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obstáculos para la terminacion de la guerra de la independencia. [Cat MS. núm. 289.] Las textuales palabras anteriore: bastaban para calcular cual seria el objeto de la entrevista; y los hechos posteriores no dejan lugar á la menor duda: ¿dónde está pues el misterio y el tormento de la historia para descubrir ese arcano? solo existe en el deseo tan natural al corazon humano de no conformarse con las causas que están á su alcance, prefiriendo las mas inverosímiles. [+]

San Martin se embarcó en el Callao, el 14 de Julio, en el Macedonia, y llegó á la Puná el 25. Bolivar le mandó tres de sus edecanes á felicitarlo: alli mismo recibió aquella entusiasta carta que éste habia es. crito y firmado, casualmente en los momentos en que anclaba en la Puná el buque que conducia al héroe de Chacabuco y Maypú, al fundador de la libertad del Perú, al héroe del Sur: en esa carta le dá el nombre de amigo, le ruega que no deje de visitarlo, porque su no venida le sería tan sensible como si fuera vencido en muchas batallas. (*) Apenas el buque estaba fuera de tiro de cañon, salió Bolivar á recibirlo y en el malecon se abrazaron los dos gigantes de Sud-América, los Liberta dores de este mundo que tiene que ser el que remplace en grandeza y poderá la caduca Europa. Bolivar queria agazajar á su ilustre huesped, y el mismo encargó á su prometida, una de las Señoritas mas dignas y hermosas de Guayaquil, que coronara al héroe del Sur en el momento de su desembarco y recepcion oficial, que tuvo lugar el mismo 26. Hubo bailes, grandes banquetes, regocijos públicos en aquella visita de tres dias en que los dos caudillos no se separaban sino por instantes, permaneciendo largas horas en secretos acuerdos." [Cat. núms. 345 y 606. numero 43.]

[] Sentimos no tener à la vista la obra que acaba de publicar en Nueva York el Dr. Felipe Larrazábal,, titulada Vida del Libertador en la cual se asegura que hay un capítulo en que se describe la conferencia de Bolivar con el Protector San Martin; quiza dará á luz documentos mas importantes que los que publicamos.

(*) Excmo. Señor General D José de San Martin, Protector del Perú.-Guayaquil, Julio 25 de 1822.

Es con suma satisfaccion, dignísimo amigo y señor, que doy á U. por la primera vez el título que mucho tiempo ha, mi corazon le ha consagrado. Amigo le llamo á U. y este nombre será el solo que debe guardarnos por la vida, porque la amistad es el único vínculo que corresponde á hermanos de armas, de empresa y de opinion; así, yo me doy la enhorabuena porque U. me ha honrado con la expresion de su afecto.

Tan sensible me será el que U. no venga hasta esta ciudad como si fueramos vencidos en muchas batallas: pero nó, U. no dejará burlada la ansia que tengo de estrechar en el suelo de Colombia al primer amigo de mi corazon y de mi patria ¿cómo es posible que U. venga de tan lejos para dejarnos sin la posesion posziva en Guayaquil del hombre singular que todos anhelan conocer y si es posible tocar? No es posible, respetable amigo; yo espero á U, y tambien iré á encontrarle donde quiera que U. tenga la bondad de esperarme; pero sin desistir de que U. nos honre en esta ciudad. Pocas horas, como

Al tercer dia se embarcó San Martin para regresar á Lima. Muy misteriosa, segun hemos dicho, se ha querido hacer la entrevista, y sin embargo pocos hechos son mas claros y comprobados con documentos ya publicados, ya inéditos. Es cierto que nadie presenció ninguna de las conversaciones de estos dos génios; porque nadie se consideraba bastante grande para acercárseles en los momentos que hablaban. En esa famosa entrevista se trató de la suerte política de Guayaquil como de un hecho consumado, pues el 13 de Julio se puso la provincia bajo la proteccion de Bolivar y se disolvió la Junta, contra lo cual ya no habia otro recurso que el de la guerra; por esto vemos que el mismo San Martin se quejaba á Bolivar (29 de Agosto,) sobre el modo como se habia hecho la reunion de Guayaquil "no era á nosotros, le dice, á quienes pertenecia decidir este importante asunto: concluida la guerra los gobiernos respectivos lo hubieran tranzado sin los inconvenientes que en el dia pueden resultar á los intereses de los nuevos Estados de Sud-América." (*)

Otro de los objetos de la entrevista fué el arreglo de los auxilios que Colombia debia prestar para la terminacion de la guerra de la

U. dice, son bastantes para tratar entre militares, pero no serán bastantes esas mismas pocas horas para satisfacer la pasion de la amistad que vá á empezar á disfrutar de la dicha de conocer el objeto caro que se amaba solo por opinion, solo por la fama.

