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pero los realistas percibiendo que habian llegado demasiado tarde, inmediatamente contramarcharon." [Cat. núm. 7. I.]

MILLER avanzó sin dificultad hasta la ciudad de Moquehua, á donde llegó el 24 de Mayo, logrando hacer unos cuantos prisioneros españoles, resto de la tropa de La Hera.

El destacamento que salió de Puno, y que se presentó á la conclusion de la batalla de Mirave á retaguardia de los patriotas, se retiraba hácia Arequipa por las alturas de Torata. Miller avanzó desde Moquegua, y á marchas rápidas logró, el 26 de Mayo por la noche, alcanzarlo en el punto de la Calera, y fué tal la sorpresa, que el que no murió cayó prisionero.

En Moquegua se pasó á los patriotas el Coronel Portocarrero, Subdelegado del partido de Moquegua, peruano de mucho crédito en esos lugares. El entusiasmo en estas provincias era grande en favor de los patriotas, y se aumentaba al ver los triunfos que obtenia Miller por su actividad y audacia; el partido del Rey decaia, pues los desaciertos de Ramirez fueron notables, porque en vez de operar en masa dividió su fuerza en tres destacamentos para que los batieran en detal.

EL CORONEL La Hera con una constancia digna de elogio, y sin abatirse por los reveses que acababa de sufrir, se replegó á la columna del batallon Gerona que marchaba sobre Moquegua; como estos refuerzos eran de gente veterana y numerosos, creyó prudente Miller retirarse á Tacna, y lo verificó el 4 de Junio. El 14 del mismo estaba en Tacna y el Coronel La Hera próximo á emprender un ataque con 800 hombres; Miller hubiera tenido indudablemente que retirarse con notable pérdida, cuando se recibió de oficio el aviso del armisticio celebrado en Punchauca, del cual tenia conocimiento anticipado dos dias ántes, por medio de una carta que interceptó á los enemigos.

Terminado el armisticio, bien conocia este jefe la dificultad de resistir á los 800 hombres con que contaba La Hera, y determinó retirarse hasta Arica: hizo marchar su infanteria, el 19 de Julio por la noche, y al siguiente dia siguió el movimiento con la caballeria. En la bahia de este puerto estaban anclados cuatro buques mercantes, y era preciso aprovecharse de ellos, de grado ó por fuerza. Con este objeto en el momento que llegó á Arica, su primera deligencia fué pasar á bordo de una goleta Norte americana para fletarla; su Capitan se resistió, pero como muchos de la tripulacion le conocian, y él les recordó sus antiguos servicios, manifestaron un vivo deseo de no abandonarlo en las apuradas circunstancias en que se veía; el Capitan, no pudiendo contrariar á su tripulacion, se fué á tierra dejando el buque; los otros buquesitos fueron contratados fácilmente. El embarque se hizo con dificultad, por la multitud de emigrados que habian resuelto abandonar su país, temerosos de sufrir la venganza de los españoles. Felizmente La Hera no pudo perseguir á los patriotas

con toda actividad, porque su tropa estaba cansada; asi es que cuando llegó al puerto, ya Miller estaba embarcado. [Cat. núm. 7. I.]

EL 22 DE JULIO se dió á la vela con direccion al Norte: ántes recomendu á La Hera que tratara con humanidad á los enfermos que dejaba en Tacna confiado en su generosidad, y este Jefe le contestó que los soldados de la patria que quedaban en el hospital serian asistidos con preferencia á los suyos. Semejante ejemplo de nobleza fué quizá una como retribucion á otro del General Miller, que no debemos olvidar. Entre los prisioneros que se tomaron por éste, cuando se apoderó de Moquegua, cayó herido el Capitan Suarez. "Los Jefes realistas solicitaron que su compañero se curara en Arequipa: Miller convino sin poner ninguna condicion. Esta generosidad fué correspondida por los Jefes españoles enviando de obsequio á Miller algunos artículos que necesitaba." En la lucha por la independencia del Perú fueron frecuentes estos actos de hidalguia militar, y raros los ejemplos de crueldad: Solo Carratalá, Ramirez y Ricafort, tuvieron la funesta celebridad de distinguirse por sus barbáries.

