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ántes por el contrario se esmeraba en adornar las ciudades y darles algunos establecimientos útiles, que era mucho para el atraso y abatimiento á que habia llegado la Metrópoli.

Entre tanto los pueblos que formaban los Vireinatos de Santa Fé, de Buenos Ayres y de Chile no pudiendo sufrir por mas tiempo la esclavitud, proclamaron su independencia y la defendian en sangrientos y gloriosos combates: Bolivar en Colombia y San Martin en Buenos Ayres y Chile inmortalizaban sus nombres, mereciendo que se les llamára Libertadores.

LOS PATRIOTAS del Perú viendo los progresos de San Martin, no cesaban de excitar su patriotismo para que viniera en auxilio de estos pueblos que ansiaban por su libertad. Continuamente le remitian planes, razon de la fuerza del Rey y cuantos datos creian necesarios para facilitar su empresa. Acompañaban listas de todos los patriotas con quienes debia contar; se le indicaba los recursos y hasta se le mandaba los planos de los Puertos y Caletas por donde podian desembarcar. Todos esos patriotas combinaban sus proyectos en el mayor sigilo y puestos de acuerdo, se redactaba la correspondencia: servia de secretario y amanuense D. Remijio Silva, patriota antiguo, hermano del ilustre D. Mateo Silva, que tanto padeció desde el año de 1809. (*) Sería largo detallar lo que cada uno de esos patriotas hizo para preparar la independencia y obra agena del plan que nos proponemos; pero sus nombres pasarán á la posteridad para que reciban la gratitud de las generaciones en cuyo obsequio trabajaron. [Cat. MS. núms. 3 y 21.]

San Martin conocia bien que todos sus esfuerzos y triunfos en Chile y las Provincias Argentinas serian infructuosos y efímeros si se dejaba

(*) Excmo. Señor Don José de San Martin: Capitan General &a. &a

Y Excmo. Señor Director Supremo del Estado de Chile. &a. &a.

El dolor de mirar á mi patrio suelo oprimido: la inaccion en que parece residen esos dos Estados, para mandar tropas al Perú, con el fin de redimirlo: el general deseo de todo viviente de aquí á que se remitiesen y si posible es volasen; la consideracion de los infinitos, bienes que sobrevendrian á toda la América y la nunca bien ponderada felicidad en que habian de morar todos sus habitantes, si fuese libre esta desgraciada parte: las tristes consecuencias dificiles de calcular que serian consiguientes á estos y á esos Estados á no redimirse cuanto ántes; y el grito tan continuo como incansado y patético de todo el Perú que clama por el cumplimiento de las protestas vertidas por dos invictos Generales, en sus proclamas dirijidas á esta Capital, que aseguran seguirse á ellas la expedicion; y el Excmo. Sr. San Martin, que ja mas falló á su palabra; todo junto me ha impulsado puede decirse por fuerza, á trabajar los borrones adjuntos que titulo Manifiesto de un Ciudadano de Lima (†) por solo querer probar á la mayor evidencia, la indispensable como absoluta necesidad que hay hoy, no solo de que se remita la expedicion protestada, sinó que sea cuanto antes y sin perderse un momento, y cuando no sea posible que camine su totalidad, se manden en el mismo dia, al menos tres á cuatro mil soldados veteranos y muy adictos para que no hayan pasados y juntamente la escuadra con cuatro ó seis mil fusiles

Si al legar este papel fuese á salir dicha expedicion ó estuviese en camino; sea uno ú otro; por lo que no influyan en algo sus pruebas (si es posible asi llamarlas) no tocaré desde luego en

(÷) Veáse este Manifiesto en el APÉNDICE DE DOCUMENTOS INÉDITOS Número 1.

á los Españoles el poder y recursos con que contaban en el Perú; no podia olvidar que de solo este Vireinato salieron ejércitos que lograron des

mi principal objeto, pero si en manifestar mi celo-en obsequio de mi patria por verla cuanto antes libre y de que se feliciten esos dos grandes Estados. Mas si en algo contribuyen á precipitar su marcha y por fin se remite aquella, y el otro número dicho, lograré ámbos pensamientos, consiguiendo de este modo el fruto de mis desvelos

De cualquiera suerte, no aspiro á otra cosa,ni mi ahinco es ni puede ser otro; que el ver redimida á esta Capital, con lo que se liberta todo el Perú y que se unan los tres Estados que quiero mirarlos libres.

