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llaba el enemigo; y es singular y vergonzoso para esos jefes que aun no conocieran la fuerza efectiva del enemigo que tenian casi á la vista ni aun el nombre del jefe que los mandaba. Es cierto que el pueblo de Ica y gran parte de los hacendados se manifestaron mas adictos á los españoles que á los patriotas; estos carecian de noticias y los otros no ignoraban ningun movimiento de su enemigo. Firmes estaban todos en su plan de esperar al enemigo ó atacarlo, mas el tímido General veia acercarse el peligro, y las sombras de la noche aumentaron sus inquietudes al extremo de haber dado crédito al dicho de Reyes, jóven inexperto, vecino de San Juan, quien aseguró que los enemigos eran mas de cuatro mil; y aunque el dicho de Reyes no merecia confianza, ni para el mismo General Tristan, sin embargo con solo la noticia mandó reunir otra Junta de Guerra: ya se perdió el juicio; todos veian centuplicarse al enemigo y en medio del temor y de la ignorancia se acordó la retirada para Pisco, á media noche del Sábado 7 de Abril. Emprendida la marcha, las avanzadas encontraron al enemigo en la hacienda de la Macacona á legua y media de Ica. El punto del encuentro fué un callejon angosto, el flanco izquierdo estaba ocupado con infanteria del enemigo y el otro flanco lleno de monte. Comprometido el ataque, fue inúti', la resistencia que hicieron algunas compañias, quedando arrolladas por la caballeria enemiga. En ménos de una hora ya no existia una de las mejores divisiones de los patriotas, por la ignorancia, cobardia y atolondramiento de su General. Esta vergonzosa derrota, ó mejor dicho dispersion, dejó en poder del enemigo mil prisioneros, dos mil fusiles, cuatro piezas de artilleria, todos los bagajes, ganado, imprenta y demas artículos que sirven para la movilidad de una division; y lo que era peor y mas sensible, desorganizados los planes de campaña del Protector y prolongada la guerra. El Escuadron Lanceros del Perú que venia de Chincha á reforzar á Tristan fué tambien sorprendido y desecho en la madrugada del Domingo 8, dejando 80 prisioneros y 50 muertos, en la pampa de Chunchanga. (Cat. MS. núm. 343. y Cat. núm. 43.)

Parte del Escuadron Granaderos de á caballo y unos cuantos dispersos, con los principales jefes se retiraron al pueblo de Cañete, en donde por acuerdo de una Junta de Guerra se resolvió que el Escuadron continuara en ese lugar hasta la aproximacion del enemigo. [Cat. MS. núm. 349.]

Entre los oficiales que cayeron prisioneros, algunos habian pertenecido al batallon Numancia, y Canterac los fusiló quintándolos. Se le reclamó por ese acto de barbárie, reprobado por la humanidad, por la ilustracion, y expresamente abolido por la regularizacion de la guerra pactada en 25 de Noviembre de 1820; Canterac contestó con insolencia, groserias é insultos, asegurando que á ningun oficial de Numancia se le daria cuartel. [Cat. núm. 604. número. 6.]

Valdes recibió en el pueblecito de Santiago la noticia del triunfo de Canterac y continuó hasta Huaitara, esperando reunirse con esa division que habia salido de Ica inmediatamente despues del triunfo. En efecto el 17 llegó Canterac y despues de una noche de conferencia, cada uno tomó su camino, segun los planes que habian acordado. (Cat. núms. 6. II. y 43.)

