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dó pues que sus bienes fueran confiscados. Natural era que con estas medidas de rigor, aunque justas y necesarias en una guerra nacional, sufrie ran muchos inocentes; que familias enteras quedaran reducidas á la mendicidad ¡dura situacion, pero necesaria! ¿que extraño es que se confiscaran bienes ó que se desterrara á los que ocúltaban armas, á los religiosos que trastornaban el órden, á los españoles que con sus capitales fomentaban la guerra, dando noticia de todo al enemigo; á los americanos que por egoismo ú otras razones eran hostiles ó cuando menos indiferentes á la causa de la América; á los que protejian la desercion de los soldados de la patria? ¿que extraño era, repetimos, tanta persecucion contra personas que despreciando las amonestaciones benévolas para que dejaran el pais si no se conformaban con el nuevo órden de cosas, no cesaban de hostilizar de diversos modos á los que vinieron á dar libertad?

Se cuidó sin embargo de que las familias de los españoles expulsados, no quedaran en la mendicidad acudiéndoles con mesadas proporcionadas á sus clases. Si estas medidas de severidad aseguraban el triunfo de la causa de nuestra libertad, no podian dejar de atraer el ódio y el deseo de venganza contra el que las dictaba: todo sacrificio demanda una víctima, y esta fué el infeliz Monteagudo, segun lo veremos.

CAPITULO XVII.

Sucre pide auxilios al Peru-Guayaquil exije el mismo auxilio- San Martin presta el auxilio-Arenales es nombrado para mandarlo y se excusa-Sucre conviene en servir bajo las ordenes de Arenales-Insiste Arenales en su negativa y lo reemplaza el Coronel Santa Cruz-Base acordada para el auxilio-Sale la division Peruana y toma Cuenca y Lo ja-Plan de campana propuesto por Bolivar a San Martin-Promesa de San Martin al batallon Numancia-Este cuerpo no quiere continuar en el Peru-Representacion y mala voluntad de Numancia-Deseo de Guayaquil de pertenecer al Peru-Mision de Salazar -Guayaquil es coactado por las tropas de Colombia-Sucre y Bolivar obligan a la provincia a que so adhiera a Colombia-San Martin ofrece sostener con las armas la voluntad de Guayaquil-Inutiles esfuerzos.

EL PODER español recibia récios golpes en todas sus antiguas colonias del Continente Americano, y podia decirse que estaba en agonias. En Colombia habia sufrido derrotas considerables; y no contaba mas territorio que en las provincias de Quito y Pasto. Con el objeto de desbaratar esos restos, existia una division al mando del valiente y muy entendido General Antonio José de Sucre quien tenia á la vez, aunque en reserva, una comision muy diplomática; se trataba nada ménos que de agregar á Colombia la importante provincia de Guayaquil; pero ante todo convenia acabar con los restos del ejército realista que,en fuerza no pequeña, obedecia á Aymerich en Quito y Pasto. El cauteloso General Sucre conocia la inferioridad de su fuerza, y por ello pidió á San Martin (13 de Mayo de 1821) que un batallon, que se formaba en Piura, le seria de eficaz auxilio invadiendo á Cuenca por Loja; aun cuando el batallon no fuera numeroso ni suficientemente disciplinado, lisonjeándolo con la idea de que las tropas del Perú tuvieran una gloriosa parte en el triunfo y en caso de una victoria presentaria luego sus servicios á los libertadores del Perú; pues los Colombianos verian con una satisfacion orgullosa marchar entre las filas de los hijos de Maipú y ponerse á las órdenes del Libertador del Perú. En 12 de Junio reiteró Sucre el pedido, indicándole que, aprovechando del armisticio iniciado por San Martin con el Virey, le mandara un cuerpo de ochocientos hombres para que bajando por Payta se internase hasta Cuenca, y tan luego que estuvieran cumplidos sus planes en Colombia, "las fuerzas que estaban bajo su mando, se ocuparian de

los planes de él [San Martin] sobre el Perú; porque tales eran los deseos y las intenciones del Gobierno de la República de Colombia." Se indicaba el modo de activar el auxilio, ofreciendo para el efecto un cuadro de tropa veterana. (28 de Junio) (*)