Reitero á U. mis sentimientos mas francos con que soy de U. su mas afectísimo apasionado servidor y amigo. Q. B. S. M.-Bolivar.

(*) Excmo. Señor Libertador de Colombia Simon Bolivar.—Lima, 29 de Agosto de 1822. Querido general: Dije á U. en mi última de 23 del corriente, que habiendo reasumido el mando supremo de esta República, con el fin de separar de él al débil é inepto Torre-Tagle, las atenciones que me rodeaban en aquel momento no me permitian escribir á U. con la extension que deseaba: ahora al verificarlo, no solo lo haré con la franqueza de mi carácter, sino con la que exijen los grandes intereses de América.

Los resultados de nuestra entrevista no han sido los que me prometia para la pronta terminacion de la guerra; desgraciadamente yo estoy firmemente convencido, ó que U. no ha creido sincero mi ofrecimiento de servir bajo sus órdenes con las fuerzas de mi mando, ó que mi persona le es embarazosa. Las razones qne U. me expuso de que su delicadeza no le permitiria jamas el mandarme, y aun en el caso de que esta dificultad pudiese ser vencida, estaba U. seguro que el Congreso de Colombia no consentiria su separacion de la República, permitame U. General, le diga, no me han parecido bien plausibles: la primera se refuta por sí misma, y la segunda estoy muy persuad'do que la menor insinuacion de U. al Congreso, seria acojida con unánime aprobacion, con tanto mas motivo, cuanto se trata con la cóoperacion de U. y la del ejercito de su mando, de finalizar en la presente campaña, la lucha en que nos hallamos empeñados; y el alto honor que tanto U. como la República que preside, reportarian en su terminacion.

No se haga U. ilusion General; las noticias que U. tiene de las fuerzas realistas son equivocadas, ellas montan en el alto y bajo Perú á mas de 19,000 veteranos, las que se pueden reunir en el término de dos meses. El ejército patriota, diezmado por las en fermades, no podrá poner en línea á lo mas 8,500 hombres, y de estos una gran parte

independencia del Perú. Era dificil que los dos héroes permanecieran juntos en el mismo lugar en que debia resolverse el gran problema de la libertad del Perú. San Martin en su grandeza de alma ofreció á Bolivar servir bajo sus órdenes: "desgraciadamente yo estoy firmemente convencido, [le decia, en la citada carta,] ó que U. no ha creido sincero mi ofrecimiento de servir bajo sus órdenes con las fuerzas de mi mando, ó que mi persona le es embarazosa," pero el auxilio de Colombia era indispensable para terminar pronto la campaña, y que la expedicion de intermedios y el plan combinado tuviera las grandes ventajas que debian esperarse. Estaba convencido de que solo su

reclutas: la division del general Santa Cruz [cuyas bajas segun me escribe este General, no han sido reemplazadas á pesar de sus reclamaciones] en su dilatada marcha por tierra debe experimentar una pérdida considerable, y nada podria emprender en la presente campaña: la sola de 1,400 colombianos que U. envia, será necesaria para mantener la guarnicion del Callao, y el órden en Lima; por consiguiente sin el apoyo del ejército de su mando, la expedicion que se prepara para intermedios no podrá conseguir las grandes ventajas que debian esperarse, sino se llama la atencion del enemigo por esta parte con fuerzas imponentes, y por consiguiente la lucha continuará por un tiempo indefinido; digo indefinido, porque estoy íntimamente convencido que sean cuales fueren las vicisitudes de la presente guerra, la independencia de la America es irrevocable; pero tambien lo estoy, de que su prolongacion causará la ruina de sus pueblos, y es un deber sagrado para los hombres á quienes están confiados sus destinos evitar la continuacion de tamaños males. Ea fin, General, mi partido está irrevocablemente tomado; para el 20 del mes entrante he convocado el primer Congreso del Perú y al siguiente dia de su instalacion me embarcaré para Chile, convencido de que solo mi presencia es el solo obstáculo que le impide á U. venir al Perú con el ejercito de su mando: para mi hubiera sido el colmo de la felicidad terminar la guerra de la independencia bajo las órdenes de un General à quien la America del Sud debe su libertad: el destino lo dispone de otro modo, y es preciso conformarse.