Veo y al mismo tiempo conozco las muchas imperfecciones que tiene este y dicho papel. Su consideracion me haria arrepentir de mandarlo, si la firmísima idea en que existo, de que son tambien dirijidos á dos grandes Generales de dos heroicas Naciones (quienes dispensando sin duda lo mal formado y sus yerros, por poner su consideracion tan solo en el espíritu que me inspiró hacerlo) no me dieran ménos aliento para remitirlos. Y por lo mismo yo espero, hagan justicia al noble sentimiento que es la sola alma de ellos, concediéndome la indulgencia y otorgamiento de mis repetidos ruegos, que ejecuto á nombre de la porcion mas respetable de esta Capital y de todos los habitantes de esta parte de América.

Dios guarde á V. E. muchos años para felicidad del Perú. Capital de Lima y Diciembre 20 de 1819. Excmos. S. S.-El Ciudadano de Lima. [Cat. MS. núm. 3.]

PLAN en que se manifiesta la facilidad de introducir al Perú cinco ó seis mil hombres, en solo los buques de guerra de la escuadra de Chile, sin necesidad de trasportes, á ejemplo de cuando fué la expedicion á Chile con Osorio, llevando la Águila y Begoña mas de setesientos hombres, siendo subida y viajando para lugares no amigos, por lo que fué preciso llevar víveres para mucho tiempo: tambien pueden venir, por ser bajada, 200 caballos, descansadamente; que servirán para entre Chilca y Pisco, si por allí se desembarca; respecto de que por abajo no se necesitan, por haber los suficientes de los adictos; siendo todo el objeto, de que sin saberse aquí, sin cerrarse aquel puerto y solo despues de que haya salido algun buque Ingles para acá, (el que noticiará al gobierno que no hay novedad de expedicion, por el silencio que éste buque advierta) al momento se embarque todo, de modo que en muy pocos dias se aliste la escuadra; supuesto que no tiene que embarcar víveres y aguada mas que para treinta ó cuarenta dias, respecto á que todo le sobra llegando, sin la mas pequeña duda y este Virey sin pensarlo se halle con la expedicion, de cuya confusion debe resultar la entrega de Lima en el acto: teniéndose cuidado de que en ocho ó diez diás despues no salga algun buque, porque éste, llegando ántes, avisaria.

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NOTA.-Como de los buques quedaria alguna fragata con un bergantin, para custodio del

truir á cuantos habian proclamado ántes la independencia en el Alto Perú y Chile; por esto aceptando con entusiasmo las indicaciones de los pa

puerto, podrian venir muy desahogados los seis mil hombres, fuera de la dotacion de los buques y aumentando los caballos á cada buque respectivamente ó á los que correspondan, solo vendrian hasta doscientos; ó esos que sobran. Tripulacion tanto ingleses como del país. Soldados, los mas adictos. Punto de reunion, antes del desembarco, San Gallan.

Al llegar, en el momento, ó poco antes debia de remitirse un bergantin, el mas lijero; si posible es que ande con vela y remos para que explore las novedades que advierta frente del Callao y de la Capital, que deberia de adquirir por el órgano de dos lanchas que debian de comprarse ántes aquí para que traficasen con la solapa de traer huano de la isla que hay entre Chancay y Huacho, viniendo y saliendo de Ancon, por donde se mandarian noticias diarias; observando dichas lanchas entre si que no debia moverse la una de dicha isla, mientras no advirtiese, aunque fuera de lejos que iba la otra, de suerte que siempre hubiese allí lancha á quien preguntar: tambien se mandará otro bergantin hasta Chilca para que explore esa costa, dando aviso de no haber novedad, con solo señales para no perder tiempo; sirviendo de cebo estos dos buques al gobierno para hacer salir sus fragatas acaso y tomarlas de camino. Luego que se recibiese la noticia del segundo bergantin de no haber novedad, ó ántes, se mandará otro para Pisco, con el objeto de llamar la atencion por allí y al otro dia se haria el desembarco por Cerro Azul, ó ántes y despues por Chincha, remitiendo dos buques para cada puerto, de los de trasporte, ó armados de 2500 á 3000 hombres, en ámbos puntos, como parezca y en el momento que lo hayan ejecutado, darán aviso, como de los movimientos de los de tierra, por algun buque, el mas chico y lijero de la escuadra. Esta cuando no haya novedad, que no debe esperarse, seguirá viaje á las Hormigas, en cuyo camino, por el bergantin primero y segundo remitidos, que estarán de vuelta, ó cerca de la misma posicion, comun icándose por señales, lo que adviertan, sabrán de las novedades que haya; y sin ser vista dicha escuadra, anclará cerca, ó detras de dichas Hormigas, de donde, si no hay nada en contra, mandará á Chancay por medio de un bergantin y lanchones de 1,200 á 1,500 hombres; y en el mismo dia, si es posible, cuatro buques para abajo, todos de trasportes ó armados solos: dos de ellos fondearán, uno en las Salinas y el otro en el mismo Huacho, en el dia y los otros dos sin ser vistos, desembarcarán al otro dia de madrugada el resto de tropa en Supe; los dos primeros serán para llamar la atencion. En este tiempo y cuando se conjeture que vayan á llegar ó hayan llegado las noticias del desembarco de arriba y de abajo, se aparecerá la Escuadra en el Callao, con toda su fuerza y desbalijada; amenazándolo y confundiéndolo con tiros, solo por amago y aparentando que con lanchas y algun pequeño bergantin se quiere hacer desembarco, un dia por Chorrillos, otro por Bocanegra, otro por el mismo Callao; de modo que á los cuatro de su estada, se deberian retirar, por uno ó dos dias, solo á las, Hormigas, para ver si salen para pillarlos; y para ajustar el plan de ataque con todo el grueso del ejército, segun las noticias que se hayan tomado de los dos lados de la Costa y de Lima, de donde á todo costo debe tenerse noticias diarias, ó cada doce horas, lo que es fácil, ordenándolo todo con la finura que se debe, en un asunto de tanto bulto. De los tres buques que habrán quedado arriba, el uno de ellos cruzará entre Chilca y Chorrillos, lo mismo el de Supe, haciéndolo el que sea menor y mas ligero entre Huacho y las Hormigas, de modo que al paso que llaman la atencion en esas partes de la Costa, por ellos y por señales se sabrán las novedades que ocurran, ya sea que pidan auxilio, ú otra cosa; como el pedir órden de cargar la fuerza de un punto á otro &a.; de suerte que en cada punto habrá un buque para lo que ocurra y pescar al que de abajo ó de arriba venga incautamente y tambien para amenazar con la artilleía á la Costa &a. &a.