ANTES de que se concertaran las bases del auxilio tan reiteradamente solicitado, Sucre habia sufrido un contraste en Huachi ó Ambato: el 12 de Septiembre de 1821, perdió casi toda su division y se vió obligado á retirarse á Guayaquil, cuyo vecindario era muy patriota. Ya habia solicitado (19 de Agosto) esta provincia que se aceleraran los refuerzos pedidos al Perú, pues de lo contrario todo era perdido: quinientos hombres cuando ménos debian volar en su auxilio, bien para obrar por Piura contra Cuenca, ó bien directamente por esa provincia. [+] Despues del contraste sufrido por Sucre al comunicárselo la Junta de Guayaquil á San Martin, le decia: "que á la profunda intelijencia del Libertador de Colombia no podia ocultársele la importante necesidad de ponerse de acuerdo con él para acabar de exterminar á los realistas de Quito y pasar en seguida al Perú, porque bien conocia que con es

(*) República de Colombia.--Al Señor Capitan general D. José de San Martin.

La Junta superior de esta Provincia me ha significado, que un cuerpo dependiente del ejército de V. E. que se levanta en Piura, puede cooperar muy efizcamente á la campaña sobre Quito, invadiendo por Loja á Cuenca, y penetrar hasta reunirse á la Division de Colombia, que marcha de este punto. Las ventajas que realmente son consiguientes á la cooperacion de aquel cuerpo, y la seguridad que me ha dado la Junta de que V. E. concede el permiso para ello, me han animado á solicitar que destine un oficial á Piura para que poniéndose de acuerdo con aquel Jefe, le instruya de los movimientos que él pueda practicar en virtud de las órdenes de V. E. y acuerde las operaciones que deba ejecutar en consecuencia. Si la aptitud militar de V. E. le permite desprenderse de este cuerpo por ahora, aun cuando él no sea numeroso, ni suficientemente disciplinado, será de mucho provecho á nuestros planes, y su situacion le brinda los medios de rendirnos los mas importantes servicios. Yo espero que el Departamento de Quito será libré en esta campaña y me lisonjeo que en ella tengan una parte gloriosa algunas tropas de V. E. De cualquiera manera, si la victoria acompaña nuestros esfuerzos para terminarla breve, yo contaré entre los favores de la fortuna la honra que podria tener en presentar luego mis servicios á V. E. y á los Libertadores del Perú. Los Colombianos verán con una satisfaccion orgullosa, marchar entre las filas de los hijos de Maypú, y estar á las órdenes de V. E.-Dios guarde á V. E. Excmo Sr.—Antonio José de Sucre Cuartel general en Guayaquil á 13 de Mayo de 1821. (Cat. MS. núm. 148.)

[+] La misma Junta al general San Martin.-Agosto 19.

Despues de indicarle el estado de las tropas de Colombia; de sus movimientos y de que no llegaban mas tropas del Norte de Colombia dicen "si V. E. no acelera los refuerzos que con tanta instancia le hemos pedido, la provincia será perdida; 500 hombres cuando menos deben volar en nuestro auxilio, bien para obrar por Piura contra Cuenca, bien directamente por esta provincia; y en aquel caso es conveniente, es indispensable que vengan 200 ó mas de caballeria y principalmente 1000 fusiles." Continúa encareciendo lo urgente y necesario del auxilio: piden ademas 1000 tiros entre bala raza y metralla de distinto calibre." Todo es de absoluta necesidad y esperamos que franqueándolo V. E. esta provincia se salvará y reconocerá á V. E. por su Libertador. (Cat. MS. núm. 218.)

