Imágenes de páginas
PDF
EPUB

Junio, la fragata de guerra Protector, la corbeta Limeña, al mando del Vice-Almirante D. Manuel Blanco Ciceron convoyando los tras portes fragatas Occéano, Mercedes, Trinidad, Ceres; bergantines O'Higgins, Protector, Olive Branche, Livonia, Regencia, Pacífico, Dardo y goleta Olmedo. [*]

EL REVES de Ica, la pérdida de nuestros primeros guerrilleros y otros descalabros fueron ventajosamente compensados con los triunfos obtenidos por el ejército unido del Perú y Colombia en los campos de Riobamba y Pichincha, cuya noticia llegó á Lima el 22 de Junio. La division peruana que al mando del Coronel Santa Cruz quedó bajo las ór denes del General Sucre, continuó su marcha en combinacion con el ejército Colombiano y se movieron parcialmente de Cuenca hácia Quito; en esta maniobra intentaron los españoles atacarlos cerca de Riobamba. Despues de algunos movimientos que facilitaron á los patriotas el desfiladero de Pantus, decidió Sucre dar la batalla; con tal objeto ordenó al Coronel Ibarra [21 de Abril] que con un escuadron de Granaderos que mandaba el valiente Lavalle y otro de Dragones, hicieran su reconocimiento y comprometieran el choque contra cuatro escuadrones enemigos; mas estos ya habian dejado el pueblecito de Riobamba y estaban protegidos por toda la infanteria; pero el escuadron Granaderos, que habia avanzado temerariamente, de improviso se vió rodeado de tres escuadrones españoles: oigamos al mismo Lavalle referir este glorioso hecho de su carrera; dice: "una retirada hubiera ocasionado la pérdida del escuadron y su deshonra, y era el momento de probar en Colombia su coraje: mandé formar en batalla, poner sable en mano, y los cargamos con firmeza. El escuadron que formaba noventa y seis hombres parecia un peloton respecto de cuatrocientos hombres que tenian los enemigos: ellos esperaron hasta la distancia de quince pasos poco mas ó ménos cargando tambien, pero cuando oyeron la voz de degüello y vieron morir tres ó cuatro de sus mas valientes, volvieron caras y huyeron en desúrden. La superioridad de sus caballos los sacó por entónces del peligro con pérdida solamente de doce muertos, y fueron á reunirse al pié de sus masas de infantería. El escuadron llegó hasta tiroy médio de fusil de ellos, y temiendo un ataque de las dos armas, lo mandé hacer alto, formarlo y volver caras por pelotones: la retirada se

presenteis el pecho al enemigo, acordaos que sois los soldados del Ejército Libertador y que reunidos en este campo habeis jurado terminar la campaña del Perú con el mis mo honor que la empezasteis. Soldados! La subordinacion à vuestros jefes y el sufrimiento de algunos meses de fatiga, os darán la victoria y el descanso de que sois dignos Así os lo anuncia y asegura vuestro antiguo compañero de armas.-San Martin.

[*] Ignoramos el rumbo que tomó el convoy y su verdadero objeto; pero presumimos que se dirijió á los diferentes puertos del Norte para embarcar los reclutas de los Departamentos de Huaylas y Trujillo.

hacia al tranco del Caballo cuando el General Tolrá puesto á la cabeza de sus tres escuadrones los puso á la carga sobre el mio. El coraje brillaba en los semblantes de los bravos granaderos, y era preciso ser insensible á la gloria para no haber dado una segunda carga. En efecto, cuando los cuatrocientos godos habian llegado á cien pasos de nosotros mandé volver caras por pelotones y los cargamos segunda vez: en este nuevo encuentro se sostuvieron con alguna mas fuerza que en el primero y no volvieron caras hasta que vieron morir dos Capitanes que los animaban. En fin, los godos huyeron de nuevo arrojando al suelo sus lanzas y carabinas y dejando en el campo 4 oficiales y 45 individuos de tropa. Cincuenta Dragones de Colombia que vinieron á reforzar al escuadron lo acompañaron en la segunda carga y se condujeron con braveza." [*]

[*] Comunicacion del Señor general Sucre al Honerable Señor Ministro de Estado y Relaciones Exteriores del Perú.

