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pios generales que normaran su conducta política, porque á pesar de estar investido de la suma de poder, era preciso que los Peruanos conocieran los límites dentro de los cuales queria ejercer su autoridad. Oigamos al mismo San Martin y á su hábil Ministro D. Bernardo Monteagudo exponer las razones de alta política que tuvieron para dictar con tanto apuro las bases de lo que denominaron, REGLAMENTO PROVISIONAL, que, propiamente hablando es la Constitucion política fundamental, aunque de carácter muy provisorio; dice: "Encargado de restituir á esta vasta parte del Continente Americano su existencia y sus derechos, es un deber mio consultar sin restriccion todos los medios capaces de contribuir á aquella grande obra. Aunque la victoria hiciese una estrecha alianza con mis armas, quedaria sin embargo un peligroso vacio en los empeños que he contraido, si no me anticipase á preparar los elementos de la reforma universal, que ni es posible perfeccionar en un dia, ni es justo de diferir enteramente bajo ningun pretexto. Los sucesos mas brillantes de la guerra, y las empresas mas gloriosas del génio de los hombres, no harian mas que excitar en los pueblos un sentimiento de admiracion mezclado de zozobra, si no entreviesen por término de todas ellas la mejora de sus instituciones, y la indemnizacion de sus actuales sacrificios. Entre el escollo de una reforma prematura, y el peligro de dejar intactos los abusos, hay un medio cuya amplitud señalan las circunstancias del momento y la gran ley de la necesidad. Cualesquiera que sean las dificultades que se presenten al adoptarlo, es preciso tener un grado de coraje superior á ellas, y hacer el bien con firmeza y con generosidad, para iniciar la importante obra que el tiempo consolidará mas adelante.

"Sobre estos principios y á fin de atender los diversos objetos que en el nuevo órden de cosas hacen inevitable el cambiamiento de la administracion, para no dejar en la incertidumbre y sin sistema las autoridades, y expuestos los derechos particulares á los riesgos de una jurisdiccion indefinida, ó á la falta absoluta de recursos que suplan las formas suprimidas por la necesidad: he resuelto establecer el siguiente Reglamento, usando de las facultades que en mí residen, y consultando el derecho que tienen los pueblos al establecimiento de aquellas reglas de que penden el órden y la seguridad personal, el cual debe emanar en todas circunstancias de la suprema autoridad que existe de hecho, aun prescindiendo del derecho en que se funde: por tanto, y con la expresa calidad de provisorio, movido del interes público, y autorizado por esa imperiosa ley, que solo deja eleccion en los medios y no en su objeto; declaro y establezco", la organizacion política del Perú del siguiente modo. [Cat. núm. 97. I.]

El territorio poseido por el Ejército Libertador lo dividió en cuatro Departamentos: Trujillo, despues Libertad, Tarma, hoy Junin, Huaylas y Departamento de la Costa; este constaba de las provincias de Santa, Chancay, y Canta. Cada Departamento era gobernado por un Presidente; cada Partido, hoy provincia, por un Gobernador, ántes Subdelegado, y

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GAMARRA SE HACE CARGO DE LA DIVISION DE ALDAO.