te solo territorio les bastaba para resistir el tiempo suficiente mientras les llegaran los tan apetecidos auxilios de la Península.". [t]

Despues del desastre Ambato insistió Sucre con mas empeño (26 de Septiembre) en que se le remitiera el auxilio para emprender las operaciones sobre Cuenca; pues cuando ménos por el momento era urgente y urgentísimo algun auxilio de tropas y armas para mantener Guayaquil como base de sus operaciones en esa parte. [*] Expuso en un razonado oficio (19 de Octubre) el estado político de Colombia; manifestando la situacion que ocupaba el ejército realista, las dificultades de aumentar el suyo, pues á pesar del entusiasmo de Guayaquil solo proporcionaba milicias que no prestaban otra esperanza que

[+] La Junta de Gobierno al comunicar

al general San Martin, la derrota sufrida

por Sucre en Ambato, le dice entre otras cosas:

Hemos perdido los primeros elementos de nuestra defensa, tropa y armas. Nuestra vista se dirije naturalmente á V. E. Es indispensable que V. E. se digne hacer los últimos esfuerzos para dirijir á estos puntos mil hombres, entre ellos 200 de cabaleria, 1500 fusiles con sus fornituras, 50 quintales de pólvora, 10,000 piedras de chispa. Los Capitanes D. Gerónimo Cerda y D. Pedro Roca están comisionados por el gobierno para recibir y embarcar las armas y municiones, que V. E. proporcione á esta aflijida Provincia.-José Olmedo.-Septiembre 17. [Cat. MS. núm. 218.]

[*] Al Sor. Ministro de Guerra en el Perú D. Bernardo Monteagudo.

Señor Ministro: Tengo el honor de acusará V. E. el recibo de su comunicacion de 22 de Agosto. La situacion de los negocios de esta provincia, para el momento en que V. E. escribia, han variado de aspecto en una sensible alternativa. Amenazada á mediados de Agosto, dió algunos cuidados su conservacion pero fué entónces asegurada por la jornada de Yaguachi que presentó la batalla de Quito bajo un semblante favorable. La desgracia que sufrieron nuestras armas el dia 12 en los llanos de Ambato, han vuelto á amenazar la Provincia de un peligro cierto, y estamos cerca de una invasion que hace vacilar la suerte del pais. Aunque el gobierno de Guayaquil ha comunicado á S. E. el general San Martin, el mal estado á que nos tiene reducidos el suceso de Ambato, he creido deber hacerlo de mi parte á S. E. en la nota que acompaño, para que tomando en consideracion la importancia de esta Provincia y la tendencia que su pérdida tendria sobre los intereses del Perú, coopere en cuanto esté á su alcance á su salvacion. Los intereses de Colombia no serán de menos importancia en la consideracion de S. E. y yo me prometo que tantas circunstancias reclaman un esfuerzo para conservarla. US. me anuncia que el pensamiento indicado á S. E. el Protector del Perú de concurrir con parte de sus tropas á la campaña de Quito, no estaba lejos de verificarse. Si los resultados que se esperan para llevar á cabo aquel plan no han sido ya efectivos, yo espero que á lo menos, S. E. desprenda uno de los batallones del ejército, que conserven á Guayaquil mientras lleguen las tropas que no dudo vengan del Cauca, si es que la necesidad fuese tan exijente allá que no pueda quedarse para abrir la campaña en su concurrencia. Las operaciones de nuestros cuerpos sobre Pasto pueden darnos pronto una aptitud ofensiva; pero por el momento es urjente y urjentisimo acá algun auxllio de tropas y armas para mantener esta base de nuestra operacion en esta parte. Se asegura que el enemigo hace ya sus aprestos para expedicionar sobre la Provincia; pero con los elementos que actualmente estén á su disposicion, no me atrevo á garantizar el resultado: Intereso pues á US. por la remision de los socorros.--Dios guarde á US.-Antonio Jose de Sucre-Babaoyo á 26 de Septiembre de 1821. [Cat. MS. uúm. 151.]