República de Colombia.-Ejército Libertador.-Comandancia general de la Division del Sur.-Cuartel general en Riobamba á 23 de Abril de 1822.

Illmo. Sr. Tengo la satisfaccion de participar á V. S. I. que anteayer hemos ocupado esta villa, despues de una, pequeña victoria, que es muy notable en sus particu. laridades.

Los cuerpos se movieron de Cuenca parcialmente, como dije á V. S. I. El enemigo pudo saberlo y trató de impedir su reunion, marchando contra el Coronel Ibarra, situado en Guamote con una parte de ellos. Este jefe se retiró á Alausi en cumplimiento de mis órdenes, y el enemigo llegó hasta Ticsan el 14 por la noche. El mismo 14 me reuní á la division. El 15 nos dispusimos á una batalla que suponiamos como término del movimiento de los españoles; pero ellos contramarcharon este dia, sabiendo que los cuerpos estaban reunidos. La division los siguió de cerca, nuestras descubiertas picaron diferentes veces su retaguardia, pero nunca pudimos forzarlos á un choque. El 19 nos presentamos frente de esta villa, pensando celebrar el aniversario de la revolucion de Venezuela con una fiesta militar: el enemigo marchó á recibirnos sobre las colinas de Santa Cruz en el paso de la quebrada de San Luis, cuya posicion es de muy dificil acceso. Siendo ya tarde, apenas permitió el resto del dia reconocer el terreno; y el 20, teniendo noticia que nuestra artilleria estaba cerca, determiné esperarla, dando entretanto descanso á la tropa.

Como el Escuadron de Dragones habia expulsado al enemigo el dia anterior, de sus posiciones de Guaslan [cerca de San Luis] lo destiné à distraer las fuerzas españolas, mientras la division se dirijia desde el pueblo de Punin á pasar la quebrada sobre la izquierda del enemigo, y como algunos embarazos impidieron realizarlo en esta tarde, los españoles por una de sus perfidias comunes, pensaron obtener una ventaja sobre nuestros dragones. Sus jefes invitaron á vários oficiales del escuadron á comer con ellos en esta villa, y aunque temieron algunos la imprudencia de aceptar su convite, juzgaron los demas que este acto los ponia en una especie de armisticio. Los enemigos tan perfidos como cobardes, aprovecharon tal sinceridad, y destacaron un batallon que se situase á la espalda de nuestros dragones, mientras dos escuadrones atacaron de frente repentinamente. Por fortuna, los dragones se hallaban vigilantes y pudieron retirarse por un flanco, resistiendo pie á tierra, por el mal estado de sus caballos, tres cargas de los escuadrones enemigos, en que por último fueron vergonzosamente rechazados; perdimos tres valientes soldados, y los españoles dos.

El 21 á las 10 de la mañana se puso la division en movimiento. El jefe enemigo co ntraido exclusivamente á sus posiciones de Santa Cruz, tuvo la imperícia de dejar

ESTE TRIUNFO influyó mucho en obtener otro de mayores consecuencias; tres dias despues ámbos ejércitos se encontraron en la altura del Pichincha y allí se trabó un reñido combate entre el ejército español, mandado por el General Aymerich, y el patriota, bajo las órdenes de Sucre. Tres horas de un vivisimo fuego y de encarnizada lucha, valientemente sostenida de ambas partes, dieron al ejército patriota el espléndido triunfo de Pichincha el 24 de Abril. (†) Quedaron en el campo de batalla mas

