el

me considero

añadía está

---

No era el viaje á la prometida tierra de la libertad que se le había dispuesto con cuidado: era el viaje á ese país hospitalario de donde no se vuelve á sufrir las impiedades del destino, el que se le había preparado cuidadosamente por los sicarios del crimen, día por día, de cárcel en cárcel y de oprobio en oprobio.

En la noche del 25 de marzo sufrió un ataque cerebral, del cual no pudo convalecer, y á la una y cinco minutos de la mañana del 14 de julio devolvió

su espíritu al Creador y su cuerpo á la naturaleza. El criado y compañero suyo de infortunio refiere que no se permitió la celebración de exequias y que el cadáver fué conducido á la sepultura con todas las ropas de cama. ¡ Mísera mortaja del hombre que llevó dignamente en Francia, su segunda patria, los galones de general, y que legó á Venezuela, su patria nativa, el más alto ejemplo de abnegación y patriotismo!

DOCUMENTOS REFERENTES

Á LA

CAMPAÑA EN FRANCIA

I

CORRESPONDENCIA

(Traducida del francés)

El general Dumouriez al general Miranda.

Vouzier, 29 de octubre de 1792
(año I de la República).

Su amistad, mi querido Miranda, es mi más preciosa recompensa. Vd. es un hombre; y como encuentro tan pocos, el haberle conocido y el tratarle en el curso de mi vida, sosteniendo una correspondencia con Vd. cuando nos separan los acontecimientos, será una de las más gratas ocupaciones de mi vida. Nosotros nacimos para conocernos; pero á Vd. corresponde el mérito de nuestra intimidad, puesto que su sublime filosofía es la que nos ha reunido á ambos.

Le abraza á Vd. como hermano

DUMOURIEZ.

El general Dumouriez al general Miranda.

Lieja, 29 de octubre de 1792,
(año I de la República).

No dudé nunca, mi digno y respetable amigo, que dejase Vd. de tomar pronto esa ciudadela (Amberes) que hubiera costado uno o dos meses al famoso Labourdonnai. Le recomiendo á Vd. la estátua del duque de Alba; y espero destroce ese monumento de la tiranía mucho sentirá Vd. no poseer el original. Debe Vd. encontrar en dicho punto mucha artillería y municiones. Confío en Vd. para que el inventario se haga con la mayor exactitud; si encuentra Vd. piezas de á cuatro ó de á tres, con sus cajones y municiones, délas Vd. á aquellos de sus batallones que las necesitan, y lo restante, con su artillería de grueso calibre hágalo Vd. pasar por Malines, para que yo lo distribuya á los batallones de mi ejército, que carecen completamente de ello.

Ponga Vd. á Marassé en posesión de su mando. Lea Vd. con él la instrucción que le he dado para la abertura del Escaut, añadiéndole Vd. sus prudentes consejos. Espero que ya habrá llegado el teniente Muerson. Despache Vd. un vapor al bajo Escaut, dándole orden de regresar con aquellas de sus embarcaciones que no hagan demasiada agua. Examine Vd. mismo los grandes trabajos que haya que hacer para desembarazar el canal de este río, á fin de que los buques de comercio puedan subir por él aprovechese Vd., con su prudencia y energía ordinarias, de este servicio hecho á la ciudad de Amberes, estableciéndoles la comparación de la generosa conducta de los Franceses con la manera baja é infame del emperador José, quien después de haber declarado la guerra á Holanda, bajo el pretesto de la abertura del Escault, ha vendido ésta por siete millones de florines. Con esta comparación y mi memorial á los Belgas, la elocuencia republicana de Vd. los atraerá, por su propio interés, á los ver

daderos principios; y espero que esta ciudad, que era de las más fanáticas porque sus habitantes carecían de ocupación, llegará á ser uno de los más firmes apoyos de la república de los Belgas.

Ruego á Vd. diga á su ejército, de mi parte, que hasta ahora las circunstancias le han proporcionado una marcha sin obstáculos, y demasiado fácil para Franceses; que siento no hayan participado de nuestras victorias; que vamos á acercarnos, y que en adelante no recogeremos un laurel, sin que él comparta nuestros peligros. Por eso van á marchar de vanguardia, y, según el valor que han mostrado en la ciudadela de Amberes, estoy persuadido de que la ciudad de Ruremonde, que les encargo tomen, no se sostendrá mucho tiempo ante bravos republicanos. Dígales Vd. también que acabamos una vez más de combatir y vencer, el 27, antes de entrar en Lieja; que los enemigos han perdido mucha gente y muchos oficiales superiores, entre otros, el general Harray, que era uno de sus más hábiles. Esta nueva victoria colmará de alegría á su bravo ejército, y le hará desear de nuevo el que nos reunamos.

Abraza á Vd.

El general en jefe del ejército de Bélgica,

DUMOURIEZ.

El general Dumouriez al general Miranda.

Lieja, 30 de noviembre.

Le envío á Vd., mi digno amigo, al ciudadano belga Lami, coronel de ingenieros de Bélgica, para residir al lado del general Marassé, á petición suya, con el objeto de seguir los tra

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