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CAPITULO XX.

San Martin convoca un Congreso Constituyente-Reglamento de elecciones-Plan de operaciones militares-Mision del Comandante La Fuente a las provincias Arjentinas-Trabajos en varias de esas provincias-Mala voluntad del gobierno de Buenos Ayres-Intenta varias negociaciones con algunos comerciantes-Revista del ejercito patriota-Triunfo en Riobamba-Batalla de Pichincha-Honores decretados a la division del Peru-Bolivar ofrece auxilios al Peru a la vez que San Martin y la Municipalidad de Lima lo solicitaban.

CUMPLIENDO San Martin su promesa, convocó á los pueblos del Perú el 27 deDiciembre de 1821, para que nombraran los Diputados que debian representarlos en el Congreso General Constituyente, que se instalaria el 1. de Mayo del año siguiente; y como algunas provincias estaban aun bajo la presion de los españoles, se elegirian en Lima los suplentes. Los objetos únicos de la reunion del Congreso eran establecer la forma definitiva de Gobierno y dar la Constitucion; los Diputados debian recibir poderes limitados únicamente á tres puntos, primero: elejir la persona que ejerciera el poder directivo, mientras se sancionare la Constitucion del Estado. Segundo: examinar la forma de gobierno mas conveniente al Perú. Tercero formar la Constitucion con arreglo á la clase de gobierno adoptado. En los referidos poderes deberia incluirse precisamente la calidad de ser irritos y nulos si daban á los Diputados mas facultades que las designadas, siendo tambien de ningun valor todos los actos que practicasen, si se extendian á mas de los tres objetos á que debian circunscribirse. [Cat. MS. núm. 371.] Una junta compuesta de dos miembros de la Alta Cámara, elejidos por ella misma, dos de la Municipalidad, nombrados de igual modo, un eclesiástico elegido por el Gobierno del Arzobispado y dos ciudadanos nombrados por el Gobierno debian formar el proyecto del Reglamento de elecciones y el de la Constitucion. [Cat. núm. 542.] Estos nombramientos recayeron por parte del Gobierno en el Dr. D. José Cavero y Salazar y D. Javier Luna Pizarro; por la Alta Cámara en el Vocal Dr. D Fernando Lopez Aldana y Dr. D. Mariano Alejo Alvarez; por el Gobierno Eclesiástico en el Dr. D. Toribio Rodriguez de Men

doza y por la Municipalidad,en el Dr. D. José Freire. [Cat. núm. 609.] El número de Republicanos dominaba en esta Comision; Luna Pizarro, Alvarez y Rodriguez eran desde tiempos anteriores partidarios declarados de las ideas Republicanas, y su talento y energia debian triunfar, á pesar del decidido empeño de San Martin y de su Ministro por el sistema monárquico; porque estos hombres no querian imponer por la fuerza sus convicciones y solo se valian de los medios de la persuacion. Hasta el 27 de Abril apenas pudo sancionarse el Reglamento de elecciones y aun esto era quizá demasiado en medio de tantas dificultades y atenciones; por esto se postergó la reunion del primer Congreso Constituyente para el 28 de Julio, aniversario de la Jura de la independencia del Perú en su capital. [Cat. núm. 600.]

POR EL REGLAMENTO de elecciones se establecia que estas fuesen indirectas, ó de segundo grado, es decir que los ciudadanos en ejercicio elegian primero electores y éstos nombraban ó elegian Diputados. Se adoptó el censo de 1797 y se resolvió que por cada quince mil habitantes se eligiera un Diputado, ó por una seccion mayor de 7,500: segun esta base el total de Diputados debia ser de 79 y el de Suplentes 38.

El mismo dia en que convocaba el Congreso Constituyente, aprobó el reglamento de elecciones Municipales. Este reglamento, encomendado á una junta compuesta en su mayor parte de individuos que formaban la antigua aristocracia, naturalmente se resentia de ese defecto. Todo ciudadano mayor de 21 años gozaba de la voz activa y pasiva, pero necesitaba en la capital una renta de quinientos pesos provenientes de su industria ó bienes raices, y trescientos en la provincias. Los cargos consegiles solo recaerian en los ciudadanos cuya renta fuera de dos mil pesos en la capital, y quinientos en otros departamentos. En los pueblos de indíjenas bastaba á estos una ocupacion honrosa para ejercer la voz activa ó pasiva. Los clérigos eran excluidos de voz y voto en las elecciones municipales. (Cat. núm. 600.)