los Distritos por un Teniente Gobernador. Entre las atribuciones de los Gobernadores estaba el conocer en todas las causas civiles y criminales como Jueces, con asesoria de letrado en ciertos casos y con la condicion de consultar ó remitir las causas criminales al mismo San Martin, como Capitan general, para su aprobacion: así mismo tenían jurisdiccion en causas de hacienda. Se crearon Agentes fiscales en los Departamentos para que intervinieran en los negocios del fisco y vigilar á los empleados. Las sentencias, en asuntos de hacienda, eran apelables ante la Junta superior de hacienda compuesta de la Cámara de apelaciones y dos Ministros del Tesoro público. Se estableció una Cámara de apelaciones en el Departamento de Trujillo. Este Tribunal era compuesto de un Presidente, dos Vocales y un Fiscal: se le facultó expresamente para que formase el Reglamento interior de Tribunales y para que propusiera los demas empleados subalternos. Sus atribuciones eran las mismas de las Audiencias, pero no podia entender en causas cuyo valor excediera de quince mil pesos, las cuales se reservaba á los Tribunales que estableciera el Gobierno central. Los recursos conocidos en el Derecho por injusticia notoria se interponian y resolvian ante el Capitan general con dictámen del Auditor. El Capitan general se reservaba así mismo el conocimiento de las causas de infidencia, traicion, espionaje, y atentado contra el órden de autoridades constituidas: tambien reasumió el derecho de patronato, y el de vice-patronato, se dió á los Presidentes de los Departamentos. La jurisdiccion eclesiástica no sufrió alteracion. Las causas civiles y criminales del fuero comun, se sustanciaban como ántes. Se decláraron vigentes todas las leyes, ordenanzas y reglamentos que no se opusieran al nuevo órden de cosas. Los funcionarios públicos quedaban sometidos al juicio de residencia. [Cat. núm. 97. I.] Desde entónces [12 de Febrero] principió á formarse una sembra de Gobierno en el nuevo órden de cosas, centralizando los asuntos en un Jefe, pues solo así podia conseguirse dar influjo á su autoridad, á fin de que todos los elementos sociales confluyeran á un mismo fin.

LA DIVISION que el infatigable Aldao formaba en la Sierra, y á la cual deseaba darle el aspecto de ejército, llamó la atencion de San Martin, pues veia en ella la base de un ejército de reserva y un apoyo para sostener el espíritu patriota manifestado por los habitantes de esas provincias, que aunque fueron batidos no pudieron ser dominados. El Coronel Don Agustin Gamarra gozaba de crédito como jefe instructor y organizador, á esto se agregaba la circunstancia de que su influjo en la Sierra y principalmente en el Cuzco su país natal, fomentaria el espíritu de insurreccion; estas fundadas consideraciones pesaron en el ánimo de San Martin para darle el mando de esos destacamentos, y tanto por esta razon cuanto por satisfacer las repetidas instancias de Aldao, en la órden general, dió á conocer la caballeria con el nombre de Granaderos á caballo del Perú, y la infanteria con el de Leales del Perú. Aldao recibió el nombramiento de Teniente Coronel y se le dió el mando de la

caballeria, honrosa y digna recompensa al Jefe que fué el primero que en el Perú creó cuerpos que formaban parte de su ejército. [Cat. MS. núm. 540.] Con tal destino salió Gamarra del cuartel general de Huaura el 24 de Febrero, llevando de su segundo al Teniente Coronel D. Leon Febres Cordero, que se pasó en clase de Capitan de Numancia, y al Teniente Coronel D. Juan Baustista Eléspuru, y un cuadro de oficiales y soldados para que mandaran la infanteria: entre los oficiales aparece el nombre del Capitan D. Blas Cerdeña, quien perteneció al batallon Numancia. Era Gobernador de Pasco el Teniente Coronel D. Manuel Rojas, natural de Buenos Ayres, que sirvió de segundo Je fe en la primera campaña de Arenales. [Cat. MS. núm. 225.]

El Coronel D. Agustin Gamarra fué poco feliz, pues no correspondióal crédito de que gozaba ni á la esperanza que se tuvo al darle la comision. Desde que llegó á Jauja, confiando en avisos y sin asegurarse de su verdad, creyó que una columna enemiga se hallaba cerca de Pasco, y sin mas motivo quiso retirarse inmediatamente, mas á los tres dias se desengañó que esa fuerza solo consistia en un batallon de Monet que habia salido de Lima á Yauyos con el objeto de colectar víveres y ganado. Tranquilizado con este aviso, procuró organizar la tropa para darle alguna disciplina; no era fácil que consiguiera su objeto porque toda aquella gente estaba acostumbrada á pelear sin órden; á emprender hoy sus correrias y retirarse al dia siguiente á sus labores domésticas; un dia se contaba con mas de mil hombres y al siguiente no podian reunirse ni doscientos. Gamarra no se habia educado para esta clase de campañas, en las que se necesita génio aventurero, valor á toda prueba y gran constancia y firmeza para suportar las fatigas de una vida errante, y sobre ponerse á los contrastes que de continuo sufren los guerrilleros: carecia de esas cualidades y su saber y experiencia hubieran sido mas provechosos para formar una division sobre cuadros de gente veterana. Así lo conoció él, y al mismo tiempo que iba abandonando terreno, y sin querer aventurarse á reconocer personalmente las fuerzas del enemigo, pedia á San Martin que le mandara un cuadro de 300 veteranos para organizar la division.