Las correrias de Miller bien apoyadas habrian producido resultados muy decisivos en favor de la causa de la independencia. Con solo facilitarle armas y municiones de guerra, hubiera podido levantar un ejército bastante respetable para invadir las provincias de Arequipa, Cuzco y Puno, que ardian de entusiasmo por su independencia. No contando el Virey con ningun auxilio, y dividida su atencion por el Sur, por el Este y por el Norte, y no teniendo tampoco el mar por suyo, claro es que su resistencia hubiera sido de poca duracion. No se comprende cómo el General San Martin destacaba fuertes divisiones á la Sierra y al Sur, para dejarlas despues entregadas á su propia suerte. En el poco tiempo que Miller ocupó Arica, Tacna y Moquegua, aumentó su fuerza hasta completar cerca de novecientos hombres: estaba provisto de ganado y de medios de movilidad: sus puestos avansados llegaban á catorce leguas de Arequipa: muchas personas y familias notables se habian decidido con entusiasmo por los patriotas; todo fué abandonado, y aun cuando Cochrane y San Martin pidieron al Gobierno de Chile auxilios de hombres ó cuando ménos de armas, se les contestó negativamente. La causa de la libertad tenia que defenderse por sí sola, luchando contra los desaciertos de sus Jefes.

LEJOS de pensar en socorrer á Miller en el Sur y á Arenales en la Sierra concibió San Martin otro proyecto colosal, que en su acalorado entusiasmo y gran corazon creia fácil y de positivos resultados. Queria nada menos que llevar la guerra á la mísma España y aniquilar su comercio; contaba con la completa destruccion de la Escuadra en el Pacífico y pensaba que con las fragatas Prueba, Venganza y la Goleta Macedonia al mando de Guisse, unidas con algunos buques de Chile, tendria lo suficiente para ejecutar tan temeraria empresa: comunicó con toda reserva su plan al Director de Chile, O'Higgins; pero las complicaciones in

teriores de ese Estado y el adormecimiento en que cayó cuando entró á Lima, lo hicieron no pensar mas en ello. [*]

MILLER llegó á Pisco el 1. de Agosto, habiendo intentado ántes desembarcar en Quilca, sin haberlo podido conseguir por la fuerza del viento y por la escasez de provisiones. Al siguiente dia se apoderó de la Villa de Pisco, que la abandonaron cobardemente cincuenta hombres realistas; estos fueron perseguidos y se replegaron á la fuerza situada en Ica al mando del Teniente Coronel Santalla, el mismo que estuvo en los Castillos en relacion con los patriotas, y se hallaba de Comandante general de esta costa. A proporcion de su cobardia era su crueldad, y sus imprudentes y violentas órdenes le atrajeron el ódio de aquellos habitantes. Su temor le hizo creer que Miller venia á la cabeza de una division respetable, y temiendo tanto al ejército patriota como á los mismos habitantes, se puso en fuga en direccion á Huancavelica; pero como los indios se levantaran en masa y lo persiguieran, se vió obligado á pesar de su miedo á regresar á la costa. En Copari cayeron como ochenta prisioneros españoles, y el resto logró escaparse, venciendo obstáculos casi insuperables del terreno. Cerca de Nasca estaban dormidos profundamente noventa y seis españoles, rendidos por el cansancio de la fuga; los Capitanes Plaza y Carreño, que los perseguian con tenacidad, lograron sorprenderlos completamente, y el que no fué muerto cayó prisionero: solo Santalla y algunos de su comitiva pudieron escaparse, porque durmie

'Señor D. Bernardo O'Higgins.-Lima Junio 26 de 1821.