Apenas se hayan desembarcado las divisiones en cada costado y cuando hayan cortado las dos de abajo á los 600 hombres, que hasta hoy existen en Huaura, nombrado el Regimiento de Burgos que tiene 500 y 100 de caballeria en Supe; despues de victorioso, à los cuatro ó seis dias, se pueden ya mandar á Chile $100,000 en azúcares de principal y de cada costa, de cuenta del Estado; y de paso noticiará la llegada feliz del ejército y la escuadra, como sus movimientos. Ya se deja ver que con goletas, cada quince dias, se remitirán de Chile y de la escuadra mutua

triotas del Perú, seguia con ellos una continuada y larga correspondencia y no se separaba de su pensamiento la idea de venir al Perú tan pronto como sus victorias se lo permitieran. (*) Firme en este propósito, des– pues de haber dado libertad é independencia á Buenos Ayres, pasa los Andes, reorganiza el ejército y alcanza la victoria de Chacabuco, en12 de Febrero de 1817. Nombrado, por el voto libre del pueblo de Santiago, Jefe Supremo de Chile, renunció ese puesto por repetidas veces, consiguiendo que la eleccion recayera en el Ilustre Campeon, General D. Bernardo O'Higgins, que tan notable parte tenia en los triunfos y glorias de Chile.

SIN PERDER instantes, se pone en marcha para Buenos Ayres, a solicitar medio millon de pesos, para formar una escuadra y aumentar el ejército. Las glorias que acababa de conseguir le allanaron el camino; el Director Puyrredon aceptó el plan y ofreció los auxilios.

"Queda dispuesto, (decia el Director Puyrredon á O'Higgins, la víspera de la salida de San Martin, Abril 17 de 1817 y en carta que le trajo él mismo,) que pongamos en el Pacífico una escuadra que lo domine: con esta arma será sin duda aniquilado el último poder de nuestros ene

mente todo lo que ocurra noticiar. Plata de tantos godos sobrará: lo por menor quisiera hacerlo; pero no creo se estime, ni quieran verse siquiera estos borrones que el zelo de que se acertára me hace ejecutar: tampoco hay tiempo porque me apuran y tambien de balde es hacer algo si jamás nada llega.- Un Curioso. Este curioso es el secretario Remijio Silva. [Cat. MS. núm. 50.]

(*)

Paisanos y Amigos:

Octubre 19 de 1819.

Por el conductor de esta, he sido informado que UU. desde el seno de la opresion suspiran por la libertad de la Patria y consagran á ella los servicios compatibles con su difícil situacion: esta idea es la recomendacion mas eminente que podia recibir de UU. y yo me congratulo en haber hallado nuevos instrumentos para la grande obra de nuestra independencia.