descubierto el único paso que permite la quebrada por Pantus, donde 200 infantes habrian impedido la marcha de un ejército; pero la division pasó tranquilamente y situados á esta parte, presentamos la batalla. El enemigo la excusó, abandonando sus posiciones. Continuó nuestra marcha, buscando siempre la izquierda de esta villa para situarnos á su espalda, y encontrando con toda la caballeria á la falda de una colina, presentamos nuevamente el combate, que tambien fué escusado á favor de una lluvia que empezó entónces. Queriendo provocar á los españoles á una batala, mandé que el Coronel Ibarra con el escuadron de granaderos y el de dragones hiciera un reconocimento de las fuerzas enemigas, y comprometiesen sus cuatro escuadrones; pero la infanteriahabia desocupado ya la villa, y la caballeria protejia su retirada. A poca distancia de la poblacion, el bravo escuadron de granaderos que se habia adelantado, se haó solo improvisamente al frente de toda la caballeria española, y tuvo la elegante osadia de cargarlos y dispersarlos con una intrepidez de que habrán raros ejemplos. Los cuatro escuadrones españoles, protejidos de su infanteria, pudieron volver caras contra nuestros granaderos, pero "apoyados ya éstos de los dragones hicieron una segunda carga mas brillante, sí puede decirse, que la primera, en que al frente de toda la division enemiga fué derrotada completamente su caballeria, dejando sobre el campo 25 muertos incluso 3 offciales, multitud de armas, caballos & llevando mas de 40 heridos, segun las últimas noticias. Nosotros sufrimos la dolorosa pérdida de dos valientes: el Sarjento de dragones Vicente Franco y el granadero Timoteo Aguilera.

El Coronel Ibarra llenó su deber completamente: el Comandante Lavalle ha con. ucido su cuerpo al combate con un valor heróico, con una serenidad admirable: sus oficiales, el Mayor Ruiz que acompañaba al Comandante, Capitan Superbi, y Tenientes Latus y Olmos, se han distinguido particularmente. Los oficiales de dragones y su cuerpo, han vengado la injuria hecha por los españoles á su buena fé en el dia anterior.

El enemigo continuó su retirada á favor de la noche: nuestros cuerpos que habian dormido hacia adelante; volvieron el 22 á ocupar la villa y reposarse un poco de las inmensas fatigas que han sufrido en la campaña, por la terrible y lluviosa estacion: mientras, un escuadron de cazadores ha continuado la persecucion del enemigo que, precipitadamente en su marcha sin moral va cada dia en disolucion.

Nuestras operaciones continuarán dentro de tres dias, y muy breve la victoria presentará sus laureles á los libertadores de Quito.-Dios guarde á V. S. I. muchos años.— Illmo. Sr. Antonio José de Sucre.

Illmo. y Honorable Sr. D. Bernardo Monteagudo, Ministro de Estado Ꭹ Relaciones Exteriores del Perú. [Cat. núms. 3 y 600.]

República ae Colombia, Departamento de Quito, á 25 de Mayo de 1822.

Señor Ministro: La victoria esperó ayer á la division Libertadora con los laureles del triunfo sobre las faldas del Pichincha.

El ejército español que oprimia estas provincias ha sido completamente destruido en un combate encarnizado, sostenido por tres horas. En consecuencia, esta capital y sus fuertes están en nuestras manos, despues de una capitulacion que tuvimos la jenerosidad de conceder á los vencidos. Por ella debe sernos entregada como prisionera la

de 400 muertos y 200 heridos del enemigo, y 300 muertos y 150 heridos de los patriotas. El triunfo dió 1,100 prisioneros, 160 jefes y y ofi

guarnicion de Pasto y cuantas tropas españolas existen en el territorio de la República que conservan aun en el Departamento.

A la vista del primer pueblo de Colombia, que proclamó su libertad, ha terminado la guerra de Colombia por ura batalla célebre, que ha dado á la República el tercer dia de Boyacé.