Emprendió la retirada desde Jauja sin ser hostilizado, y sin em-. bargo el mismo se asombraba de los muchos trabajos que habia pasado y de haber podido conservar hasta allí 440 hombres de infanteria, 130 de caballeria y 30 de artilleria. Pensó retirarse hasta Oyon, pero conociendo lo importante que era mantener el Cerro de Pasco y sabiendo que estaba en marcha el batallon Cazadores al mando de su Comandante D. José Maria Aguirre, permaneció allí, dándole órden de que se le reuniera: este observó que el marchar á Pasco atravesando la cordillera era perder su tropa, formada en gran parte de los combalecientes; que necesitaba descanso y prepararse con ropa: que hallándose el enemigo en Jauja no habia temor de ser inmediatamente atacado; tampoco era prudente el buscarlo, supuesto que reunidas ámbas fuerzas siempre eran

inferiores en número y calidad á las de los realistas, y desde que no se podia ni atacar, ni resistir debia pensarse con anticipacion en retirarse. [Cat. MS. núm. 230.] En vano el Gobernador D. Miguel Otero le escribia que no apresurase tanto su retirada; que la division de Valdez podia ser cortada y batida, pues tenia que forzar el paso del rio y era muy fácil el defenderlo con ventaja; y si se conseguia esto se veria obligado á marchar desde Yauli hasta Iscuchaca, no quedándole entónces mas recurso que unirse con Ricafort para venir por Huancayo, lo cual exijia lo menos doce dias y mientras tanto bastaba retirarse una jornada de Jauja para estar libre de peligro. Pero Gamarra solo pensó en retirarse de Jauja, y estando en Pasco, supo con evidencia la reunion de Valdez con Ricafort, y al ver sus movimientos se convenció de que no tenian mas objeto que sacar ganado y reclutas para llenar las bajas considerables del ejército de Lima y aliviar su hambre. [Cat. MS. núm. 227 á 229.]

Gamarra recibió en Pasco, 14 de Abril, la órden de San Martin fecha 9 del mismo para no comprometer ninguna accion hasta que llegara otra divison que unida á la suya debia obrar con toda seguridad. Esta órden de ningun modo podia salvarlo de la falta en que incurrió al dejar Jauja y demas pueblos y emprender su retirada antes de que se hubieran unido las fuerzas de Valdez y Ricafort, y sin haber intentado la menor resistencia, ni aun de sus guerrillas: llegó hasta Pasco, y no tardó en salir y repasar la cordillera, perdiendo así gran parte de la fuerza y elementos de guerra que recibió de Aldao; y lo que es peor haciendo desmayar la opinion de los patriotas. Una avanzada de 100 hombres fué sorprendida por Ricafort, y se perdió completamente, muriendo siete, herido su capitan y disperso el resto. Estos contrastes y los simples avisos de la aproximacion del enemigo lo decidieron á retirarse hasta Oyon, perdiendo con su crédito, la gente que se le confiara. Por mucha que sea la indulgencia con que se quiera juzgar la conducta de Gamarra en esta vez, siempre se le encontrará culpable por temor, ignorancia ó decidia.