No dudando que despues de mi salida del Perú, el gobierno que establezca reclamará la activa cooperacion de Colombia, y que U. no podrá negarse á tan justa peticion, antes de partir remitiré á U. una nota de todos los jefes cuya conducta militar y privada, puede ser á U. de utilidad s conocimiento.

El general Arenales quedará encargado del mando de las fuerzas argentinas; suhonradez, coraje y conocimientos, estoy seguro lo harán acreedor á que U. le dispense toda consideracion.

Nada diré á U. sobre la reunion de Guayapuil á la República de Colombia: per mítame U. General le diga que creo no era á nosotros á quien pertenecia decidir este importante asunto: concluida la guerra, los gobiernos respectivos lo hubieran tranzado, sin los inconvenientes que en el dia pueden resultar á los intereses de los nuevos Estados de Sud-América.

He hablado á U. con franqueza, General, pero los sentimientos que exprime esta carta quedarán sepultados en el mas profundo silencio; si se trasluciere, los enemigos de nuestra libertad podrian prevalerse para perjudicarla, y los intrigantes y ambiciosos, para soplar la discordia.

Con el Comandante Delgado, dador de esta, remito á U. una escopeta, un par de pistolas, y el caballo de paso que ofrecí á U. en Guayaquil: admita U. General, esta memoria del primero de sus admiradores; con estos sentimientos, y con los de desearle úni camente sea U. quien tenga la gloria de terminar la guerra de la independencia de la América del Sud, se repite su afectísimo servidor.-José de San Martin. [Cat. núm. 347.]

presencia era el único obstáculo que impedia á Bolivar el venir al Perú con el ejército de su mando, y por esto le hizo saber su irrevocable resolucion de dejar el Perú al siguiente dia de instalado el Congreso.

En la entrevista de Guayaquil ofreció Bolivar auxiliar al Perú con tres batallones y un considerable armamento, y devolver la division de Santa Cruz con todas sus bajas reemplazadas. [*]

El tercer objeto de la entrevista era conocido y no cabe duda que al tratar de la estabilidad del destino á que con rapidez se acercaba la América, debieron manifestar sus ideas acerca del gobierno que convendria á los nuevos Estados, y muy particularmente al Perú. San Martin tan franco en lo público, como en lo privado se expresaba en favor de la Monarquia; Bolivar mas astuto no habia hecho conocer su opinion; preferia sin duda la Dictadura á la diadema; porque en su génio no habria podido someterse á las leyes de otro, ni aun á las mismas que él se dictara. Es cierto que su profesion de fé política era el absolutismo y el gobierno vitalicio, como lo intentó algunos años despues: que no aceptaria un Rey extrangero, es indudable; quizá el desearia serlo, pero no teniendo hijos le bastaba el modesto nombre de Presidente con la misma duracion y mayor poder que un Rey Constitucional. Es casi cierto que San Martin propondria á Bolivar su plan de Monarquia en cabeza de un Príncipe Europeo, de acuerdo con las instrucciones que habia dado á Garcia del Rio y Paroissien; y muy natural que Bolivar rechazara tal idea, no solo porque conoceria el peligro de la empresa, sino tambien porque viniendo un Rey extrangero, aquel tendria que doblegarle su cerviz; y raro es el hombre que se sujeta á ser súbdito despues de haber dominado como señor soberano; solo San Martin probó que era capaz de tanta abnegacion.

ALGUNOS Tenientes de San Martin, entre ellos el brigadier D. Luis de la Cruz y el Almirante Blanco, interpretaron á su modo el objeto y resultado de la entrevista. En las cartas que estos escribieron al Director de Chile, mas se descubre la pasion y celos contra el héroe de Colom. bia que el deseo de decir la verdad. Las pequeñeces que refieren, son indignas hasta para repetirlas verbalmente; algunas son manifiestamente falsas, otras inverosímiles y todas exageradas. La pluma de

[*] PROCLAMA.

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El 26 de Julio próximo pasado, en que tuve la satisfaccion de abrazar al héroe de Sud,-América fué uno de los mas felices de mi vida. El Libertador de Colombia no solo auxilia este Estado con tres de sus bravos batallones, que unidos á la valiente division del Perú al mando del General Santa Cruz, vienen á terminar la guerra de la América, sino tambien remite con el mismo objeto un consideráble armamento. Tributemos todos un reconocimiento cterno al inmortal Bolivar.-San Martin.

estos dos personajes manifiesta á las claras que en sus venas circulaba sangre chilena envidiosa del héroe Colombiano. (*)

En la entrevista todo quedó consumado; la agregacion de Guayaquil á Colombia; el auxilio que ésta prestaria al Perú; y finalmente que no se aceptaria el sistema monárquico en la América que fué española.