La libertad de la América hubiera sido el resultado del primer impulso de la revolucion, si los hijos del nuevo mundo no se hubiesen dividido entre los prestijios de una servidumbre sistemada y el temor de un porvenir incierto. A la primera época de la reforma pertenecian ciertos errores que la prudencia podia tolerar y la política disimular; pero el tiempo y los sucesos rasgaron el velo del misterio y la justicia de nuestras pretensiones, la consolidacion de la libertad y la nulidad del poder de nuestros antiguos opresores, se ha constituido en dogma. La indiferencia es pues ya un crímen en los Americanos, su servilidad una nota infamante para los de su especie.

Estos principios de que estoy satisfecho estan UU. penetrados, me inducen á recomen darles la constancia, la unidad de sentimientos y el zelo mas activo para cooperar á mis planes. La independencia del Perú y su constitucion, bajo un gobierno propio y benéfico, son el objeto único de mis fatigas y de cuantos me siguen: él requiere especialmente el auxilio de UU. hasta donde les permita su actual posicion: vigilancia contínua para aprovechar los momentos de dividir la opinion de nuestros enemigos: seduccion constante, reserva y energia en sus resoluciones, son las armas mas ventajosas que deseo prometerme de UU.

El conductor va informado de nuestros felices progresos. La campaña promete una terminacion afortunada y aseguro á UU. que no envainaré mi espada ínterin el Perú no pronuncie libremente sobre su destino y se constituya en una naeion Americana.-San Martin, [Cut. MS. núm, 8.1

migos: necesitamos un año mas para la ejecucion de nuestros intentos que tendrán su efecto infalible si conservamos el órden interior. A U. le será mas fácil que á mí conseguirlo, porque manda en pueblos dóciles que no estan viciados con las turbulencias; pero yo aseguro que por mi parte velaré sin cesar, ayudado de los buenos para conseguir á los díscolos." (Cat. núm. 345 pág. 20).

Mientras se preparaban estos elementos para la gran lucha del Perú, regresa á Chile y consigue pocos meses despues el espléndido triunfo de Maypú, que selló para siempre la independencia de esta nueva Nacion. (5 de Abril de 1818.) Vencedor, no pensó en recibir los halagos que dá el triunfo y vuelve á Buenos Ayres con el objeto de presentar al gobierno el plan que habia trazado, para invadir por mar al Perú desde Valparaiso, solicitar recursos suficientes para llevarlo á efecto, y decidir al General Belgrano á obrar de concierto, marchando con el ejército desde Tucuman para atacar á los Españoles por el lado del Potosí, mientras él desembarcaba cerca de Lima. [Cat. núm. 7. I. pág. 20.]

"San Martin, lo hemos dicho no tenia otro pensamiento, otro anhelo, otro trabajo que el de la organizacion de una expedicion contra Lima, sin cuya caida él juzgaba, y á fé que era un alto y acertado juicio, que jamas la América española podría conquistar su independencia. Chile no era, pues, para él ni un desenlace ni una conquista; era simplemente una ruta militar que le era preciso seguir hasta golpear con sus cañones las puertas del poderoso Vireinato que tenia en jaque á los independientes de la América por todas sus fronteras. Mendoza habia sido su primer campamento, Santiago era el segundo, y Chacabuco no fué para él sino una maniobra feliz por la que habia conseguido trasladar sus reales de una falda á otra de la gran cordillera. Veneida la valla de las montañas, quedábale ahora por hacer la indispensable y mas árdua jornada del Pacífico, y así, todo lo que él pedia á Chile, á quien llamaban entónces la ciudadela de la América, eran soldados, armas y buques, sin querer por nada en el mundo apartar sus ojos á otra parte, fijos en las almenas de la ciudad de los Reyes, en cuyo recinto el trazaba ya con su vista de águila la inmensa sepultura del coloniaje. San Martin no fué, pues, un hombre ni un político, ni un conquistador; fué una mision, alta, incontrastable, terrible á veces, sublime otras, él la llenó; y es solo visto bajo ese aspecto providencial y casi divino, como la historia deberá hacerse cargo de su grande nombre y de su gran carrera, llena de una unidad tan admirable. en el decenio cabal que duró su papel histórico de libertador." [Cat. núm. 27 pág. 294.]

Despues del triunfo de Maypú, sin buscar descanso, regresa á Buenos Ayres; el entusiasmo con que es recibido lo aprovecha exigiendo los auxilios ofrecidos para expedicionar sobre el Perú; y confiando en la pala、 bra del Director Puyrredon y de la célebre Lógia de esa capital, establece su cuartel en Mendoza; allí disciplina algunos cuerpos, para dar independencia á otra nacion: pero pasaron algunos meses y no viendo realizadas

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