Mi amigo y compañero querido: por nuestro Cruz habrá U. sabido los felices resultados de la campaña de Quito. Este golpe feliz ha hecho tomar un nuevo aspecto á la guerra de este país; sin embargo, como las posiciones de la sierra que ocupa el enemigo las puede disputar palmo á palmo, y por otra parte, la terquedad de los españoles es bien conocida, creo que el modo de negociar la paz con ellos es llevarles la guerra á la misma España: por lo tanto estoy resuelto como he dicho á U. anteriormente á que las fragatas Prueba y Venganza y la goleta Macedonia, salgan de esta á principios de Agosto con destino á Europa á arruinar del todo el comercio español. Creo seria muy del caso, tanto por el honor de Chile, como por el interes general, que si U. puede unir á estas fuerzas algunas de ese estado, la expedicion tendrian los mejores resultados. He pensado que Guisse mande las del Perú, pues es un excelente sujeto separado de la influencia de Spry. Las ventajas de esta empresa no se le pueden ocultar, pues sus resultados necesariamente deben ser felices, y de una gran utilidad para pasar el resto de los dias que nos queden, sin tener que mendigar.

Es escusado encargar á U. la reserva sobre este negocio, pues de ella pende su buen éxito.

Algunos marineros buenos nos faltan en esta, pues todos están empleados en el crucero de intermedios y el convoy; sin embargo, siempre sacaremos mas de cuatrocientos. Contésteme sin pérdida, y si se resuelve á este plan, ponga U. por obra la composicion y aprestos de los buques que tengan que marchar, para no esperar en Valparaiso. Qué lástima que no estuviese en esa la Independencia y el Araucano, pues lo que se necesita no es tanto la fuerza como el buen andar.

Contésteme sin perder momento por si llega su repuesta antes que salgan los buques.
Hace una furia de tiempo que no tengo carta de U.

Adios, mi amigo lo será de U. siempre su compañero.-José de San Martin. Cat. пит. 445.]

ron en lugar distinto: entre los prisioneros españoles estaba el Teniente Coronel D. Pablo Antonio de Rada, oficial de valor acreditado y en esa noche se defendió con sable en mano, contra seis que le acometian; mató á dos y hubiera logrado salvarse si no cae gravemente herido: Miller que sabia distinguir á los valientes lo llevó á su alojamiento, y gracias á sus cuidados salvó la vida, quedando en libertad bajo palabra de no tomar mas las armas, la que cumplió con estrictez.

Recuperado por los patriotas el importante Valle de Ica, quedó terminada esta segunda campaña de Miller, llenándolo de honra, como Jefe guerrillero, por su actividad y valor, y por la destreza y oportunidad con que concebia sus planes. Su conducta generosa con los españoles, su afabilidad con los patriotas, le atrajeron un crédito y estimacion tan grande, que la memoria de sus aventuras será tan eterna como la historia de la guerra de la independencia, y no se podrá recordar esta época, sin que aparezca ocupando un lugar muy distinguido, este campeon de nuestra libertad. Dejó encargado el mando de la fuerza de Ica, al mayor Videla, y pasó á Lima, á donde llegó el 12 de Agosto.

POSESIONADO San Martin de Lima, procuró proveer de trigo á la ciudad: con tal objeto ordenó que dos mil fanegas de este artículo, que Cochra ne habia tomado en Mollendo y que existian á bordo del San Martin, se desembarcaran libres de derecho, por e! puerto de Chorrillos, puesto que el puerto del Callao estaba defendido por las baterias del Castillo. Cochrane manifestó que aquella bahia era peligrosa, que el buque estaba demasiado cargado y corria riesgo de perderse; sus observaciones no fueron atendidas; salió el buque el 16 de Julio, y cuando principió la descarga del trigo el buque se desfondó y fué á pique. [Cat. núm. 8. I.]