(*) Señor D. Bernardo O'Higgins.-Callao, Agosto 22 de 1822.

Mi amigo muy amado: El 20 del que corre á la una y media de la tarde llegó el señor Protector, felizmente, de su viaje á Guayaquil y entrevista con el Libertador. Apenas unos pocos momentos tuvimos tiempo de hablar, por el concurso de las jentes, que siguen visitándolo hasta ahora. Me citó para tener pronto una entrevista con él, y aunque ayer fuí á la Magdalena, estuve alli solo un rato hablando sobre la salida de la expedicion, porque estaba con los Ministros, y regresé pronto, pues consideré no podria separarse á tratar conmigo, sin que se creyesen cosas reservadas; en primera oportunidad diré á U. cuanto ocurra notable, digno de su consideracion.

En la primera vista á bordo, le entregué en sus propias manos la carta de U. última, que recibió como cosa de un amigo, diciendome "la leeré con sosiego luego que lo consiga en mi casa." Seguidamente me dijo: "Amigo; escriba U. á nuestro amigo O'Higgins, ante todas cosas, en primera oportunidad, que el Libertador no es como nos pensábamos: que en la segunda entrevista que con él tuve me dijo: "¿Qué me dice U. del Director de Chile? Me aseguran que es un tirano de su pais con varios ajentes de su despotismo, entre los cuales se numera al general Cruz que es el director de Marina de U? Yo he creido siempre necesario que el pabellon de Colombia no solo vaya á completar la libertad del Perú sino conseguir la de Chile y Buenos Ayres." El dice, le contestó con energia "jamas pensé que en la consideracion de U. cupiese ese concepto sobre el Director de Chile y sus Ayudantes en aquella República, como U. me ha manifestado." El Director de Chile puede llamarse el héroe de la revolucion, liberal y prudente, es amado de todos los que tienen no solo el honor de conocerle, sino tambien de los que oyeron los sacrificios, que ha hecho no solo por su patria, sino por el órden de las Provincias unidas y libertad del Perú. ¡Ignora U. estos acontecimientos? El concluyó esa guerra tan fuerte como las que ha sostenido Colombia; él ha concluido con los anarquistas de las provincias de Cuyo y fronteras de Chile: pero ni una y otra le impidieron, luego que vio libre del enemigo comun su territorio, para mandar hacerle la guerra al Peru por dar libertad á sus hijos. Estos meritos, amigo, estos servicios son demasiado públicos para el mundo entero, y no sé como U. los ignora." Dice que él le contestó: "U. es amigo de él, y apasionado. Yo he tenido y tengo, aqui sujetos muy dignos de allá, oprimidos del despotismo y tirania, y se mas que U. de todo."

Pero admirese U. que no se guardó de hablar á solas esta conversacion. Vigil ha sido el primer órgano de estos embudos y lo tiene de su primer edecan. Uno de sus ayudantes le contó á Soyer que es un frances paisano que lo acompañaba desde la Isla de Santo Domingo, lo mismo que dijo Bolivar, añadiendo que sus pensamientos se dirijian por medio de ajentes á entablar su opinion en el Perú, Chile y Buenos Ayres; que Jordan habia pasado á Chile con letras abiertas para cuanto pidiese. Por consiguiente, otro de mucha confianza le dijo al Protector que sabia seguramente que el objeto del diputado no era otro que el de un espia, y ver cómo podria en clase de auxilio por la union, aliarse; introduciendo tropas en Chile y Buenos Ayres. Por lo que aqui há sucedido está visto que el diputado ha tenido una parte, segun dicen, en la poblada contra Monteagudo, y fué cierto quo aquella noche se gritó muchas veces ¡Viva Colombia! Cuando llegó á Guayaquil hizo enarbolar su bandera con la inscripcion en letras muy grandes. La América del Sud, libre por la República de Colombia. Y mandó seguidamente quitar de los tambos, calles y fondas las banderas que habian del pais, Chile y el Perú, y fueron pateadas, [segun me ha dicho Soyer] por sus soldados. El dicen que dijo públicamente, que solo su bandera se habia de enarbolar.

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