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estimación. Empezaré, pues, sin más preámbulos, por dar razón de la vida y de las obras poéticas de D. José JOAQUÍN DE OLMEDO.

Aficionado yo de antiguo á las producciones de ingenios americanos que había conseguido ver; deseoso de hablar de ellas con el mayor conocimiento posible, pedí noticias de Bello y de Olmedo, hará cosa de veinte años, á mi buen amigo y compañero en la Real Academia Española D. José Joaquín de Mora, que los conoció y trató. Diómelas él, en carta de su puño y letra, del sabio rector de la Universidad de Chile, del insigne Andrés Bello, á quien celebran en todas partes honrándole con el título de príncipe de los escritores y poetas del Nuevo mundo. Al hacerlo así concluía diciéndome: «De Olmedo sé poco, y lo comunicaré en otra ocasión.» Desgraciadamente no pudo llegar esa ocasión, porque muy poco después del ofrecimiento que me hizo Mora una penosa enfermedad le llevó al sepulcro. Habré, pues, de contentarme con utilizar y adobar según se me alcance las noticias relativas á Olmedo que encuentro en la América poética (1), las que con

(1) AMÉRICA POÉTICA. COLECCIÓN ESCOGIDA DE COMPOSICIONES EN VERSO ESCRITAS POR AMERICANOS EN EL PRESENTE SIGLO. Valparaiso, 1846.-La biografía de Olmedo que precede á sus poesías en esta interesantísima colección, obra, según parece, del erudito literato D. Juan María Gutiérrez, no está firmada y ocupa menos de una página en folio.

tienen las biografías escritas por los hermanos Amunáteguis (1) y por el Sr. Torres Caicedo (2), las que más recientemente ha dado á luz en Bogotá D. Miguel Antonio Caro, infatigable en esclarecer con profunda erudición y buen criterio cuanto concierne á la vida intelectual de las Repúblicas hispano-americanas (3), y algunas que he podido allegar por otros conductos.

(1) JUICIO CRÍTICO DE ALGUNOS POETAS HISPANO-AMERICANOS. Santiago (de Chile), 1861.-Desde la pág. 17 á la 39 inclusive. (2) ENSAYOS BIOGRÁFICOS Y DE CRÍTICA LITERARIA. Paris, 1863. Tomo I: desde la página 112 á la 153.

(3) El curioso estudio de Caro se titula: OLMEDO. LA VICTORIA DE JUNÍN.-CARTAS INÉDITAS. Publicóse en los números 10, 12 y 14 de El Repertorio Colombiano, pertenecientes á los meses de abril, junio y agosto de 1879.

KON

II.

NOTICIAS BIOGRÁFICAS.

N la ciudad de Guayaquil, que en aquel tiempo formaba parte del Virreinato del Perú y ahora pertenece á la República del Ecuador, nació D. José Joaquín de Olmedo el año de 1784.

De sentir es que no sepamos ni el mes ni el día en que vino al mundo, por no haberse tomado los biógrafos americanos la molestia de inquirirlo (siendo para ellos cosa fácil), y que ni siquiera mencionen el nombre y calidad de los padres del insigne poeta. Que no debían éstos carecer de ilustración ni de algunos bienes de fortuna, muéstralo la circunstancia de haber enviado su hijo á que se educase en Lima. Allí estudió Olmedo en el Colegio de San Carlos y en la famosa Universidad de San Marcos. Allí hubo sin duda de aprovechar en

sus estudios y de comenzar muy pronto á sobresalir por su entendimiento, pues no bien entrado en la mayor edad le eligieron sus paisanos para representar á Guayaquil en las Cortes generales convocadas por la Regencia durante la cautividad del Rey, las cuales se reunieron en la isla de San Fernando á 24 de Setiembre de 1810.

Olmedo, como Bello, nació súbdito español. Formóse intelectualmente con arreglo á la disciplina escolástica española (menos deficiente de lo que él decía, y de lo que supone su encomiador Gutiérrez aludiendo á la educación literaria de la juventud en las universidades que fundamos en América), y dirigió sus primeros cánticos á dar fé de ardiente españolismo, de vivo amor al Trono y á la dinastía borbónica.

Para comprobarlo basta examinar el espíritu y la letra de la elegía titulada En la muerte de María Antonia de Borbón, Princesa de Asturias, escrita en Lima por Mayo de 1807, cuando el autor apenas contaba veintitres años. De esta composición, la más antigua que se conoce del vate del Guayas, dicen los Sres. Amunáteguis como subido encarecimiento, quizá excesivo, que es tal su mérito clásico «que ni Gallego, ni Lista, ni Quintana la habrían considerado indigna de ocupar lugar en la colección de sus

respectivas poesías (1).» Mal pudiera mozo de tan temprana edad componer versos capaces de competir con los de Quintana, Gallego y Lista, si no se apoyara en el sólido cimiento de bien encaminado estudio de las humanidades. La inspiración adivina mucho; pero si no afinamos y depuramos el gusto mediante una educación literaria elementalmente buena, será muy difícil atinar con la expresiva belleza de forma que sirve de esmalte al pensamiento.

Triste consecuencia de la injusticia que el choque de opuestas aspiraciones ó de encontrados intereses engendra siempre en los que luchan, es el afán con que unos y otros se obstinan en zaherir al adversario negándole toda bondad y cerrando los ojos para no ver lo que está más claro y patente. Sin esta enfermedad contagiosa, inevitable en épocas turbulentas, ¿comprenderíamos que se engañase á sí propio un hombre de las circunstancias de Olmedo, escribiendo de buena fé poco antes de morir (2): Yo mismo, en mi predilección por las letras humanas, que se ha tenido por una feliz disposición á la poesía; yo mismo sabría alguna cosa de tan agradables estudios y habría hecho algo de provecho, si, desde el colegio, hubiera

(1) JUICIO CRÍTICO antes citado, págs. 23 y 24.

(2) En carta que cita D. Juan María Gutiérrez al hablar de 01medo en el número 251 de El Comercio de Valparaiso.

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