LOS REVESES sufridos por la ineptitud de Tristan, la casi total destruccion de los principales cuerpos de guerrilla, y otros contrastes, léjos de amilanar al Protector, aumentaban su coraje y entusiasmo para preparar mayores elementos de guerra. Tres dias despues de recibir la noticia del desastre de Ica, dió instrucciones al Comandante de Caballeria D. Antonio Gutierrez de La Fuente, (16 de Mayo,) para que marchara á las diferentes Provincias del Rio de la Plata, con el objeto de exigir de ellas la libertad del Alto Perú, en combinacion con las operaciones del Ejército Unido Libertador que debia emprender su marcha á intermedios. Convenia conseguir por cuantos medios fuesen posibles que todos los pueblos de las Províncias unidas remitieran al Tucuman fuerzas para formar una division de operaciones sobre el Alto Perú. Se habia acordado tambien que antes del 10 de Junio saliera de Lima otra compuesta de cuatro mil hombres al mando del General D. Rudecindo Alvarado con destino á Arica, para posesionarse de Arequipa y mar

char aceleradamente al Cuzco. A los pueblos de la Paz, Cochabamba y otros del Alto Perú se les proporcionaria armas y medios para que se levantaran; entretanto el ejército español situado en Huancayo seria amenazado por una division de tres mil hombres á órdenes del General Arenales. Mas para que el enemigo dividiera su atencion era de gran importancia que otra aunque fuera de mil hombres, de las Provincias Argentinas, se situara en Suipacha (setenta y tantas leguas al Sur de Cochabamba) para que ocupara los puntos que los españoles abandonasen hasta la Paz, poniéndose así en relacion con las tropas de Alvarado y rodear á las diseminadas fuerzas realistas: estas operaciones debian ejecutarse sin comprometer ninguna batalla. Exigentes y suplicatorios oficios dirigió con tal objeto á cada uno de los diferentes Gobernadores en que estaban divididas las Provincias Argentinas, y los acompañó con cartas particulares, recomendando no solo el objeto de la comision sino tambien al comisionado. Provisto de todo se embarcó el Comandante La Fuente en el Callao [20 de Mayo] y se dirigió á Chile para tan importante comision; de la cual hasta hoy no se há hablado en ninguna de las diversas memorias ó escrito de aquella época memorable. [Cat. MS. núm. 425.]

El activo Comandante La Fuente encontró en verdadera anarquía esas importantes provincias: cada una tenia un Gobernador independiente, enemigo y rival del de la provincia vecina: aunque el de Buenos Ayres centralizaba las operaciones en su relacion con las potencias extranjeras, esto no impedia que ese Gobernador mirara mal á los unos, con notoria enemistad á otros y con desconfianza á todos. El nombre mismo de San Martin no dejaba de ser un inconveniente para algunos Gobernadores y en especial para el de Buenos Ayres que era dominado por su Ministro Rivadavia, pero otros no olvidaban el importante mérito y servicios de San Martin. La Fuente fué recibido con todos los honores y atencion posible en diferentes provincias, presentado y admitido en el seno de sus asambleas y ocupando un asiento de preferencia; solo en Buenos Ayres se le vió con notable y estudiado desden, al extremo que las contestaciones para el Gobierno del Perú se le entregaron cerradas y sin darle á conocer su contenido, cual si fuera un simple conductor ó correo de gabinete: y aunque el comisionado manifestó que su mision tenia un carácter de mas importancia, nada pudo conseguir de favorable. (Cat. MS. núm. 425.)

Entre las instrucciones que llevaba el Comandante La Fuente estaba la de dar el mando en jefe de la division auxiliar que se organizara al General D. Juan Bautista Burgos, Gobernador de Córdova y por su negativa ó impedimento al Coronel D. Jose Maria Perez de Urdininea Gobernador de la provincia de San Juan. Burgos aceptó desde luego el cargo de General en jefe de la expedicion para ir al alto Perú por Tupiza.

Se habian comprometido várias provincias á dar armas, hom

LA FUENTE INICIA NEGOCIACIONES CON COMERCIANTES.

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bres y prestar auxilios si Buenos Ayres daba dinero para la movilidad y subsistencia, hasta que los patriotas del Alto Perú pudieran continuar socorriendo á la tropa. En este sentido ofreció Mendoza cien soldados infantes puestos en Salta; Santa Fé daria doscientos ó trescientos hombres de caballeria. Salta se comprometia á dar mucho inas de los trescientos que San Martin pedia á cada provincia. Catamarca ciento, San Luis ciento cincuenta y San Juan cien armados; las otras provincias de Santiago del Estero Rioja, Tucuman, y Córdova se comprometieron á prestar los auxilios que pudieran segun lo permitiera sus circunstancias y estado calamitoso, es decir que á nada se obligaban. No era extraño que algunas de esas provincias se hallaran exhaustas de hombres y recursos por consecuencia de sus convulsiones domésticas y contínua guerra civil: pero la conducta del Gobernador de Córdova siempre será tachable por la doblez y perfidia con que procedia. Por una parte aceptaba el carácter de General en jefe de la expedicion y aparentaba actividad y deseo de contribuir á la realizacion del proyecto, y al mismo tiempo escribia al Gobernador de San Luis, D. José Santos Ortis, aconsejándole que no prestara ningun auxilio. [Cat. núm. 425.]

