Por la pureza del habla ...

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A. Garcia Santos, 1925 - 136 páginas
 

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Pasajes populares

Página 32 - Parece que los gitanos y gitanas solamente nacieron en el mundo para ser ladrones: nacen de padres ladrones, críanse con ladrones, estudian para ladrones, y, finalmente, salen con ser ladrones corrientes y molientes a todo ruedo, y la gana del hurtar y el hurtar son en ellos como accidentes inseparables, que no se quitan sino con la muerte.
Página 72 - ... espera, que en tornando a ser restituido al ocio ya perdido, luego verás ejercitar mi pluma por la infinita, innumerable suma de tus virtudes y famosas obras, antes que me consuma, faltando a ti, que a todo el mundo so[bras.
Página 39 - EL trueno horrendo que en fragor revienta Y sordo retumbando se dilata Por la inflamada esfera, Al Dios anuncia que en el cielo impera. Y el rayo que en Junín rompe y ahuyenta La hispana muchedumbre Que más feroz que nunca amenazaba A sangre y fuego eterna servidumbre: Y el canto de victoria Que en ecos mil discurre ensordeciendo El hondo valle y enriscada cumbre, Proclaman a Bolívar en la tierra Arbitro de la paz y de la guerra.
Página 50 - EL CIERVO EN LA FUENTE Un Ciervo se miraba en una hermosa cristalina Fuente; placentero admiraba los enramados cuernos de su frente. Pero al ver sus delgadas, largas piernas, al alto cielo daba quejas tiernas: — ¡Oh dioses! ¿A qué intento, a esta fábrica hermosa de cabeza construís su cimiento sin guardar proporción en la belleza? ¡Oh, qué pesar! ¡Oh, qué dolor profundo! ¡No haber gloria cumplida en este mundo!
Página 39 - ... del precipicio altísimo: mil olas, cual pensamiento rápidas pasando, chocan y se enfurecen, y otras mil y otras mil ya las alcanzan, y entre espuma y fragor desaparecen.
Página 46 - EL SUEÑO Tres cabezas de oro y una donde ha nevado la luna. — Otro cuento más, abuela, que mañana no hay escuela. — Pues señor, este era el caso... (Las tres cabezas hermanas cayeron como manzanas maduras, en el regazo.) Las noches de oro, 1917.
Página 50 - Hablando de esta suerte el Ciervo, vió venir a un lebrel fiero. Por evitar su muerte, parte al espeso bosque muy ligero; pero el cuerno retarda su salida, con una y otra rama entretejida. Mas libre del apuro a duras penas, dijo con espanto: «Si me veo seguro, pese a mis cuernos, fué por correr tanto; lleve el diablo lo hermoso de mis cuernos, haga mis feos pies el cielo eternos.
Página 73 - EL CONCIERTO DE LAS CAMPANAS. (PARA MÚSICA.) Por un nacido allí imploran, Y aquí por un muerto lloran : Cuando allí tocando están ¡Din don, din dan! Tocan aquí en bronco són: ¡Din dan, din don! Allí un vivo, y aquí un muerto. A tan monstruoso concierto, Labrando mis goces van, ¡Din don, din dan!
Página 34 - Para y óyeme, ¡oh sol!, yo te saludo Y extático ante ti me atrevo a hablarte: Ardiente como tú mi fantasía, Arrebatada en ansia de admirarte Intrépidas a ti sus alas guía. ¡Ojalá que mi acento poderoso, Sublime resonando, Del trueno pavoroso La temerosa voz sobrepujando, ¡Oh sol!, a ti llegara Y en medio de tu curso te parara! ¡Ah! Si la llama que mi mente alumbra Diera también su ardor...
Página 123 - ... esmero y complacencia en el bien ajeno, aun a costa del propio, y por motivos puramente humanos", sino para la satisfacción de sus propios intereses.

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