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presto el correo, y como Miguel de Mora le detuvo ocho dias, llegó el otro sin son: que por decir verdad Pedro de Alcazoba tuvo cumplimiento conmigo y no se lo quise dificultar, porque me pareció cosa de poca substancia para reparar en ello; advertile solamente que no trujesen hombres de la guarda ni oficiales de Su M.a

Guzman lleva carta mia para el arzobispo de Toledo con disculpa de su tardanza y agradecimiento de la merced que le hace. V. m. le perdone si le importunare por mis cosas, que él es hombre activo, y déjame en cruel necesidad. Estoy aconostado á ir muy cevilmente, porque los portugueses son tan desordenados en estas cosas que no hay escudero que no lleve 50 criados, 50 digo sin faltar uno, y bastimento para 200. Yo querríame acomodar con lo menos que pudiese. Vuelvo al rey su honra por haber escripto en la pasada que sacaba con extorsion ducados á algunos mercaderes desta plaza; porque la verdad es que sí los pide resolutamente; pero libráselos con brevedad y seguridad.

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Del gobierno de esta provincia no se habla palabra, ni pienso que el rey lo quiere encargar al cardenal, y tambien me dicen que el cardenal no lo aceptára.

Los alemanes deben ser entrados, porque ahora me ha dicho Esteban Lercaro que tiene aviso de haber llegado veinte y dos urcas, que no pueden ser otras á mi parecer. Podrá ser que se sepa la verdad antes de cerrar el pliego para avisar lo cierto.

A Pedro Lopez le entró su mujer por la puerta, que se le vino de Flándes sin su órden con dos hermanicas mozas, que eran niñas cuando allá estábamos, y está el pobre hombre por despachar, aunque sacó una respuesta el otro dia, en que le libraban en buena consignacion un cuento de juro, y él viene á contentarse con pedir otras quinientas

mill maravedises en la misma parte, y no es esto la mitad de la deuda; y el otro mayor pedazo acepta donde nunca lo habia querido, porque no se paga, que es en la casa de la India. Será un muy ruin despacho, y aun le tiene en dubda.

Los alemanes son entrados: dícenme que tres mil, y que el coronel se llama Mos de Tanvergue; no tengo hasta agora mas noticia deste particular. El rey me dijo que si le dificultasen el pasar luego en Africa por refrescarse, los mandará alojar en Cascaes, que es un muy buen lugar. Tengo por cierto que no he de tener tiempo de proveerme de nada, y quedo congojadísimo: remediélo Dios como puede.

Mandará v. m. enviar el pasaporte de los perfumes y esteras que llevó el arriero, porque se le piden. Guarde y acreciente nuestro Señor la ilustre persona de v. m. como deseo. De Lisboa á 13 de mayo de 1578.- Besa las manos á v. m. su servidor-Don Juan de Silva.

Sobre.Al Ilustre señor mi señor Gabriel de Zayas, del Consejo de S. M.-Estado-Madrid.

Copia de carta original de D. Juan de Silva á Zayas, fecha en Lisboa á 16 de mayo de 1578.

Nombramiento de embajadores para Roma y la corte de Madrid -Disposiciones para emprender luego la jornada á Africa-Número de alemanes llegados á Portugal.

Archivo general de Simancas.-Negociado de Estado, legajo núm. 396.

ILUSTRE SEÑOR.

Este correo despacha Miguel de Mora (1) á Roma, y con él se envía licencia para venirse á Juan Gomez de Silva, que servia allí de embajador, y acá se ha nombrado et comendador mayor para Roma, y Fernando de Silva para esa corte. No me place el trueco, aunque Fernando de Silva es honrado caballero, y mas cortesano que el comendador mayor, pero nunca trató negocio, y es portuguesísimo cerrado, que son muy trabajosos y escriben mil impertinencias. Si él tuviera alguna plática del mundo, muy buen arte tenia para todo.

No hay que añadir á lo que llevó Guzman, sino que el rey se arde, y venida la gente que aquí se ha de embarcar no tiene que esperar. Los ministros le dan priesa, porque como tienen poco dinero, quieren mas aventurar á que el rey se vuelva brevemente de allá, que esperar que con la dilacion les venga encima una imposibilidad para no poder partir, porque les cortaria las cabezas, á manera de

(4) Dentro se halla copia del billete de Miguel de Mora, en portugués, que expresa las mutaciones que dice este párrafo.

encarecer segun está fogoso en la materia. Todavía me dicen que sacará los ciento y treinta mil ducados que últimamente ha pedido. Yo estoy con gran congoja cierto de ver el negocio tan adelante, y hallarme tan imposibilitado, y mayor la tengo de verme obligado á importunar á S. M.

Los alemanes son osterlines y holandeses y valones, y los menos deben ser alemanes. Dicenme que no llegan á tres mil: unos dicen que faltan trescientos, y otros mas de quinientos. Tambien me afirman que vienen algunos gentiles hombres de los Estados Bajos, tomándolo por expediente de no servir á S. M. ni á los rebeldes: no podrá el rey excusar de desembarcarlos. Díjome que los mandaria alojar en Cascaes, que es muy buen lugar, seis leguas de aquí. No dejarán de darle desgustos los pocos dias que los tuviere en tierra. Sabrosa jornada ha de ser esta, donde se lleva á cuestas la comida y la leña y el carbon; y los portugueses parte de bisoños, parte de vanos, hacen excesos en la provision, en la compañía de criados, en los aderezos y en todo. Nuestro Señor, ctc. De Lisboa á 16 de mayo de 1578.-Besa las manos á v. m. su servidorDon Juan de Silva.

Sobre de la carta.-Al Ilustre señor mi señor Gabriel de Zayas, del Consejo de S. M. y secretario de EstadoMadrid.

Copia de carta original de D. Juan de Silva al secretario Zayas, fecha en Lisboa á 16 de mayo de 1578.

Archivo general de Simancas.-Negociado de Estado, legajo núm 396.

ILUSTRE SEÑOR.

Olvidábaseme de decir á v. m. que el negocio de los mercaderes castellanos se ha despachado muy á su honra, y particularmente lo que toca á los Martinez y otras familias por quien S. M. intercedió. Sélo todavía en secreto, porque no se han pronunciado las sentencias, pero no hay dubda en ello, ni en que deben á v. m. su buen despacho, porque tuvieron tan fuerte contradiccion, que ha sido necesaria toda la merced que S. M. les ha hecho. Nuestro Señor, etc. De Lisboa á 16 de mayo de 1578.-Besa las manos á v. m. su servidor-Don Juan de Silva.

Sobre. Al Ilustre señor mi señor Gabriel de Zayas, del Consejo de S. M. y su secretario de Estado-En Madrid.

TOMO XL

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