la de ver hombres que al aspecto del enemigo se desertaran, como siempre, á cuidar sus familias; insistia en que se le mandara de auxilio un batallon para poner á cubierto la provincia de Guayaquil. Así mismo pedia por la vez primera que el batallon Numancia que estaba en Lima, y exigia la vuelta á su país, se le enviara segun se lo habia prometido el mismo San Martin. [*]

CONVENCIDO San Martin de la necesidad de auxiliar á Colombia convino en enviar una division: el General D. Juan Antonio Alvarez de Are. nales fué elegido para mandarlo en Jefe, pero se resistió y renunció dando por razon su enfermedad, mas el verdadero motivo era el no servir bajo las órdenes de Sucre: este valiente General comprendió que Arenales se negaria por ese mismo motivo; y como por la falta del jefe podia demorar. se el auxilio, para allanar esa dificultad, con tanta modestia como franqueza, dijo que serviria gustoso bajo las órdenes de Arenales, cuya antigüedad, mérito y servicios se complacia en reconocer y que con tal objeto él y la division de Colombia quedaria bajo sus órdenes; "porque mas le gustaba obedecer que mandar y le seria lisonjero ahora y siempre, no solo que viniera á dirijir la division peruana, sino servir el mismo bajo tan acre

[*] Division del Sur de Colombia.-Al Excmo. Señor D. José de San Martin Protector del Perú.

Excmo Señor: Aunque en mis comunicaciones del mes próximo pasado tuve la honra de participar á V. E. el estado de esta Provincia despues del último suceso de Ambato, la localidad de ella respecto al Perú, me imponen el deber de anunciarle su situacion presente. El enemigo, despues de haber marchado á Quito y reposado sus tropas, ha concentrado sus fuerzas en Riobamba, y segun avisos fidedignos, iba á moverse sobre esta Provincia el 17 del actual con un cuer. po de dos mil hombres; de manera que el 24 deberá ocupar este punto que no es susceptible de la menor defensa con las fuerzas que tengo. Aunque restablecida en cierto modo la moral, no se han aumentado los cuerpos de linea, sino tan miserablemente, que una poblacion de 70,000, habitantes apenas ha dado 200 reclutas; y la ley marcial publicada por el Gobierno de la Provincia, ha producido por todo efecto la formacion de algunas milicias que, no saliendo por la misma ley de la clase de milicias y sin hallarse al servicio, no prestan otra esperanza que la de ver hombres que al aspecto del enemigo, desertaran como siempre á cuidar sus familias, y sus propiedades. Resuelto, sin embargo, á estorvar á todo trance que ocupe el enemigo á Guayaquil por la tendencia qne su posicion daria contra los estados fronterizos, he pensado defender algunos pasos que entretendrán el tiempo mientras vienen socorros del Perú ó de Colombia, y en último caso encerrarme en la capital para perecer con ella; pues no confio en su existencia bajo los medios frios que se ponen en uso para salvarla. Las tropas de Colombia, no parecen, y acercándose ya el enemigo á tiempo que hemos sabido la casi disolucion del ejército del general La Serna, que quita hasta las sombras de temores por la suerte del Perú, he creido un deber reiterar mis reclamos á V. E. por algun batallon que ponga á cubierto la Provincia, mientras llegadas las fuerzas que vienen del Cauca estemos en aptitud de retornar la ofensiva.

Segun una exposicion que me han dirijido los de Numancia, V. E. les ofreció restituir el cuerpo á Colombia, terminada que fuese la campaña, y aun se me ha indicado exterior mente que V. E. trataba de enviarlo á Guayaquil. Los individuos del batallon poseidos del amor á su pais, y del laudable deseo de contribuir á la libertad de él, me interesan para que solicite á V. E. su remision á esta provincia, para tomar

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