Esta gloriosa jornada, marcada con la sangre de quinientos cadáveres enemigos, y con trescientos de nuestros ilustres soldados, ha producido sobre el campo mil cien prisioneros de tropa, ciento sesenta jefes y oficiales, catorce piezas de artilleria, mil setecientos fusiles, fornituras, cornetas, cajas de guerra, banderas, y cuantos elementos poseía el ejército español.

Luego tendre el honor de participar á U. S. I. los pormenores del combate, y entretanto me apresuro a comunicarle tan fauto suceso que ha decidido la suerte de estos paises, incorporándolos á la gran familia Colombiana. Dios guarde á U.S. I. muchos años. Señor Ministro.-Antonio José de Sucre.

Señor Ministro de Estado y Relaciones Exteriores del Perú Honorable Coronel D. Bernardo Monteagudo.

Ejército del Perú.-Cuartel general en Quito á 28 de Mayo de 1822.

Illmo. y H. Sr. Lo ocupacion de la capital de Quito es debida á la victoria en Pichincha, conseguida el 24 por el ejercito unido, cuyas circunstancias detallaré á U. S. I. expresándole que es decidida la campaña á que ha cooperado el Perú, con mucho honor de sus armas, y terminado la guerra en esta parte.

Ocupando el enemigo á Mochache como instruí á U. S. I. en mi última comunicacion desde Tacunga, fué conveniente hacer un movimiento general por su derecha para cambiarles las fuertes posiciones del Jalupana que pretendia sostener: con este objeto marchó el ejército unido, el 13, por el camino de Limpio-ponga, en las faldas del Cotopaxi, y logramos ocultar sus movimientos á la sombra de una mañana nebulosa, y á la que el segundo escuadron de cazadores adelantando, cubria un punto visible, pudo llegar el 15 al valle de Chilo, á tres leguas de la capital, sobre su flanco izquier– do: obligado el enemigo á retirarse sobre ella, luego que sintió el movimiento, elijió, de nuevo otras posiciones en el Calzado y Lomas de que se separan aquel de este, con el conocido objeto de conservarse á la defensiva, mientras le llegaban nuevas tropas de Pasto, cuyo correo interceptado nos confirmó la verdad, y por lo mismo pareció conveniente apurar la batalla, pasando el 20 al Egido de Turubamba: la proporcion que tenia el enemigo de defender las Lomas del paso, exijia un movimiento rápido para tomarlas, y encargado de hacerlo con la division peruana, logré facilitar la subida al resto del ejército que bajó el 21 sobre el llano de Turumbamba al frente del campo del enemigo. Este rehusó el combate que le presentamos bajo sus uegos de cañon: algun tiroteo de esta arma y de las guerrillas distrajeron el dia, y visto que el solo queria sostener sus posiciones, pasamos á la tarde á situarnos á 20 cuadras del campo en el pueblo de Chifiogallo, desde donde el 23 por la noche emprendió el ejercito un movimiento general por la izquierda, tomando un camino muy difícil, pero único para salir al Egido de Inaquito por el N. con el doble interes de sus llanuras para nuestra caballeria, y de interponernos á los refuerzos de Pasto. La noche lluviosa y el mal camino, apenas me permitieron llegar á las lomas de Pichincha que dominan á Quito, á las 8 de la mañana del 24 con la vanguardia compuesta de los dos batallones del Perú y el Magdalena, y me fué preciso permanecer en ellas mientras salian de la quebrada los demas cuerpos: á las dos horas de mi detencion, que ya habia llegado el señor general Sucre con otro batallon, fuimos avisados por un espia que de la

ciales, 14 piezas de artilleria, 1,700 fusiles y todos los bagajes y pertrechos. Al dia siguiente capituló Aymerich entregando la ciudad de Quito. [Cat. núm. 3. III. y 5. III.]