LA SERNA se retiró tranquilamente de Lima sin ser perseguido, y continuó el sitio del Castillo por mar y tierra. Lord Cochrane á la cabeza de la Escuadra que constaba entónces de la O'Higgins, Independencia, Lautaro, Galvarino, Puirredon, Araucano y Potrillo, hostilizaba constantemente á los fuertes: en su incansable actividad y deseo de distinguirse con acciones heroicas, ordenó al Capitan Crosby [24 de Julio] que puesto en los botes, sacara de la misma bahia tantos buques cuantos pudiera, á pesar de estar protejidos por las baterias de tierra; este marino. correspondiendo á la confianza y esperanzas que en él se tenian, trajo en esa misma noche presos el San Fernando y el Milagro, buques españoles de comercio, y la Resolucion corbeta de guerra, con muchas lanchas: incendió dos buques, despreciando el fuego de las baterias del Castillo. [Cat. núm. 8. I. núm. 542. número 7.].

AL MISMO tiempo que los Castillos eran sitiados por mar, el Gene-ral San Martin colocó su ejército en la Legua, Bellavista y puntos inmediatos. Los amagos para salir de los Castillos eran contínuos. El 26 de Julio, hicieron los españoles una formal salida que fué rechazada, distinguiéndose el Mayor D. Eugenio Necochea y el Capitan Raulet.

El 14 de Agosto se intentó por Las Heras un ataque mas decisivo contra los Castillos. Sabiendo que los mas de los dias las puertas del Castillo quedaban abiertas y bajados los rastrillos, quiso aprovecharse de esos momentos; con tal intento dispuso que 1,150 hombres de caballeria é infanteria salieran á carrera abierta desde el cuartel de Bellavista y que forzaran las entradas. El plan era tan atrevido como irrealizable, pues por mucha celeridad con que acometerian los patriotas, debian atravezar las tres mil varas de distancia que hay entre ámbos puntos y no pueden recorrerse en ménos de 20 minutos, lo que daba tiempo bastante para frustrar cualquier sorpresa; asi fué, que á pesar de la bizarria, entusiasmo y velocidad con que los patriotas emprendieron el ataque, cuando llegaron, estaba levantado el segundo puente. La caballeria se derramó entónces por todo el Callao, acuchilló ó tomó prisioneros á los españoles que no pudieron entrar al Castillo. La infanteria que tuvo el valor de llegar hasta el glacis, al verse recibida por un fuego mortífero, y frustrado el objeto de su he róica tentativa, se dispersó por el campo segun las instrucciones que tenia, para que de este modo hicieran ménos efecto los fuegos enemigos. [Cat. núm. 542. número 11. y núm. 6. I.]

Entre los heridos en este dia se contaba el General D. Mariano Ricafort. Este Jefe que habia sido herido poco ántes, rehusó el generoso ofrecimiento de San Martin [10 de Julio] de pasar á Lima á curarse; pero habiendo sido herido de gravedad en el ataque al Castillo, al extremo de considerarse al principio entre los muertos, manifestó el deseo de aceptar la oferta, San Martin se la concedió, y fué asistido y cuidado bajo la proteccion del Gobierno. [Cat. núm. 542 núm. 16.]

Frustrado el golpe con pérdida de 10 muertos y 17 heridos: todo el resto de la tropa se replegó á sus cuarteles. Esta empresa audaz, aunque sin resultado, hizo conocer á los españoles de cuanto eran capaces los soldados que peleaban por la independencia: la tropa fué premiada.

DUEÑO San Martin de la capital, principiaron á moverse secretamente algunos partidos. Todos los jefes del ejército le exigieron desde Pisco que se pusiera á la cabeza de la administracion, tan luego como entrara á la capital, pues era el único modo de dar vigor y apoyo moral á las operaciones militares: de pronto rechazó el proyecto, porque no le agradaba el mando político, ni tenia mas aspiracion que la de ser el Libertador de América: consideraba que el Gobierno debia encomen darse al que elijiera la nacion; pero las circunstancias eran difíciles y apremiantes; la eleccion no podia tener lugar desde que los Departa mentos mas populosos, dominados por el ejército realista, no estaban en libertad para expresar su voluntad: ademas si la eleccion recaia en su persona, como no era dudoso, se tacharia de coaccion, y no convenia encender en esos críticos momentos las nacientes ambiciones de algunos y las intrigas de los realistas para aprovecharse de ellas: recordó que habia venido encargado de la importante empresa de libertar el Perú,

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