TRISTAN y Gamarra fueron sometidos á un Consejo de Guerra para ser juzgados, y en él se comprobó que la ignorancia, la ineptitud y la cobardia fueron las causas del desastre de Ica. Ese General debió ser degradado, y sin embargo solo se le condenó á un año de suspension de empleo, y á Gamarra á cuatro meses, tambien de suspension. Es cierto que el Fiscal opinó que Tristan fuera dado de baja del ejército, pero habilitado para ejercer destinos políticos; porque no habia malicia en su conducta, sino una falta absoluta de principios militares. Respecto á Gamarra se le calificaba como capaz de ser útil para organizar cuerpos. [+]

[+] D. José Maria Novoa Sarjento Mayor de esta plaza, Juez Fiscal nombrado en la presente causa y vistas las dilijencias obradas para descubrir el origen de la pérdida de la Division del Sur y la parte que hayan tenido los sumariados, hallo que sin embargo de la confusion que aparece en los hechos principales que debian fijar el concepto, por el modo vário con que se producen los testigos, hay lo suficiente para estimar que el General de Brigada D. Domingo Tristan ha faltado en parte muy notable á sus deberes, debiendo sin embargo confesarse, que sus procedimientos, digo las omisiones que lo constituyen responsable, no han dimanado de un ánimo criminal, sino de una ábsoluta falta de principios militares: y no pudiendo por tanto clasificar sus operaciones por positivamentes dignas del castigo que en caso contrario seria preciso imponerle, es mi parecer que, para precaver en lo sucesivo el resultado que pudiese traer la continuacion del general Tristan en el uso y ejercicio de su graduacion, debe dársele su retiro y de baja en el ejército, quedando no obstante expedito para ser empleado por el Supremo Gobierno en los destinos puramente políticos á que lo estimasen acreedor; conservándosele en todo caso el fuero y preminencias de su grado. Por lo que respecta al Coronel Gamarra, no resultando en su contra un motivo que lo haga digno de separacion, ántes sí pudiendo ser muy útil su continuacion en las filas, es mi parecer que debe ser repuesto al ejercicio de su empleo, sin que la presente causa pueda obstar en manera á su buen nombre y opinion, declaratoria que en esta última parte debe tambien estenderse al general Tristan, puesto que no una culpa positiva suya ha perdido la Division, sino únicamente omisiones que son disculpables en circunstancias de habersele confiado aquel mando á pesar de la confesion que ha espuesto haber hecho de su falta de conocimientos. Lima, Mayo 21 de 1822.--José Maria Novoa.

Visto en el presente Consejo de Guerra de oficiales generales, el oficio de 25 de Abril último pasado por el Honorable é Illmo. Sr. Ministro de la Guerra al Sarjento Mayor D. José M. Novoa, cometiéndole de órden suprema la formacion de sumaria para decidirse sobre la conducta militar del general de Brigada D. Domingo Tristan Comandante general de la Division Libertadora del Sur y Coronel D. Agustin Gamarra, jefe de Estado Mayor de la misma, con respecto al desgraciado suceso de esta en las inmediaciones de Ica. Examinadas las exposiciones de los testigos, confesiones de los

LA PÉRDIDA de la division de Tristan ocasionó otros reveses no de pocas consecuencias: la partida del activo y valiente guerrillero Cayetano Quiros fué casi destruida en el punto de Paras, el 26 de Abril, en un choque que tuvo con el Coronel Rodil: en su retirada se encontró sobre la misma cordillera de los Andes con otra fuerza que mandaba el brigadier Carratalá, (27 de Abril,) y como sus guerrilleros venian desorganizados por el golpe recibido el dia anterior, acabaron de sufrir una completa destruccion: este bravo guerrillero se dirijió á Pisco pensando ocultarse allí mientras preparaba mejor punto de retirada para continuar sus correrias, pero desgraciadamente cayóprisionero en la Puntilla, juntamente con sus pocos fieles compañeros de glorias é infortunios, en manos del Teniente Coronel D. Gerónimo Villagra quien los remitió á Ica, en donde se les fusiló con otros. prisioneros el 5 de Mayo, calificándolos de bandoleros, ladrones é infames. ¡Así respetaban los españoles las leyes de la guerra! [Cat. núm. 43.]