RICAFORT que habia regresado á las provincias de Huancavelica y Jauja, no pudo ser apoyado, por el natural desórden que nace siempre que se intentan ó ejecutan cambiamientos tan notables como los que tuvieron lugar en la Capital. Felizmente para Ricafort sorprendió á las tres de la mañana del 3 de Marzo á una partida de caballeria de Aldao situada en Concepcion, pueblo distante seis leguas al Sur de Jauja á orilla derecha del Rio, matándole cuatro hombres y tomándole una pieza de á cuatro y vários prisioneros. Con este pequeño triunfo, pudo continuar hasta Iscuchaca. [Cat. MS. núm. 226.] Los pueblos del partido de Huarochirí y Yauyos tambien se hallaban insurreccionados é impedian que fueran recursos á Lima. En vano Monet con proclamas y amenazas los queria seducir, pues Aldao contaba todavia con bastante gente, que con infatigable teson no cesaba de armarla y disciplinarla lo mejor que podia. [Cat. MS. núms. 91.]

EL NUEVO Virey no abrigaba las mismas ideas que su antecesor; ni en principios de política ni en el plan de campaña: no creia de gran importancia la ocupacion de Lima; juzgaba preferible bajo todos aspectos apoderarse de todo el interior del Perú haciendo allí el centro de sus operaciones, porque el país le proveia de abundantes recursos para aumentar el ejército y mantenerlo mientras vinieran de España los auxilios que había pedido. Estas ideas y el peligro en que estaba la division de Ricafort le sirvieron de base para sus operaciones y planes posteriores. De pronto ordenó que el Coronel Valdez, Jefe de Estado Mayor, saliera el 25 de Marzo de Aznapuquio al mando de 1,200 hombres para que unidos á los de Ricafort pudieran contener las provincias de la Sierra.

Valdez pudo reunirse con Ricafort en la banda occidental del Rio de Jauja sin ninguna oposicion; pero en este punto se encontró con la falta de puentes, porque los indios los habian cortado y se preparaban en la otra orilla á impedir el paso. Ricafort arriesgando todo se resolvió á vadearlo con su caballeria, y al ver los indios este acto de valor y arrojo abandonaron el puesto; pasó la tropa de Ricafort, restableció el puente de Concepcion, por donde pudo pasar fácilmente la tropa de Valdez, y continuó persiguiendo á los indios que lo esperaban á pié firme en el puente de Ataura. Mas de 4,000 de estos infelices que no contaban con mas armas ni saber que su arrojo, fueron arrollados completamente y muertos por centenares, mientras que los españoles casi no perdieron gente, pues no fueron atacados sino con piedras. Despues de esta carniceria, pues no puede llamársele de otra manera, continuó Valdez por Tarma á Pasco, y de allí bajó á Lima donde se preparaba un vasto plan de operaciones. En el tránsito de Pasco á Lima, fué atacada la division de Valdez y Ricafort por los guerrilleros Vidal, Quiros, Elguera y Navajas, en Quiapa cerca de Canta, el 2 de Mayo. Aqui no pudo ser tan feliz como ántes, porque tuvo que habérselas con gente mas ejercitada y mejor armada. Una compañia entera del acreditado batallon Imperial Alejandro, cayó prisionera con su Capitan D. Juan Garrido, habiendo salido herido y de consideracion, entre otros oficiales, el mismo Ricafort. [Cat. MS. núm. 60.]

La bajada á la Costa de la division de Ricafort y Valdez, no pudo ser peor combinada. En la costa se habia desarrollado una peste, que bien calificada fué fiebre amarilla, la tropa sufria considerables bajas: los que iban de la Sierra eran atacados con mayor rigor, por la diversidad de clima; este solo motivo debió bastar para que el nuevo Virey no hubiera ordenado tal movimiento. Ademas era importantísimo dominar el interior, mucho mas desde que Arenales, situado en Oyon, formaba una fuerte division que disciplinaba de un modo formal. Pero los que mandan ven por lo regular las cosas de distinto modo, y el error que cometió La Serna, no fué aprovechado debidamente, como lo veremos despues, por otro error de San Martin.

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