parte de Quito subia una partida, que creimos sorprender con las compañias de cazadores de Paya y 2, y como estas dilatasen la operacion por lo montuoso y algo largo de su direccion, propuse seguirlas cautelosamente con el batallon 2 del Perú; no fué inútil esta medida de precaucion; porque sobre la marcha advertí que no solo subía una partida sino toda la fuerza enemiga; consiguientemente rompieron el fuego las dos compañias de cazadores adelantadas, con cuyo reconocimiento redobló el paso á reforzarlas, avisando al señor general Sucre que era la hora de empeñar con ventaja el combate con los demas cuerpos si lo creia conveniente: el afan del enemigo por tomar la altura era grande, y no era ménos la necesidad de contenerle á toda costa. El batallon 2 que empeñé con este objeto á las inmediatas órdenes de su bizarro Comandante D. Felix Olozábal les opuso una barrera impenetrable con sus fuegos y bayonetas, y sostuvo solo, por mas de media hora, todo el ataque, mientras llegó el señor general Sucre con los batallones Yaguachi y Piura: entónces dispuso dicho señor ge neral apurar el ataque reforzándolo con el primero, y sucesivamente con el batallon que llegó: el combate duró obstinadísimo y vivo por mas de dos horas, y ya se sentia la falta de municiones que habian quedado atrazadas: en tales circunstancias pretendió el enemigo tomarnos la retaguardia por la izquierda, destacando bajo el bosque espeso dos compañias de infanteria que felizmente chocaron con las del batallon Albion que subian escoltando el parque: la bizarría con que las recibió Albion al mismo tiempo que un impulso general que se dió á la lucha con el batallon Magdalena, de refrezco, obligaron al enemigo á ceder el campo despues de tres horas de empeño. perdiendo la esperanza de sostenerlo mas tiempo contra los cuerpos del ejército unido que aumentaba su coraje á proporcion de los peligros, y se disputaban los laureles que han partido bizarramente: el terreno del combate era tan montuoso y quebrado que no pudimos aprovechar mucho de su dispersion sostenida á la vez por el fuerte del Panesillo. La caballeria nuestra que por la mala localidad se hallaba fuera de combate, emprendió su bajada al Egido por la izquierda, y su presencia precipitó la retirada de los escuadrones enemigos que abandonaron la reunion de la infanteria que habia proyectado para hacerla general hácia á Pasto; no dejándole otro asilo que el fuerte del Panesillo, donde se cerraron todos los restos: el campo de batalla quedó cubierto de cadáveres; no es fácil calcular la pérdida del enemigo, porque el bosque oculta su número, que probablemente excede á 500: la nuestra llega á 300 incluyéndose 91 muertos que ha perdido la division del Perú, con el Capitan D. J. Duran de Castro, y Alferez D. Domingo Mendoza, y 67 heridos, comprendiéndose el Capitan D. Juan Elijio Alzuro, y los que constan de la lista adjunta.

Entre el empeño y bizarría con que pelearon todos los individuos del ejército se distinguieron muy particularmente en la division del Perú, el bravo Comandante del dos, D. Felix Olazábal, los Capitanes D. Pedro Izquierdo, de cazadores, D. Mariano Gomez de la Torre, D. Pedro Alcina, D. Juan Elijio Alzuro herido, Tenientes D. Narciso Bonifar, D. Francisco Machuca, D. Juan Espinoza, D. Francisco Galvez Paz, D. Domingo Pozo, D, José Concha, y Sub-teniente D. Sebastian Fernandez, y los individuos de clases inferiores que constan de la razon adjunta, todos correspondientes al número 2. El batallon de Piura que se conservó en reserva hizo su deber, y su Comandante D. Francisco Villa, y Sargento Mayor D José Jaramillo conservaron el órden que era necesario. Mis Ayudantes de Campo Tenientes D. Calixto Giraldes, y D. José Maria Frias desempeñaron exáctamente las comisiones y órdenes que les encargé. Todos estos son muy dignos de la consideracion de V. E. y de las gracias que quiera dispensarles, como á las demas clases subalternas indicadas en las razones de distinguidos y heridos.

« AnteriorContinuar »