Entre las víctimas de esa época, se cuenta la heroína Andrea Bellido, natural de Guamanga. No quiso descubrir al autor de una carta en que se daba á los patriotas avisos secretos y circunstanciados de lo que se preparaba y hacia en el ejército del Virey y prefirió la muerte en un banquillo. [Cat. núm. 320.]

Así mismo el guerrillero Vivas sufrió otro reves en el punto de Yanama, cerca de Chongos, por tropa mandada por el Teniente Coronel D. Valentin Ferraz, 18 de Mayo. [Cat. núm. 43.]

El intrepido Raulet arrostrando grandes peligros atacó la ciudad de Ica 1. de Mayo, con 80 hombres y al verse acometido por mayor número contramarchó á Cañete.

sumariados, aserciones verbales hechas por los mismos en los dos actos que ha tenido el Consejo, justificaciones recibidas en consecuencia del primero, con las defensas escritas de los acusadores, leidas por sus mismos defensores, todo con asistencia del Sr. Auditor de guerra D. Fernando Lopez Aldana, vocal de la Alta Cámara de Justicia; visto igualmente los documentos que organizan el primer cuaderno y se reducen á las instrucciones dadas á ámbos y partes del general Tristan dados al Supremo Gobierno: hecha relacion puntual de todo por el referido Sarjento mayor Juez Fiscal de la causa, ante el presente Consejo presidido por el Honorable é Illmo. Sr. D. Rudecindo Alvarado general en jefe del Ejército Libertador; leido finalmente el dictámen Fiscal, con todo lo demas que verse y considerarse convino: reflexionando que á pesar de notarse en ámbos sumariados defectos militares muy remarcables que les inducen una decidida responsanilidad, no puede serles aplicada la pena de ordenanza en su estricta significacion, por varias circunstancias particulares que manifiestan los autos, en diminucion de la culpa directa que podia atribuirseles en la pérdida; y estando finalmente á la pluralidad que manifiesta la antecedente votacion, condena el Consejo á dichos sumariados á la pena de suspension de sus respectivos empleos por el tiempo que tuviese a bien el Supremo gobierno á cuya consideracion recomienda el Consejo los servicios prestados á la causa por dicho Coronel Gamarra y lo interesante que aun puede ser al país.-Lima, Mayo 21 de 1822.-Rudecindo Alvarado.-Francisco A. Pinto.-Ramon Herrera.-Guillermo Miller.-Francisco Paula Otero

Véase Apéndice de Documentos Manuscritos número 6.

El Capitan D. Francisco de Paula Latapia tuvo un pequeño encuentro en Acuchimay, cerca de Guamanga, contra fuerzas superiores, y aunque luchó con heroismo fué batido completamente. [20 de Septiembre.] [Cut. MS. núm. 164.]

Algunos hombres de malas costumbres, aprovechándose de esas críticas circunstancias, se convirtieron en bandoleros, y para dar apoyo á sus depredaciones, tomaron el nombre de Comandantes de guerrillas ó montonera, y cubiertos con ese titulo, imponian contribuciones oprimiendo á los pueblos; quitaban á los curas los diezmos y primicias, desterraban, haciendo por fin odiosa la santa causa de la independencia: muchos patriotas renegaron solo por ódio á esos destetables bandoleros: entre ellos figuraban en primer lugar Alejo Perez y el indio Velasco. [Cat. MS. núms. 164. y 165.]