CONVENCIDO La Fuente de que el gobierno de Buenos Ayres no queria dar apoyo, en cuyo sentido influyó en la Asamblea ó Junta para que negara todo empréstito y auxilio; procuró entrar en negociones con vários individuos particulares. El ingles Godfredo Poygnand se le presentó en San Luis proponiéndole un empréstito de cien mil pesos, bajo la condicion de que ocho meses despues de tomada la ciudad de la Paz se le abonara ciento por ciento, y en caso de un contraste se le devolviera el capital en el término de 16 meses, con el interes del 6 por ciento al año; ademas se le debia conceder el permiso de introducir al Perú doscientos mil pesos en mercaderias libres de derecho, lo cual equivalía á otro ciento por ciento. La deuda debia ser garantizada por el Protector del Perú. [Cat. núm. 425.]

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El comerciante D. Francisco Leon de la Barra proponia [29 de Agosto] prestar cincuenta mil pesos, pagaderos en Lima, con un premio de 5 por ciento de jiro, con el plazo de 18 meses y el interes de uno y medio por ciento al mes. Si introducia mercaderias al Perú para pagarse con los derechos tendria una rebaja en estos de 15 por ciento y en caso contrario serian libres de derechos de exportacion los pesos fuertes que se le dieran en pago del empréstito. Este empréstito no era desventajoso, mucho mas atendiendo á las circunstancias políticas del Perú; pero como La Fuente no habia recibido autorizacion para tales operaciones se limitó á celebrar contratos ad referendum.

Otro comerciante ingles mas astuto, y que quizá por vergüenza no quiso descubrir su nombre, propuso por conducto de D. Miguel de Riglos, prestar cien mil pesos con el interes del dos por ciento men

sual y el plazo de ocho meses, la mitad, es decir que cincuenta mil pesos daria en dinero y la otra mitad en efectos, como ropa ó armas. El pago seria en plata piña, libre de derecho de exportacion y ademas libertad de derechos sobre un capital de ciento cincuenta mil pesos. Nada tendria de extraordinario este contrato si se hubiere propuesto simplemente; solo se descubriria ó deseo de excesiva ganancia, ó temor del mal éxito de los asuntos políticos: la mala fé consistia en que el judio pretendia demostrar que ese negocio apenas le daria una ganancia de 25,625 pesos. [Agosto 31.]

La negativa del Gobierno de Buenos Ayres á todo auxilio hizo necesario reducir el objeto de la expedicion y las patriotas provincias que no se desalentaron con el ejemplo de la capital, se comprometieron á llevar adelante su compromiso, limitándo el auxilio á quinientos hombres, que los mandaria en jefe el Coronel Urdininea. Se hizo un arreglo definitivo por el General Bustos, Urdininea y La Fuente, [12 de Octubre] en virtud de lo cual se daria 29,000 pesos mensuales, 500 hombres, 700 caballos, 850 mulas y 1,250 pesos. (Cat. núm. 425.) Terminado este arreglo regresó La Fuente á Santiago, alli se encontró con el General San Martin que acababa de llegar del Perú: tan inesperado suceso pudo desbaratar todos los trabajos iniciados con tan buen resultado, si el corazon de este héroe no hubiera sido tan americano y libre del egoismo y vanidad. Sabedor de que la dificultad para proveerse de dinero venia de la falta de autorizacion, escribió á Urdininea dándole amplio poder para celebrar el empréstito de los cincuenta mil pesos, contratar vestuarios, armamento y demas útiles que necesitare: no solo empleó su carácter público sino tambien su valer privado. [t]

LA ACTIVIDAD de San Martin era incansable: todos sus esfuerzos los apuraba á fin de poner en ejecucion su plan de campaña. El 4 de Junio pasó revista general á sus tropas en el campo de San Borja, cerca de Lima: allí se presentaron perfectamente provistos de todo el batallon Numancia, el número 11, número 4, número 5, Legion Peruana, Cazadores del ejército, Regimiento infanteria del Rio de la Plata, Regimiento Granaderos de á caballo de los Andes, Rejimiento Húzares de la Legion, 12 piezas volantes, 8 piezas de batalla. Despues de una elocuente proclama desfilaron los cuerpos, para ponerse en marcha y abrir la campaña (*) [Cat. núm. 600]

Seis dias despues (10 de Junio,) pasó revista á todos los cuerpos cívicos de la capital. Estando todo preparado zarpó del Callao el 16 de

[+] Véase apéndice de documentos manuscritos número 7.

(*) PROCLAMA.

SOLDADOS! Yo conozco el deseo que os anima en este dia: vuestro coraje arde por encontrar al enemigo, y por cubrir de laureles vuestras armas: cada uno de vosotros se prepara á distinguirse entre los demas, y piensa desde ahora en las hazañas de valor que contará despues á sus camaradas, cuando vuelva triunfante de la guerra. El dia qne

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