LA PROVINCIA de Maynas mereció en tiempo del coloniaje una atencion especial, por ser su inmenso territorio el límite con el Brasil; y como las tendencias de éste han sido siempre aumentar su extension desde que fué colonia del Portugal, era indispensable sostener en esos puntos una constante guarnicion de 150 hombres de tropa veterana: los fondos para su sosten conocidos con el nombre de situados se remitian desde Lima con mucha regularidad, y servian para fomentar en todos esos lugares algunas industrias, aumentando así la pública utilidad y beneficio que deja la circulacion del dinero. Con la proclamacion de la independencia en Chachapoyas, y la pérdida de Lima para los realistas, ya no se remitió auxilios á la guarnicion de Maynas y muchas familias, que vivian de lo que consumia la tropa, principiaron á sentir la escasez. En tales circunstancias se adhirió tambien Moyobamba á los principios de independencia proclamados en Chachapoyas, no porque les fuera grato el nuevo sistema de un gobierno que ya no podia producirles las ventajas á que estaban acostumbrados desde muchos años, sino por instigaciones del moyobambino Noriega, emisario de San Martin. Pero las turbulentas doctrinas diseminadas y cultivadas por el Obispo Rangel, y sostenidas á todo trance por su Secretario el ex-fraile Padilla, que lo dominaba completamente, y auxiliadas por Aymerich desde Quito, debian producir sus funestos frutos: en efecto, en el pueblo de Putumayo dieron el grito de rebelion el Sarjento Santiago Cárdenas y N. Quiles; (24 de Febrero de 1822,) mataron á los que se opusieron á su intento y de allí pasaron al pueblo de Loreto, en donde habia una pequeña guarnicion patriota al mando del capitan D. Juan Manuel Mollinedo, al cual lo sorprendieron y fusilaron, apoderándose de algunas armas: sin perder momento siguieron su marcha hasta Moyobamba. Se hallaba de Gobernador el Comandante D. Domingo Alvariño, éste no contaba con mas guarnicion que 40 hombres reclutas, mal armados y poco afectos al nuevo sistema; sin embargo se resistió heroícamente y tuvo que sucumbir ante el número de su enemigo; cayó prisionero y fué fusilado, lo mismo que Noriega y otros.

Reforzado Cárdenas con los prisioneros y reclutas, dueño de muchas armas se organizaron no solo para defenderse en Moyobamba, sino tambien para ir sobre Chachapoyas y la provincia de Conchuchos, pues contaban con mas de mil hombres, decididos á sostenerse y que gran parte de ellos tenian alguna disciplina militar; fué preciso que los jefes patriotas de Cajamarca y el Comandante General del Departamento de Trujillo organizaran una pequeña columna, que denominaron Division Pacificadora, al mando del Coronel D. J. Nicolas Arriola: éste valiente jefe encontró á los rebeldes en el punto de la Ventana, como ocho leguas antes de Chachapoyas, (10 de Septiembre) y despues de alguna resistencia abandonaron el puesto y se situaron en el tambo del Visitador, al otro lado del rio Negro, fortificándose con algunas trincheras y destrozando el pequeño fuerte: los patriotas forzaron tambien ese punto; pero si faltaba á los Moyobambinos unidad en sus operaciones y buena direccion les sobraba valor; se retiraron al pueblo de Rioja, tres millas ántes de Moyobamba; y alli se sostuvieron con mas empeño que en los puntos anteriores [13 de Septiembre] pero al fin tuvieron que ceder, retirándose al otro lado del rio Tonchuma en el pueblo de Habana, en donde reunieron todavia mas de 600 hombres entre fusileros y lanceros, mal armados, pero resueltos á defender palmo á palmo el terreno: en este último lugar sostuvieron una lucha mas tenaz que en los anteriores puestos; el destrozo fué por consiguiente mayor, pues perecieron 14 y muchos heridos: el espanto no les permitió sostenerse en cinco trincheras que tenian preparadas á su retaguardia y se internaron al bosque inmediato; y aunque intentaron unos cuantos defenderse en el interior de los bosques, ya no les fué posible. Arriola ocupó la ciudad de Moyobamba, el 25 de Septiembre, terminando así un levantamiento que si se le deja tomar cuerpo hubiera comprometido sériamente la seguridad de los patriotas en el Norte. En esta pequeña campaña se distinguieron por su valor el Capitan D. Domingo Reaño, el Capellan Fray Juan Aguilar, que salió herido, y el segundo jefe de la Division Pacificadora, Coronel D. José Maria Egúsquisa. [Cat. MS. núms. 331. 336. 436.)

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